Judío

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Un judío es el miembro de un grupo étnico-religioso descendiente de los antiguos israelitas de Oriente Medio y de aquellos que se fueron convirtiendo a lo largo de los milenios adoptando su religión. La religión constituye, por tanto, un aspecto fundamental de la pertenencia étnica al pueblo judío, si bien éste comparte además prácticas culturales, sociológicas, lingüísticas, etcétera. De este modo, la etnicidad, la nacionalidad y la religión están fuertemente interrelacionadas, y aunque que el judaísmo es la fe tradicional de los judíos, su observancia puede variar desde la estricta observancia hasta la completa no observancia o ateísmo. Por ello, la definición precisa de judío puede ser controvertida y puede variar dependiendo de que se haga mayor énfasis en la identidad religiosa o en la secular (étnica y sociológica), y si bien ésta última suele tener un mayor peso para dicha definición, en ocasiones para la identificación étnica se utiliza el término hebreo, reservando el término judío para la identificación religiosa.

Hoy en día, la mayoría de las autoridades estiman que la actual población judía mundial oscila alrededor de 14 millones[1], la mayoría de ellos residentes en Estados Unidos e Israel.

Etimología

El término judío (hebreo: יהודי / Yehudi, pl. יהודים / Yehudim) procede de Judá (o Yehuda, en hebreo, uno de los doce hijos del patriarca bíblico Jacob). Judá (יְהוּדָה, o su variante griega Judea) designaba también a una entidad política que existió en la región oriental del Mediterráneo, unos mil años antes de la Era Común y hasta el 70 de la misma. Los habitantes de Judea eran conocidos como judíos, término que luego fue ampliándose también a todos aquellos que habían emigrado desde Judea hacia otras regiones y también aplicado luego a sus descendientes. En castellano, el término judío procede del latín iudaeus, a su vez derivado del griego Ioudaios (Ἰουδαῖος).

Historia

Artículos principales: Historia de los judíos y Judaísmo


Pintura de Maurycy Gottlieb, Judíos rezando en la sinagoga en Yom Kippur, 1878. Museo de Tel Aviv, Israel.

Los judíos se originaron como un grupo étnico y religioso en el Medio Oriente durante el segundo milenio AEC en la parte del Levante conocida como la Tierra de Israel. En esta zona ha habido, desde tiempos inmemoriales, flujos y reflujos procedentes tanto de Europa como de Asia y África, y que cristalizaron en la aparición del Neolítico y de las primeras civilizaciones del mundo.

Los judíos formaban una minoría ínfima en el seno de la población de Palestina. En ese territorio de tránsito, de luchas y de colonizaciones de tribus de los más diversos orígenes, reinaba el caos racial que estuvo marcado, al principio, por una influencia negroide, y luego por una influencia oriental procedente de Asia Menor. De este modo, los judíos terminaron componiéndose de la sangre de los pueblos africanos, asiáticos y europeos más diversos.

La estela de Merneptah parece confirmar la existencia de un pueblo de Israel en algún lugar de Canaán ya en el siglo XIII AEC (Edad del Bronce Final). Los israelitas, como consecuencia de la población cananea, consolidaron su dominio con la aparición del Reino de Israel y el Reino de Judá. Algunos consideran que estos israelitas sedentarios cananeos se mezclaron con los grupos nómadas entrantes conocidos como 'hebreos'. Aunque algunas fuentes mencionan los períodos exílicos en detalle, la experiencia de la vida de la diáspora, desde el dominio del Antiguo Egipto sobre el Levante, hasta el cautiverio y el exilio asirio, a la cautividad y el exilio babilónico, al dominio imperial seléucida, a la ocupación romana y el exilio, y las relaciones históricas entre los judíos y su patria a partir de entonces, se convirtieron en una característica principal de la historia y la identidad judías.

La arqueología moderna ha descartado en gran medida la historicidad de la narrativa religiosa, siendo ésta un mito nacional. Los israelitas y su cultura, según el recuento arqueológico moderno, no conquistaton la región por la fuerza, sino que se ramificaron de los pueblos indígenas cananeos que durante mucho tiempo habitaron en el sur de Levante, Siria, el antiguo Israel y la región de Transjordania a través del desarrollo de una religión henoteísta o monolatrista distinta, y posteriormente como religión monoteísta centrada en Yahveh, una de las antiguas deidades cananitas. El surgimiento de la creencia centrada en Yahveh, junto con una serie de prácticas de culto, gradualmente dio origen a un grupo étnico israelita distinto, diferenciándolos de los demás cananeos.

Hasta el siglo XVIII, los vocablos judíos y judaísmo eran prácticamente sinónimos. Sin embargo, la llegada de la Haskalá (ilustración judía) supuso un cambio radical en la mentalidad de muchos judíos que se vieron a sí mismos como miembros de un mismo pueblo, pero separados de la tradicional adhesión a la fe judaica.

¿Quién es un judío?

Representación medieval de un judío

Generalmente, el uso del término judío se utiliza para referirse a tres grupos: aquellos que tienen orígenes étnicos judíos; aquellos que practican el judaísmo; y aquellos que se identifican como tales por su identificación cultural e histórica.

De acuerdo a la Ley Judía (Halajá), un judío es quien ha nacido de una madre judía o quien que se ha convertido al judaísmo, si bien generalmente se establece que "uno no es judío por la religión sino por la madre". Las corrientes reformistas, reconstruccionistas y liberales aceptan al hijo de un padre judío (madre o padre) como judío si los padres crían al hijo con una identidad judía. El humanismo judío afirma que es judío "quien se siente judío" sin importar si tiene ascendencia judía o si hace una conversión religiosa.

