Edward Bernays

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Edward Bernays
La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país.

— Propaganda, 1928.

Edward Louis Bernays (Viena, Austria, 22 de noviembre de 1891 – Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, 9 de marzo de 1995) fue un publicista judío, sobrino de Sigmund Freud. Es considerado el padre de la teoría moderna de la propaganda y las relaciones públicas.

Obra

Propaganda de Bernays que insta a la mujer a creer en si misma.

Casi todo lo que hoy nos parece natural en materia de campañas publicitarias, construcción de imagen y relaciones públicas fue inventado en las primeras décadas del siglo XX por este austriaco naturalizado estadounidense.

Buscando aumentar la competitividad empresarial, en el año 1923 publica "Crystallizing Public Opinion", donde habla sobre la fuerza que tiene la opinión pública, y cómo esta puede influir tanto en el éxito, como en el fracaso de ciertas instituciones. Además resalta que es esta, quien juzga el actuar de las organizaciones. Esta es la primera vez en la historia que se utiliza el término “asesor de relaciones públicas”. De profundas convicciones sionistas, el y varios otros judíos influyentes y poderosos transformaron la cultura y la razón de ser del pueblo americano de forma irreversible hasta convertirlo en lo que es hoy día.

De su tío Sigmund Freud recoge el concepto de las pulsiones inconscientes que influencian buena parte del proceder de cualquier individuo. Todo el trabajo de Bernays tomó como fundamento el descubrimiento de esos mecanismos que pronto entendió susceptibles de ser manipulados con fines económicos -de consumo- y políticos.

En su libro de 1928 titulado precisamente Propaganda, resumía su maestría en el arte de conseguir que las personas se comportaran de manera irracional si se lograba vincular los productos (o las políticas) con sus emociones y deseos más acendrados. Durante la I Guerra Mundial, se puso al servicio del Gobierno de EE.UU. para motivar a los jóvenes para que se alistaran en el ejército.

A partir de 1929, el presidente de la American Tobacco Company decidió contratar a Bernays para que pusiera en marcha una campaña destinada a promocionar el tabaquismo entre las mujeres. Fumar era un hábito masculino y estaba mal visto entre las mujeres. La industria tabacalera no podía permitirse perder la mitad de su mercado potencial. Aparecieron los primeros anuncios publicitarios en los que actrices estadounidenses animaban a las mujeres a fumar. Tal y como escribe el escritor y periodista español Daniel Bernabé: "detrás del éxito de las antorchas de la libertad se encontraba el deseo de las feministas por liberarse de los convencionalismos de la sociedad patriarcal, pero quien las encendió fue la industria tabacalera estadounidense"[1].

Citas

"Si puedes influir en los líderes, ya sea con su colaboración consciente o sin ella, automáticamente influyes sobre el grupo que les sigue."
"El propagandista, aprovechándose de un viejo cliché o manipulando uno de nuevo cuño, puede dirigir a veces una masa completa de emociones colectivas."
"Los deseos humanos son el vapor que hace que la máquina social funcione. A no ser que los entienda, el propagandista no logrará controlar el inmenso mecanismo de engranajes más o menos unidos entre sí que es la sociedad moderna."
"El estudio sistemático de la psicología de masas reveló a sus estudiosos las posibilidades de un gobierno invisible de la sociedad mediante la manipulación de los motivos que impulsan las acciones del hombre en el seno de un grupo."
"En nuestra organización social actual, la aprobación del público resulta crucial para cualquier proyecto de gran calado. De ahí que un movimiento digno de todos los elogios puede fracasar si no logra imprimir su imagen en la mente pública."
"Los Estados, ya sean monárquicos, constitucionales, democráticos o comunistas, tienen que contar con el consentimiento de la opinión pública si quieren lograr sus proyectos y, de hecho, un gobierno no gobierna si no es en virtud de la aquiescencia pública."
"Las minorías inteligentes son las que se sirven de la propaganda continua y sistemáticamente."
"Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder que gobierna nuestra país. Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas mayormente por hombres de los que nunca hemos oído hablar. Esto es un resultado lógico de la manera en que está organizada nuestra sociedad democrática. Grandes números de seres humanos deben cooperar de esta forma si quieren vivir juntos como una sociedad que funcione con fluídez. En casi cualquier acto de nuestras vidas, sea en la esfera de la política o de los negocios o en nuestra conducta social o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que controlan la opinión pública."
—Propaganda, 1928

Artículos relacionados

Enlaces externos

Vídeos

  • Bernays, el hombre que utilizó el feminismo para que las mujeres empezaran a fumar