Los Mapas de los antiguos Reyes Marinos

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El Mapa del almirante Piri Reis (1513)
La evidencia presentada por éstos antiguos mapas sugiere la existencia, antes del ascenso de cualquiera cultura conocida, de una Civilización avanzada durante remotas edades.

—Charles H. Hapgood

Los Los Mapas de los antiguos Reyes Marinos se refieren a la investigación realizada por el historiador Charles H. Hapgood (1904 - 1983), Master en Universidad de Harvard y Profesor de Historia en Springfield College en New Hampshire. Hapgood desarrolló una fundamentada línea de investigación del pasado remoto de las culturas humanas, basándose en métodos empíricos de conocimiento.

Hallazgos

Los sorprendentes resultados han sido expuestos en trabajos como "El Cambio de la Corteza Terrestre" (Earth´s shifting crust, 1958) y luego en "Los Mapas de los Antiguos Reyes Marinos. Evidencia de Civilización avanzada en la Edad de Hielo" (Maps of the Ancient Sea Kings. Evidence of Advanced Civilization in the Ice Age, 1966). En la primera obra, Hapgood aborda los drásticos cambios que significa para el planeta y sus habitantes el cambio del Eje Terrestre, siguiendo los postulados de Hugh Achincloss. Éste trabajo de Hapgood fue republicado en 1970 con el título "El sendero del Polo" (The Path of the Pole), determinando que es el movimiento de los polos terrestres la causa del desplazamiento de las masas continentales (Deriva Continental) y su directa relación con los cambios climáticos, la formación de montañas, los altiplanos y los fondos marinos, siendo estos factores, las posibles razones de la extinción natural de algunas especies en el pasado. El movimiento de los polos se produciría por el movimiento centrífugo y su relación con la masa de la corteza terrestre de acuerdo a la siguiente cadena: acumulación extrema de masa en uno ó ambos polos, situación que desestabiliza el equilibrio rotacional de la Tierra (hecho que sucedería de manera drástica ó pausada), generando un deslizamiento de gran parte de la corteza terrestre externa alrededor del centro de la Tierra. Se generan, de esta manera, catastróficos cambios en la superficie, desplazando por ejemplo, al actual continente antártico -una vez situado en la zona ecuatorial- a su actual ubicación polar. El movimiento de los polos -de acuerdo a Hapgood- dura aproximadamente 5.000 años, seguido por un período de relativa quietud entre 20.000 a 30.000 años.

Antiguas civilizaciones

Bajo esta perspectiva, Charles H. Hapgood determina la existencia de Antiguas Civilizaciones en el pasado del Mundo que se han visto asoladas por los drásticos efectos del cambio del Eje Terrestre, cuyos registros se encuentran en mitos, leyendas y religiones, como Los Edda Nórdicos, la Tradición de los Soles en los Antiguos Mayas, el Diluvio del Trén Trén y Kai Kai en los Araucanos y el Apocalipsis de San Juan. En su extraordinaria obra "Los Mapas de los Antiguos Reyes Marinos. Evidencia de Civilización avanzada en la Edad del Hielo", el autor analiza el mapa de Piri Reis (1513), donde aparecen los contornos del continente antártico, la "Terra Incognita" de la tradición cartográfica medioeval, hecho curioso y sorprendente, pues la Antártica no fue avistada si no hasta 1799 por el Capitán Cook de acuerdo a la Historia ortodoxa (Piri Reis copió su mapa de otros de mayor antigüedad en la Biblioteca Imperial de Constantinopla). Algo semejante sucede con el mapa de De Canerio, los mapas de Ptolomeo y un antiguo mapa de China conocido como Yü Chi Fu, ó Mapa de los Caminos de Yü el Grande, en los cuales sus autores utilizaron la proyección de trigonometría esférica. Hapgood determina en su trabajo la existencia en remotas edades de una civilización a escala global, en la cual los cartógrafos de entonces virtualmente abordaron en las proyecciones al planeta en su totalidad ("Los Antiguos Reyes Marinos", pag. 145)

Mapa de Oronteus Finaeus del Hemisferio Sur (1532)