Hoy todas las formas dominantes de judaísmo están abiertas a conversos sinceros. El proceso de conversión es evaluado bajo la supervisión halájica de una autoridad reconocida, Bet Din (corte judía), presidida por tres dayanim (jueces) y el converso es examinado por su sinceridad y conocimientos. Este proceso de conversión está desarrollado en textos legales judíos, tales como el Talmud, el Shulján Aruj y las interpretaciones de la ortodoxia rabínica.

Por conversión

Si bien el judaísmo no fomenta la conversión y a lo largo de la historia casi no se conocen casos en donde el pueblo judío haya sometido a otro a convertirse, la misma está contemplada. Para hacerlo es necesario tener un estudio amplio sobre la Torá, capacitado por un Moré (Maestro). Los filtros para la conversión al judaísmo, si bien varían según las distintas corrientes, suelen ser muy exigentes, puesto que se busca por parte de los rabinos que la conversión sea sincera y sin motivaciones ulteriores.

En el pasado hubo ejemplos de conversiones en masa al judaísmo. En torno al año 135 AEC, los edomitas fueron forzados a convertirse al judaísmo cuando el rey asmoneo Juan Hircano conquistó Idumea (Edom). Uno de los pocos ejemplos de conversión forzada al judaísmo de la historia.

Otro ejemplo de conversión es el caso del pueblo de Samaria, que sin ser descendientes de Jacob en un sentido físico abrazaron el judaísmo aunque nunca perdieron del todo sus creencias y costumbres, por lo cual los judíos de Jerusalén nunca los vieron con total agrado. Otro caso de conversión en masa es la de los jinetes partos y la de los jázaros en el siglo IX.

Pérdida de la condición de judío

En cuanto a la pérdida del judaísmo, acorde con la ley judía tradicional (Halajá), no existe modo de perder el judaísmo. Un judío, por nacimiento o conversión, no pierde su condición de judío. Un judío que afirma ser ateo o se convierte a otra religión sigue siendo un judío por el judaísmo tradicional. A pesar de esto, la ley judía utilizó la expulsión, contra pecadores de mayor escala, de la comunidad (El Herem o El Nidui). El poder de separar de la comunidad se remonta a las primeras épocas bíblicas, pero se empezó a usar en forma sistemática durante la época talmúdica en el segundo Templo de Jerusalén, y se continuó su uso durante la era moderna. Baruch Spinoza y Uriel da Costa, son algunos de los judíos más importantes que fueron expulsados. De acuerdo con la ley judía, existen caminos para ser aceptado nuevamente en la comunidad, y esto reafirma el hecho de que, según ésta, no existe pérdida de la condición de judío.

Sin embargo, el movimiento reformista no reconoce a un judío que se ha convertido a otra religión, y el gobierno israelí ha adoptado la misma postura que la Corte Suprema (Supreme Court) y sus estatutos.

Judíos en la actualidad

Población

Población judía por país (año 2013), los colores oscuros denotan más cantidad de población.

En la actualidad, según estima la Jewish Virtual Library, la población judía mundial oscila alrededor de 14 millones[1], equivaliendo al 0,2 por ciento de la población mundial total. La mayoría de ellos residen en Estados Unidos e Israel. La cifras provistas a continuación representan los estimativos mínimos de la población judía mundial en los 25 países más poblados hacia el año 2018.[1]

País Población
Bandera de Israel.png Israel 6.451.000 (44.4%)
Bandera de Estados Unidos.png Estados Unidos 5.700.000 (39.3%)
Bandera de Francia.png Francia 456.000 (3.1%)
Bandera de Canada.png Canadá 390.000 (2.7%)
Bandera de Reino Unido.png Reino Unido 289.500 (2.0%)
Bandera de Argentina.png Argentina 180.500 (1.2%)
Bandera de Rusia.png Rusia 176.000 (1.2%)
Bandera de Alemania.png Alemania 116.500 (0.8%)
Bandera de Australia.png Australia 113.200 (0.8%)
Bandera de Brasil.png Brasil 93.800 (0.6%)
Bandera de Ucrania.png Ucrania 67.000 (0.4%)
Bandera de Sudafrica.png Sudáfrica 59.300 (0.5%)
Bandera de Hungria.png Hungría 47.500 (0.3%)
Bandera de Mexico.png México 40.000 (0.3%)
Bandera de Bélgica.png Bélgica 30.000 (0.2%)
Bandera de Paises Bajos.png Países Bajos 29.300 (0.2%)
Bandera de Italia.png Italia 28.200
Bandera de Chile.png Chile 18.500
Bandera de Suiza.png Suiza 17.500
Bandera de Turquía.gif Turquía 17.400
Uruguay.png Uruguay 17.200
Bandera de Suecia.png Suecia 15.000
Bandera de Bielorrusia.png Bielorrusia 12.000
Bandera de Espana.png España 12.000
Bandera de Iran.png Irán 10.200

Divisiones étnicas

A pesar de que antiguamente los judíos formaron parte de un solo grupo étnico, el hebreo, y por tanto, en la época romana se encuadraban dentro de la raza caucasoide, y si bien en otros tiempos la etnia judaica era referida en ocasiones por diversos autores como "raza judía", actualmente debido a los matrimonios mixtos y conversiones históricas, existen judíos de todas las razas (caucasoides, negroides y mongoloides) y sub-razas, por lo que en realidad la pertenencia al "pueblo judío" se ha convertido en una construcción socio-cultural más que biogenética, adquiriendo una identidad mestiza y multirracial. Los judíos caucásicos a menudo son incorrectamente referidos como "blancos" (en razón a su tono de piel y otros rasgos raciales), pero el término 'blanco' referido a una población, no es antropofísico sino étnico.

