Informe Gerstein

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El Informe Gerstein, (PS 1553), es uno de los principales documentos que los exterministas utilizan para alegar la existencia del Holocausto. Al igual que la confesión de Rudolf Höss, el Informe Gerstein fue extraído bajo tortura, y a pesar de su confirmada autenticidad, está lleno de inverosimilitudes y contradicciones, por lo que no es confiable. Con el fin de otorgarle confiabilidad, la metodología exterminista selecciona sólo aquella información que es de utilidad para sostener la conclusión previa de la existencia de las cámaras de exterminio, y omite o ignora las evidentes incongruencias técnicas que existen en él, mismas que ponen en duda su credibilidad.

Origen y contenido

El oficial SS del cuerpo sanitario e ingeniero, Kurt Gerstein, cayó prisionero de guerra de los franceses. En los días de su prisión atenuada en Rottweil, y antes de su supuesto suicidio en julio de 1945, rindió allí su 'confesión', sin embargo, existen no menos de seis versiones del informe Gerstein, que difieren sustancialmente una de otra, tal como lo demostró el investigador francés Henri Roques en su tesis de doctorado[1]. La historia oficial dice que las variaciones no afectan la coherencia del documento en conjunto.[2]

Según estas seis confesiones, Gerstein visitó Belzec y Treblinka en el mes de agosto de 1942, y se gasearon 25 millones de personas. En Belzec se amontonaban y compactaban entre 700 y 800 personas en una cámara de gas de 25 metros cuadrados, es decir, de 28 a 32 personas en un metro cuadrado. Observaciones sobre montañas de ropa de 35 a 40 metros de altura complementan debidamente esta confesión.

El informe comienza con un resumen de la trayectoria educativa y laboral de Gerstein. A continuación se subrayan las actividades de resistencia del autor previas a su ingreso en las SS. La parte central y más detallada relata la visita al campo de concentración de Belzec y el gaseamiento que Gerstein supuestamente habría presenciado. La parte final se ocupa relatar los supuestos intentos de Gerstein por difundir su testimonio y guarda silencio sobre sus actividades oficiales posteriores a la visita a Belzec. Las versiones del informe concluyen con una proclamación de la veracidad de todo lo relatado y de la supuesta disposición de Gerstein a mantenerlo bajo juramento; lo que sugiere que redactó los informes contemplando la posibilidad de ser testigo en los juicios contra los nazis, sin darse cuenta de que él mismo podría ser tratado como acusado, como de hecho lo fue poco después. En una de las versiones del informe, se redactó la siguiente proclamación:

Todas mis declaraciones son verdad, palabra por palabra. Soy plenamente consciente de la extraordinaria tragedia de mi testimonio, ante Dios y ante el conjunto de la Humanidad, y comprometo bajo juramento que nada de todo lo que he registrado aquí ha sido imaginado o inventado, sino que todo sucedió exactamente así.
—Versión alemana del informe Gerstein, 4 de mayo de 1945.[3]

La descripción de esta visita a Belzec, con su proceso de gaseamiento minuciosamente detallado, resultaría ser uno de los testimonios existentes más vívidos acerca del funcionamiento de los campos de exterminio[4], de no ser por su falta total de coherencia técnica, además de contener el absurdo de que, en esta versión, elegida dentro de ocho distintas que se contemplaban para explicar las muertes en Belzec, los judíos habrían sido asesinados con gases de escape de motores Diesel, una imposibilidad explicada a detalle por el ingeniero automotriz Friedrich Paul Berg[5] así como por el revisionista francés Henri Roques.

A continuación se expone un extracto de una de las 6 confesiones citado según León Poliakov. El libro de André Chelain contiene el texto completo de la disertación de Roques Les confessions de Kurt Gerstein (Las confesiones de Kurt Gerstein)[6].

