Manuel Díaz Criado

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Manuel Díaz Criado (5 de febrero de 1898, Sevilla, España - 7 de julio de 1947, Sevilla, España) fue un militar español que combatió en la Cruzada de Liberación Nacional. Como lugarteniente del General Gonzalo Queipo de Llano, fue uno de los principales responsables de la aniquilación del peligro subversivo en Andalucía, motivo por el cual su figura terminó siendo intensamente difamada por las izquierdas.

Biografía

Hijo de un militar, las armas fueron su vocación. Como miembro de la Legión Española, le tocó defender a su país de las agresiones de las tribus rifeñas en los territorios del norte de África durante la década de 1920.

La proclamación de la Segunda República Española lo motivó a actuar para evitar que su patria fuese conquistada por las fuerzas de la Anti-España. A raíz de ello, a fines de julio de 1931, se vio obligado a intervenir para evitar una insurrección anarco-comunista en Sevilla, lo que posteriormente se conocería como la "Semana Sangrieta". Como consecuencia por sus acciones los subversivos derrotados comenzaron una campaña de demonización en su contra, la cual incluiría, además, varios intentos de asesinato en los años posteriores.

A principios de 1936 fue sindicado como parte de un complot organizado por los policías Santiago Martín Báguenas y Mauricio Carlavilla para asesinar a Manuel Azaña. Meses después reapareció en Sevilla acompañando a Gonzalo Queipo de Llano en la liberación de Andalucía.

Fue nombrado como Delegado de Orden Público para Andalucía y Extremadura, teniendo la misión de controlar, desarmar y suprimir a todos aquellos elementos subversivos que pusieran en peligro al pueblo español. Para ello conformó un equipo de trabajo con José Rebollo Montiel, Ángel Macua, Pablo Fernández Gómez y otros patriotas civiles y militares de la región.

Díaz Criado permaneció en ese cargo en Sevilla entre el 25 de julio y el 12 de noviembre de 1936, siendo destituido por pedido de Nicolás Franco, quien se había enojado con él luego de que actuara en contra del cónsul de Portugal creyéndolo un espía de los rojos (en realidad ese individuo informaba a Franco). Consiguientemente fue enviado al frente de Talavera de la Reina a la V Bandera de la Legión Española. El tramo final de la guerra lo pasaría en Jaén, siendo el encargado de administrar los campos de prisioneros.

En 1940 fue designado Comandante Militar de Andújar, como reconocimiento a sus labores en tiempos bélicos. Tres años después el gobierno le otorgó la Cruz de la Orden de San Hermenegildo.

Falleció prematuramente en 1947 como víctima de una enfermedad. Había alcanzado el grado de Teniente Coronel del Ejército de Tierra.

Difamación histórica

Díaz Criado era famoso por su coraje y su fiereza, lo que le permitió mostrarse como un hombre de carácter muy fuerte. Ello fue usado por sus enemigos, los izquierdistas, durante todo el periodo en que estuvo vigente la Segunda República, haciéndole fama de sanguinario, demente e impiadoso por su enérgica disposición para enfrentar al terrorismo.

Sin embargo los peores ataques contra su persona los recibió en 1938, provenientes de Antonio Bahamonde, un desertor que publicó el panfleto Un Año con Queipo de Llano. Allí, entre otras falsedades, se presenta a Díaz Criado como un hombre juerguista y mujeriego, adicto al alcohol, que no tenía escrúpulo alguno. Bahamonde lo acusa de ser responsable de más de 20.000 ejecuciones extrajudiciales y explica que las víctimas eran escogidas por el militar sin analizar cada caso, sino solamente bajo la acusación que alguien le hacía de pertenecer a la masonería o de haber estado afiliado a algún sindicato o partido de izquierdas. La obra impone también la idea de que, bajo su mando, se había sistematizado la técnica del asesinato por la espalda encubierto como un intento para evitar una fuga, lo que le habría permitido acelerar las matanzas. Las cifras de víctimas arrojadas por este autor (140 por día) fueron tan desproporcionadas que los mismos propagandistas del Bando Republicano la redujeron a la mitad, número todavía inverosímil.

Posteriormente a Díaz Criado también lo acusarían de haber solicitado favores sexuales a cambio de la liberación de prisioneros o de la conmutación de penas, y calumnias similares.

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