Asimismo, no todas las comunidades judías comparten idénticas costumbres culturales y religiosas. Unas y otras se distinguen por pequeñas diferencias locales (vestido, comida, etc.), y en algunas pocas formas de interpretar algunos preceptos (por ejemplo, los rezos). También se aprecian las diferencias en el modo de vocalizar el hebreo. Hay más de 71 tipos étnicos identificados diferentes entre los Judíos.

Grupos principales

Un judío askenazí.
El rabino cabalista sefardita Isaac Kaduri.

Los principales grupos dentro de los judíos modernos son tres: los asquenazíes cuya típica lengua es el yidish, los sefardíes cuya típica lengua es el ladino, y en menor medida los mizrajíes cuya lengua es en muchas ocasiones el árabe. El hebreo es la lengua principal para rezos, escritura y lectura del pueblo judío.

  • Ashkenazim. Son el grupo más numeroso e influyente, constituyendo alrededor del 80% de los judíos. Ashkenaz es el nombre dado a Alemania por los judíos y ashkenazí es el nombre que recibían los judíos de Alemania. Se usó luego para describir de modo general a los judíos provenientes de Europa. Son judíos que corresponden a un fenotipo caucasoide, predominantemente de tipo nórdico, aunque en general mantienen rasgos faciales semíticos que pueden ser efectivamente identificados. Su idioma es el yidis, que es un dialecto germano con influencia hebrea y eslava. Habitaron principalmente en Alemania, Polonia, Ucrania y Rusia. No son judíos ashkenazim los que tienen raíces en los siguientes países de Europa: la península ibérica y regiones de Italia, Grecia, Turquía, los Balcanes, Inglaterra, Países Bajos y Francia. Los judíos ashkenazim adoptaron las interpretaciones de las mitzvot de las escuelas rabínicas de Israel, y los judíos orientales, las de las escuelas babilónicas.
  • Sefaradim. Sefarad es el nombre hebreo para la Península Ibérica (España y Portugal). Sefardí es la palabra para designar a los judíos de España y Portugal. Son judíos que corresponden a un fenotipo caucasoide, predominantemente mediterráneo. Su idioma es el judeoespañol o ladino, que es un dialecto del castellano. Fueron expulsados de España en 1492, por orden de los Reyes Católicos. A los descendientes de estos judíos se les siguió llamando sefardíes, sefaraditas o sefarditas, sin importar en qué parte del mundo hayan nacido. Muchos de estos judíos del mundo cristiano se convirtieron al cristianismo para acceder a puestos importantes y evitar ser discriminados, pero seguían practicando el judaísmo en secreto (criptojudaísmo). En España fueron llamados "marranos". Muchos de estos judíos expulsados terminaron acompañando a los conquistadores al Nuevo Mundo, instalándose en México, Sudamérica y Puerto Rico, y fraguaron conspiraciones por medio de la masonería, desde Inglaterra y los Países Bajos contra España como venganza por su expulsión.
  • Mizrajim o edot hamizraj. Mizrají (mizrajim en plural) es el nombre dado a las comunidades judías que inmigraron de los países del Medio Oriente, notablemente de Yemen, Irak e Irán. Son judíos que corresponden a un fenotipo predominantemente caucasoide. Muchos los denominan erróneamente sefaradim dentro del mismo Israel, aunque no están relacionados con la Península Ibérica. El término correcto para denominarlos en hebreo es edot hamizraj (comunidades del Oriente). Toman su interpretación de los preceptos de las escuelas rabínicas de Babilonia. Son los judíos del mundo árabe e iranio.

Otros grupos minoritarios

Estos grupos son inferiores en número a los "alemanes", "españoles" y "orientales".

