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- El mejor de los regímenes, sin la defensa militar, correría la misma suerte que las estancias de un soberbio y real palacio que, aun resplandecientes de oro y lujos, carecieran de techo y no tuvieran cómo resguardase de la lluvia.
- Quien quiere hacer una cosa, debe antes prepararse con todo cuidado, para estar dispuesto, cuando llegue la ocasión, a realizarla en modo oportuno. Cuando tal preparación se lleva a cabo con cautela, nadie tiene noticia de ella, por lo que no se puede acusar a nadie de negligencia sin antes de la ocasión no lo descubre; cuando ésta llega, si no se actúa es porque no ha habido preparación suficiente, o no se ha pensado en ella en absoluto.
- Nunca se considerará bien a quien ejerza una función que, para ser provechosa, le obligue a ser rapaz, fraudulento, violento, y a tener muchas otras cualidades que forzosamente lo hagan malo.
- La guerra hace al ladrón, y la paz lo ahorca.
- Una nación bien organizada, reducirá la práctica militar durante la paz a simple ejercicio, se valdrá de ella en la guerra por necesidad y para su gloria, pero exclusivamente bajo la dirección del gobierno, como hizo Roma. El ciudadano que persiga con ello otros fines, no es bueno; y la nación que no se gobierne así, no estará bien organizada.
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