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Arquetipos simbólicos en la cultura popular
Por Matt Marshall
Una serie de simbolismos arquetípicos han formado parte de las principales sagas poéticas y legendarias en casi todas las culturas occidentales desde tiempos muy remotos. Simbolismos presentes en la Epopeya de Gilgamesh, en la Odisea, en el Laberinto de Teseo, en el viaje al Inframundo de Orfeo, en la vida del Hércules griego, del Cuchulain celta, del Odín nórdico y del Osiris egipcio. Así como en las gestas caballerescas del Rey Arturo, de Robin Hood, del Cid y, por supuesto, del Quijote.
Estos simbolismos épicos e iniciáticos que, según la tradición esotérica, representan el Viaje del Iniciado para convertirse en Maestro, permanecen vigentes en la cultura popular hasta el punto de que las franquicias más exitosas de los tiempos modernos están repletas de estos significados ocultos. Algunas de las obras literarias y cinematográficas más exitosas como lo son “El Señor de los Anillos” del escritor J.R.R. Tolkien, “Harry Potter” de la escritora J.K. Rowling, “Mátrix” de los cineastas Hermanos Wachowski, “La Guerra de las Galaxias” del cineasta George Lucas, y la serie de televisión “Babilonia 5” del productor y director J. Michael Strascinsky, que es una de las más exitosas series del medio, muestran claramente estos elementos simbólicos esotéricos, lo cual quizás, sea la razón de su éxito.
Aunque en éste artículo se incluye sagas como “Mátrix” y “Harry Potter”, totalmente contaminadas por el sistema y promotoras de sus repugnantes valores, no es un apoyo a dichas obras torcidas, sino una referencia a como, aunque de forma degenerada, dichas obras manifiestan los mismos arquetipos, e incluso los utilizan como parte de su éxito. Y, aunque estén transmutándolos de forma desagradable, puede que ejerzan un leve beneficio en el subconsciente de la mente aria aturdida.
El referente más directo sobre estos simbolismos ocultos sería el tarot, cuyas cartas contienen representados estos elementos arquetípicos que se reflejan en las sagas épicas que serán analizadas a continuación. El psicoanalista Carl Gustav Jung, simpatizante del nacionalsocialismo y dirigente de los terapeutas alemanes durante la época del Tercer Reich, quien estudió ampliamente la simbología del tarot, comenta sobre el llamado “Inconsciente Colectivo”, que hace referencia a símbolos culturales que forman parte fundamental de culturas enteras a lo largo de amplias extensiones de tiempo, lo cual podría explicar la razón de que, los simbolismos presentados en los antiguos mitos y leyendas estén presentes en franquicias exitosas para las masas modernas. Si bien es cierto, muchos de estos mitos servirían como punto de referencia, se tomará el mito del Rey Arturo como punto de comparación con las obras modernas arriba citadas, por ser el que más fácilmente se presta para la comparación analítica.
Sumario
La carta de “El Loco”
Según la tradición esotérica occidental, El Loco es la carta del tarot que representa al iniciado, es decir, al individuo que comienza el Viaje del Héroe. Generalmente representado en las sagas épicas por el protagonista de la historia. Es aquél que suele ser denominado como “El Elegido”, una figura mesiánica sobre la cual se tejen importantes expectativas y profecías. Éste personaje, tiene una serie de elementos simbólicos muy similares, que vemos reflejados en Frodo, de El Señor de los Anillos, Harry Potter en su propia saga literaria, en Neo de la serie fílmica Mátrix, Luke Skywalker en la franquicia de La Guerra de las Galaxias ó Star Wars, John Sheridan de la serie televisiva Babilonia 5 y por supuesto, el propio Arturo en el mito de Camelot.
La orfandad es uno de estos elementos comunes en el Héroe. Frodo es huérfano y criado por su tío Bilbo. Harry Potter es huérfano y es criado por sus molestos tíos, los Dursley. Luke Skywalker es criado por sus tíos ad hoc. De forma similar a como Arturo es criado por Merlín lejos de sus padres biológicos.
