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Tomás Adolfo Ducó
Trayectoria militar
Ducó asistió al Colegio Militar de la Nación, egresando en 1922 como subteniente de infantería.
Hizo carrera como oficial del Ejército Argentino, cumpliendo servicio en diversos destinos y recibiendo instrucción en la Escuela Superior de Guerra, lo que le permitió ascender en el escalafón militar.
En 1942 participó de la creación del GOU, logia que organizó la Revolución de 1943. El nuevo gobierno lo designó como interventor de la Lotería de Beneficencia Nacional, dándole la misión de que regule las concesiones a los casinos en distintas partes del país.
Ante la caída del presidente Pedro Pablo Ramírez, Ducó reaccionó encabezando una rebelión el día 29 de febrero de 1944. Su objetivo era deponer a Edelmiro Farrell para restituir a Ramírez y retornar a los objetivos iniciales de los revolucionarios: garantizar elecciones democráticas transparentes. Llegó a ocupar la ciudad de Lomas de Zamora, situada en el cinturón suburbano de Buenos Aires. Sin embargo ningún otro oficial apoyó la maniobra derrocadora, motivo por el cual se vio obligado a rendirse ante el Coronel Fortunato Giovannoni.
Estuvo confinado durante un año en la Isla Martín García, siendo posteriormente pasado a retiro con el rango de Teniente Coronel (situación que se revertiría recién en 1957).
Ya fuera del cuerpo militar, trabajó como directivo de la empresa de transporte automotor de pasajeros Costera Criolla.
Dirigente deportivo
Ducó estuvo toda su vida ligado al Club Atlético Huracán de su ciudad natal. Durante su adolescencia, antes de comenzar su carrera militar, jugó al fútbol en el equipo juvenil de la institución.
Posteriormente participó de su comisión directiva, concentrándose especialmente en el desarrollo del fútbol profesional. Fue electo presidente de Huracán en 1937, conservando el cargo hasta 1945. Su iniciativa más importante durante ese periodo fue la renovación total del estadio que el club poseía en el barrio porteño de Parque de los Patricios. Ambicionaba ver a la institución convertida en una de las fuerzas hegemónicas del campeonato argentino de fútbol.
Como Huracán fue inicialmente castigado por el peronismo a causa de la presencia de Ducó, el militar se apartó de su conducción para no perjudicarlo. Sin embargo retomó el puesto de presidente entre 1949 y 1950, y nuevamente entre 1952 y 1955. En ese periodo se concentró en ampliar las actividades sociales y culturales del club, como también en desarrollar otras actividades atléticas y deportivas más allá del fútbol.
Ducó fue asimismo dirigente de la Asociación del Fútbol Argentino.
A principios de la década de 1940 el militar fue uno de los impulsores de la frustrada Liga Argentina de Basket-Ball, un proyecto para profesionalizar al baloncesto usando los recursos provenientes del fútbol.