Las cámaras se van llenando. Cargar bien - así lo ordenó el capitán Wirth -. Las personas se están pisando los talones. 700-800 sobre 25 metros cuadrados[7] en 45 metros cúbicos... Se cierran las puertas. Mientras tanto, los otros esperan a la intemperie, desnudos... Pero el motor Diesel no funcionaba... Viene el capitán Wirth. Se ve que le es embarazoso que esto tenga que pasar justamente hoy, al estar yo presente. ¡Sí, lo veo todo! y espero. Mi cronémetro ha registrado todo. ¡50 minutos, 70 minutos - pero el motor no arranca! Las personas en las cámaras de gas esperan. ¡En vano! Se oye cómo lloran y sollozan. "¡Como en la sinagoga!" acota el profesor Pfannenstiel, con el oído pegado a la puerta de madera... Al cabo de 2 horas y 49 minutos - el cronómetro lo ha registrado todo! - arranca el motor Diesel. ¡Hasta ese momento viven los seres humanos en las cuatro cámaras ya llenadas, cuatro veces 750 personas en cuatro veces 45 metros cúbicos! Pasan otros 25 minutos. Cierto, ahora ya muchos están muertos. Se mira por la pequeña ventanilla, cuando la luz eléctrica ilumina un momento la cámara... Después de 28 minutos sólo sobreviven unos pocos. Porfin, después de 32 minutos, todos están muertos. Trabajadores judíos salvaron sus vidas a cambio de realizar este horrible trabajo, más un pequeño porcentaje del dinero y los bienes recogidos. Los hombres estaban todavía de pie, como columnas de piedra, sin espacio para caerse o inclinarse. Incluso muertos podías adivinar las familias, todas cogidas de las manos. Era difícil el separarlas mientras se vaciaba la habitación para la siguiente carga. Los cuerpos echados fuera, azules, húmedos de sudor y orina, las piernas manchadas de excrementos y sangre menstrual
León Poliakov, Breviaire de la Haine[8]

La necedad del informe Gerstein se revela sólo por el hecho de que ninguna persona podría tener la idea de cometer asesinatos en masa con un motor Diesel, puesto que los gases de combustión de este tipo de motor contienen muy poco del gas venenoso CO (monóxido de carbono). Los encerrados en la cámara mortuoria, abarrotada, hubieran muerto seguramente por asfixia antes de actuar el gas CO, y entonces los nazis podrían haberse ahorrado el motor Diesel. Cualquier motor naftero hubiera servido mejor como instrumento de asesinato que un motor Diesel. En realidad, si los alemanes hubieran querido realmente gasear personas humanas en masa, habrían usado uno de los gases altamente tóxicos que producia su industria, y no un motor.

Estudios revisionistas

En 1964, Paul Rassinier, abordó el asunto, a partir de la consideración sobre el misterio que rodea las circunstancias de elaboración del propio informe y de la muerte de Gerstein. Rassinier pensaba que el informe había sido rechazado por el Tribunal de Núremberg; concluyendo que el documento era una falsificación probablemente elaborada por los oficiales de inteligencia americanos que interrogaron tempranamente a Gerstein.[9] Aunque la escritura de Gerstein había sido reconocida por su viuda, y hoy los revisionistas admiten la autenticidad del informe, lo que en realidad se discute es su fiabilidad y veracidad.

Otros autores, como Arthur Butz[10] señalaron algunos errores del documento, que en realidad eran atribuibles a la traducción al inglés que utilizaban o a sus propios errores de lectura[11] o sugirieron que Gerstein podía padecer una enfermedad mental hereditaria, puesto que una supuesta hermana también la padecía[12], confundiendo el parentesco, pues la única enferma mental de su familia era su cuñada Berthe Ebeling.[13]