Un simbolismo fundamental más importante que la orfandad, es el Héroe como un personaje inocente e iluso, que crece en una zona rural alejada de las grandes urbes metropolitanas y de los conflictos, guerras y conspiraciones que abundan en los alrededores. Mientras que Frodo es criado en la aislada Comarca de los hobbits, donde rara vez los feroces conflictos de los portentosos reinos aledaños llegan a provocar algún efecto, Harry Potter crece en una muy tradicional y rutinaria calle de clase media británica Private Drive. Un lugar aburrido y soso, donde no existe la menor conexión con el mundo mágico al cual pertenece Harry. Luke, en Star Wars, es criado en el Planeta Tatooine, un mundo desértico y agrícola muy alejado de los vaivenes políticos y militares del Imperio. Por otro lado, Neo en Matrix es un simple oficinista con una vida sencilla y aburrida, que salvo por una leve intuición, no tiene ningún conocimiento de la verdadera naturaleza del universo donde vive. Todo esto se encuadra en la misma historia artúrica, donde el pequeño Arturo es criado por Merlín en lo profundo del bosque.
Esto hace que el Héroe sea el personaje representante de la inocencia y la pureza de corazón. Un personaje que tiene una vida tradicional, convencional y tranquila y que, sin embargo, se siente insatisfecho y dudoso intuyendo que existe todo un universo oculto más allá de las fronteras de su estrecho medio ambiente.
Es entonces cuando el Héroe comienza la atávica Travesía del Laberinto, ó bien, el Viaje del Loco. Es decir, sale de su mundo utópico e inicia una aventura mística que le cambiará para siempre. Un combate épico contra la maldad y una iniciación mística. A partir de estos principios fundamentales, el personaje del Héroe entra en función con los arquetipos de los otros personajes.
La carta de “El Mago”
El Mago, en el tarot, representa al Maestro, al guía espiritual. Es la figura mística que inicia al Héroe y es el receptáculo de la sabiduría. Un ser de elevadas cualidades espirituales y mentales, y de un conocimiento muy profundo de la naturaleza misma del Universo.
En el ciclo artúrico este personaje es el Mago Merlín, poderosa figura que mueve los hilos detrás de casi todos los eventos importantes. En la saga de Tolkien, este personaje es Gandalf el Gris (luego Gandalf el Blanco), importante mago de la Tierra Media. En Harry Potter el personaje está representado en Dumbledore, el director del Colegio Hogwarts. En Star Wars el personaje está manifiesto en Obi-Wan Kenobi, mientras que en Mátrix sería Morfeus. En Babilonia 5 el personaje está representando en el embajador Kosh, del Imperio Vorlon; una mística criatura de energía pura proveniente de una especie de antiguos seres de luz.
El Mago siempre inicia al Héroe. Es el personaje que invita al Héroe a salir de su mundo convencional y de su aislamiento, para hacerlo forma parte de la Gran Aventura. Básicamente, le destruye su estructura de vida simple y sencilla por los peligrosos enormes que acechan en la gesta épica, y le da acceso a los dolores y placeres de la iniciación esotérica. Así, Morfeus le entrega la “píldora” a Neo que lo sacará de la Mátrix para conocer la verdadera naturaleza de la vida humana. Dumbledore enviará una carta a Harry invitándolo a estudiar en Hogwarts. Obi-Wan habla a Luke de los antiguos Jedis y de la Fuerza, mientras que Gandalf rebela a Frodo la naturaleza del Anillo y la maldad que él encierra.
