Asesinato de la familia Romanov

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Nicolás II de Rusia en compañía de su familia
El asesinato de la familia Romanov fue un crimen político perpetrado por los bolcheviques para destruir la monarquía en Rusia y tuvo lugar en Ekaterimburgo la noche del 16 al 17 de julio de 1918.

El zar Nicolás II, su esposa, la zarina Alejandra, y sus cinco hijos Olga, Tatiana, Maria, Anastasia y Alekséi fueron asesinados a tiros y bayonetazos por tropas bolcheviques, entre ellos Piotr Ermakov, y dirigidos por el judío Yákov Yurovski bajo las órdenes del Sóviet Regional de los Urales. También murieron todos aquellos que decidieron acompañarlos en su confinamiento, especialmente los criados Anna Demídova, Alekséi Trupp e Iván Jaritónov, y hasta al médico familiar, Eugene Botkin.

Se cree que la ejecución fue ordenada por Vladímir Lenin, Yákov Sverdlov, Filipp Goloshchokin y Félix Dzerzhinski.

En 1979, los historiadores Aleksandr Avdonin y Geli Riábov hallaron la posible tumba de la familia imperial en el bosque de Koptiakí. Análisis de ADN confirmaron el hallazgo. En 1981, la Iglesia ortodoxa rusa en el exilio canonizó a los integrantes de la familia Románov.

En 2008 el Tribunal Supremo de Justicia de la Federación Rusa rehabilitó a Nicolás II y a su familia, teniendo en cuenta a las víctimas de la represión política bolchevique; una decisión muy esperada por los descendientes de la familia imperial y la Iglesia ortodoxa rusa.

Planificación

Al triunfar la Revolución de Octubre de 1917, en la que los bolcheviques —liderados por Lenin— derrocaron al gobierno de Kérenski, el Soviet Central a cargo de Yákov Sverdlov, un personaje perteneciente al círculo íntimo de Lenin, y quien estaba a cargo administrativamente del destino del zar, ordenó primero el traslado a Moscú del emperador depuesto; pero luego se instruyó el traslado de la familia imperial a Ekaterimburgo, que se hallaba bajo control del Soviet de los Urales con apoyo del Ejército Rojo.

El gobierno alemán había propuesto al Soviet que el emperador refrendara el tratado de paz, pero como segunda intención oculta era negociar la libertad de Nicolás II para posteriormente poder reimplantar el régimen monárquico ya que Alemania se había dado cuenta de la verdadera naturaleza de la revolución socialista mundial proclamada por Lenin. Por esa razón se lo había intentado enviar a Moscú en un primer momento. El Soviet, al tanto de estas maniobras y temeroso de lo que implicaba la intención, tomó las providencias para que jamás se volviera a instalar el zarismo en Rusia.

El 4 de julio de 1918, tomando como pretexto el avance de la Legión Checoslovaca que podría liberar a la familia del zar, Filipp Goloshchokin, quien presidía el Sóviet de los Urales, se apersonó apresuradamente en Moscú con Sverdlov y planteó el asesinato y encubrimiento ante este último. Sverdlov consultó a la alta cúpula del Sóviet Central y la orden fue dada.[1]

Un escuadrón de la policía Cheka al mando de Yákov Yurovski relevó a la guardia de la casa, y el 16 de julio recibió la orden del Sóviet de los Urales de fusilar a toda la familia. No importó que el zar había abdicado y renunciado al poder mucho antes de ser capturado, entregando el mando a un gobierno interino e instaurando un parlamento.

La planificación misma del magnicidio in situ fue hecha por Yurovski, quien se reservó el derecho de disparar primero sobre el "verdugo coronado" como se lo llamaba a Nicolás II; aparte de Yurovski, la camarilla la componían, Piotr Ermakov y Gregoy Nikulin, todos miembros y asesinos probados de la Cheka.

Un subordinado de Goloshchokin, Piotr Ermakov quien tenía el control del campesinado del Ural, tenía la función de eliminar toda evidencia del asesinato no pudo conseguirse los dos camiones de transporte requeridos hasta el día siguiente. Ermakov además de participar en el pelotón, haría encender los motores de ambos vehículos para ahogar el ruido de los disparos.

El escuadrón estaba compuesto por doce hombres, siete de los cuales eran ex-combatientes húngaros, a cada uno de ellos se les asignó una víctima; dos de ellos se negaron a disparar sobre mujeres y al menos uno de ellos fue deshechado y reemplazado por Ermakov. Los miembros del escuadrón eran Gregori Nikulin, asistente de Yurovski, Piotr Ermakov asistente de Goloshchokin, Piotr Medveyed, S. Vagánov, Andreas Vergasi, Laszlo Horvath, Víctor Griinfeldt, Imre Nagy, Emile Fekete, Anselm Fischer e Isidor Edelstein.

El crimen

Las hijas del zar Nicolás II: Olga, Tatiana, Maria y Anastasia, fueron rematadas a bayoneta por los bolcheviques de Lenin.

En la medianoche del 17 de julio el zar junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, e incluso un médico leal. El pretexto era que se los iba a tomar una fotografía antes de partir; o se los iba a trasladar.

Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski con revólver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta.

