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Mitraísmo
El mitraísmo o misterios de Mitra fue una religión mistérica en torno a la divinidad Mithras cuyos orígenes no se conocen de forma precisa, aunque los estudiosos han afirmado que llegó a la Antigua Roma desde Asia Menor.
Como los demás cultos mistéricos del mundo grecorromano, el mitraísmo giraba en torno a secretos que sólo se revelaban a los iniciados. Al entrar en el culto, cada nuevo miembro juraba guardar el más estricto silencio. Por tanto, nuestro conocimiento del mitraísmo se basa únicamente en las descripciones de cronistas externos y en las numerosas imágenes conservadas de altares mitraicos.
Muy difundido en el Imperio romano entre los siglos I y IV, sus miembros eran exclusivamente masculinos y tuvo especial implantación entre los comerciantes y soldados romanos. Si bien inspirado en el culto iranio a la divinidad zoroástrica (yazata) Mitra, el Mitra romano está vinculado a una iconografía y teología nuevas y distintivas, y se debate el grado de continuidad entre la práctica persa y la romana. Aunque la deidad Mitra está documentada en Asia Menor desde el siglo XV a. C., el mitraísmo romano fue mencionado por primera vez por el poeta romano Estacio († 96).
Orígenes
No se sabe dónde surgió el mitraísmo, pero la idea actual es que el culto romano en realidad surgió en la propia Roma y se extendió hacia el este y el norte desde allí, en lugar de ser importado del este y extenderse hacia el oeste.
Era una secta completamente nueva pero que adoptó el nombre y la vestimenta de un dios persa para darse un barniz de antigüedad y, por tanto, de respetabilidad. Los romanos eran bastante intolerantes con lo que llamaban supersticiones, es decir, nuevas sectas religiosas que no tenían la dignidad de las creencias y prácticas antiguas. El cristianismo y, más tarde, el maniqueísmo fueron perseguidos en parte porque se los consideraba supersticiones y esto habría sido algo que los fundadores del mitraísmo habrían querido evitar.
No está claro exactamente qué inspiró el nacimiento de esta nueva secta, pero está claro que el culto romano estaba fuertemente centrado en la astrología. El erudito mitraísta David Ulansey cree que fue el descubrimiento de la precesión de los equinoccios, realizado por Hiparco en el año 125 a.C., lo que hizo que los místicos pensaran en qué ser divino podría ser el responsable de esta notable fuerza celestial; uno que, para ellos, literalmente hacía girar el cosmos sobre su eje.[1] También es notable que varios elementos clave en la iconografía del culto romano de Mitra, que junto con las inscripciones son en realidad la principal fuente de información al respecto en ausencia de textos mitraicos sobrevivientes, solo se encuentran en sitios mitraicos romanos y no en los sitios persas o indios en absoluto. De estos, el más común es la tauroctonía o imagen de la matanza del toro cósmico por parte de Mitra.
Mitología
Se pensaba que Mithras había nacido, completamente formado y adulto, de una roca: la llamada petra genetrix.
Las variantes de esta iconografía muestran a Mitra entrelazado por una serpiente mientras emerge de la roca (comparable a la iconografía de Fanes nacido del Huevo cósmico de la cosmología órfica) o lo tienen rodeado de imágenes que representan el zodíaco astrológico.
De vez en cuando lo asisten dos portadores de la antorcha que también aparecen a menudo en la escena de la tauroctonía. Las inscripciones nos dicen que se llaman Cautes y Cautopates y están representados en las escenas de Petra Genetrix observando o, a veces, ayudando a Mitra a emerger de la roca. Cautes suele representarse con su antorcha hacia arriba y Cautopates con la suya hacia abajo, por lo que se cree que pueden representar el amanecer y el atardecer respectivamente (según el erudito mitraico M. J. Vermasaren) o quizás los equinoccios de primavera y otoño (David Ulánsey).
Artículos relacionados
- ↑ David Ulansey, The Origins of the Mithraic Mysteries: Cosmology and Salvation in the Ancient World (OUP: 1989)