El Mago es además el maestro del Héroe, convirtiéndose en su guía para confrontar las fuerzas malignas que acechan en la historia. Así, generan una relación de maestro-discípulo al estilo de la devoción disciplinaria pitagórica, ó del misticismo marcial oriental. Obi-Wan entrena a Luke como Jedi (aunque luego Yoda completará el entrenamiento), Morfeus entrena a Neo en el combate contra la Matrix. Dumbledore se convierte en el tutor especial de Harry, especialmente a partir del sexto libro “El Príncipe Mestizo”. Aunque, si bien es cierto, la guía del Maestro es principalmente espiritual, y su presencia como consejero del Héroe se encuentra en toda la saga. Recordemos que el Héroe suele ser huérfano y desarrolla un vínculo paterno-filial con el Maestro, como es el caso de la relación entre Arturo y Merlín.
La Carta De La Fuerza
Esta carta representa los poderes secretos del ser humano, y las capacidades potenciales necesarias para el desarrollo esotérico. No es una persona, sino una energía ó fuerza que puede ser utilizada para el Bien ó para el Mal. Siempre representa la tentación y el poder, como la Manzana en el Edén.
En El Señor de los Anillos, esta fuerza la representa el Anillo, un objeto mágico y sumamente poderoso, que genera sentimientos de ambición y codicia en todos los personajes. Solo los más fuertes son capaces de resistir la tentación, pero todos (hasta los más elevados espiritualmente como Gandalf y Galadriel) son tentados. La codicia que genera puede consumir al portador hasta volverlo un monstruo (como Gollum). En Harry Potter, esta fuerza la representa la Magia, el poder mágico que tienen todos los magos y brujas, y que crea toda una comunidad y un mundo secretos. Dicha magia puede ser utilizada para el Bien ó para el Mal, pero es siempre un elemento poderoso que requiere de una gran disciplina para no utilizarse incorrectamente.
En Star Wars es la Fuerza (concepto similar al Chi del taoísmo ó al Prana del hinduismo), que es la sangre del Cosmos, la energía mística que recorre el Universo y que es utilizada por los Caballeros Jedis (magos) para la aplicación de la justicia y la paz. Pero cuyo Lado Oscuro es fuerte y tentador y degenera en los malévolos Siths, quienes usan la Fuerza para la violencia y la maldad.
El mito artúrico hace referencia a esto en la espada Excálibur, objeto similar al Anillo, que representa el poder del Rey de Camelot y la sabiduría mágica de Merlín. Excálibur es una espada poderosa cuyo usuario se convierte en regente, y que, al igual que el Anillo, genera deseos de poder y codicia.
La Carta De La Sacerdotisa
En el tarot, la Suma Sacerdotisa es la contraparte femenina del Mago. Se trata de los poderes iniciáticos de la mujer, representativos de las fuerzas naturales y elementales, como es el caso de la Dama del Lago en el mito artúrico, quien inicia a Arturo y le entrega la poderosa Excálibur.
En El Señor de los Anillos, la reina élfica Galadriel (quien en realidad es una semidiosa ó maia según El Silmarillión), representa a la Sacerdotisa iniciática, mientras que en Harry Potter dicho personaje puede estar manifiesto en la profesora MacGonagal. En Babilonia 5, la embajadora Delenn cumple un doble rol como Sacerdotisa y como Emperatriz.
En Mátrix el simbolismo de la Sacerdotisa claramente se encuentra en la Oráculo, un programa de la Mátrix sensible y con capacidades proféticas. En la segunda película de Mátrix encontramos al creador de la Mátrix misma, denominado el Arquitecto (recordemos que la Masonería designa a Dios como el Gran Arquitecto del Universo), y quien para todos los efectos asemeja al estereotipo de Dios. El Arquitecto explica como, al crear la Mátrix tuvo necesidad de conectarse con la parte sensible y emocional del ser humano, por lo cual creó un programa sensitivo y emotivo, la Oráculo. Por lo que, si él es el padre de la Mátrix, ella es la madre (dualismo pagano presente en casi todas las religiones indoeuropeas).
