Fasci italiani di combattimento

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Los Fasci italiani di combattimento (literalmente, Fascios italianos de combate) fueron un movimiento político creado por Benito Mussolini en Milán el 23 de marzo de 1919 y se disuelven el 9 de Noviembre de 1921. Esta organización forma el núcleo del que será el Partido Nacional Fascista de Mussolini.

El movimiento es la antítesis de los partidos existentes, estaba compuesto por un colectivo heterogéneo: Sindicalistas Revolucionarios pertenecientes a la Unión Italiana del Trabajo (Michele Bianchi), personajes ligados a Mussolini (Roberto Farinacci y Luigi Freddi, director de la oficina de prensa del Partido Nacional Fascista durante 1923-1924), intelectuales y artistas futuristas (Filippo Tommaso Marinetti, el nacionalista y arditi Mario Carli), Socialistas como Giovanni Marinelli (futuro secretario administrativo del partido) y el Sindicalista Mario Giampaoli. Predominaban periodistas, publicistas y Obreros.

El núcleo más numeroso de estos nuevos fascios lo constituyeron antiguos combatientes, entre ellos un importante grupo de Arditi, que se juntaron a los: futuristas, anarquistas y socialistas.

Contexto

Partidarios Fasci di Combattimento

Italia, después de ser engañada en la Primera Guerra Mundial al lado de la Entente, está desencantada del resultado de las negociaciones después de la guerra. Una fuerte crisis económica sacudirá el país. Benito Mussolini, anti-intervencionista, miembro del Partido Socialista Italiano, cambia radicalmente de posición debido a la declaración de la guerra, siendo excluido del partido y participando en la Gran Guerra. A su vuelta, él retoma una actividad política nacionalista y reagrupa a su alrededor a los intervencionistas y nacionalistas.

Nacimiento del movimiento

Fasci di combattimento de Lissone

El 23 de marzo de 1919, Mussolini y 119 personas se reunirán dentro de la sala de reunión de la Alianza Industrial, en la plaza de San Sepolcro en Milán para crear los fascis italianos de combate. El futuro Duce revelará el programa de San Sepolcro, el cual lanzó las bases del fascismo y el que publicó en Il Popolo d'Italia el día siguiente. He aquí unos extractos del texto:

1. La reunión del 23 de marzo dirige su primer saludo y sus reverencias a los hijos de Italia que están caídos por la grandeza de la patria y por la libertad del mundo, a los mutilados e inválidos, a todos los combatientes, a los ex prisioneros que han cumplido su deber, se declara heredero de sostener sus reivindicaciones de orden material y moral que serán defendidas con fuerza por las asociaciones de combatientes.
2. La reunión del 23 de marzo se opone al imperialismo de los otros pueblos o el detrimento de la Italia y el eventual imperialismo italiano o el detrimento de los otros pueblos; él acepta el postulado supremo de la Sociedad de Naciones y presupone la integración de cada uno de entrar en ella, integración en la que se refiere a Italia debido a su realización sobre los Alpes y sobre el Adriático con la reivindicación y la anexión del Fiume y de Dalmacia.
3. La reunión del 23 de marzo obliga a los fascistas a sabotear por todos los medios las candidaturas de los neutralistas de todos los partidos.

El llamado Programa de Santo Sepulcro contenía en sus puntos esenciales el sufragio universal, en el que se incluía el voto de las mujeres y de los mayores de 18 años, la jornada laboral de 8 horas para todos los trabajadores, su participación en el funcionamiento técnico de las empresas, la modificación del proyecto de ley sobre pensiones rebajando la edad de los 65 a los 55 años, la obligación para los propietarios agrícolas de cultivar sus tierras con la amenaza de que aquellos que no lo hicieran, deberían pasarlas a cooperativas.

Incluía la voluntad mussoliniana de presentar el fascismo como un movimiento de orden normalizador, la Sociedad de Naciones es explícitamente aceptada como una nueva estructura internacional. La política imperialista será una característica constante del régimen fascista que deberá establecer un nuevo orden político con la anexión de Fiume y de Dalmacia, territorios dónde había habido una importante presencia italiana.

