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Conferencia de Berlín
Estados representados
Catorce Estados fueron representados: El Imperio Alemán, el Imperio Austrohúngaro, Bélgica, Dinamarca, el Imperio Otomano, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Portugal, Rusia y Suecia.
Acuerdos alcanzados
En ella se proclamó la libre navegación marítima y fluvial, la libertad de comercio en el centro del continente africano, el derecho a colonizar un territorio si se ocupaba la costa de éste, entre otras cosas.
El proceso de colonización se realizó siguiendo las grandes vías fluviales, como los territorios del Níger, que fueron explorados entre los años 1788 y 1830; la cuenca del Nilo y la región de los Grandes Lagos Africanos, entre 1854 y 1859; el Zambeze, entre 1841 y 1873.
La exploración del río Congo motivó las rivalidades entre varios países, por lo que el canciller Bismarck actuó como árbitro en la Conferencia, donde se estableció el Estado Libre del Congo (actualmente República Democrática del Congo), bajo soberanía de la Asociación Internacional del Congo y propiedad privada del rey de los belgas Leopoldo II, y de un Congo francés, ambos con salida al mar; la libre navegación por los ríos Níger y Congo, así como el principio del derecho a la posesión del traspaís a partir de un enclave costero.
Así, la costa mediterránea africana quedó en manos de Francia y el Reino Unido; la costa oriental se dividió entre los alemanes al sur y los británicos al norte. La costa occidental quedó en poder de los belgas, franceses y británicos. Los españoles se hicieron con el Sahara Occidental, los italianos consiguieron Somalia y los portugueses, Angola, Cabo Verde y Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe y Mozambique. Sin embargo, pronto estallaron conflictos por la posesión de las zonas más estratégicas o más ricas, como en el caso de Túnez, Egipto y Marruecos.
La conferencia de Berlín está considerada a día de hoy por la gran mayoría de historiadores como el verdadero impulso al colonialismo exacerbado iniciado por Francia e Inglaterra, y los conflictos que se pretendían solucionar con la misma no hicieron sino agravarse, provocando unas tensiones territoriales, políticas y económicas que desembocarían en el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Es también vista como un símbolo del colonialismo imperante en el viejo continente durante esa época, al decidirse el reparto de extensas regiones de Arica, a miles de kilómetros de distancia, en una capital europea y sin ningún representante africano[1].