Carlo Mattogno

A partir de 1985, el historiador italiano Carlo Mattogno expuso en varias publicaciones[14] las razones por las que el documento no es fiable, en ocasiones polemizando con los críticos del primero y fundamental de sus libros sobre la materia.[15] Mattogno admite sin problemas la autenticidad del informe Gerstein[16] y critica los errores de los autores revisionistas arriba citados. También subraya la desaparición de los archivos relativos a la muerte de Gerstein, y no se priva de hacer algunas especulaciones como que la visión de Gerstein del "gaseamiento en Belzec" pudo haberse producido durante uno de los "estados precomatosos" que, según su médico, le producía la diabetes.[17] Sin embargo, la crítica principal que efectúa Mattogno al informe Gerstein es de carácter textual. Desplegando las distintas versiones de su testimonio[18] Mattogno enumera en ellas no menos de 103 contradicciones internas o externas, discrepancias con los hechos establecidos por otras fuentes, errores de hecho, exageraciones y afirmaciones no realistas, que abarcan desde simples erratas de mecanografía o errores aritméticos -siendo Gerstein un ingeniero- hasta exageraciones manifiestamente desmesuradas, como la cifra total de personas asesinadas (25 millones), muy superior al total de la población judía mundial que se calcula vivía al comienzo de la Segunda Guerra Mundial (15 millones).[19] A continuación, Mattogno invalida todos los testimonios que directa o indirectamente intentaban confirmar el testimonio de Gerstein en el punto central de la existencia de las cámaras de gas (Rudolf Höss y otros), aduciendo que tales testimonios, o bien no encuentran confirmación documental, o bien se contradicen entre sí (las cámaras de gas de éstos testimonios funcionan con gas de Zyklon B, no con gas de motores Diesel), o bien son indignos de crédito por los intereses de su autor.[20] Después Mattogno realiza un análisis que invalida los testimonios prestados por el profesor Wilhelm Pfannenstiel, quien habría acompañado a Gerstein en su viaje a Belzec y que en varias declaraciones judiciales -las primeras como acusado y las ulteriores como testigo- habría confirmado el gaseamiento narrado por éste, aunque discrepando en la mayor parte de los detalles. Como refiere Mattogno, Pfannenstiel declaró como lo hizo con tal de ser dejado en paz por la justicia y por la historiografía alemanas[21] por el procedimiento de garantizar oficial y públicamente la admisibilidad del informe Gerstein (excepto los pasajes que le concernían a él mismo).[22]

Algunos, como Pisanty, critican despectivamente los análisis de Mattogno como un conjunto de "sofismas irrelevantes, errores de comprensión, traducción y objeciones inexistentes".[23] La mayoría, en cambio, reconocen, como Pierre Vidal-Naquet, que el "informe Gerstein" constituye un "testimonio atestado de inverosimilitudes y contradicciones", en su mayor parte debidas al "carácter manifiestamente erróneo de las precisiones numéricas y la calidad mediocre de las primeras publicaciones", pero consideran que el informe es fiable en su contenido esencial, sólo porque menciona las "cámaras de gas", el único elemento del testimonio cuya existencia no es siquiera cuestionada, ignorando el peso de todos los elementos restantes que son absurdos. Todo esto representa un claro prejuicio ideológico en sí mismo y que posteriormente viene a ser reforzado gracias a las presiones ejercidas sobre Pfannenstiel.

En el mismo sentido, se ha dicho que las indicaciones de Gerstein, tanto sobre el número de víctimas asesinadas en Belzec, como los cálculos y las medidas de las cámaras, son tan inverosímiles que hasta un profano puede darse cuenta de ello inmediatamente. A pesar de ello, los exterministas sostienen que todos estos errores absurdos no bastan para "poner en duda el testimonio de Gerstein", sino que, por el contrario, "un error de este tipo refuerza la credibilidad y la buena fe del relato"[24], alegación que sería un tanto válida sólo si Gerstein no hubiese sido ingeniero y si la redacción de las variantes del informe se debiera a más de una persona, lo cual no es el caso. En la misma línea, un historiador inglés ha afirmado: "Muchos aspectos del testimonio de Gerstein son incuestionablemente problemáticos... [Cuando hace] afirmaciones como las relativas a la altura de las pilas de zapatos y ropa en Belzec y Treblinka, el propio Gerstein es claramente la fuente de la exageración. Gerstein también añadió afirmaciones groseramente exageradas sobre asuntos de los que no había sido testigo, tal como la de que un total de 25 millones de judíos y otras personas fueron gaseadas. Pero - afirma - en la cuestión esencial, a saber, que él estuvo en Belzec y presentó el gaseamiento de un transporte de judíos de Lvov, su testimonio está plenamente corroborado por Pfannenstiel".

