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Erich Kempka
Erich Kempka nació el 16 de septiembre de 1910 en Oberhausen, Rhineland, Alemania y falleció en Freiberg am Neckar, 24 de enero de 1975. Su padre fue minero y tuvo, además de Erich otros 9 hijos. El padre de Erich murió en 1945 y su madre sobrevivió la guerra en Oberhausen.
Sumario
Biografía
Erich asistió a la escuela hasta la edad de 14 años y luego trabajó como aprendiz de electricista. Después trabajó como electricista practicante, durante un año, en una distribuidora de automóviles DKW en Essen. En mayo de 1930 se afilió al Partido Nacionalsocialista (NSDAP). Posteriormente obtuvo una plaza de chofer en "Essener Nationalzeitung", trabajo que desempeño hasta 1932.
Con su experiencia como electricista automotriz y chofer, el Gauleiter Terboven lo recomendó con Hitler quien lo aceptó como uno de sus choferes. Entre 1932 y 1936 compartió el puesto con el Brigadeführer Julius Schreck, pero a partir de ese año, fue nombrado chofer particular de Hitler, pues el Führer nunca condujo su automóvil.
Cuando Hitler fue nombrado Canciller del Reich, Kempka fue llamado a Berlín para ocupar el puesto de supervisor del garaje de la Cancillería, teniendo a su cargo a unos 60 chóferes y 40 vehículos, de los cuales también era responsable.
La batalla de Berlín
Desde que comenzó el asedio a Berlín, cuando Hitler ocupó la Cancillería, Kempka dormía en los garajes del edificio que se encontraba en uno de los sótanos. El día 20 de abril de 1945, fue al bunker a felicitar a Hitler por su cumpleaños, permaneciendo en el lugar durante un cuarto de hora. Ese día, el comandante militar de la zona de la Cancillería, General Mohnke, le ordenó a Kempka que tuviera listos 12 automóviles para llevar esa misma noche a una 40 personas del entorno del Führer, a los campos aéreos de Staaken, Tempelhof, Schoenwalde y Gatow. Entre las personas que debió transportar Kempka se encontraron el vicealmirante von Puttkamer, ayudante de Hitler como enlace con la Kriegsmarine, el SS-Sturmbannführer Goehler, representante del SS-Gruppenführer Hermann Fegelein, y las secretarias de Hitler, Schroeder y Wolf. Esta operación se repitió el 21 de abril de 1945, para llevar a otras 40 o 50 personas. Durante la noche del 22 al 23 de abril, también fueron llevadas a campos aéreos el médico de Hitler, Profesor Dr. Morell, dos estenógrafas, la secretaria del Consulado, Doehler y varias empleadas más, todos los cuales fueron llevados al campo aéreo de Gatow. Kempka declaró que el Reichsminister llegó a la Cancillería el día 20 a bordo de una Storch pilotado por Thea Rasche, probablemente aterrizando en Hofjaegerallee.
Como los vehículos de la Cancillería sufrían los impactos de la artillería y estaban siendo diezmados poco a poco, Kempka le preguntó a al SS-Sturmbannführer Guensche, ayudante de Hitler, si debía tratar de protegerlos de alguna forma para evitar que fueran destruidos pero Guensche le comunicó que no importaba mucho, que sólo se usarían los vehículos si fuera necesario, por lo que Kempka dedujo que nadie más saldría del bunker, incluyendo al Führer.
Como Kempka no salía de los sótanos de la Cancillería no estaba muy enterado de lo que sucedía en los distritos de la capital. Las dependencias del gobierno estaban siendo incendiadas por los bombardeos y a partir del 22 de abril, todos los edificios estaban en llamas. Los incendios se combatían en la medida que fuera posible, con las personas que estaban disponibles, pero no había ya un sistema organizado para extinguir incendios.
