Boris Olshansky
Boris Mijaílovich Olshansky (Tambov, Rusia, 25 de febrero de 1956) es un pintor ruso contemporáneo, reconocido por sus obras que abordan la épica histórica de la Rus de Kiev y temas de la mitología eslava. Su arte se caracteriza por la representación de leyendas, mitos y eventos históricos que resaltan la herencia cultural eslava.
Sumario
Biografía
Primeros años
Su madre, campesina, sumamente tradicional y devota, tuvo cinco hijos además de él. Su padre era un veterano de guerra herido en combate (la bala de un francotirador alemán le entró por una mejilla y le salió por un ojo) y que disfrutaba del apoyo estatal para gente de su condición.
Aunque se crió durante la época soviética, en la que poco menos que parecía que la historia de Rusia comenzaba en 1917 con la revolución bolchevique, Olshansky escribe que "la misma vida, nuestra mente y nuestra memoria genética, buscan intensamente las fuentes de la cultura y la historia".
Formación y Carrera Temprana
En 1980, Olshansky se graduó del Colegio de Arte de Penza, nombrado en honor a K. A. Savitsky. Posteriormente, entre 1980 y 1986, continuó sus estudios en el Instituto Estatal de Arte de Moscú V. I. Surikov, especializándose en retrato bajo la tutela del profesor B. A. Dehtyarev. En 1989, fue admitido en la Unión de Artistas de la URSS, consolidando su posición en la escena artística soviética.
Obra
La producción artística de Olshansky se centra en la narrativa histórica de la Rus eslava. Entre sus obras más emblemáticas se encuentran:
- Recuerda mi nombre (1992)
- El campo de Kulikovo (1994).
- La leyenda de Sviatoslav (1996).
- La batalla del Dnieper (1996).
- Nacimiento de un guerrero (1997).
- Sadko en el Reino bajo el Mar (1999).
- Réquiem ruso (2000).
- Gloria a Rusia. Tu escudo en las puertas de Constantinopla (2006).
Estas pinturas destacan por su detallada representación de figuras y eventos históricos, capturando la esencia de la mitología y la historia eslava.
Los rasgos básicos del arte de Olshansky se hunden en el nacionalismo ruso, el paneslavismo, la idealización del pasado proto-eslavo y de los rasgos nórdicos, también las menciones a los antiguos griegos, vikingos, bizantinos y otomanos, fuerte carga pagana pero sin renunciar a la fe ortodoxa, concepción de Rusia como un muro de contención ante las hordas asiáticas, importancia de la Naturaleza, ausencia total de "ideales modernos", etc. La obra de Olshansky carece totalmente de simbología soviética.
Exposiciones y Reconocimientos
Olshansky ha realizado numerosas exposiciones individuales, entre las que se incluyen:
- Moscú (1999, 2000)
- Tambov (1993, 1999, 2006)
- Kirsanov (2007)
- Turku, Finlandia (2001)
Sus obras forman parte de colecciones privadas y han sido exhibidas tanto en Rusia como en el extranjero. Además, ha sido galardonado con el Premio del Distrito Federal Central en el ámbito de la literatura y el arte, reconociendo su contribución a la cultura rusa.
Estilo e influencias
El arte de Olshansky se distingue por su enfoque realista y detallado, con una profunda conexión con la historia y la mitología eslava. Sus pinturas a menudo incorporan elementos simbólicos y narrativos que evocan un sentido de orgullo cultural y una conexión con las raíces históricas de Rusia. A través de su obra, busca revivir y preservar las tradiciones y leyendas de los pueblos eslavos, ofreciendo una visión idealizada de su pasado.
A lo largo de su carrera, Boris Olshansky ha demostrado un compromiso constante con la exploración y representación de la herencia eslava, consolidándose como una figura destacada en el panorama artístico contemporáneo de Rusia.