Gurú Nanak Dev Ji

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Gurú Nanak Dev Ji (Nankana Sajib, 15 de abril de 1469 − Kartarpur, 22 de septiembre de 1539) fue el fundador del sijismo y el primero de los diez gurús sijes. No solo es reverenciado por los sijes, sino también por los hindúes y los musulmanes en Punyab y por todo el subcontinente indio.

Enseñanzas

Según sus enseñanzas, la religión debería ser un medio de unión entre los seres humanos, pero, en la práctica, esta parecía enfrentar a las personas. En este sentido, lamentaba de forma especial el enfrentamiento entre hindúes y musulmanes, así como las prácticas de carácter ritual que apartaban al ser humano de la búsqueda de Dios. Su intención era llegar a una realidad más allá de las diferencias superficiales entre las dos religiones. De ahí su primera y famosa enseñanza «na ko hindú, na ko musalmán» (‘no hay hinduistas, no hay musulmanes’). La posición doctrinal de Gurú Nanak se apoya en un hecho básico: la autoridad del Dios único.

Gurú Nanak se opuso al Sistema de castas de la India pero conservó el concepto hindú de maya (‘ilusión’). Según éste, el mundo se nos manifiesta como si fuera real, pero la auténtica realidad es solo la de Dios. El mundo material es una ilusión que impide a muchos seres humanos, abandonados a los placeres materiales, ver la realidad auténtica y única de Dios. La fe sij conserva la creencia hindú en la reencarnación, pero considera que el ser humano puede liberarse del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud, que le permite alcanzar la morada del amor de Dios. En cambio, los hindúes creen que la virtud solo produce una reencarnación en mejores condiciones de vida.

En 1499, cuando el mundo entero no ofrecía ningún respeto hacia la mujer, Gurú Nanak elevó la posición de la mujer distribuyendo este mensaje:

De la mujer nace el hombre; dentro de la mujer, el hombre es concebido; con ella el hombre se compromete y se casa; La mujer se hace su amiga; a través de la mujer, las futuras generaciones nacen; Cuando su mujer se muere, él busca a otra; a la mujer él es atado. Pues para que llamarla mala, de ella nacen reyes. De la mujer, nacen mujeres; sin la mujer no habría nadie. Solo el Dios verdadero no tiene mujer.