Kempka quedó incomunicado el día 25 de abril. Se enteró, de boca de los pocos choferes que quedaban, que la oficina de prensa había dado a conocer que Heinrich Himmler se había puesto en contacto con las fuerzas Aliadas occidentales diciéndoles que Hitler había sufrido una hemorragia cerebral, que estaba muy enfermo y que no sobreviviría mucho tiempo. Kempka nunca leyó la historia personalmente, sino que le contaron que había aparecido en los periódicos. Pero Kempka manifestó estar seguro que Himmler no volvió a aparecer en los alrededores de la Cancillería en los días alrededor del día 20 de abril y menos después.
El 28 de abril, el SS-Gruppenführer Fegelein, enlace del Himmler ante el Führer, le ordenó a Kempka que fuera a verlo al bunker para recibir papeles importantes para destruirlos o esconderlos muy bien, en caso que los rusos tomaran la Cancillería. Cuando Kempka llegó no encontró a Fegelein. Supo después, que antes Fegelein había pedido un automóvil para ser llevado a su casa donde se cambió a ropas de civil y regresó a la Cancillería. Después supo que Fegelein había salido del búnker con la misma ropa de civil para encontrarse con Himmler y después fue regresado e interrogado por el SS-Gruppenführer Müller, quien ordenó que fuera fusilado acusado de traición.
El 29 de abril, Kempka fue llamado por el Führer, informándoles que estaba vigilando que el transporte de comida al círculo interior de Berlín no cayera en manos de los rusos y asegurándose que llegara a los hospitales en el distrito del sector de gobierno. Habían sido convertidos en hospitales el Hotel Adlon, el edificio del Gauleiter del NSDAP en Berlín, y las enfermerías en los propios búnkeres de la Cancillería que habían sido convertidos en hospitales albergando a varios cientos de heridos.
Gasolina
El 30 de abril a las 14:30, el SS-Sturmbarmführer Guensche le ordenó a Kempka que se acercara a la cancillería llevando 5 bidones de gasolina de 40 litros cada uno. Para Kempka no fue fácil recolectar la gasolina con cinco hombres, pues las disponibilidades eran mínimas y había que tomarlas de cuanto vehículo se pudiera tener cerca. A lo más pudo recolectar 160 litros. Guensche mandó llevar la gasolina a la puerta posterior en los jardines de la cancillería. Luego en la cancillería Guensche le informó a Kempka que el Führer había muerto, sin darle detalles. Ese día, varias veces le pidieron a Kempka bidones de gasolina para quemar documentos importantes, que los fue llevando, mientras fue posible, en pequeñas cantidades.
Poco después Kempka vio al SS-Sturmbarmführer Linge, ayudante personal del Führer, que sacó un cuerpo envuelto en una manta militar de color gris. Kempka tuvo que suponer que se trataba del Führer, pero sólo vio el pantalón y los zapatos, ambos negros que solía usar el Führer. Kempka entró a la habitación donde estaba el cuerpo de Eva Braun y lo llevó a través de varias habitaciones al pie de la escalinata que conduce al exterior donde lo recibió el SS-Sturmbannführer Guensche, sacando el cuerpo de Eva Braun al exterior. Eva Braun estaba vestida de negro, con zapatos de tacó alto, tal vez con suela de corcho. Detrás de Martin Bormann aparecieron, el Reichsminister Dr. Joseph Goebbels y el SS-Sturmbannführer Linge y Kempka. Luego de poner el cuerpo de Eva Braun junto al de Hitler, el SS-Sturmbannführer Guensche roció los cuerpos con la gasolina de los cinco bidones y les prendió fuego. Todos los presentes el Reichsleiter Martin Bormann, Reichsminister Dr. Goebbels, SS-Sturmbannführer Guensche, SS-Sturmbannführer Linge y Kempka miraron los cuerpos y saludaron con el brazo en alto.
Como el jardín de la Cancillería estaba bajo fuego de la artillería, todos regresaron al bunker, incluyendo Kempka que quiso ver por última vez el interior, antes de regresar a los garajes en el sótano. Kempka volvió al garaje y les notificó a sus hombres la muerte del Führer.
