Explotación sexual en Israel
La explotación sexual en Israel es un problema grave que involucra la trata de personas con fines de esclavitud sexual, particularmente de mujeres jóvenes y vulnerables.
Israel ha sido identificado como uno de los destinos principales para la trata de personas con fines sexuales, principalmente desde la caída de la Unión Soviética y el colapso económico en Ucrania y otras ex repúblicas soviéticas. Las víctimas de trata, que provienen en su mayoría de Ucrania, Moldavia y otros países del este de Europa, son forzadas a trabajar en burdeles y clubes nocturnos en condiciones de esclavitud. La trata de personas con fines de explotación sexual en Israel ha sido un problema persistente, a pesar de los esfuerzos del gobierno para combatirlo.
Una investigación del Times of Israel ha documentado casos de violación, acoso sexual, explotación laboral y otros abusos que sufren estas mujeres en Israel, muchas de las cuales han visto sus hogares destruidos y han perdido sus medios de vida. Al menos una de las mujeres terminó su vida por suicidio.
Muchos de estos abusos, en el mejor de los casos, pasan desapercibidos para las autoridades o, en el peor, se ignoran deliberadamente, lo que deja a las víctimas en un ciclo de violencia y pobreza que no hace más que profundizar el trauma que han padecido hasta la fecha. Los perpetradores siguen siendo libres de cometer otros delitos.[1]
En Israel, las víctimas de trata son sometidas a abuso físico y psicológico, se les retiran sus documentos y se les obliga a entregar todas las ganancias obtenidas por la prostitución. La industria de la prostitución en Israel, que incluye tanto burdeles como la prostitución de calle, sigue siendo un entorno de explotación donde las víctimas a menudo no tienen ningún medio para escapar o pedir ayuda.
Las víctimas suelen ser reclutadas bajo falsas promesas de trabajo legítimo, pero terminan siendo explotadas en la prostitución en otros países, especialmente en Israel. La trata de personas es una violación de los derechos humanos y constituye una forma de esclavitud moderna que afecta a miles de mujeres y niñas.
A pesar de los esfuerzos por combatir este crimen, las redes de tráfico siguen operando debido a la alta demanda de servicios sexuales y la vulnerabilidad de las víctimas. Las mujeres blancas europeas son las esclavas sexuales preferidas en todo el mundo, y las mujeres de Europa del Este son consideradas como las más hermosas de la tierra.
Sumario
Contexto en Ucrania y Europa del Este
Ucrania es uno de los países de Europa del Este más afectados por la trata de personas, en parte debido a la situación económica precaria, la inestabilidad política y el conflicto armado que ha tenido lugar en los últimos años. Estos factores han dejado a muchas personas, en particular mujeres y niños, en una situación de vulnerabilidad extrema, lo que facilita el reclutamiento y la explotación.
Las mujeres ucranianas son a menudo víctimas de redes de trata que les prometen trabajos legítimos en el extranjero, como camareras o niñeras, solo para ser traficadas y obligadas a trabajar en la prostitución. La mayoría de estas víctimas son transportadas a países de Europa Occidental, pero Israel es uno de los destinos más comunes debido a la demanda de servicios sexuales en ese país.
Mecanismos de trata y explotación
Las redes de trata operan de manera sofisticada, utilizando varios métodos para reclutar, transportar y explotar a las víctimas. A menudo, las mujeres son atraídas a través de anuncios en línea que les prometen trabajos de acompañantes o en la industria del entretenimiento, pero una vez que llegan a su destino, son forzadas a proporcionar servicios sexuales en condiciones de esclavitud. Las víctimas son despojadas de su libertad, amenazas de violencia son comunes, y sus ingresos son controlados y entregados a los proxenetas.
El proceso de tráfico generalmente involucra varios actores, desde reclutadores que buscan víctimas en Ucrania, hasta los organizadores que operan las redes de prostitución en Israel. La explotación sexual es alimentada por una demanda persistente de servicios sexuales en Israel, que es uno de los principales factores que mantiene la industria de la trata de personas.
Respuesta y legislación
Tanto Ucrania como Israel han tomado medidas para enfrentar la trata de personas, aunque los esfuerzos siguen siendo insuficientes en muchos casos. En Ucrania, el gobierno ha implementado políticas para prevenir el tráfico y ha mejorado la cooperación con organizaciones internacionales. Sin embargo, la corrupción y la falta de recursos en algunas áreas dificultan la implementación efectiva de estas medidas.
Por su parte, Israel ha reforzado las leyes contra la trata de personas y ha tomado acciones para cerrar burdeles y redes de tráfico, pero aún enfrenta desafíos en la lucha contra esta forma de esclavitud. En 2000, Israel ratificó el Protocolo de Palermo para prevenir, suprimir y sancionar la trata de personas, pero la implementación y la eficacia de las leyes siguen siendo puntos de debate.
Consecuencias y retos
Las víctimas de trata enfrentan numerosas dificultades para escapar de la explotación sexual. Muchas veces, debido a la violencia y las amenazas de muerte, las mujeres no se sienten seguras al tratar de buscar ayuda. Incluso si logran escapar, enfrentan obstáculos legales y sociales, como la falta de documentos de identidad o la estigmatización social.