  • Teimanim o yemenitas. La cuna de los teimanim es Yemen, localizada al sur de la península arábiga, y llamada Temán por los judíos. Algunos consideran a los teimanim como parte de los judíos mizrajim u orientales, pues habitaban en el Yemen (significa "sur remoto"). Son los únicos que conservan la tradición de leer la Torá en la sinagoga en hebreo y en la traducción al arameo. Cuando Saladino fue sultán, los judíos del Yemén empezaron a tener una religión que sincretizaba el judaísmo y el islam. Esta situación preocupó a Jacob ben Nathanael al-Fayyumi quien escribió a Maimónides. Éste le respondió en una epístola intutulada Iggeret Teman (La epístola a Yemen). Esta carta causó gran impacto en la judería yemenita y se frenó todo este movimiento religioso novedoso.
Judíos falashas.
  • Beta Israel o falashas. Son judíos de Etiopía. Físicamente son de fenotipo negroide y hablan el idioma amárico. Su origen no es muy claro, se remonta a épocas antiquísimas y no hay registros exactos, más bien leyendas y especulaciones. Algunas teorías sobre su origen afirman que podrían ser hijos de Menelik, supuesto hijo del rey Salomón con la reina de Saba y de los conversos que hubo después de su conversión al judaísmo. Otra dice que son hijos de nativos africanos y miembros de la tribu de Dan que se afincaron en Kush (Etiopía). Algunos dicen que son hijos de judíos con negros, provenientes de diferentes épocas y circunstancias como: comerciantes, exiliados, viajeros, etc. También podrían ser conversos, es decir, negros que viendo a sus vecinos judíos se convencieron de que ésa era la forma de vida que necesitan.
  • Magrebim o marroquíes. Son judíos que tradicionalmente vivían en el Magreb bereber árabe (Al-Maghrib quiere decir occidente en lengua árabe). A veces considerados sefaradim, se establecieron allí mucho antes de la expulsión de los judíos sefarditas de España, sobre todo en Marruecos. Los judíos sefarditas llegaron después su expulsión de España y tenían mayores recursos y eran más sofisticados que sus hermanos magrebim, así los magrebim se asimilaron a la comunidad sefardita. Hoy por hoy los judíos marroquíes se consideran sefarditas.
  • Lemba. Son una tribu de África meridional, de fenotipo negroide, que aseguran ser descendientes de los israelitas. Análisis del Cromosoma Y del ADN establecieron un origen en el Oriente Medio para una parte de la población Lemba masculina. El haplogrupo J1c3 o haplotipo modal Cohen (Gen Cohen), un indicador de ascendencia judía, se ha encontrado entre los hombres líderes de un clan, tasas aún más altas que la población judía en general. Se estima que son unos 70.000. Aunque hablan idiomas bantúes similares a las de sus vecinos, tienen prácticas específicas y creencias religiosas similares a las del judaísmo, que se han recordado y se han transmitido oralmente a través de las generaciones.
  • Gruzim o georgianos. Pertenecen a Georgia, en el Cáucaso, gruzim viene del término ruso Грузинские евреи (Gruzinskie Yevreyi, Judíos Georgianos). El nombre georgiano de la comunidad es Huria (ჰურია) o Ebraeli. Algunos los consideran ashkenazim. No se sabe como ni cuando llegaron a Georgia pero lo que si es indiscutible es que ellos son una de las comunidades más antiguas de la diáspora judía alrededor del siglo I de la era común. El dictador Stalin pertenecía a este grupo étnico judío.
  • Judíos de India. Hay varios grupos en la India que reclaman ser supuestos descendientes de las diez tribus perdidas como:
    • Bene Israel (Hijos de Israel)
    • Bnei Manashe (Hijos de Manasés), se convirtieron en masa al descubrir su pasado judío. Creen que son miembros de las tribus perdidas de Israel. Muchos eran cristianos y surgieron porque hablan de que Chala tuvo un sueño donde Dios le dijo que debían regresar al judaísmo y a la tierra de Israel aunque nunca han podido "retornar" a él.
    • Judíos Cochin.
    • Judíos Telugu.
  • Romaniotes. Son los judíos de Grecia, con una tradición en territorio heleno de más de dos mil años. No hay que confundirlos con los sefardim que emigraron a Grecia de España después de la expulsión de 1492. Siguen la tradición del Talmud de Jerusalén, en lugar del Talmud de Babilonia, y su lengua es el yevánico.
  • Italkim o Bené Roma. Los Italkim (italiano en hebreo), actualmente son más de 50 mil y tienen una presencia de dos mil años. Sus costumbres religiosas son una mezcla de las ashkenazis y de las sefardíes. Físicamente son más parecidos a los ashkenazis.
  • Parsim o persas. Son los judíos cuya lengua materna es el persa y llegaron a Persia hace 27 siglos aproximadamente. Esto ocurrió desde la primera diáspora judía. Las mayores concentraciones de parsim ('persas' en hebreo) están en Irán, Estados Unidos e Israel.
  • Abayudaya. Los Abayudaya son una comunidad en Uganda que adhierre al judaismo desde los años 20 del siglo XX. Desde el 2002 han sido convertido oficialmente.
Judíos de China.
  • Tiu-Kiu-Koui. Son los judíos de Asia, principalmente de China, Indochina y Japón, de fenotipo mongoloide, lo que los hace indistinguibles de la mayoría de los asiáticos. Su nombre deriva del chino y significa "extractores de tendón", por sus sacrificios sangrientos en referencia al cashrut. Marco Polo los menciona en sus crónicas. Parece ser que entre los de la tribu de Wa y de Silla existieron judíos de Asia que llegaron a Japón procedentes del tercer siglo hasta el séptimo siglo conocido y que se conoció como la tribu de Hata, Algunos consideran que pertenecen a una parte de las diez tribus perdidas de Israel, concretamente la tribu de Dan y de la gente de mar de la tribu de Zabulón. En 1910, había 2000 judíos en China y Japón. Los judíos de Kaifeng son una pequeña comunidad judía que ha existido en la ciudad de Kaifeng (provincia de Henan) durante siglos. Aunque los judíos en la China moderna se han llamado tradicionalmente a sí mismos youtai (犹太, de Judá) en mandarín, la comunidad era conocida por sus vecinos chinos como miembros del Tiaojiaojin (挑筋教), lo que significa, aproximadamente, "la religión que quita el tendón". Se ha afirmado que los grandes líderes de la revolución comunista en China, desde Mao Tsé Tung hasta los actuales, así como Ho Chi Minh en Vietnam y Pol Pot de Camboya han sido tiu-kiu-kiou. Los tiu-kiu-kiou llegaron a Japón y son responsables de las atrocidades japonesas como las "mujeres de confort" usadas por el ejército japonés como esclavas sexuales.