El escape de la Cancillería
El 01 de mayo, Kempka se enteró por Guensche, que los rusos estaban ingresando al Tiergarten y que avanzaban hacia el Reichstag. El SS-Brigadeführer Wilhelm Mohnke dirigiría el intento de escapar de la Cancillería a todos los que quisieran salir. Un grupo de 500 a 700 personas fueron reunidas a las 9 de la noche en el sector de la Cancillería que da frente al Hauptverbandsplatz. Todos fueron armados con subametralladoras y Panzerfausts y todo tipo de armas cortas, formando 6 grupos.
El General Mohnke tomó el mando del Grupo 1, compuesto por medio centenar de personas, donde estaban el SS-Sturmbannführer Guensche, la Sra. Christian, esposa del General de la Luftwaffe Christian, las señoritas Junge y Kriteger, secretarias del Führer. Todos salieron por un hueco en la pared de la Cancillería en la Willhelm Strasse cerca a la esquina de Willhelm Strasse y Voss Strasse. Debido al intenso fuego de la artillería todos tuvieron que correr rápidamente a la entrada del tren subterráneo, pero la entrada a la estación Kaiserhof estaba destruida y todos corrieron otros 200 metros a la estación opuesta al Hotel Kaiserhof. En la estación se reunieron todos los grupos y recorriendo los túneles fueron hasta la estación Friedrichstrasse. Kempka vio muchos civiles en los andenes del subterráneo incluyendo muchos soldados sentados en las escaleras.
El 2 de mayo, el SS-Hauptsturmführer Schwegermann le dijo a Kempka que el Dr. Goebbels y su esposa murieron en el bunker y que después el bunker fue quemado. El General Burgdorf y el SS-Sturmbannführer Schaedle de la escolta del Führer se quedaron en la Cancillería. Schaedle le dijo a Kempka que se mataría si los rusos intentaban ingresar.
Guiando a su grupo de unos 60 choferes y mecánicos, Kempka los sacó de la estación Friedrichstrasse a la calle desierta que se veía tranquila. Recorrieron 300 metros en dirección al puente Weidendammer, donde encontraron un pelotón de soldados que les dijeron que acababa de pasar un grupo de 50 o 50 civiles en dirección al norte. Los soldados le dijeron a Kempka que ellos también trataron de ir al norte pero no pudieron romper la línea rusa. Los rusos habían ocupado casas y sótanos a ambos lados de la calle Friedrichstrasse al norte del puente Weidendammer. Kempka hizo regresar a su grupo a la estación para guarecerse en el Admiralspalast ubicado frente a la entrada. Después que los otros grupos llegaron a la estación decidieron intentar la salida. Cruzaron el puente pero al llegar al otro extremo fueron recibidos con fuego de ametralladoras y regresaron.
Erich Kempka intentó romper el bloqueo nuevamente pero cuando habían avanzado unos 20 metros más allá del puente, desde la segunda manzana de casas que seguían recibieron ráfagas de ametralladora, que los obligaron a retroceder nuevamente. Todos los otros intentos fracasaron. Kempka pensó que el primer grupo logró pasar debido a la sorpresa. Contó que más tarde se encontró con la señorita Junge en marzo le contó que cuando pasaron el puente a las 05:30 un negociador apareció y propuso una tregua hasta las 06:15 a nombre del General Zhukov. Durante esas negociaciones la señorita Junge junto a otras mujeres lograron escapar. El embajador Hewel se envenenó y el SS-Gruppenführer Rattenhuber estaba herido gravemente.
