Lavado de cerebro

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Campo de "re-educación" en China[1].

El lavado de cerebro, también conocido como reforma del pensamiento, educación o re-educación, es la aplicación de técnicas en muchos casos coercitivas, para cambiar las creencias, conducta, pensamiento y comportamiento de un individuo o sociedad, con propósitos políticos, religiosos o cualquier otro. Algunas técnicas comunes de lavado de cerebro son la repetición constante de un mismo mensaje junto con el escarnio público o la demonización de cualquiera que contradiga al mensaje, tácticas encaminadas a la anulación del pensamiento crítico así como también impedir el acceso a fuentes de información no censuradas, aislamiento del mundo exterior, manipulación del lenguaje y el empleo de rótulos.

Generalidades

A lo largo de la historia, se ha recurrido a diversas formas de control del pensamiento de los individuos, pero han sido las sociedades totalitarias del siglo XX las que primero han aplicado conocimientos científicos para mejorar las técnicas de lavado de cerebro, y que hoy en día se aplican apoyado frecuentemente con el uso de fármacos que inhiben las capacidades cognitivas, el hambre y la privación de proteínas, lo que produce confusión y credulidad en la capacidad de raciocinio; y la privación del sueño, que causa estrés y confusión.

George Orwell, en su novela 1984, describió varias técnicas usadas entonces en el lavado de cerebro. El efecto de estas técnicas sobre la propia imagen de la persona no es percibida por la mayoría de la gente sometida al lavado de cerebro. Su imagen se establece principalmente a partir de dos fuentes:

  • El mundo exterior, constituido por sus padres, sus educadores, sus amigos y todas las personas que se han cruzado en el camino de su existencia.
  • Sus propios pensamientos.

El lavado de cerebro busca crear un marco social o un entorno de ideas y modelos a seguir, al cual el individuo deba adaptarse para así lograr sobrevivir, ser aceptado o sentirse integrado en el grupo o la sociedad en la que vive.

Lavado mental

El lavado mental es un método, más o menos eficaz dependiendo del individuo, cuyo objetivo es hacer admitir unas informaciones cualesquiera a otra persona, con la técnica de la repetición hasta que el objetivo sea alcanzado. En ocasiones se utiliza la violencia verbal o física para confirmar o crear una jerarquía definida de superioridad entre el lavador y el lavado.

Se habla también del lavado mental realizado por los medios de información sobre la población, el cual puede efectivamente tener a largo plazo el efecto de imponer el punto de vista de los medios sobre la población. El mejor medio de evitar el control de información es utilizar varias fuentes dentro del posible espectro informativo.

Aunque el vocablo "secta" esté relacionado a grupos que posean una misma afinidad, con el paso de los años ha adquirido una connotación más relacionada a grupos radicalizados, generalmente religiosos, tendentes a controlar el pensamiento distinto al suyo, fuera y dentro de su organización. Está presente así, dentro de algunas sectas: el lavado mental, el lavado de cerebro, el Control mental, la persecución, la explotación humana y sexual, la esclavitud y diversas formas de abusos. Desde el punto de vista sociológico, es un grupo de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etc). Habitualmente es un término peyorativo, frente al que ha surgido, el de "nuevos movimientos religiosos".

El lavado de cerebro en las masas

Véase también: Desinformación
Una muchedumbre siguiendo imágenes informativas impactantes frente a una pantalla gigante.

El término lavado de cerebro se aplica a veces, en algunas sociedades, cuando el gobierno mantiene un control social firme de los medios de comunicación de masas y el sistema de educación, y usa este control para diseminar la propaganda en una escala particularmente intensiva, con efecto global que puede lavar el cerebro a secciones grandes de la población. Este es el caso de, por ejemplo, la Unión Soviética, China o Israel, donde toda la información es sometida a una intensa censura y la educación está manipulada por intereses políticos.