"La raza judía"

Véase también: Gen Cohen


Muchos de los negacionistas raciales más prominentes han sido judíos, como Jared Diamond, quien, no obstante, ha argumentado que la evidencia genética apoya que los judíos son una raza (excluyendo a algunos grupos como los judíos etíopes, que se consideran conversos). Incluso se argumenta que los judíos son una de las poblaciones genéticamente más distintivas del mundo debido a la endogamia judía (casarse dentro del grupo). Al mismo tiempo, ha habido algún intercambio genético con grupos no judíos circundantes, lo que ha contribuido a las diferencias físicas entre los grupos judíos.

El negacionismo racial, así como la deslegitimación étnica y antropológica del concepto de raza aria, se utiliza como argumento para negar a los europeos el derecho a sus propios países, mientras que el racialismo con respecto a los judíos se utiliza como argumento para que los judíos tengan derecho sobre Israel.

Recientemente, organizaciones judías e Israel han abogado por el uso o han comenzado a usar pruebas genéticas de ascendencia genética judía. Esto con fines tales como decidir genéticamente el grado de ascendencia genética judía de un individuo para determinar si el individuo tiene derecho a la ciudadanía israelí o no. Esto para evitar, por ejemplo, que los rusos sin la ascendencia genética judía correcta (pero que quieren emigrar a Israel y afirman ser judíos) se conviertan en ciudadanos israelíes. También se cree que estas pruebas genéticas "ofrecen oportunidades para conectar, involucrar y fortalecer los lazos del pueblo judío". Otro propósito defendido de tales pruebas genéticas es encontrar más personas fuera de Israel con una ascendencia genética judía parcial, ya que se cree que esto "amplía el círculo de personas con algunas raíces judías que sienten afinidad e identificación con el pueblo judío y el Estado de Israel". Una crítica es que "Esta demanda de pruebas de ADN para inmigrantes a Israel contrasta dramáticamente con la demanda de fronteras abiertas hecha por todas las organizaciones judías en Estados Unidos y en otros lugares".

Controversias sobre el origen de los judíos modernos

Artículo principal: Hipótesis jázara


Se estima que un 80% de los judíos actuales son originarios de Khazaria, un reino que se convirtió al judaísmo en el siglo VIII o IX después de Cristo.

Los hebreos son un pueblo semita, que según la tradición judía descienden de Isaac, hijo de Abraham y Sara, que fue bendecido por Jehová y posteriormente se liberaría de Egipto y asentaría en Canaan, el pueblo de Israel. Bajo este concepto los judíos justifican su derecho a vivir en esas tierras que Dios les habría dado y que hoy se conoce como Palestina o Israel.

Sin embargo, algunas hipótesis y estudios cuestionan sobre si a los judíos ashkenazim, que representan alrededor del 80% de la población mundial judía en la actualidad, se los puede calificar como hebreos y semitas étnicos, o descendientes de Abraham, pues la porción de individuos "auténticamente semitas entre las comunidades judías en todo el mundo, y muy especialmente en el Estado de Israel, pareciera ser relativamente baja".

Según algunos, únicamente los judíos sefardíes pueden reclamar una probable descendencia de los semitas antiguo-testamentarios. Los sefardíes conforman una minoría numérica y de relativamente baja representatividad e influencia dentro de las estructuras de poder judías, tanto en el Estado de Israel como en la Diáspora. Por otro lado, hay evidencias de que los ashkenazim descienden de los jázaros, pueblo euroasiático de origen caucásico-turco-mongol, habitantes de un lugar llamado Khazaria, en las montañas del Cáucaso, entre el Mar Caspio y el Mar Negro, que en los siglos VII, VIII y IX logró conformar un magnífico imperio de vasta extensión pero fuertemente descentralizado por tratarse de un pueblo eminentemente nómada y que se convirtieron al judaísmo alrededor del año 800.

Aunque los judíos originarios de Khazaria claman tener algunos ancestros semitas para llamarse a si mismos judíos, las diferencias raciales apreciables a primera vista, mediante la observación y comparación, por ejemplo, del aspecto físico con los verdaderos judíos, descarta la mayoría de su argumentación. De hecho, los verdaderos descendientes de los judíos del siglo I son los palestinos que hoy profesan principalmente la fe musulmana y en segundo lugar la cristiana.

Los jázaros eran regidos por un rey llamado genéricamente el Khagan, quien en el siglo VIII comprendió que la principal amenaza que se cernía sobre su pueblo era la de verse asimilados por alguno de los dos imperios políticos, militares y culturales euroasiáticos de la época: por un lado, el Imperio Romano Oriental regido desde Bizancio, de religión cristiana ortodoxa y, por el otro, el islámico Califato de Bagdad.

Urdiendo una compleja trama de casamientos políticos, los jázaros supieron insertarse en el decadente poder bizantino, mas ellos siempre eligieron mantener su orgullosa independencia, uno de cuyos pilares era no haberse jamás subordinado ni al cristianismo bizantino ni al Islam, sabiendo en aquellos tiempos que la religión era el factor de poder de gran importancia política y social.

Es así que los reyes jázaros desde su ciudadela en la ciudad de Itil a orillas del Mar Caspio, tomaron una medida revolucionaria, sin precedentes históricos, y única: en el año 740AD, los jázaros se convirtieron en masa al judaísmo como estrategia para frenar las peligrosas presiones cristiana y musulmana.

