Liberalismo económico

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El liberalismo económico (siglo XIX) es la doctrina económica desarrollada durante la Ilustración (desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa), formulada de forma completa en primer lugar por Adam Smith y David Ricardo, que reclama la mínima interferencia del estado en la economía.

Habitualmente se resume en la expresión francesa Laissez faire, Laissez passer ("dejar hacer, dejar pasar"), que no obstante es el lema de la fisiocracia, una teoría económica precedente.

Liberalismo en comparación con el colectivismo

Analizando desde las posiciones ideológicas del liberalismo, el capitalismo se manifiesta como el único sistema económico capaz de asegurar a cada hombre el libre ejercicio de sus facultades. La laboriosidad y el ahorro actúan en él, como instrumento de prestigio social y de afirmación de las capacidades individuales. La libre iniciativa conduce a la optimización de las capacidades de producción disponibles y asegura, por consiguiente, el crecimiento económico y el bienestar social.

La teoría marxista, por el contrario, cuestiona la apropiación privada de la nueva riqueza generada. De este modo, la igualdad política formal proclamada por el liberalismo se reduciría a la nada como consecuencia de la desigualdad económica. Sin embargo, a lo largo de toda su historia los sistemas políticos derivados del marxismo en ningún caso fueron capaces de producir el gran bienestar económico que auguraban y los países que los aplicaron como Rusia y China se vieron forzados o modificar al menos su política económica hacia el capitalismo a fin de mejorar el nivel de vida de sus pueblos.

Implantación

El liberalismo económico como estrategia de gobierno conlleva una forma extrema de capitalismo, a menudo con un declive inicial y el cierre de muchas empresas hasta lograr un fortalecimiento del sector productivo gracias a la aparición de empresas con elevada competitividad capaces de sobrevivir a la apertura del mercado. Por sus características requiere para su aplicación un gobierno fuerte que no ceda ante presiones de lobbies y sindicatos. Tuvo gran éxito en países como Reino Unido, Alemania Occidental o Chile logrando mejorar el nivel de vida de la población en su conjunto. En otros países encontró gran oposición, su implementación no fue completa o fracasó estrepitosamente acentuando las desigualdades sociales, lo que a la postre hizo que se lo demonizara junto con otras formas de capitalismo menos extremas.

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