Civilización de naturaleza avanzada

La evidencia de estos antiguos "mapas mundi", permiten a Hapgood precisar que en tiempos remotos, antes del ascenso de cualquiera de las culturas conocidas, hubo una verdadera civilización, de naturaleza avanzada, que si bien pudo estar establecida en un área determinada, poseyó comercio a escala global ó fue, realmente, una cultura a nivel planetario ("Los Antiguos Reyes Marinos", pag. 192). Hapgood desestima la "evolución lineal" tradicional para el entendimiento de ésta antigua Civilización. Sin embargo, esta Civilización Glacial desapareció, como consecuencia de las siguientes causas:

  1. Posible desintegración ó decadencia (como fue el caso de Creta, Troya, Babilonia, Grecia y Roma. Hapgood hace notar que tanto Creta como Troya fueron consideradas sólo mitos);
  2. Posible autodestrucción debido a la considerable extensión de esta Civilización.
  3. Mientras más desarrollada sea una cultura, más fácilmente puede ser destruida y menos evidencia de ella puede quedar (Recordemos la destrucción de la Biblioteca de Alejandría). Hapgood indica en su obra que los vestigios de ésta grandiosa y remota Civilización existen, pero no ha habido interés en verla y reconocer su existencia. Y aún más, se ha rechazado esta posibilidad por parte de arqueólogos e historiadores oficiales. Los altos conocimientos de las Civilizaciones Clásicas fueron transmitidos a ellos desde una Cultura Raíz, traspasados y adoptados por grupos herederos posteriores, así como nosotros lo somos del trabajo de nuestros antepasados durante milenios. Ejemplos de esta Cultura Ancestral son expresados en la existencia de una Lengua primigenia, de la cual los idiomas que componen el árbol Indoeuropeo derivan ("Los Antiguos Reyes Marinos", pag. 204) ó asimismo, las notables similitudes que hay entre las mitologías de Europa, Asia, América del Norte y América del Sur y Oceanía ("Los Antiguos Reyes Marinos", pags. 204 y 205). Hapgood señala que a pesar de no probar estos contactos de manera directa, las semejanzas entre regiones y culturas tan lejanas unas de otras son extraordinarias.

El mapa de Oronteus Finaeus

Finalmente, y con el objeto de reforzar las ideas propugnadas por el Profesor Hapgood, describimos el mapa de Oronteus Finaeus del Hemisferio Sur (1532), en el cual no sólo el cartógrafo muestra al continente de la Antártica en su totalidad, si no que además indica islas interiores y cadenas montañosas, siendo a su vez, el mapa más detallado de la región hasta el año 1800. Lo más extraordinario del mapa de Oronteus Finaeus es que los ríos y montañas indicados allí existen, pero ¡cubiertos hoy bajo el hielo polar! Este hecho fue conocido solamente en el año 1956 (Año Geofísico Internacional) cuando un grupo de científicos realizaron mediciones sonares sobre la capa de hielo, confeccionando así el mapa de la Antártica sin hielo. Según cálculos geológicos actuales, la fecha más tardía en que parte de la Antártica habría estado libre de hielo sería alrededor del 4.000 A.C. ¿Es posible entonces que los mapas -ó los conocimientos expuestos en ellos- provengan de una fecha tan temprana según la Historia oficial? Las evidencias así lo demuestran.

Los ciclos catastróficos que asolan al planeta y a sus seres vivos han sido conocidos desde la antigüedad. Platón expresó: Ustedes recuerdan sólo un Diluvio, a pesar de que ha habido muchos… Ustedes y sus semejantes son los descendientes de los pocos que sobrevivieron. Pero Ustedes no saben de ello porque muchas generaciones pasaron sin dejar testimonios. Es el caso del registro de la salida y puesta del Sol y otros cuerpos celestiales: cómo solían ponerse en el ángulo donde ahora salen y salir donde ahora se ponen. De todos los cambios que tienen lugar en los cielos esta reversión es la más grande y completa. En este tiempo hay destrucción de animales en general y tan sólo una pequeña parte de la raza humana sobrevive.

por Rafael Videla Eissmann