La Carta Del Emperador
El Emperador representa los poderes viriles y activos del hombre. Su fuerza radica en la virilidad y es representativo del buen gobernante y del líder. Es un gallardo héroe de acción, el caballero de brillante armadura como Sir Lancelot del ciclo artúrico. Lo vemos reflejado en personajes como Aragorn de Tolkien y Han Solo en Star Wars. Si bien, Frodo y Luke representan la inocencia y la cautela, Aragorn y Han Solo son la experiencia y el espíritu aventurero. Son personajes que ya han vivido muchas aventuras antes del comienzo de la gesta. Que han viajado mucho y han combatido al mal (ó negociado con él) hasta convertirse en sujetos toscos y pendencieros.
Todo esto como parte de un preparativo para eventualmente asumir como reyes ó gobernantes. Así, Aragorn se convierte en Rey cuando su verdadera identidad como descendiente del Rey de Númenor es descubierta y aceptada. Han Solo se convierte en Rey tras casarse con la Princesa Leia.
En algunos casos, el Héroe es una fusión entre el Loco y el Emperador, es decir, tienen las características propias del Iniciado místico y del gallardo héroe de acción. Este es el caso de Neo, en Mátrix, de Sheridan en Babilonia 5 y en alguna medida, de Harry Potter.
En las sagas épicas suele haber una pareja de personajes que representan dos opuestos complementarios que el Héroe debe de equilibrar en su corazón. Estos personajes que suelen generar un dúo cómico, son un simbolismo importante porque representan la consciencia del Héroe según distintos matices y perspectivas de acción (como el ángel en el hombro derecho y el demonio en el hombro izquierdo).
Légolas y Gimli son este dúo en El Señor de los Anillos. Légolas es un elfo y, según la tradición esotérica, los elfos son elementales del aire, el elemento que rige sobre la espiritualidad, la comunicación y el misticismo. Gimli es un enano ó gnomo, elementales de la tierra que, según la misma tradición, rige sobre lo material y sobre el plano físico. Así, Légolas y Gimli suelen competir entre sí, y están siempre al lado de Aragorn, especialmente en su viaje al Inframundo. Aragorn debe de equilibrar en su espíritu la parte espiritual e idealista del aire con la parte física y realista de la tierra representados por Légolas y Gimli respectivamente.
En Star Wars, este dúo está presente en los personajes de C3PO y R2D2, donde C3PO es un androide diplomático que habla mucho y no concretiza ideas (el aire), y R2D2 es más activo y directo en la ejecución de las ideas (la tierra). Similar pareja se observa en Hermione y Ron, los dos mejores amigos de Harry Potter. Herminone es una estudiante aplicada y muy inteligente, que siempre sabe como concretizar un plan y como llevar a cabo una poción (tierra). Mientras que Ron es un personaje distraído e idealista, pero sobretodo, soñador (aire).
En Babilonia 5, esta dicotomía está presente en el embajador G’Kar, filósofo y líder espiritual de su pueblo, así como es un poeta (el aire), y el embajador Londo Molari, un sujeto licencioso y lúdico que gusta del licor, el juego y las mujeres (la tierra). Si bien G’Kar y Londo fueron enemigos mortales al principio, para el final de la serie se convirtieron en amigos inseparables.
Todos estos personajes suelen tener una tensa relación entre sí, repleta de discusiones y de conflictos amor-odio, lo cual usualmente genera efectos cómicos. Este dúo de personajes representa los opuestos complementarios que el Héroe debe de equilibrar en su interior; espíritu/materia, idealismo/realismo, alma/cuerpo, razón/emoción. El hecho de que los dos personajes estén conectados como un complemento simbólico, no impide que cada uno de estos personajes forme una historia propia e independiente, con sus complejidades particulares ó una relación individual con el Héroe ó con otros personajes.
La Carta De La Emperatriz
Esta es la contraparte vernácula de la sacerdotisa, como el Emperador lo es del Mago. La Emperatriz es la fuerza femenina, representada en la reina. Es la Reina Ginebra del mito de Arturo. La representa la princesa élfica Arwen en El Señor de los Anillos, la Princesa Leia en Star Wars, la embajadora Delenn en Babilonia 5 y Trinity en Mátrix.