Con el devenir de los siglos, el ocaso del imperio jázaro, la caída de Bizancio, y el fortalecimiento del Islam, los descendientes de los nómades jázaros se expandieron hacia Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Polonia e ingresaron a Europa Central y Occidental a través de Rumania y Alemania llegando a tener amplia presencia en muchas de las principales ciudades de Europa. Donde iban los jázaros, portaban con ellos la religión de Moisés.

Los judíos Ashkenazim tienen mayormente rasgos rubios, de ojos claros, tez blanca, y a menudo pelirrojos, y según se ha dicho, auténticos "arios", pero los jázaros no eran indoeuropeos o arios sino un pueblo turco-mongol. Por lo que dicen "poco o nada tienen que ver con los hebreos e israelitas de la Biblia, es decir, poca o nada sangre "semita" fluye por sus venas, y poca justificación histórica o étnica tienen para reclamar como propia a la Tierra Santa cananita".[2]

Reclamaciones sobre Palestina

Esto también cuestiona seriamente que los ashkenazim y el sionismo utilicen la religión como justificación para reclamar el territorio en el que hoy se asienta el Estado de Israel, siendo que los auténticos descendientes de los judíos del siglo I que habitaban esa región son precisamente el pueblo palestino. Por lo que sus reclamos sobre Palestina como patria original e histórica no tendrían validez alguna. Además de considerar el hecho de que basarse en un "Libro Sagrado" para hacer reclamaciones territoriales es dudoso.

Según el historiador judío Shlomo Sand, profesor de la Universidad de Tel Aviv y autor del libro: ¿Dónde y cómo se inventó al pueblo judío? (en inglés: When and How Was the Jewish People Invented?)[3], a lo largo de la historia nunca ha habido tal cosa como un "pueblo judío" (concepto alegado por los propios judíos), sino solo una religión. El supuesto exilio es una falsedad histórica inspirada en la ficción del relato bíblico, por lo que tampoco habría base real para exigir un retorno a Israel[3].

El Imperio Romano no solía exiliar a naciones enteras pues tal cosa habría sido tremendamente costosa y difícil de realizar para los recursos de la época, y habría requerido una inversión de recursos imposible para los romanos. Es probable que los romanos hubieran exiliado a la aristocracia judía y a los líderes de las rebeliones y sus familias, pero la mayoría de los judíos habrían permanecido en sus tierras. Se estima que el número de exiliados estaría a lo sumo en el rango de las decenas de miles y cuando el Islam conquistó Palestina la mayoría de los judíos se habría convertido y asimilado dentro del pueblo árabe[3].

Por otro lado, las mismas tesis fueron propuestas por David Ben-Gurión y Yitzhak Ben-Zvi, 30 años antes de la creación de Israel.

El historiador Tom Segev plantea la siguiente pregunta: ¿Si no hubo éxodo, como es que los judíos se esparcieron por todo el mundo? Sand dice que la respuesta es que ellos emigraron voluntariamente. Además, contrario a lo que se cree, en la antigüedad la religión judía buscaba convertir a creyentes de otras religiones y eso explica como creció su número rápidamente pasando a conformarse principalmente de personas de diversos orígenes raciales y étnicos, como los falashas y lembas que son de raza congoide, en contraste con los ashkenazíes que son caucasoides en buena parte de aspecto nórdico.[3].

A pesar de todo esto, los judíos aún hoy usan el término "antisemitismo" para defenderse, cuando estos no tendrían relación alguna con los judíos de Israel, aprovechando el impacto que tienen las palabras Holocausto en las masas y los medios, y la creencia cristiana de que los judíos son el pueblo elegido de Dios (a pesar de que los judíos no admitieron que Jesús de Nazaret fuese el Mesías esperado por ellos).

Supremacismo judío

Artículo principal: Supremacismo judío


El judaísmo es una religión supremacista que alberga la creencia sustentada en sus textos sagrados, especialmente la Tanaj, de que el pueblo judío es el pueblo elegido de Dios, y es moral, intelectual, espiritual y genéticamente superior a todos los demás pueblos, a los cuales a menudo el dios judío exige exterminarlos pata heredar sus tierras o bien los cuales sólo existen para servir a los judíos.

Características

Comportamiento

El comportamiento judío es bastante extenso.

Los judíos tienen un talento proverbial para el espionaje internacional, el despliegue de dobles agentes y las oposiciones controladas. Su papel como población de la diáspora les ha llevado a su infiltración dentro de naciones gentiles y lograr que se les reconozca como ciudadanos plenos de cualquier territorio extranjero que estén ocupando, mientras guardan celosamente lealtad a su propia tribu y a sus intereses. Para su exitoso mimetismo social, suelen adoptar nombres alternativos de origen no judío que usan para no evidenciar su verdadero origen, especialmente cuando se trata de asuntos de subversión o en situaciones adversas a su grupo, por ejemplo, en la Antigua Roma, el judío Schaul de Tarso, optó por su nombre romano, Pablo (Paulus), cuando predicó el cristianismo a los gentiles, y el judío Kissel Mordechai, se camuflaba bajo el nombre de Karl Marx mientras ideaba las bases del comunismo en Alemania.

