Prostitución

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Heidi Fleiss, judía estadounidense conocida como "Madame de Hollywood", dirigió un anillo de prostitución en años recientes
Noe Trauman, famoso proxeneta judío de Argentina en el siglo XIX-XX

La prostitución se refiere al intercambio de favores sexuales a cambio de dinero o bienes. Es una práctica tradicionalmente condenada en casi todas las sociedades, aunque algunas de ellas, como la judía, la permiten con regulaciones [1].

La prostitución puede ser ejercida tanto por hombres como por mujeres, aunque es numéricamente más común en mujeres. Cuando la mujer o niña es forzada a la prostitución contra su voluntad se conoce como trata de blancas.

La prostitución masculina usualmente se encuentra relacionada con la homosexualidad. La mayoría de prostitutos hombres suelen prostituirse con otros hombres, aunque también existen los que atienden mujeres llamados gigolós. La prostitución también es muy común entre los travestis y transexuales.

La prostitución en general contrae diferentes problemas sociales incluyendo adicciones a drogas, violencia, crimen, desintegración familiar y transmisión de enfermedades venéreas.

Prostitución y judaísmo

Según el libro del judío brasileño Marc Raizman escrito tanto en portugués como en yidish, Judería brasileña, una historia concisa, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX los judíos manejaban una red internacional de prostitución y administraban muchos burdeles. El proxenetismo era una de las muchas labores normalmente asociadas a los judíos al lado de la usura. Muchas mujeres judías ejercían también como prostitutas, pues lo más común era que los judíos enrolaran mujeres judías.

Llegamos a un período muy sórdido de la historia judía. A finales del siglo XIX y principios del XX, los judíos controlaban el comercio y la trata de blancas, que es una forma cordial de decir prostitución. Y lo hacían a nivel mundial, historiadores reputados aseguran que los judíos dirigían burdeles en Shangai, India, Turquía, Argentina, Brasil y Nueva York.[2]

Viniendo esta fuente de un autor judío no puede decirse que esté basada en antisemitismo. La prostitución y la trata de blancas siguen siendo una problemática grave en Israel.

Oy. ¿Es este el sueño sionista visionado por David Ben-Gurión? El Jerusalén Post reportar que la nueva industria creciente en Israel es la escolta de clase alta. No hablamos de esas infortunadas mujeres del viejo tachanah merkazit en Tel Aviv, no, hablamos de call girls que ganan $3.000 a la semana y sirven mayormente a hombres de negocios no israelíes.

Mientras Israel está dividido por tumultos políticos basados en lo religioso, algo en lo que la mayoría de hombres de todo el espectro religioso está de acuerdo es, bueno, botín. Aparentemente el cliente base incluye a cualquier desde los más seculares hasta los más profundos jaredíes. El Jerusalem Post cita un 20% de incremento de publicidad en estos servicios, y la apertura de 12 oficinas especializas en acompañantes, todo el año pasado.

Por cualquier razón válida, la mayoría de las mujeres involucradas son extranjeras. Consecuentemente mujeres nativas israelíes como Shrily cobran un precio Premium.[3]

Trata de blancas en Israel

Publicidad de prostituta israelí "Shirly"

Actualmente Israel es uno de los países con los mayores casos de tráfico sexual del mundo. Según fuentes del propio gobierno israelí (por lo que el número puede ser mayor) entre 3000 y 5000 mujeres blancas, generalmente de la ex Unión Soviética y Europa Oriental, son ingresadas ilegalmente a Israel para ser forzadas a la prostitución en un negocio millonario que deja unos mil millones de dólares anuales. Según el Parlamento israelí se les vende entre 1000 y 3000 dólares, sufren violencia física, psicológica sexual y toda clase de maltratos, actualmente hay unas 10.000 operando en unos 300 burdeles judíos.

Los reportajes informan como las mujeres trabajan 18 horas diarias siete días a la semana, recibiendo constantes golpes en caso de hacer las cosas mal, con escasa comida y otros vejámenes. También se denuncia que las autoridades israelíes son cómplices y los juicios contra los proxenetas tardan mucho y dejan a las mujeres en estado de indefensión.

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Referencias