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Emilio Abras
Biografía
Abras era hijo de un reportero gráfico que trabajó en la Casa Rosada mientras Perón fue presidente.
Durante su adolescencia participó de la Resistencia Peronista. Más tarde se incorporó al Movimiento Nacionalista Tacuara y luego, a partir de 1961, militó en el Movimiento Nueva Argentina, para el que redactaría panfletos propagandísticos.
Como periodista escribió para publicaciones como Mayoría, Crítica, Crónica y Primera Plana. También fue corresponsal en la Argentina de la agencia de noticias española EFE.
Durante 1966 estuvo vinculado con la organización del Operativo Cóndor que lideraron Dardo Cabo y Alejandro Giovenco para reclamar la soberanía argentina de las Islas Malvinas.
Abras visitó a Perón en Europa, transmitiendo luego en la Argentina a la palabra oficial del líder a sus militantes y al público en general.
El presidente Raúl Lastiri lo nombró en 1973 como titular de la Secretaría de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación, en reemplazo de José María Castiñeira de Dios. Su actuación al frente de ese organismo fue muy intensa, promoviendo el revisionismo histórico y estimulando el cultivo del patriotismo. A causa de ello los opositores no tardaron en compararlo con Joseph Goebbels.
Abras juzgaba que el cine y la televisión eran las principales usinas de subversión, por lo que tenía un gran interés por convertir a esos medios masivos de comunicación en vehículos para la transmisión de los valores nacionales. De esa manera ordenó que el Estado sólo financiase la producción de proyectos cinematográficos argentinistas y colocó a Miguel Paulino Tato como censor para que evitase que lo peor del cine degenerado producido en el extranjero pudiese intoxicar a las mentes del público argentino.
En lo que respecta a la televisión su estrategia fue más compleja, dado el grado de autonomía del que gozaban los canales. Inicialmente apoyó el plan de que el Sindicato Argentino de Televisión, controlado por peronistas, se apropiase de algunos canales nacionales en compensación por los incumplimientos contractuales que los propietarios de los mismos mantenían con sus empleados. De ese modo brigadas de hombres armados coparon algunos estudios de filmación a fines de julio de 1974. Sin embargo ello generó una gran resistencia por parte de los mediócratas, que fue apoyada por la oposición. Ante el fracaso de ese plan, la presidente María Estela Martínez de Perón firmó unos días después un decreto en el que directamente ordenaba la estatización de todos los canales de televisión. Abras no estuvo de acuerdo con ello, debido a que sostenía que semejante acción sólo serviría para incrementar la conflictividad social en el país. Consiguientemente a mediados de agosto de 1974 el periodista fue obligado a renunciar, siendo sustituido por José María Villone, quien intervino todos los noticieros y emitió listas negras para que se le negase acceso al aire a ciertas personas.
Abras fue enviado a Suecia para oficiar de embajador de su país ante los escandinavos. En marzo de 1976, con la caída del peronismo, fue dejado cesante de su cargo. Temiendo que si regresaba a su patria podría ser arrestado, decidió mudarse a España y retomar sus actividades como periodista. La agencia EFE terminó por mandarlo a Bélgica, para que reportase desde allí las novedades producidas por el Parlamento Europeo.
En 1981 participó de una operación para denunciar la presencia de José López Rega en Suiza, político al que le atribuía ser el principal responsable de que los peronistas hubiesen perdido el poder.
Tras la culminación del Proceso de Reorganización Nacional en 1983, Abras regresó de su exilio a la Argentina, reinsertándose en la prensa nacional. En 1985 fue uno de los fundadores de la Academia Argentina de Periodismo, entidad destinada a revalorizar a la profesión periodística y a corporativizar a quienes la practican.
Con el ascenso de Carlos Saúl Menem a la presidencia, el periodista retomó su carrera diplomática siendo designado cónsul argentino en la ciudad de Venecia primero y luego en la de Bilbao. A partir de 1995 de desempeñaría como director de la Escuela de Periodismo del Círculo de la Prensa de Buenos Aires.
Falleció poco antes de cumplir los 60 años como víctima de una enfermedad terminal que lo fulminó.