Una de las características que más destacan de los judíos es su facilidad para conseguir riqueza mediante operaciones comerciales y bancarias, como la especulación y la usura, lo cual les ha traído innumerables conflictos en la historia con las naciones en las que se instalan. Además, no poseen apego al trabajo físico o manual que implique la producción de bienes, evitando el trabajo duro en el campo y las fábricas. En cambio, como grupo, han sido históricamente responsables de la producción de anti-arte, anti-cultura y visiones distorsionadas de la historia que han intentado legitimar por todos los medios posibles, con el fin de degradar la de sus anfitriones.

Una de las formas mediante las cuales los judíos consiguen su influencia, y posteriormente con ella su riqueza, es mediante el nepotismo, consiguiendo así perpetuarse en muchos centros de poder.[4]

Inteligencia

Desde 1950, el 29% de los premios Nobel han sido ganados por judíos ashkenazim, a pesar de que representan sólo una pequeña fracción de la humanidad. Los ashkenazi reciben 117 veces mas premios de los que deberían en relación a su número. Este ritmo no se está desacelerando sino todo lo contrario. En el siglo XXI, han recibido el 32% del total, y en 2011, cinco de los trece premios Nobel eran judíos - 38,5%.

Aproximadamente el 80% de los judíos en el mundo de hoy son ashkenazim, y el resto principalmente sefardí. Los investigadores que estudian a los askenazíes en su mayoría están de acuerdo en que éstos presentan un elevado cociente intelectual. Comparten esta posición Henry Harpending, Jason Hardy y Gregory Cochran de la Universidad de Utah; así como Steven Pinker, que dio una conferencia titulada "Judios, los genes y la inteligencia", en 2007 ("su cociente intelectual promedio se ha medido en 108 a 115."). Por su parte, Charles Murray, en su ensayo de 2007 titulado "Genio judío", dice "su media está en el rango de 107 a 115" puntos.

Un cociente intelectual judío de 115 puntos quedaría 8 puntos por encima del índice de inteligencia generalmente aceptado para los asiáticos y un 40% más que el cociente promedio mundial de 79,1 calculado por Richard Lynn y Tatu Vanhanen.

Sin embargo, Richard Lynn, autor de "La inteligencia de los judíos de América" ​​(2004), dice que el cociente intelectual judío no es tan alto como estiman otros expertos. Su promedio estaría en torno a los 107,5 puntos y resultaría aún menor si se lo mide dentro de Israel. En este sentido, el revisionista del Holocausto Ernst Zündel opina que aunque algunos judíos son muy inteligentes, el hecho de que estén sobrerepresentados en los Premios Nobel desde 1950, se debe al tráfico de influencias (el llamado privilegio judío) y no a una increíble capacidad intelectual.

Psicología

Según un experimento publicado por la revista científica Frontiers, los judíos sefardíes disfrutarían al contemplar el dolor de personas a las que odian. Para este estudio se eligieron 19 voluntarios con raices judias y se les puso un video donde una serie de actores interpretaban a un grupo de neonazis y otro grupo a personas "amigables y simpáticas". Al grupo de neonazis se les sometió a toda clase de torturas: se les pinchaba con alfileres en las palmas de las manos, etc. El escáner cerebral reveló que a los voluntarios de origen sefardí se les activaba los centros del placer al contemplar las torturas.[5]

Aspecto físico

En Das Judenthum in der Musik, Richard Wagner describe el aspecto exterior judío de la siguiente manera:

"El judío [...] nos sorprende primero, en la vida ordinaria, por su aspecto exterior; a cualquier nacionalidad europea que pertenezcamos, él presenta algo desagradablemente extraño a esa nacionalidad: involuntariamente deseamos no tener nada en común con un hombre que tiene esa apariencia. Hasta el presente, esa particularidad era considerada como un infortunio para el judío; pero en estos tiempos, debimos reconocer que a él no le molestaba; después de sus existas, le es permitido considerar como una superioridad lo que le diferencia de nosotros. [...] desde el punto de vista artístico, ese aspecto físico no nos parecerá nunca un objeto que el arte pueda producir: cuando el arte plástico quiere representar a judíos, saca casi siempre sus modelos de la imaginación, ennobleciéndolos prudentemente o suprimiendo todo lo que en la vida ordinaria caracteriza para nosotros precisamente la fisonomía judía. Nunca el judío se aventura sobre un escenario teatral: las excepciones a esta regla son muy raras y con una particularidad tal que no hacen más que confirmarla. No podemos imaginar sobre la escena a un personaje antiguo o moderno, héroe o enamorado, representado por un judío, sin sentir involuntariamente todo lo impropio, que llega hasta el ridículo, de una tal idea. Esto es muy importante: No podemos considerar como susceptible de manifestarse artísticamente a un hombre cuyo aspecto exterior juzgamos que es impropio para una realización artística, no solamente en tal o cual personaje, sino en general, y a causa de su raza".
Richard Wagner.[6]

Influencia

Artículos principales: Influencia judía y Cine sionista


La influencia judía en las naciones occidentales ha sido descrita como extremadamente grande, como lo demuestra, por ejemplo, que casi la mitad de los 40 estadounidenses más ricos son judíos y todos los grandes estudios de Hollywood tienen altos ejecutivos judíos.[7]

Antisemitismo

Artículos principales: Antisemitismo y Neoantisemitismo


Etimológicamente el uso del término "antisemita" carece de su significado real, pues la palabra "semita" en realidad engloba a todos los pueblos semíticos de los cuales los judíos serían tan solo una pequeña parte.

Según los supremacistas judíos el término antisemita sólo hace referencia a los judíos, cuando la realidad de la etimología de la palabra abarca a todos los pueblos semíticos en general.

