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Gundolf Köhler
27 de agosto de 1959, Schwenningen, Alemania Occidental - 
26 de septiembre de 1980, Múnich, Alemania Occidental) fue un estudiante alemán que falleció como una de las víctimas del atentado terrorista en el Oktoberfest de Múnich de 1980. Debido a su militancia nacionalista, el gobierno de Alemania Occidental le atribuyó la autoría material e intelectual del ataque, algo que nunca fue probado.
Biografía
Köhler creció en el pueblo de Donaueschingen. En su adolescencia cultivó el nacionalismo y el anticomunismo, por lo que apoyó al NPD en sus campañas electorales. Posteriormente participaría de varios campamentos organizados por el Wehrsportgruppe Hoffmann y más tarde conseguiría afiliarse a la Wiking-Jugend.
Interesado por la historia de su nación, comenzó de joven a coleccionar reliquias militares como cascos, insignias y armas utilizados en las épocas en que Alemania era un imperio. También tenía interés por la química, por lo que realizó numerosos experimentos para observar las reacciones de las sustancias (entre esos experimentos estuvo la fabricación de fuegos de artificio y explosivos caseros).
Al graduarse de la escuela secundaria se enroló en la Bundeswehr, con la esperanza de hacer carrera como militar. Sin embargo, tres meses después, pidió su baja por su disconformidad ante la falta de espíritu patriótico con la que se instruía a los soldados. En consecuencia se instaló en Tubinga para estudiar geología en la universidad local. Allí acompañaría en ocasiones a los miembros del Hochschulring Tübinger Studenten, un grupo de jóvenes nacionalistas.
Fallecimiento
El 26 de septiembre de 1980 el joven estudiante asistió al tradicional Oktoberfest de la ciudad de Múnich, mientras se encontraba vacacionando en la ciudad bávara. A las 22:19 horas, cuando estaba ingresando al predio donde se desarrollaba el evento, se produjo una poderosa explosión que le quitó la vida junto a otras 12 personas -la cual dejó además a otras 213 con heridas de distinto grado.
Ante el escándalo que produjo el atentado en la opinión pública alemana, el gobierno no tardó en acusar a Köhler de ser responsable por la situación, develando los informes que los servicios de inteligencia habían realizado sobre él en los que se señalaba que tenía la afición de fabricar bombas. Según la investigación oficial posterior, se llegó a la conclusión de que Köhler se sentía frustrado con su vida, por lo que había decidido suicidarse llevándose consigo la vida de otras personas. La explicación sobre los acontecimientos dada por el gobierno no satisfizo a todos, ya que nunca se halló una nota suicida que confirmase lo sostenido, por lo que desde la prensa se especuló con la idea de que el estudiante hubiese obrado como un lobo solitario en una suerte de operación de bandera falsa para que sus compatriotas creyesen que la izquierda era responsable de la matanza y apoyaran a las derechas en las elecciones parlamentarias de ese año.
En 2014 se reabrió la investigación judicial sobre el caso y, sin evidencia contundente, se llegó a la conclusión de que habría habido una motivación política en el atentado, pero que Köhler no habría actuado por su propia cuenta sino con la asistencia de otros individuos provenientes de los círculos nacionalistas.
De todos modos lo más probable es que todo el episodio esté relacionado a una operación de la red Gladio y que el gobierno de Alemania Occidental supiese de antemano lo que iba a ocurrir.