En realidad, cuando Pfannenstiel fue interrogado por primera vez en 1947, había admitido haber ido a Lublin por misiones de "higiene"[25], pero negó haber visitado Belzec o de haber sido testigo de una gasificación de prisioneros judíos, por lo que fue enviado a otro campo de prisioneros de guerra en Garmish. En 1948, a solicitud del Professor Von Drygalski (Jefe del Bureau de Salud de Hessian), Pfannenstiel fue colocado ante una corte de "desnazificación" y colocado bajo arresto domiciliario. El Informe Gerstein continuaba apareciendo "exagerado" para la justicia, razón por lo cual fue liberado al poco tiempo.[26]

Interrogado otra vez el 6 de junio de 1950, Pfannenstiel finalmente dijo lo que se quería escuchar: que viajó a Belzec con Gerstein, habiéndose reunido con Globocnik y que presenció un gaseamiento. No obstante, negó fuertemente haber dicho las palabras que Gerstein le atribuye en el relato del informe, tales como "sonaba como en la sinagoga", en relación a los lamentos de las presuntas víctimas, incluso añadió que si acaso hizo algún comentario, "no sería en el sentido de las palabras de Gerstein sino en descargo del sufrimiento de las víctimas; la situación fue mucho más horrorosa que lo dicho por el relato", declaró. Pfannenstiel fue liberado otra vez.[26]

Interrogado nuevamente en 1951 y en 1959, fue liberado sucesivamente ya que "su testimonio no estaba provisto de elementos contundentes concernientes al asunto de las cámaras de gas".[26]

Henri Roques

La tesis de doctorado leída el 15 de junio de 1985 en la Universidad de Nantes por Henri Roques con el título Las confesiones de Kurt Gerstein. Estudio comparativo de las diferentes versiones, atrajo titulares en todo el mundo en 1986, cuando por primera vez, en casi ocho siglos de historia universitaria francesa, un título de Doctor obtenido legalmente fue revocado sin demora alguna, por orden del gobierno francés, después de una bulliciosa protesta de los medios judeo-izquierdistas en toda Francia. En una disertación pletórica de argumentos Roques llegó a la conclusión de que las acusaciones de gaseamientos masivos de judíos hechos por el oficial SS Kurt Gerstein, no tenían base y que el supuesto encubrimiento de la Iglesia Católica Romana de esta supuesta matanza era falso. Más adelante concluyó que los académicos de postguerra falsificaron deliberadamente partes claves del testimonio de Gerstein, obtenido a su vez mediante la más cruenta tortura. Su disertación fue eventualmente publicada por el Institute for Historical Review en forma de libro, bajo el mismo título: Las Confesiones de Kurt Gerstein.[27]