La etiqueta de antisemita es utilizada por los gobiernos de ocupación sionista como recurso político y legal para censurar a aquellos que de alguna manera critican las acciones de los judíos o de Israel, y no únicamente a quienes los discriminan negativamente como comunidad, llegando incluso a ser considerado como delito según sea el caso. De esta manera los judíos, utilizando el victimismo como constante herramienta mediática, convierten a su comunidad en intachable, incuestionable e intocable dentro de las sociedades donde se establecen.

El antisemitismo referido a los judíos, surge siempre como una respuesta ante el fundamentalismo político-religioso de la comunidad judía (supremacismo judío), o por lo menos de su cúpula dirigente, pero especialmente ante su actitud ética frente a otros pueblos.

Los judíos han demostrado una tendencia a proyectar sobre sus enemigos, sus propias deficiencias, y reclamar para sí las virtudes de sus enemigos. Así, por ejemplo, proyectaron en los nacionalsocialistas un racismo genocida, y usurparon su carácter de nobleza, preservación, supervivencia y orgullo.

Artículo de opinión

Judas, el buen vecino

(autor anónimo)

Me mudo a un nuevo barrio y al poco tiempo tengo problemas con un vecino. Discuto, me hostiga, lo denuncio, me discrimina... es un mal vecino... y lo peor es que hay otros vecinos, también muy pero muy malos, que lo apoyan...

Me mudo a otro barrio y otra vez lo mismo. La plaga de los malos vecinos. Me envidian, pienso, son estúpidos y soberbios, están enfermos.... y mientras digo que soy el elegido de dios, me voy mudando de barrio en barrio, cambio de clima, de regiones, cruzo oceános, desiertos, bosques.... pero más tarde o más temprano... en todos lados lo mismo... esos malditos malos vecinos que no me entienden y que me acusan falsamente.

Pasan los años y los años, pasan los siglos, soy el eterno errante... pasan miles de años. No importa las regiones, ni el color de piel o la religión, ni la lengua que hablen mis vecinos, ni el régimen político que los sustente... siempre acabo teniendo problemas... y a los cuatro vientos proclamo y escribo en sagrados papiros mi papel de víctima.

Milenios de malos vecinos que jamás me entendieron... por lo que concluyo, según mi sana e irrefutable lógica, que el problema está en los vecinos, no está en mi.... malditos vecinos...

Citas

Los Goyim nacieron sólo para servirnos. Sin eso, no tienen lugar en este mundo; sólo para servir al pueblo de Israel. ¿Para qué son necesarios los Gentiles? Ellos trabajarán, ararán, cosecharán. Nosotros nos sentaremos como señores y comeremos. Con los Gentiles, será como con cualquier persona: ellos deben morir, pero Dios les dará longevidad ¿Por qué? Imagina que el burro de alguien está por morir, él perdería su dinero. El burro es su sirviente. Es por eso que el Gentil tiene una vida larga, para servir al judío.
—Ovadia Yosef, Principal Rabbi de Israel, 2010.


La Revolución Bolchevique y algunas de sus secuelas representaron, desde una perspectiva, la venganza judía. Durante el apogeo de la Guerra Fría, publicistas judeo-americanos pasaron mucho tiempo negando que -así como los antisemitas de 1930 sostenían- los judíos desempeñaron un rol desproporcionadamente importante en el comunismo soviético y mundial. La verdad es que hasta principios de 1950 los judíos sí que desempeñaron tal rol, y no hay nada de que avergonzarse. A su tiempo los judíos aprenderán a enorgullecerse del record de judíos comunistas en la Unión Soviética y demás lugares. Fue una especie de golpe devuelto"
—Norman Cantor, The Jewish Experience, 1996


Seamos honestos con nosotros mismos, compañeros judíos. Nosotros controlamos los medios de comunicación. Tenemos tantos tipos en las oficinas ejecutivas en todas las grandes compañías de producción de películas que es casi obsceno. Casi todas las películas o series, sea "Tropic Thunder" o "Curb your Enthuasiasm" está llena de actores, directores, y guionistas judíos. ¿Sabían que los nueve estudios de filmación más grandes están a cargo de judíos?
—Manny Friedman, Times of Israel, 2012


Ustedes no me conocen del viento, nunca lo harán, nunca lo hicieron: soy el pequeño judío que escribió la Biblia. He visto a las naciones ascender y caer, he escuchado sus historias, todas, pero el amor es el único motor de supervivencia. A tu sirviente se le ha ordenado decirlo claro y frío: se acabó. Ahora las ruedas del cielo se detienen, tú sientes la fusta del diablo. Prepárate para el futuro: ¡es crimen!
— Leonard Cohen, The Future, 1992

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 Jewish Virtual Library: La población judía en el mundo
  2. Koestler, Arthur - The Thirteenth Tribe: The Khazar Empire and its Heritage" – Picador Books, Londres 1977
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 An Invention Called "the Jewish People"
  4. The Jewish Path to Success forward.com. (Consultado el 29 de julio de 2019)
  5. "Demuestran que el cerebro disfruta al ver sufrir a tus enemigos" ABC. (Consultado el 6 de junio de 2018)
  6. Wagner, Richard (1869). Das Judenthum in der Musik
  7. [http://www.latimes.com/news/opinion/commentary/la-oe-stein19-2008dec19,0,4676183.column Joel Stein, How Jewish is Hollywood? 19-12-2008. Los Angeles Times.

Artículos relacionados

Enlaces externos

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