Mientras Kempka y sus hombres estuvieron en el Admiralspalast, como a las 2 o 3 de la mañana aparecieron el Reichsleiter Martin Bormann, el Brigadeführer Dr. Naumann, el ayudante del Dr. Goebbels, Schwegermann y otras personalidades. Kempka le comunicó a Bormann que era imposible tratar de cruzar las líneas sin armas pesadas. Poco después aparecieron 5 o 6 tanques y carros blindados. Se decidió que los tanques trataran de cruzar y que todos los hombres avanzaran detrás de los tanques. El Dr. Naumann, fue el primero en subir a un tanque poniéndose detrás de la torreta, seguido por Martin Bormann, el SS-Standartenführer Dr. Ludwig Stumpfegger detrás de quien se colocó Kempka. Apenas el tanque avanzó 30 o 40 metros recibió un impacto directo. Kempka sólo recuerda haber visto un resplandor y quedó inconsciente tirado en la calle. Kempka pensó que el doctor que era mucho más corpulento y 30 centímetros más alto que él, lo protegió del impacto. Kempka se arrastró al recuperar el sentido y se protegió en la pared de la calle donde se sentó porque no podía ver bien y estaba herido en un brazo. Al primero que pudo ver fue al SS-Standartenführer Beetz, segundo al mando después del SS Gruppenführer Baur, que tenía una herida en la cabeza. Luego vio que los demás tanques y carros pasaban al ataque, pero Kempka pensó que era inútil seguir intentándolo y regresó al Admiralspalast. Reunió a sus hombres y los declaró liberados del servicio. A partir de ese momento cada quien podía hacer lo que le pareciera más conveniente, unirse a un grupo de combate o irse a casa, recomendándoles que buscaran ropas civiles.
Kempka regresó a Friedrichstrasse con 7 hombres junto con el teniente Panzertroop Joerke quien comandaba un grupo de tres semiorugas asignados a su protección. Cruzaron el río Spree por la pasarela de peatones del ferrocarril, alcanzaron una casa en la ribera norte del río sin recibir ningún disparo y de ahí por varias colinas hasta un punto en las inmediaciones de Albrechtstrasse, Karlstrasse o Ziegelstrasse. Por ahí corre la línea de ferrocarril donde encontraron una posta médica. Ahí encontraron dos yugoslavos y dos civiles rusos que parecía que habían decidido quedarse ahí. Todos ellos parecieron simpatizar con Kempka y sus acompañantes ofreciéndose a conseguirles ropas de civil.
Rusos
Cuando la mayoría tenía ropas de civil, llegaron los primeros soldados rusos. El teniente Joerke que todavía no tenía ropas de civil fue cubierto por nosotros. Los rusos les ordenaron salir mientras terminaban de cambiarse las ropas. Una yugoslava les dijo que Kempka era su esposo y que los demás eran campesinos. El grupo decidió separarse y salir a la calle. Intentando aparecer como civiles, un ruso de los que los habían detenido antes reconoció a Kempka y tuvo que regresar.
Los rusos llevaron comida y licor y comenzaron a comer por unas dos horas. Después de la comida la yugoslava salió regresando a la mañana siguiente con un abrigo que le dio a Kempka. Con su nueva ropa, Kempka logró salir de la casa caminando rumbo a la carretera de Tegel a Henningsdorf.
En Henningsdorf, fue detenido por soldados rusos y fue recluido en un taller. Había soldados alemanes, todos con ropas de civil. Nos pidieron papeles de identificación, 9 de cada 10 no tenía forma de identificarse, pero afortunadamente todos fueron liberados. Kempka se unió a otros tres hombres y se dirigieron a Kremmen. En la tarde fueron nuevamente arrestados y encerrados en un establo. No tenían comida ni agua. A las 05:30 de la mañana fueron llevados donde el comandante de la tropa.
Al comandante le habían dicho que eran partisanos armados escondidos en el bosque. Fueron llevados a Velten para presentarse al comandante regional, un coronel, a quien le dijeron lo mismo. Uno de los escoltas de Kempka sabía algo de ruso y le dijo al coronel que ellos no habían estado en el bosque y que habían sido arrestados sin armas a las 6 de la tarde en el pueblo. El coronel pidió un intérprete.
