Henry Morgenthau Sr.

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Henry Morgenthau
Heinrich Morgenthau Guggenheim -más conocido como Henry Morgenthau- (26 de abril de 1856, Mannheim, Confederación Germánica - 25 de noviembre de 1946, Nueva York, EEUU) fue un empresario y diplomático judío que vivió en los EEUU. Aunque hay quienes lo acusan de antisionista debido a su oposición a la creación de un Estado judío en Oriente Medio, lo cierto es que Morgenthau fue todo lo contrario ya que promovió el entrismo de sionistas en los gobiernos de distintos países del mundo.

Familia

Su padre, Lazarus Morgenthau, fue propietario de una enorme fábrica de cigarrillos en Mannheim, la cual se fundió en los años de la Guerra Civil Estadounidense al no poder exportarle sus productos a los americanos por culpa de las medidas proteccionistas que el gobierno de ese país adoptó en torno a la industria del tabaco. Como consecuencia en 1866 migró junto a su familia a la ciudad de Nueva York, en donde se desempeñaría como encargado de las finanzas del kahal local.

Lobbista judío en los EEUU

Morgenthau se formó como abogado en la Universidad de Columbia. Ejerció durante algunos años esa profesión, hasta que comenzó a adquirir edificios y terrenos, deviniendo un importante desarrollador inmobiliario neoyorquino. Asimismo fue miembro de la secta B'nai B'rith, teniendo a su cargo el plan para mejorar la imagen pública de la comunidad judía ante el pueblo de los EEUU. Para ello financió al rabino Stephen Wise con el propósito de que expandiera a la Free Synagogue, un movimiento de judíos liberales que promovían la asimilación de los miembros de su raza a la cultura estadounidense. Su fachada de filántropo -fue benefactor de la Educational Alliance, la Bronx House y el Mount Sinai Hospital- le permitió mostrarse como un hombre respetable, que cultivaba un espíritu igualitarista y una mirada humanista.

Su fortuna e influencia le permitieron tejer alianzas con políticos tan necesitados de fondos para sus campañas electorales como de los votos de los judíos. Por ese motivo Woodrow Wilson, a quien había ayudado a llegar a la presidencia en las elecciones de 1912, le ofreció el cargo público que desease. Morgenthau solicitó el puesto de Secretario del Tesoro, pero Wilson desestimó su petición. En consecuencia escogió convertirse en el Embajador de los EEUU en el Imperio Otomano, pues ello contribuiría a que los norteamericanos aumentaran la presión sobre el sultán Mehmed V para que éste les concediese privilegios especiales a los judíos que estaban invadiendo tierras palestinas.

Embajador de los EEUU ante el Imperio Otomano

Entre 1913 y 1916 el empresario judío vivió en Constantinopla.

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, estando los otomanos aliados con las Potencias Centrales; ello forzó a diversas misiones diplomáticas europeas a retirarse del lugar, lo que hizo que Morgenthau pasara a convertirse en el representante informal de Occidente ante el Imperio Otomano. Como parte de los eventos bélicos, durante esos años se produjo el genocidio armenio, una cruenta matanza de armenios a manos de turcos bajo la acusación de que, por ser ellos un pueblo cristiano, estaban conspirando con los rusos para rebelarse y facilitar la derrota otomana. Ante ese escenario, Morgenthau vio la posibilidad de emprender una ofensiva contra los otomanos que culminara en el desmembramiento de su territorio, lo que facilitaría la creación de un Estado judío en Oriente Medio. Por esa causa organizó al American Committee on Armenian Atrocities (rebautizado en 1919 como Near East Foundation) para recaudar fondos con los que financiarían tanto el envío de ayuda humanitaria para los armenios como la propaganda anti-turca y anti-alemana que alentaría a los EEUU y a otros países a unirse a la guerra. El periódico The New York Times obraría infatigablemente a favor de la estrategia de Morgenthau.

En 1916 dejó su puesto, temeroso de que los turcos intentaran asesinarlo de algún modo. Fue designado por el presidente como Embajador de los EEUU en México, pero el Senado rechazó la postulación.

En 1917 retornó a Constantinopla por unos meses, enviado por el gobierno estadounidense para que negociara un armisticio especial, lo cual fracaso porque los otomanos se negaron a aceptar las exigencias que Morgenthau les realizó en relación a los judíos. Como represalia el empresario amplió su campaña de agitación contra los turcos, acusándolos de promover políticas genocidas también contra los griegos y los asirios.

Promotor de los gobiernos de ocupación sionistas

A partir de 1919 se convirtió en un embajador de la judería internacional frente al nuevo tablero geopolítico. Analizando los planes del sionismo desde una perspectiva realista, concluyó que lo más sensato para su raza en ese momento era oponerse a la creación del Estado judío en Oriente Medio. Para ello articuló tres argumentos: el primero fue político, sosteniendo que los británicos -que administraban el territorio palestino- no permitirían el dominio judío para no desencadenar una reacción hostil de los árabes en la región; el segundo era económico, puesto que Morgenthau afirmaba que la supervivencia de los judíos en esa parte del mundo dependía del desarrollo de la industria, lo que les llevaría varias décadas completar y generaría en el medio toda clase de conflictos entre los propios judíos; y el tercer argumento, finalmente, era religioso, asegurando que Israel era un fuego fatuo para el pueblo judío, ya que su verdadero triunfo espiritual era conquistar otros países como lo estaban haciendo de hecho con los EEUU.

Morgenthau puso en práctica sus ideas cuando le tocó realizar un informe sobre el antisemitismo en la recientemente creada Segunda República Polaca. Ante el registro de hechos de violencia contra judíos que habitaban suelo polaco, se formó una comisión británica-estadounidense presidida por el empresario neoyorquino para investigar el caso. En concreto lo que había sucedido fue que un puñado de nacionalistas polacos, ante la mirada pasiva de las autoridades locales, se enfrentaron en varias ciudades de su país contra separatistas sionistas que abusaban comercialmente de sus vecinos gracias a su posición privilegiada conseguida con el apoyo de otros judíos en el extranjero. Morgenthau, en lugar de señalar ello, afirmó que los judios estaban siendo atacados sólo por el hecho de ser judíos, pero que el gobierno no era cómplice, ya que todo el país era una víctima de la propaganda antisemita que durante décadas había difundido el gobierno alemán (el empresario neoyorquino era particularmente hostil a la figura del káiser Guillermo II de Alemania, llegando a exigir que fuese ejecutado). Como antídoto contra todo el odio hacia los judíos inyectado en el imaginario popular polaco, propuso que la comunidad judía depusiese sus ambiciones sionistas y se integrase plenamente a la sociedad local, al mismo tiempo en que el gobierno debía comenzar una campaña a nivel nacional para facilitar la integración social y el ascenso político de los judíos.

Durante el periodo de entreguerras operó como nexo entre empresarios estadounidenses (judíos y gentiles) y gobiernos europeos. También colaboró estrechamente con el Congreso Judío Mundial.

Su hijo, Henry Morgenthau Jr., encarnó el ideal del judío asimilado que Morgenthau proponía, ya que se desempeñó como Secretario del Tesoro durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt, impulsando la agenda judía de un modo discreto pero de manera firme.

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