La así llamada Propaganda, busca influir en el sistema de valores del ciudadano y en su conducta. Se articula a partir de un discurso persuasivo que busca la adhesión del público a sus intereses. Es de carácter monológico y requiere del recurso del anuncio. Su planteamiento consiste en utilizar una información presentada y difundida masivamente con la intención de apoyar una determinada opinión ideológica o política. Aunque el mensaje contenga información verdadera, es posible que sea incompleta, no contrastada y partidista (desinformación), de forma que no presente un cuadro equilibrado de la opinión en cuestión, que es contemplada siempre en forma asimétrica, subjetiva y emocional. Su uso primario proviene del contexto político, refiriéndose generalmente a los esfuerzos patrocinados por gobiernos o partidos para convencer a las masas.

Reforma del Pensamiento

La reforma del pensamiento ó persuasión coercitiva , como en ocasiones es conocido, es un sinónimo atenuado del Lavado de cerebro, se entiende mejor como un sistema coordinado gradual de influencia coercitiva y de control de conducta diseñada para que artificiosamente y encubiertamente manipule e influya en los individuos, usualmente en una escena preparada por el grupo, con el propósito que los creadores del programa de alguna manera se beneficien, atrayendo adeptos a su causa para el provecho financiero o político.

Lavado de cerebro en los jóvenes

El lavado de cerebro es mucho mas efectivo cuando se aplica en individuos jóvenes que sobre aquellos que ya tienen una personalidad formada. Son varios los programas que se establecen en el sujeto durante la infancia, a una edad en que su sentido crítico está aún muy poco desarrollado y acepta con facilidad y naturalidad todas las sugerencias provenientes del exterior. Estas sugerencias, base del programa, vienen al principio de los padres, sumándose posteriormente otros adultos, educadores y los individuos con los que el niño se relaciona, que pueden ser de su misma edad, o incluso más jóvenes y de otro sexo.

Por ejemplo, el gobierno estadounidense utiliza al Museo del Holocausto, construido en Washington D. C. con fondos públicos, para adoctrinar a cientos de miles de escolares que lo visitan, en una edad en la que el sentido critico aún no está desarrollado y por lo tanto esas creencias quedarán profundamente arraigadas. El gobierno alemán, por su parte, mantiene una lista de libros sobre política, prohibidos para los jóvenes (véase el caso de la censura al escritor Udo Walendy). De este modo evita que se contrarreste su inescrupuloso plan de adoctrinamiento político de niños y jóvenes en las aulas en cuestiones como el Holocausto.

La desprogramación

Se conoce como desprogramación al proceso de liberar a alguien del control mental al que ha sido sometido. Puesto que el control es una técnica larga y compleja también lo es la desprogramación, por esa razón existen profesionales versados en la materia.

Circunstancias

Para lograr la desprogramación, especialmente del control más destructivo, es necesaria la concurrencia de varias circunstancias.

  1. Separación del grupo controlador.
  2. Descanso físico.
  3. Alimentación adecuada.
  4. Perseverancia.

Técnicas

Una vez reunidas las circunstancias anteriores, expertos en el tema como Steven Hassan siguen una serie de técnicas desprogramadoras.

  1. Establecer relaciones de mutua confianza.
  2. Comunicarse con la persona para conocer su situación (¿desea seguir?, ¿siente dudas sobre la bondad de los que le han controlado?, ¿está desencantado pero temeroso?...).
  3. Desarrollar modelos de identidad: cómo era la persona antes de entrar, como es el modelo de personalidad impuesto por el control mental y cual es la personalidad que adopta dentro de la estructura controladora (iniciado, con algo de responsabilidad, controlador...).
  4. Poner a las personas en contacto con la identidad original, por eso es tan difícil desprogramar a los niños, que no tienen una personalidad anterior que recuperar.
  5. Conseguir cambiar la perspectiva desde la que mira el controlado (la que le impuso el grupo controlador).
  6. Interrumpir el autoengaño que sistemáticamente se ha enseñado a la persona controlada que haga cuando siente dudas sobre lo que le han enseñado.
  7. Terminar con las fobias que han implantado a la persona para que no abandone el grupo y mostrarle el bienestar que se puede obtener fuera del grupo.
  8. Explicar a la persona controlada las características del control mental que ha sufrido.

Referencias

Artículos relacionados

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