Una similitud muy grande se da entre el romance de Aragorn/Arwen y de Sheridan/Delenn en Babilonia 5. Aragorn se convierte en Rey de los humanos y se casa con la princesa elfa Arwen, proveniente de un pueblo místico, antiguo y muy elevado por sobre los humanos, los elfos. Mientras que Sheridan se convierte en presidente de la Alianza Interestelar y se casa con la embajadora Delenn, una mimbari, proveniente de un pueblo místico y antiguo, muy espiritual y cuyas características se asemejan enormemente a los elfos de Tolkien.
Si bien es cierto, en la saga de Camelot, se forma un triángulo amoroso entre Arturo, Ginebra y Láncelot, este triángulo no suele repetirse en otras sagas simbólicas. Sin embargo, las figuras del Emperador y de la Emperatriz son siempre figuras de amantes muy profundos que están vinculadas fuertemente y se convierten en la Carta de los Enamorados del Tarot.
El amor entre el Emperador y la Emperatriz es un amor inquebrantable y que trasciende todo (incluso la muerte), son almas gemelas que se aman por toda su vida. Esto se observa reflejado en el amor entre Aragorn y Arwen, Han Solo y Leia, Sheridan y Delenn, Neo y Trinity. De allí, que un elemento trágico que no puede faltar en toda saga épica, es la muerte de uno de los integrantes de la pareja, generalmente acontecida varios años después de terminada la gesta heroica. La muerte de Aragorn que conllevó la eventual muerte de Arwen por el dolor y la nostalgia. La muerte de Trinity en la tercera película de Mátrix. Ó la muerte de Sheridan, varias décadas después de terminada la Guerra de las Sombras, y la melancólica despedida que hace de su amada esposa Delenn.
La Carta De El Diablo
No puede existir luz sin oscuridad ni bien sin mal. Ninguna saga épica puede consolidarse sin la existencia de una fuerza maligna extremadamente poderosa. Es decir, la Carta del Diablo en el tarot, que representa el Mal y las Tinieblas.
No es difícil dilucidar que personajes representan la maldad en las diversas sagas que se estudian en el presente trabajo. No obstante, es importante analizar un arquetipo que se repite constantemente y que es la Trinidad Oscura, es decir, una especie de trío de la maldad representada por:
- Una antigua fuerza primordial de la maldad.
- Un maestro del mal actual y presente, una maldad metafísica.
- Un discípulo oscuro que ejerce como fuerza física y ejecuta las oscuras enseñanzas del maestro.
Remontémonos primeramente a la saga de Tolkien. En El Silmarillión se narra como Ilúvatar, el dios creador del Universo, crea a diferentes dioses menores ó Aesir, de entre los cuales, Melkor se vuelve rebelde y ambicioso. Ilúvatar crea el mundo ó Tierra Media, donde delega en algunos Aesir (que ahora serán denominados Valar), la finalización de su obra. Los Valar son entonces dioses terrenales, entre los cuales se cuenta Melkor, luego llamado Morgoth, que significa el Señor Oscuro.
La guerra entre los Valar y sus servidores, los elfos, contra las malévolas fuerzas de Morgoth y sus horripilantes monstruos esclavos, será la trama medular en el Silmarillión y finaliza con la derrota de Morgoth y su destrucción.
Además de los Valar, hay otra raza de seres divinos ó semidioses, denominados los Maiar (Galadriel es una maia con forma de elfa). Estos espíritus son muy poderosos, pero de menor rango que los Valar pues nacieron directamente en la tierra y no en el cielo como los Valar. El principal servidor de Morgoth es un maia llamado Sauron, su lugarteniente y mano derecha. Segundo al mando para todos los efectos. Tras la muerte de Morgoth, Sauron se convierte en el nuevo Señor Oscuro, y rige sobre las temibles huestes que alguna vez sirvieron a Morgoth. Sauron sin embargo, es derrotado y su cuerpo físico destruido. Su espíritu maligno se mantiene vivo por medio del Anillo, y continúa rigiendo las legiones monstruosas, intentando conquistar al mundo y resucitar por medio del Anillo.
