Lesbianismo político

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Feministas radicales marchando bajo el eslogan "muerte al macho" en el día internacional de la mujer.

El lesbianismo político es un fenómeno dentro del feminismo radical que recoge la teoría (descartada por la OMS desde 1973[1]) de que la orientación sexual se elige, y aboga porque las feministas elijan ser lesbianas como forma de escape a una relación heterosexual.[2]

Desde el punto de vista ideológico, se fundamenta en dos pilares, el rechazo a una supuesta "heterosexualidad obligatoria" impuesta por la sociedad y el concepto de que "lo personal es político" enunciado por Carol Hanisch.

Fundamentos

El lesbianismo político se originó a fines de la década de 1960 entre las feministas radicales de la segunda ola, como una forma de combatir a la heterosexualidad. En su obra de 1980, "Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana", Adrienne Rich desarrolla un manifiesto político en favor del lesbianismo dentro del movimiento feminista.

Las frase "lo personal es político", acuñada por Carol Hanisch en un texto del mismo título, desdibujan los límites entre el análisis político público y privado, defendiendo la necesidad de politizar nuestras relaciones personales. Carole Pateman reafirmó esta práctica en su libro de 1988: "El contrato sexual". Según ella, existiría una división entre los ámbitos público y privado que estaría directamente relacionada con la consolidación de un supuesto "patriarcado moderno"[3].

Además, Sheila Jeffreys ayudó a desarrollar el concepto cuando coescribió en 1981 "¿Ama a tu enemigo? El debate entre el feminismo heterosexual y el lesbianismo político" (en inglés: "Love Your Enemy? The Debate Between Heterosexual Feminism and Political Lesbianism") con el Grupo Feminista Revolucionario de Leeds. Argumentaron que las mujeres deberían abandonar la heterosexualidad y dejar de acostarse con hombres, mientras animaban a las mujeres a sacar a los hombres "de sus camas y de sus cabezas". Si bien la idea principal del lesbianismo político es estar separadas de los hombres, esto no significa necesariamente que las lesbianas políticas tengan que acostarse con mujeres ya que algunas eligen ser célibes o identificarse como asexuales.

En un sentido mas amplio, el lesbianismo político supone la identificación de las mujeres con las mujeres, incluyendo un rol más allá de la sexualidad pero apoyando que se evite formar una relación con los hombres. Así la mejor forma de oponerse al patriarcado es centrarse exclusivamente en el adoctrinamiento de mujeres y niñas, bajo la tesis de que los hombres no pueden hacer contribuciones positivas al movimiento feminista y que incluso los bien intencionados, replican la dinámica del patriarcado. Se entiende que cualquier lesbiana que se relacione con varones, en algún punto tiene que traicionar a sus hermanas.

Referencias

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