Además, la naturaleza transnacional de la trata de personas complica las investigaciones y hace que la cooperación internacional sea esencial para desmantelar las redes de tráfico. La lucha contra la trata de personas requiere un enfoque integral que incluya prevención, sanciones más estrictas para los traficantes y apoyo adecuado a las víctimas.
La guerra de Ucrania
La Guerra de Ucrania ha servido como medio para eliminar efectivamente a todos los varones ucranianos (los hombres de entre 18 y 60 años no pueden salir del país) de manera que las mujeres ucranianas puedan ser esclavizadas y enviadas a diversos centros del mundo bajo control judío y especialmente a Israel para servir como esclavas sexuales en los burdeles israelíes que tienen planeado establecer en Gaza y en todo Israel.
Muchos israelíes intentan atraer a la prostitución a mujeres que huyen del horror de la guerra en Ucrania. La mayoría de estas mujeres, que se quedan solas y sin sus pertenencias, se han convertido en presa fácil de los proxenetas de los países que las acogen.
Un funcionario del organismo gubernamental que se ocupa de la trata de personas y que pidió permanecer en el anonimato, dijo:
En los últimos días, la Autoridad de Población ha encontrado a mujeres ucranianas que, durante el interrogatorio de los inspectores fronterizos, dijeron haber pagado miles de dólares a israelíes para organizar su llegada a Israel, incluido, por ejemplo, el alquiler de apartamentos para ellas. A cambio, las mujeres se comprometieron a devolver el dinero como empleadas domésticas o trabajadoras sexuales. Las autoridades creen que varios cientos de mujeres han entrado en Israel por esta vía.
Según la Autoridad de Población, desde el comienzo de la guerra han llegado a Israel 10,28 ciudadanos ucranianos y han abandonado el país 944. Sólo en las últimas 24 horas, 1223 ucranianos han aterrizado en el aeropuerto Ben-Gurion, de los cuales 11 han sido denegados. El director de la Autoridad de Población, Tomer Moskowitz, declaró recientemente en una audiencia en la Knesset que Israel ha “expulsado” a 247 ucranianos desde el comienzo de los combates, incluidos “aquellos que vinieron aquí para ejercer la prostitución, algunos de los cuales eran víctimas de trata de personas que fueron traídos desde allí”.
La directora de la Unidad Nacional de Coordinación Anti-Trata de Personas del Ministerio de Justicia, la abogada Dina Dominitz, añade que “en tiempos normales, un gran porcentaje de las víctimas de la trata de personas son de Ucrania, sobre todo con fines de prostitución. Sabemos que los grupos del crimen organizado y los traficantes siempre están motivados para traer mujeres ucranianas aquí, y se aprovechan del hecho de que no se exige visado de turista”.
Según Dominitz, Israel identifica cada año entre 50 y 80 víctimas de trata de personas, de las cuales aproximadamente la mitad fueron traídas aquí para trabajar en la prostitución. “De ellas, una proporción relativamente grande proviene de Ucrania y, por supuesto, esa cifra solo se refiere a las mujeres que logramos localizar e identificar”, explica Dominitz. La dificultad para identificar a las víctimas de trata se debe a que estas mujeres llegan como turistas, sin necesidad de visado, y en su mayoría abandonan Israel dentro del plazo establecido, por lo que no son inmediatamente visibles como víctimas de trata. “Ese era el patrón que conocíamos antes del estallido de la pandemia del coronavirus, y cuando estalló la guerra, rápidamente nos dimos cuenta de que habría un aumento de los esfuerzos para aprovecharse de la terrible situación en la que se encuentran estas mujeres refugiadas. Después de todo, la mayoría de los recién llegados son mujeres, ya que a los hombres no se les permite irse”.
Dominitz afirma que el gobierno israelí tiene previsto seguir el ejemplo de los alemanes y montar un quiosco de información en el aeropuerto Ben-Gurion para advertir a las mujeres que llegan de Ucrania sobre los peligros. “Estamos pensando sobre la marcha y estamos trabajando con varias organizaciones para asegurarnos de que las mujeres que llegan aquí reciban información en su idioma. Les daremos el número de teléfono de una línea de ayuda nacional que instalaremos, donde habrá personas que hablen ruso y ucraniano que puedan ayudarlas a encontrar la ayuda que necesitan. También les diremos que estén atentas a las señales de advertencia, por ejemplo, si alguien les ofrece algo o les pide que les guarden el pasaporte. Todo esto se está montando ahora mismo y esperamos tener el quiosco del aeropuerto, que también distribuirá información dentro de unos días”.
Además, el plan es brindar una asistencia más amplia a las refugiadas ucranianas que son víctimas de abusos y trata. “Tenemos varios programas, antiguos y nuevos, que se establecieron después de que el gobierno decidiera brindar más ayuda a las mujeres que ejercen la prostitución. Queremos asegurarnos de que podamos brindar esa asistencia a las mujeres que llegan aquí y se encuentran en la prostitución, en cualquier forma, o a las mujeres que fueron traídas aquí específicamente para ese propósito”.[2]