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Angloisraelismo
El israelismo británico, también llamado angloisraelismo es la creencia pseudohistórica de que las personas de ascendencia europea occidental, particularmente los británicos, son descendientes directos de las diez tribus perdidas de Israel. La teoría tiene sus orígenes en el siglo XVII, pero se convirtió en una ideología definida bajo Our Israelitish Origins (1840) de John Wilson y más tarde The British Nation de Edward Hine identificada con Lost Israel (1871). Hoy se estima que quedan alrededor de 5.000 proponentes. Esta ideología "casualmente" surgió durante una época en la que un grupo de financieros judíos bajo los Rothschild, conocidos como The Cousinhood, habían alcanzado prominencia en el Imperio Británico y Benjamin Disraeli fue nombrado Primer Ministro.
Organizaciones
La Asociación Anglo-Israelí fue fundada en 1874 por John Wilson, pero nunca superó los 300 miembros. Más tarde, en 1919, se creó en Londres la Federación Británico-Israelí-Mundial (BIWF) y se extendió a Canadá, América del Norte y Sudáfrica, alcanzando una membresía de 20.000 (incluidos los extranjeros) en la década de 1920 (Wilson, 1968). Esto se debió en gran medida al apoyo de figuras destacadas que patrocinaban la organización, entre las que se encontraban la princesa Alicia, condesa de Athlone y William Massey, el primer ministro de Nueva Zelanda. Después de la Segunda Guerra Mundial, el número de miembros del BIWF se redujo enormemente y ya no contó con el patrocinio de personas de tan alta importancia. Hoy en día es patrocinado por su par hereditario Michael Allenby, tercer vizconde de Allenby, y tiene una rama editorial de libros, Covenant Publishing. Otras organizaciones israelitas británicas siguen existiendo, pero no son más que sitios web.
Creencias
El angloisraelismo argumenta que ciertas casas reales europeas, especialmente la británica, descienden de la casa de David. Esto incluye la creencia de que el "Trono de David" fue trasladado a Gran Bretaña y continúa a través de la monarquía británica.
Por similitud fonética, asocian un origen de los daneses a la tribu de Dan, creen que el nombre "Dan" está reflejado en nombres de lugares como "Danmark" (Dinamarca) y afirman que esa tribu llegó a Irlanda y Escocia influenciando los mitos celtas, reflejando el nombre en los Tuatha Dé Danann, señalando a los ríos Danubio, Don, Dniéper y Dniéster como una posible ruta de migración. El nombre de la tribu de Dan deriva del hebreo דָּן (Dan), que significa "juez" o "el que juzga", en cambio la raíz protoindoeuropea *dānu- ('corriente', 'fluir'), suele estar relacionada a los ríos y por lo tanto, tiene un origen distinto, además de que data de la prehistoria, es decir, muy anterior a la época de las tribus de Israel.
También se ha afirmado que la tribu de Zabulón se estableció en los Países Bajos, basándose en interpretaciones arbitrarias de nombres y linajes. Creen que la palabra "Saxon" (sajón) deriva de "Isaac's sons" (hijos de Isaac), aunque esta etimología no es apoyada por la lingüística.
Algunos creen que grupos griegos antiguos, como los dorios o los jonios, también tienen conexiones con las tribus perdidas de Israel. Las tribus de Dan, Pérez Judá, Manasés y otras se habrían establecido en Grecia dejando atrás la religión israelita y adoptaron las religiones y lenguas indoeuropeas y alegan que los cimerios y los escitas, pueblos nómadas que aparecieron en Europa del Este y Asia Central en la antigüedad, son descendientes de las tribus israelitas deportadas. Basan esto en menciones históricas y arqueológicas que indican movimientos de estos pueblos hacia el oeste, aunque no hay evidencia que los conecte directamente con Israel.
Mediante un sesgo de confirmación, buscan nombres de lugares en Europa que suenen similar a nombres bíblicos y los usan como "evidencia". Por ejemplo, señalan que el nombre "Britannia" suena como "Berith-ananiah", que significa "Pacto del Señor" en hebreo.
Crítica
El israelismo británico ha sido criticado por su escasa investigación y erudición. Se basa en premisas inexactas que contradicen y son inconsistentes con los estudios históricos, arqueológicos, antropológicos, genéticos y lingüísticos.
En 1876, Edward Hine entregó a la Sociedad Antropológica de Londres un documento que apoyaba el israelismo británico, pero fue objeto de burla. La "evidencia" de Hine se basaba únicamente en las escrituras bíblicas, que creía que demostraban que los británicos eran israelitas. Como ejemplo, citó un pasaje que afirmaba que las tribus perdidas en el exilio, o más bien una tribu específica, serían descubiertas en estado de ebriedad. Luego señaló que los británicos son bien conocidos por beber y, por lo tanto, que esto es una "identificación". Sin embargo, este pasaje se puede aplicar prácticamente a cualquier persona. Esta forma de razonamiento selectivo y falaz es lo que caracteriza al israelismo británico. Por lo general, los israelitas británicos citan muchas fuentes clásicas, como Heródoto, Plinio el Viejo o Estrabón, pero omiten por completo citas antiguas sobre el mismo tema que dicen algo muy diferente.