Esta es la trama fundamental de El Señor de los Anillos; la lucha contra la maldad de Sauron y sus servidores espantosos. Sauron se hace de su propio discípulo, de su propio lugarteniente, quien ejerce como villano físico en la historia. Se trata de Saruman el Blanco, un poderoso mago que estudiaba las fuerzas oscuras para combatirlas y terminó sucumbiendo a la tentación del mal.
Este trío del Mal se repite en las demás sagas. Así, en Harry Potter encontramos que el Colegio Hogwarts tiene cuatro casas: Griffindorf, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, en honor a los cuatro fundadores del colegio. El Sombrero Seleccionador logra dilucidar las tendencias de los estudiantes de primer ingreso y los envía a la casa donde podrán explotar sus características. Así como Salazar Slytherin fue un malévolo mago oscuro, así los estudiantes con tendencias egoístas y siniestras son enviados a Slytherin. En el cuarto libro de Harry Potter, La Cámara de los Secretos, descubrimos que Harry es descendiente de Griffindorf y que Voldemort es descendiente de Slytherin, lo cual en el sexto libro El Príncipe Mestizo, explica la enemistad predestinada entre ambos. Voldemort es el sucesor de Slytherin al igual que Sauron es el sucesor de Morgoth. Si bien es cierto, Voldemort es el enemigo de Harry Potter, es un maestro maligno que más pareciera la contraparte maligna de Dumbledore. Y, al igual que Sauron tiene a Saruman, Voldemort tiene a Lucius Malfoy como su mano derecha.
En todas estas sagas épicas, hay dos villanos principales; uno metafísico y uno físico. Uno es el maestro oscuro que mueve los hilos y cuya maldad es una presencia más espiritual e intangible. El otro es el guerrero, el comandante de los ejércitos oscuros, el discípulo maligno, es decir, el villano físico que ejecuta los designios del Maestro.
En Babilonia 5, la fuerza oscura y maligna es una especie extraterrestre muy antigua denominada como las Sombras. Una especie que cree en el caos y la guerra como medio para evolucionar y que están en conflicto constante contra la otra especie más antigua del Universo, los Vorlons, que creen en el orden y la paz como forma de promover la evolución (conflicto idéntico al de los Jedis y los Siths). Los servidores de las Sombras son una especie joven conocida como los draks, quienes se convierten en la principal fuerza enemiga de la Galaxia cuando desaparecen las Sombras.
En Mátrix, el villano principal es el Agente Smith, una especie de programa enloquecido y caótico que se convierte en un virus de computadora, mientras que la maldad más metafísica es la propia Mátrix, ó el Sistema, que utiliza un ejército de máquinas asesinas para exterminar a la Humanidad.
El mito artúrico ya presentaba esta dicotomía con Morgana LeFey, la hermana de Arturo y discípula de Merlín quien se pervierte y vuelve maligna tras obtener el conocimiento mágico que Merlín le entrega (similar destino le sucede a Obi-Wan Kenobi cuando su discípulo Anakin se pervierte). El hijo de Morgana, Mordred, será el ejecutor físico de los tenebrosos designios de la bruja Morgana.
Así, Saruman, Dart Vader, Lucius Malfoy, el Agente Smith y Mordred cumplen un rol fundamental como la mano ejecutora, la fuerza física que aplica la maldad metafísica y espiritual que sus maestros Sauron, Palpatine, Voldemort, la Mátrix y Morgana predican sutilmente. Pero además, en todos los casos, el discípulo del Mal es traicionero y codicioso, y ambiciona secretamente el derrocar a su maestro y convertirse ellos mismos en el Señor Oscuro. No es extraño que el discípulo se vuelva contra el maestro maligno en algún determinado momento.
