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Francesco Putti
Biografía
Siendo apenas un infante padeció poliomielitis, lo que le dejó serias secuelas físicas y una frágil salud.
Trabajó como contador hasta que, animado por su director espiritual el Padre Pío de Pietrelcina, ingresó al seminario diocesano de Luni. Se ordenó finalmente como sacerdote católico el 29 de junio de 1956, a los 47 años de edad.
Como estaba limitado para sus tareas pastorales a causa de su estado de salud, ejerció su ministerio sacerdotal como confesor, impartiendo por casi 15 años ese sacramento en ciudades del sur de Italia como Avellino, Salerno y Nápoles.
En 1972 ayudó a unas religiosas a crear la congregación Discípulas del Cenáculo en la ciudad de Velletri, siendo designado guía espiritual del grupo.
Viendo la gravedad de la crisis que había ocasionado en el mundo católico el Concilio Vaticano II, se sintió obligado a defender a la tradición religiosa frente a las perversas innovaciones litúrgicas y pastorales que habían introducido los masones infiltrados en la Iglesia Católica. Fue por ello que en 1975 creó la revista Si Si No No, una publicación de pocas páginas pero mucha parresía.
El proyecto, editado inicialmente por Giovanni Volpe, ganó rápidamente una enorme popularidad tanto dentro como fuera de Italia, siendo traducido al francés, al inglés y al español. Aunque ningún artículo llevaba firma, se sabía que entre los colaboradores habían eminentes teólogos, sabios filósofos e incómodos prelados, por lo que el pequeño boletín era fuente de consulta obligatoria para todo aquel preocupado por el futuro del catolicismo.
Putti se enfrentó a la Curia Romana, la cual pretendía silenciarlo. Sin embargo las injurias que cayeron sobre él no lo detuvieron en su cruzada contra los enemigos de Cristo, consiguiendo que L'Osservatore Romano lo indemnizara en 1981 por haberlo difamado.
Por insistencia del sacerdote, los prelados Marcel Lefebvre y Antônio de Castro Mayer publicaron en 1983 una declaración conjunta -el famoso Manifiesto Episcopal- en la que exhortaron al Papa, a los cardenales y a los obispos a renunciar a las herejías conciliares y retomar la senda que guía hacia Dios.
Ya muy afectado por la vejez y la enfermedad, acordó con la FSSPX que tanto la congregación de religiosas que apadrinaba como la influyente revista que había creado quedaran bajo su supervisión. A raíz de ello, tras el fallecimiento de Putti, el sacerdote francés Emmanuel du Chalard de Taveau lo sustituyó en su funciones.
