Fondo de ayuda a Metapedia, 2018: Internet es el principal campo de batalla de la Metapolítica de nuestro tiempo. ¡Ayúdanos! | |||
| |||
|
Rebelión Árabe
La Rebelión árabe (en árabe:La Gran Revuelta Árabe) fue una sublevación iniciada por el jerife de La Meca contra el Imperio otomano sobre la región de Palestina con el objeto de crear un estado árabe unificado desde Alepo en Siria hasta Adén en el Yemen.
La rebelión comenzó el 5 de junio de 1916, siendo declarada el 8 de junio por Husayn ibn Ali (jerife de La Meca) y duró dos años, de 1916 a 1918, dando lugar a un efímero reino árabe que será sustituido pronto por la división colonial que da lugar al actual mapa de Oriente Medio.
Reino Unido y Francia, apoyaron la revuela contra los turcos, mientras que el Imperio Alemán prestó apoyo a su aliado Turquía en el marco de la Primera Guerra Mundial.
Estalla la rebelión
Con las garantías británicas mencionadas, estalla la rebelión en los suburbios de Damasco al tiempo que Husayn se hace nombrar rey de los árabes en La Meca, el 10 de junio de 1916. Un ejército otomano-alemán se prepara para desplazarse hacia Medina. Las tropas árabes liberaron primero La Meca y seguidamente Medina, que era la sede de la guarnición otomana en el Hiyaz. Atacando el ferrocarril del Hiyaz aislaron a las tropas turcas del Yemen. En junio de 1917 toman el puerto de Aqaba (actualmente en Jordania), lo que permite el avituallamiento del ejército árabe y los avances aliados en la zona. La rebelión prosigue hacia el norte, tomando Jaffa, en la costa palestina, el 17 de noviembre de 1917. Un mes más tarde el general Edmund Allenby ocupa Jerusalén. En septiembre de 1918 las tropas árabes entran en Damasco, donde se intentará crear las primeras instituciones del reino árabe.
Traición a los árabes
En la rebelión participa el oficial británico Thomas Edward Lawrence, conocido como Lawrence de Arabia, cuya misión es coordinar los avances árabes con los objetivos aliados. Lawrence afirma, en sus memorias de la revuelta, tituladas Los siete pilares de la sabiduría, creer sinceramente en la promesa británica de apoyar la creación de un Estado árabe, que, sin embargo, era falsa como se desvelaría pronto. En efecto, los secretos Acuerdos Sykes-Picot de 1916 dividen toda la región entre Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, y a ellos se añade la Declaración Balfour de 1917, que muestra el apoyo británico a la creación de un «hogar nacional judío» en Palestina.
El reparto de Oriente Medio
Sin embargo, los sucesivos tratados de San Remo y Sèvres (1920) hacen de respaldo legal de los intereses colonialistas y establecen a pesar de todo el reparto definitivo de la región entre las dos grandes potencias, reparto que será sellado por una resolución de la Sociedad de Naciones aprobando el texto de los mandatos en 1922. Ochenta mil soldados franceses desplegados en Siria forzarán a Faysal a exiliarse, estableciéndose el mandato francés sobre el país y la que fuera una región del mismo, el Líbano, ahora segregado y convertido en el Estado de Gran Líbano bajo control francés. De hecho Francia planifica y fragmenta aún más el territorio sirio en Estados independientes y regiones autónomas, aunque más tarde se vea forzada a abandonar estos proyectos debido a la gran hostilidad local, debiendo mantener a Siria unificada.
En la zona británica, las vilayets (provincias) otomanas de Mosul, Bagdad y Basora se unen para formar una entidad nueva llamada Irak, bajo mandato británico, en cuyo trono se coloca al príncipe Faysal. Bajo mandato británico queda también Palestina, que se comunicará con Iraq a través de un pasillo en el desierto al que llamarán Transjordania (más adelante Jordania) poniendo al príncipe Abd Allah como rey. Se conforma de este modo en gran medida lo que será el mapa de Oriente Medio en las décadas siguientes.
En la actualidad, los hachemíes descendientes del emir Abd Allah siguen gobernando en Jordania, país que a pesar de haber sido creado de la nada ha mostrado una sorprendente estabilidad. Es la monarquía jordana quizá la institución que más se reclama como heredera de la rebelión árabe.