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Miguel Paulino Tato
Periodismo
Tato nació en el seno de una familia humilde de Buenos Aires. Desde muy joven trabajó en diversos oficios, siendo uno de ellos el de vendedor de diarios. También se formó como profesor de castellano y caligrafía, profesión que ejercería en diversas escuelas argentinas.
Gracias al escritor Carlos Muzzio Sáenz-Peña ingresó como dibujante al diario Última Hora. En 1928 se sumó a la redacción del diario El Mundo para ocuparse de las crónicas deportivas, pero luego pasó a redactar una columna acerca de las novedades cinematográficas, a la que firmaba usando el seudónimo de "Néstor".
Los textos de Tato se caracterizaban por su agudeza, su humor y su contundencia. Si una película nacional o extranjera incurría en la chabacanería, la inmoralidad o la ramplonería, el crítico era despiadado con ella. Lógicamente ello le generó muchos enemigos, algunos de los cuales influyeron para impulsar su salida de El Mundo en 1936.
En 1937 creó la revista Cámara!, desde la cual no sólo juzgaba la calidad de las películas, sino que además discutía cuestiones teóricas de cine y asesoraba a la industria local. Sus viajes a Hollywood le habían permitido observar de manera directa a la gran usina mundial de arte degenerado, lo que lo convenció de la necesidad de promover la producción de un cine con valores cristianos y nacionales para contrarrestar la perniciosa influencia foránea. Las obras de los directores Mario Soffici y Lucas Demare, entre otras, encarnaron buenos ejemplos de la idea de cine que defendía el crítico.
Cámara! circuló durante un año hasta que la empresa se frustró debido a problemas financieros. De todos modos Tato reflotaría su proyecto en 1942 con la financiación de Enrique P. Osés: su objetivo -como parte de la campaña neutralista argentina- era denunciar a todo el cine norteamericano que hacía propaganda en contra de los movimientos nacionalistas que luchaban para liberarse del yugo de la Internacional del Dinero y sus aliados.
Tato apoyó a la Revolución del 43, por lo que luego trabajó como funcionario estatal inspeccionado espectáculos públicos. Colaboró con publicaciones de la época como los diarios El Pampero, Cabildo, Tribuna, El Laborista y las revistas Sexto Continente y Rico Tipo; además fue columnista en LR1 Radio El Mundo. También estuvo vinculado a la Embajada de Japón en Argentina, oficiando como contacto local de su equipo de prensa.
En 1946 se asoció con la compositora Ana Serrano Redonnet para crear el libreto del ballet nacionalista Vidala, el cual fue elaborado a partir de poemas recolectados por Juan Alfonso Carrizo y arreglados por Rafael Jijena Sánchez.
Cineasta
En 1950 se le presentó la oportunidad a Tato para dirigir la película Facundo, el tigre de los llanos. La misma, basada en un guión de Antonio Pagés Larraya, versaba sobre la vida de Facundo Quiroga.
Tato admiraba las tradiciones gauchescas argentinas, por lo que se entusiasmó con la idea de filmar una película acerca del famoso caudillo gaucho y del mundo criollo decimonónico.
Para llevar a cabo su tarea, el crítico consiguió que el cineasta Leopoldo Torre Nilsson actuase como su asesor técnico y que el compositor Alberto Ginastera creara la música para la película. Sin embargo, cuando comenzó la filmación, Raúl Apold intervino pidiendo que se modificase el guión, ya que no estaba de acuerdo con el abordaje de la figura de Juan Manuel de Rosas que proponía la obra. Tato se manifestó en desacuerdo con la idea de perder el control creativo del proyecto, y por ello terminó dando un paso al costado para permitir que Carlos Borcosque asumiera sus funciones.
La película fue finalmente estrenada en 1952 como una producción dirigida por la dupla Tato-Borcosque, pero lo cierto es que el crítico tuvo una escasa participación en el resultado final.
Hombre de radio y televisión
Entre 1955 y 1965 se hizo cargo de la programación de LV9 Radio Güemes, filial salteña de la Radio Belgrano de Buenos Aires. Su trabajo allí fue fundamental para la difusión popular de las obras de algunos artistas folklóricos emergentes como Los Chalchaleros y Los Fronterizos. También colaboró con el desarrollo de la editorial Poncho Rojo, cuya misión era tanto la de difundir a escritores locales de la talla de Roberto García Pinto y José Fernández Molina, como la de rescatar viejos textos de autores de la provincia.
En 1969 fue designado como Director General de Canal 7 cuando aún Juan Carlos Onganía era el presidente del país, pero su gestión no duró más que un mes.
Censor
En 1968 el ministro Guillermo Borda ordenó la creación del Ente de Calificación Cinematográfica, un organismo estatal destinado a combatir la pornografía, la apología a las drogas, el homosexualismo y el antiargentinismo en general. Su primer director fue Ramiro de la Fuente.
Tato colaboró con el Ente de Calificación Cinematográfica hasta que la izquierda peronista llegó al poder de la mano de Héctor Cámpora, quien desplazó a de la Fuente y puso en su lugar a Octavio Getino, un funcionario que suspendió toda la actividad del organismo pero no por ello ordenó dejar de percibir los salarios. De todos modos cuando el gobierno cayó en manos de la derecha peronista en 1974, Tato fue reincorporado al Ente de Calificación Cinematográfica y promovido al puesto de director.
Durante cuatro años dio Tato el combate contra toda forma de degeneración, depravación y subversión que intentase usar el celuloide para intoxicar la mente de los argentinos. A partir de 1976, con el inicio del Proceso de Reorganización Nacional, el organismo pasó también a revisar los guiones de las películas que solicitasen subsidios estatales con el fin de garantizar que recibieran apoyo oficial aquellas obras que se focalizaran en presentar como algo deseable a la lucha por la justicia, y que no atentasen contra la religión, la nacionalidad o la familia.
Tato intervino más de 1200 películas exigiéndoles que eliminaran escenas, añadieran barras de censura o alterasen sus títulos, y llegó directamente a prohibir la exhibición de otras 337, entre las que se incluían Salò o le 120 giornate di Sodoma de Pier Paolo Pasolini, Préparez vos mouchoirs de Bertrand Blier y Sweet Movie de Dusan Makavejev entre otras.
En 1978 fue remplazado en su puesto por Alberto León. Consiguientemente Tato regresó a su tarea de crítico de cine escribiendo para la revista católica Esquiú, publicación en la que participó hasta el final de su vida. El crítico fue miembro del Círculo de Amigos de Cabildo que se creó para apoyar la circulación y difusión de la famosa revista nacionalista.
Miguel Tato fue padre de Norma Tato, una militante de Montoneros que cayó abatida en 1977.