Finalmente las contundentes palabras expresada en el tercer parágrafo será utilizada durante mucho tiempo. Mussolini le da a su movimiento una dimensión anti-socialista con el fin de oponerse a la línea maximalista del Partido Socialista Italiano, los fascios de combate deberán servir para atraer a las masas obreras hacia un nuevo sindicalismo nacional.

En estos comienzos, el movimiento no es todavía un partido, sino que se declara a sí mismo anti-partido, concebido con el deseo de más acciones que un objetivo de cambio radical de las instituciones del país. Será el Partido Nacional Fascista el 7 de noviembre de 1921, entonces en el tercer congreso de los fascios de combate en Roma, del que Michele Bianchi será el primer secretario que realizará dichos cambios.

"Será creado el anti-partido, nacerán los fascios de combate que harán frente a dos peligros: el inmobilista de derechas y el destructivo de izquierdas."
Il Popolo d'Italia de 9 de marzo de 1919

Sus principales acciones, sobretodo de naturaleza violenta, serán destinadas a impedir la propagación de las huelgas comunistas juzgadas insurreccionalmente y en consecuencia contrarias al orden deseado. Disolvían las numerosas sedes de los partidos marxistas.

Simbolismo

Los locales de la primera sede en Milán tienen los característicos símbolos que serán los íconos del fascismo: el puñal, el banderín de los arditti y la calavera. El símbolo de la organización que es el fascio littorio permanece y como esto, muchos de los símbolos fueron tomados de la Roma antigua.

Los primeros afiliados al fascismo son llamados "sansepolcristi" y ellos son reconocibles por su bufanda amarilla y roja, los colores de Roma entonces los squadristi llevaban una pulsera roja en la muñeca de la camisas negras.

El manifiesto de los fascistas de combate o manifiesto de San Sepolcro

El manifiesto publicado en Il Popolo d'Italia, 6 de junio de 1919

Dentro del programa de los fascistas italianos de combate son presentadas numerosas proposiciones de reforma, políticas y sociales de tipo progresistas, que serán llevadas a cabo durante el período del régimen fascista.

Aquí algunos puntos del programa que ilustra las propuestas progresistas:

  • Para el problema político: NOSOTROS QUEREMOS:
    • 1. El sufragio universal con escrutinio de listas regionales con una representación proporcional, el derecho de voto y que puedan ser elegidas las mujeres.
    • 2. La edad mínima para votar disminuida a los 18 años, la edad de los diputados disminuida a 25 años.
    • 3. La abolición del Senado.
    • 4. La convocación de una asamblea nacional para que dure tres años, cuya primera tarea será la de establecer la forma constitucional del Estado.
  • Para el problema social: NOSOTROS QUEREMOS:
    • 1. La promulgación de una ley de Estado que dé a todos los trabajadores una jornada legal de ocho horas de trabajo.
    • 2. Salarios mínimos.
    • 3. La participación de los representantes de los trabajadores en el funcionamiento técnico de las empresas.
    • 6. Una necesaria modificación del proyecto de ley de seguridad de invalidez y de jubilación, disminuyendo el límite de edad propuesto actualmente de 65 años, a los 55 años.
  • Para el problema militar: NOSOTROS QUEREMOS:
    • 1. La creación de una milicia nacional con breves periodos de instrucción.
  • Para el problema financiero: NOSOTROS QUEREMOS:
    • 1. Una fuerte imposición extraordinaria sobre el capital con carácter progresista que tenga la forma de una verdadera expropiación de todas las riquezas.
    • 2. La confiscación de todos los bienes de las congregaciones religiosas y la abolición de todas las bulas episcopales que constituyen una enorme responsabilidad para la Nación y un privilegio para pocos.