La negociación duró una hora. Les quitaron todas las cosas que llevaban consigo, como hojas de afeitar, peines, lapiceros etc. y fueron enviados a Bernau con un pase. Sin embargo Kempka y tres hombres se fueron en dirección a Kremmen. Dos hombres fueron por delante y Kempka con otro fueron al norte, pasaron por Fehrbellin rumbo a Neustadt para llegar a Havelberg. En el poblado de Kuemmeritz, Kempka y su acompañante fueron detenidos por un centinela que se encontraba junto a un vehículo. Preguntó si ambos eran Wehrwolf, cosa que negaron Kempka y su compañero. Luego de preguntar lo mismo varias veces fue al vehículo y sacó una carabina, apuntándolos y repitiendo la pregunta. Luego los metió en el carro y fueron llevados por los alrededores durante largo tiempo. Media docena de veces fueron sacados del carro y apuntados con rifles mientras les hacían la misma pregunta. Nuevamente Kempka y su acompañante fueron registrados guardándose lo que podía tener algún valor y tirando el resto. Poco después los dejaron ir, no sin antes que un ruso le diera un cigarrillo a Kempka.
El 8 de mayo llegaron a Havelberg buscando un granero donde pudieron dormir. Muy temprano en la mañana fueron despertados por trabajadores extranjeros que laboraban en la granja. Les permitieron salir con los acarreadores de agua y fueron a una granja en Havelberg. Allí les dieron leche y fueron a dormir. Despertaron a las 3pm. Otros dos alemanes que quisieron cruzar el río Elba, sin lograrlo, estaban viviendo desde hacía dos o tres días en esa granja. Los cuatro decidieron intentarlo nuevamente. Permanecieron en la granja uno o dos días más y el 11 de mayo, cruzaron el río Havel cerca a Havelberg y se dirigieron a Sandau para ver cómo estaba la situación allá. Unos muchachos les dijeron que el Elba se encontraba detrás del bosque y era sólo necesario cruzar un pantano.
En el bosque había rusos por todos lados. Arrastrándose por el bosque Kempka y los otros tres hombres llegaron al pantano. Se quedaron escondidos todo el día y parte de la noche. A las 2 de la mañana llegaron a la represa, se metieron en el agua y cruzaron a nado. Poco después fueron detenidos por los rusos, en realidad solo habían cruzado un brazo del río Elba, y fueron llevados a un campo de detención en Havelberg.
En Havelberg fueron retenidos 16 días y junto a otros 30 o 40 hombres fueron llevados a Kyritz, vía Golewen. En Gelewen Kempka fue liberado y con un marinero dejaron Kyritz. Caminaron por la vía férrea hasta la siguiente estación y de allí abordaron un tren de trabajadores rurales que iba Wittenberge. En Wittenberge trataron de conseguir un permiso para quedarse tres días, pero se lo negaron porque no había comida suficiente para alimentar a transeúntes. Continuaron su camino en dirección al río Elba. Un cosaco los detuvo a mitad de camino y los hizo trabajar todo el día. Luego de liberados por el cosaco fueron a las afueras de la ciudad donde pudieron dormir en una casa de alemanes.
Al día siguiente vieron cómo estaba la situación en el río Elba y decidieron cruzarlo. Encontraron la parte superior de un coche de bebe y lo usaron para transportar la ropa mientras nadaban. A las 0130 cruzaron el río. Se reportaron ante el Buergermeister en Gottberg, una localidad que estaba ocupada por americanos. El Buergermeister le informó a Kempka que había un cambio de comando y que los ingleses y que les recomendaban a moverse antes que el nuevo comando tomara el mando.
Erich Kempka y el marinero fueron a Vorsfelde y allí recibieron la orden de los ingleses de marchar a un campo de prisioneros en Salzburg.
Erick Kempka murió en Freiburg, el 24 de enero de 1975.