En todos estos casos podemos observar la dicotomía ó polarización entre el Bien y el Mal. El Bien siempre tiene su reflejo y su contraparte en el Mal. Así por ejemplo, los elfos que son seres luminosos y espirituales, fueron tomados prisioneros por Morgoth y deformados hasta convertirlos en los malévolos orcos; seres monstruosos y demoniacos. Similar polarización la observamos en Babilonia 5 con los Vorlons y las Sombras, las dos razas más antiguas del Universo en ese momento, y que representan al Orden y al Caos. Ó bien, los Jedis y los Siths de Star Wars.
Es importante destacar, que el Mago suele morir en manos del mal en alguna parte de la saga. Y aunque algunas veces revive, siempre regresa como una fuerza espiritual al lado del Héroe. Así, Dumbledore es aparentemente asesinado por Snape en “El Príncipe Mestizo”, la Oráculo es asesinada por el Agente Smith en la segunda película de Mátrix, aún cuando revive para la tercera. Kosh, en Babilonia 5, es muerto por las Sombras, aunque parte de su espíritu permanece dentro del cuerpo de Sheridan y le sigue dando consejos desde el más allá. Obi-Wan es asesinado por Dart Vader en el Episodio IV, aunque el espíritu de Obi-Wan continúa guiando a Luke.
En El Señor de los Anillos, Gandalf confronta al mal en las tenebrosas profundidades de una caverna. Se trata del malévolo demonio Walrog, quien representa los egos y los defectos propios del iniciado. Gandalf derrota a la maldad en su corazón representada por el Walrog, lo que le provoca la simbólica muerte y resurrección. De forma similar a como Jesús muere, viaja al Infierno a combatir al Mal, y resucita.
No es extraño que el Héroe realice la misma purga de sus egos, como Neo combatiendo a decenas de agentes Smith, ó como Sheridan de Babilonia 5 viajando a Sahadum, el planeta de las Sombras, donde muere y es resucitado por Lorien, el ser más antiguo del Universo.
Un símbolo de la derrota definitiva del mal se da cuando el habitáculo de éste es destruido, como se manifiesta en la Carta de la Torre en el tarot. La Torre representa al caos y la destrucción. La catástrofe que acontece cuando los cimientos de algo son débiles y/ó corruptos. La destrucción de la Torre Negra donde habita el espíritu de Sauron, la explosión de la Estrella de la Muerte en Star Wars y la destrucción de Sahadum, el Planeta de las Sombras son ejemplos de este simbolismo.
Finalmente, tras la dura travesía del alma en la gesta heroica por salvar al mundo de las fuerzas malignas, el Héroe completa su Iniciación y trasciende a un plano superior, como lo observamos en Frodo viajando con Gandalf al más allá, con la aparente muerte de Neo al final de la trilogía de Mátrix ó con el ascenso de Sheridan fuera del límite del Universo en último capítulo de Babilonia 5. El mundo se ha salvado de la amenaza maligna y toda la contienda épica, con todos sus sacrificios, permitió rescatar las almas de los justos.
A lo largo del desarrollo pudimos comprobar que una serie de simbolismos esotéricos y épicos se repiten de forma frecuente y evidente en algunas de las más exitosas sagas de fantasía y ciencia ficción de la actualidad. Es lógico concluir que los productores y escritores modernos se fundamentan en las antiguas gestas poéticas y literarias que datan de tiempos muy antiguos, y que no es coincidencia la constante repetición de dichos simbolismos. Las nuevas generaciones continúan sintiéndose fascinadas por el significado esotérico de las sagas heroicas y del proceso de iniciación del Héroe. Esta fascinación permanece idéntica a antaño, como se prueba en el éxito de estas franquicias, si bien es cierto, el contexto puede variar muchísimo desde la epopeya de Gilgamesh y los viajes de Homero, hasta las batallas espaciales y las aventuras galácticas en Star Wars y Babilonia 5, como si se tratara de la misma historia referida a espacios, contextos y épocas diferentes.
Esto no debe de sorprender, pues lo mismo ocurría en la literatura clásica desde la Edad Antigua hasta las expresiones más post-modernistas, como se denota a lo largo del presente trabajo.