Artículo de opinión

La Centuria Negra, por Joan Montcau


El 23 de Marzo de 1919, Benito Mussolini fundaba en Milán los Fasci Italiani di Combattimento, germen y núcleo, gracia y levadura si se quiere, del futuro Partido Nacional Fascista. El Duce, apodado también como ‘El Último Romano’, con la Revolución de los Camisas Negras se convirtióen el iniciador de la Gran Revolución del Siglo XX; su Palabra y su Obra inspiraron a infinidad de movimientos y de regímenes que surgieron por toda Europa en la etapa de 1919-45, etapa que muy bien podríamos denominar como la Era del Fascismo.Cien años pues han transcurrido desde aquella fecha ya mítica y legendaria...

Como rezaba un famoso himno falangista, “de la entraña del pasado, nace nuestra Revolución (Montañas Nevadas)”, el Fascismo hizo suya dicha consigna íntegramente al elegir como mito movilizador y como Idea-fuerza la Romanidad clásica, el Imperio Romano, uno de las grandes Ciclos Heroicos europeos junto con la Hélade, el Medievo y el Siglo de Oro Hispánico. El Fascismo fue un intento de regenerar una Europa en decadencia tras siglos de descomposición y de degradación, era la negación de todas las revoluciones subversivas y antitradicionales que hubieronen Europa tras las caídas de los Imperios Español y Romano-Germánico con la Paz de Westfalia de 1648 (verdadero punto de inflexión para Julius Evola, ruptura definitiva de Europa con la Tradición Primordial, triunfo de la modernidad) , y que estaban convirtiendo a nuestra Patria común -Europa-, en una caricatura de sí misma: liberalismo, capitalismo, democracia, marxismo, anarquismo, etc., pero al mismo tiempo era un verdadero Movimiento de reconstrucción que propugnaba un verdadero Socialismo de la más alta civilización. Fue loable su intento de extender los valores tradicionales a todas la capas de la población, superando la conciencia de clase y creando un espíritu de auténtica comunidad popular. El Fascismo anteponía y priorizabalos valores viriles y ascético-guerreros de Autoridad, Totalidad y Jerarquía, a los famosos y deletéreos pseudo-valores de la revolución burguesa y liberal de 1789 deLibertad, Igualdad y Fraternidad (trilogía masónica, dicho sea de paso), súmmum de la aberración democrática y progresista actual.

La derrota de 1945 en la II Guerra Mundial, supuso el triunfo total y absoluto de las fuerzas disolventes y caóticas que ya iniciaron su andadura en torno a los siglos XIV-XV, porque la actual Antieuropa podrida y carcomida del progresismo mundialista y multikultureta, desciende directamente de las aberraciones güelfa, humanista, protestante, calvinista y anti-imperial de entonces, evidentemente a un nivel muchísimo más degradado. La Europa disoluta y que en nuestros días parece encaminarse hacia el abismo, es hija y emanación directa de aquella maldita derrotadel Fascismo en su lucha contra la tiranía plutocrático-marxista y sionista, contra la canalla que hoy precisamente domina tiránicamente el mundo en nombre de la “libertad”. Hoy quizás seamos el último bastón, pero nos resistimos a creer que la Europa que ha escrito las páginas más bellas de la Historia de la humanidad acabe convirtiéndose,ya de forma total y definitiva, en el estercolero, en el basurero y en el vomitorio del perverso Nuevo Orden Mundial plutocrático y sus hordas de subhumanos y tontos útiles.

Se cumplen cien años del gran intento de resurrección de la verdadera Europa, de una Europa antigua y nueva a la vez (Tradición y Revolución aunadas) que conectara espiritualmente con la de nuestros gloriosos y divinos Antepasados, y esperemos que ese intento no fuera el último, porque el Cordón Dorado que nos une al Pasado nunca se rompe totalmente... El Fascismo no sólo fue la IDEA del Siglo XX, como dijo Brasillach fue LA POESÍA DEL SIGLO XX! REIVINDIQUEMOS LO ABSOLUTO... VIVA EL FASCIO!!! BENITO MUSSOLINI PRESENTE!!!

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