Cuando Yákov Yurovski levanta el revólver y declara al zar que "el pueblo ruso" lo ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: -" que?"- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto, la zarina se alcanza a incorporar haciendo la señal de la cruz y gritando, es muerta de un disparo en plena boca por Yurovski[2] y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las hijas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. Anastasia, que se había desmayado cuando comenzaron los disparos, recuperó la conciencia y fue muerta a golpe de culatas de los fusiles y por los bayonetazos realizados por Ermakov.

El zarévich sobrevivió a la primera descarga y fue muerto por Yurovski en el remate de moribundos disparándole dos veces a la altura del oído. Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es perseguida dentro de la habitación y asesinada a bayonetazos, e incluso la mascota es muerta de un disparo.

El zar murió con 50 años recién cumplidos. Este episodio daba fin a la dinastía Romanov y con éste, el régimen zarista.

Posteriormente los cuerpos son llevados en camiones y depositados en una mina abandonada.

Al día siguiente, Yurovski, temiendo que el rumor sobre el fusilamiento indujera a recuperar los cuerpos, ordenó su traslado y destrucción de los cadáveres por fuego y ácido y arrojarlos a piques de otras excavaciones, ubicadas 12 km fuera de la ciudad, en la mina que se llama "los cuatro hermanos".

Relato de uno de los ejecutores

Para la ejecución se seleccionaron doce hombres con revólveres. Dos de ellos se negaron a disparar contra las mujeres. Cuando llegó el vehículo, todos dormían. Al despertarlos se les explicó que debido a la intranquilidad existente en la ciudad, era necesario trasladarlos del piso superior al inferior. Demoraron media hora en vestirse. Abajo habíamos vaciado una habitación que tenía un tabique de madera estucado, para evitar el rebote. La guardia se encontraba en disposición combativa en el cuarto vecino. Los Románov no sospechaban nada. El comandante fue a buscarlos en persona y los condujo hacia la habitación. Nicolás llevaba en brazos a Alexis, los demás llevaban almohadillas y otras cosas pequeñas. Al entrar en la habitación vacía, Alejandra Fiódorovna preguntó: "Cómo, ¿no hay ninguna silla? ¿Ni siquiera podemos sentarnos?" (Según el relato de Yurovski, se trajeron dos) Nicolás puso en una a Alexis y en la otra se sentó Alejandra Fiódorovna. A los demás se les ordenó formar una fila. Hecho esto, llamaron al comandante. Cuando este entró, dijo a los Románov que, como sus parientes en Europa continuaban la ofensiva contra la Rusia soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales había decretado fusilarlos. Nicolás se volvió de espaldas, de cara a su familia, y luego, como recobrándose, se volvió y preguntó: "¿Qué, qué?". El comandante repitió la explicación y ordenó al comando que se preparara. Cada uno sabía de antemano contra quién iba a disparar. La orden era apuntar al corazón para evitar el derramamiento de mucha sangre y terminar más rápido. Nicolás no dijo una sola palabra más, de nuevo se volvió cara a su familia, otros lanzaron exclamaciones incoherentes. Luego comenzaron los disparos, que duraron dos o tres minutos. Nicolás fue muerto por el mismo comandante a quemarropa. Luego murieron Alejandra Fiódorovna y su séquito. En total fueron fusiladas doce personas: Nicolás, Alejandra Fiódorovna, su hijo Alexis, sus cuatro hijas: Olga, Tatiana, María y Anastasia - el doctor Yevgueni Botkin, el criado Trupp, el cocinero Tijomírov, otro cocinero y la camarera Anna Demídova.

Comunicado

Aunque la Checa había planificado el ocultar el crimen, los bolcheviques se vieron ante la necesidad de demostrar que el zar estaba efectivamente muerto para desestimular a los nacionalistas que querían reinstaurar su régimen.

Comunicado oficial del Sóviet de los Urales

Decisión del Presídium del Consejo de Diputados, Obreros, Campesinos y Guardias Rojos de los Urales:

En vista del hecho de que bandas checoslovacas amenazan la capital roja de los Urales, Ekaterimburgo, que el verdugo coronado podía escapar al tribunal del pueblo (un complot de la Guardia Blanca para llevarse a toda la familia imperial acaba de ser descubierto) el Presídium del Comité Divisional, cumpliendo con la voluntad del pueblo, ha decidido que el ex zar Nicolás Románov, culpable ante el pueblo de innumerables crímenes sangrientos, sea fusilado. La decisión del Presídium del Comité Divisional se llevó a cabo en la noche entre el 16 y 17 de julio.

Endoso del Soviet Central

Decisión del Presídium del Comité Central Ejecutivo de Todas las Rusias del 18 de julio.

El Comité Central Ejecutivo de los Consejos de Diputados de Obreros, Campesinos, Guardias Rojos y Cosacos, en la persona de su presidente, aprueba la acción del Presídium del Consejo de los Urales.

El presidente del Comité Central Ejecutivo,

Sverdlov.

Pero el zar, quién ya había renunciado al poder, jamás fue juzgado ni condenado por crimen alguno. Es mas, de manera póstuma el Tribunal Supremo de Justicia de la Federación Rusa decidió rehabilitarlo a el y a su familia el 1 de octubre de 2008, teniendo en cuenta a las víctimas de la represión política bolchevique. La Iglesia ortodoxa rusa canonizó a toda la familia en 1981.

Referencias

  1. El último Zar-Dominic Lieven, pag. 343.
  2. Magnicidio de los Románov.detalles

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