Referencias

  1. Henri Roques, Las confesiones de Kurt Gerstein
  2. F. Brayard, loc. cit., párrafo 50 de la edición electrónica.
  3. Versión alemana del informe Gerstein
  4. V.Hébert, loc. cit., p.2.
  5. Friedrich Paul Berg, Cámaras de Gas Diesel: Mito dentro del Mito.
  6. André Chelain, Faut-il fusiller Henri Roques?, Polémiques, Ogmios Diffusion, 1986, p. 345 y sgs.
  7. Poliakov menciona 93 metros cuadrados, a persar de que los documentos originales dicen 25
  8. Leon Poliakov, Breviaire de la Haine, Holocaust Library, New York: Schocken Books, 1979, p.195.
  9. P. Rassinier, Le drame des juifs européens, Les Sept Couleurs, 1964, pp. 58 y ss. Nueva edición, Le Vieille Taupe, 1985. Trad. esp.:El drama de los judíos europeos, Acervo, 1976.
  10. A. R. Butz, The Hoax of the Twetieth Century: The Case Against the Presumed Extermination of European Jewry, Historical Review Press, Ladbroke, Warwickshire, 1977, pp. 250 y ss. Nueva ed., con la colaboración de Philip Lamantia, Institute for Historical Review, 1989.
  11. Así lo reconoce el revisionista Carlo Mattogno.
  12. Richard E. Harwood, Did Six Million Really Die: The Truth at Last, Historical Review Press, Brighton, 1974 (28 pp.).
  13. Vid. supra nota 48.
  14. C. Mattogno: Il rapporto Gerstein: Anatomia di un falso, Sentinella d'Italia, Monfalcone 1985, passim (En el título, falso debe traducirse por "fraude", no por "falsificación"); Come si falsifica la storia: Saul Friedländer e il "rapporto" Gerstein, La Sfinge, Parma, 1988 (36 pp.); Belzec nella propaganda, nelle testimonianze, nelle indagini archeologiche e nella storia Effepi Edizioni, Genova, 2006 (se publicó primero la traducción al inglés: Belzec in Propaganda, Testimonies, Archeological Research, and History, Theses & Dissertations Press, Chicago, 2004; al informe Gerstein se dedican principalmente las páginas 51 a 61).
  15. Cuando la profesora italiana Valentina Pisanty editó su tesis doctoral, dirigida por Umberto Eco, L'irritante questione delle camere a gas. Logica del negazionismo (Bompiani, Milán, 1998), Mattogno publicó de inmediato una réplica: L' 'irritante questione' delle camere a gas ovvero da Capucetto Rosso... ad Auschwitz. Risposta a Valentina Pisanty (Ed. Graphos, Genova 1998). La ironía de vincular en el título Caperucita Roja y Auschwitz, sugiriendo que ambos son cuentos, se explica porque la profesora Pisanty no es especialista en Historia, sino en Semiótica y su especialidad son precisamente los cuentos populares. La publicación de Mattogno -por otra parte, concienzuda y documentada-, está actualmente disponible sólo en línea en "edición revisada, corregida y actualizada" de julio de 2007. Al informe Gerstein se dedican específicamente en la réplica de Mattogno las pp. 24-29 y 42-75.
  16. Il rapporto..., cit., pp. 33-35.
  17. Op. ult. cit., p. 106.
  18. Conviene señalar que Mattogno no se limita a los relatos escritos en francés y alemán de abril y mayo de 1945, tres de las seis versiones, sino que, en sus propias palabras, se refiere como "informe Gerstein" al "corpus completo de los escritos y declaraciones de Kurt Gerstein. 'L' 'irritante questione'..., p. 42, nota 133
  19. Mattogno, Il rapporto..., cit., pp. 80-85
  20. Op. cit., pp. 87-121
  21. Mattogno: L' 'irritante questione'..., cit., p. 71
  22. Mattogno: Belzec..., cit, p. 55.
  23. V. Pisanty, Op. cit, p.117.
  24. Uwe Dietrich Adam: "Les chambres á gaz", en AA. VV. L'Allemagne nazie et le génocide juif, Coloquio de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, Gallimard-Le Seuil, París, 1985, pp.236-261.
  25. Pfannenstiel era médico y sus labores como dependiente de la Sección Principal de Higiene de la SS, eran las de inspeccionar las Barracas de las SS, así como las condiciones sanitarias de los campos de concentración a nivel de todo el Reich. Fue directivo de la Lebensborn y miembro del Consejo Racial de Higiene de Marburg.
  26. 26,0 26,1 26,2 NMT 01. Doctor’s Trial - USA v. Karl Brandt, et al., p. 10363 (26 June 1947).
  27. El texto de la tesis, acompañado por la versión revisionista de la polémica se encuentra en el libro de A. Chelain Faut-il fusiller Henri Roques?, Polémiques, París, 1986. La crítica de la tesis y la versión anti-revisionista de la polémica, en Pierre Bridonneau: Oui, il fait parler des negationnistes, Editions du Cerf, 1997 (disponible en línea).

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