Jainismo

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El Jain Prateek Chihna es el símbolo oficial del jainismo.

El jainismo es una doctrina originada en la India, que surge en el siglo VI a. C. impulsada por Mahavira. Pregona una vía salvadora filosófica no centrada en el culto a ningún Dios. Su práctica es la de realizar esfuerzos para encaminar al alma-conciencia hacia un estado divino y de liberación (moksa). Aquel ser que vence a sus enemigos interiores y alcanza el estado superior pasa a ser denominado yaina (‘vencedor’ o ‘conquistador’). El estado más elevado se conoce como siddha.

Los monjes barren con suavidad el camino que se tiende ante ellos para no pisar insectos de manera inadvertida y emplean máscaras para evitar inhalarlos, de manera de no hacer daño alguno, incluso a las más pequeñas formas de vida. Un profundo respeto por la naturaleza, por las vidas de todos los seres animados e inanimados constituyen parte integral de la concepción jainista[1]. En su mayoría evitan trabajar en profesiones donde existe la posibilidad de matar a cualquier ser vivo como en la agricultura.

Simbología

El símbolo de una rueda en la palma de una mano es el símbolo jainista de ahimsa, que significa no daño o no violencia. Los jainistas consideran sagrada toda vida. Este símbolo combinado con la esvástica jainista encima se conoce como Jain Prateek Chihna, que se decidió como símbolo universal del jainismo en 1974.

En la arcaica lengua del sánscrito, la esvástica significa "bienestar". El símbolo ha sido utilizado en el hinduismo, budismo y jainismo y se presume que sea de origen indio.

Los tres puntos en la parte superior debajo del semicírculo simbolizan el Ratnatraya. Es decir, la creencia correcta, el conocimiento correcto y la conducta correcta. Cada criatura en este mundo puede liberarse del ciclo de la vida y la muerte. Esto transmite el mensaje de que es necesario tener Ratnatraya para poder alcanzar la moksha; un concepto presente en diversas religiones que simboliza la liberación o nirvana.

Doctrina

Los jainas tienen una cosmología y creencias elaboradas, atestadas de nombres, categorías, clases, jerarquías, grados, órdenes, entre otros.

  • Transteísmo: creen que el mundo es eterno y carece de principio. No existe una divinidad personal y todas las posibles divinidades no son emanación ni manifestación de ninguna divinidad.
  • Ateísmo: el universo no ha sido creado por ningún Dios o ser supremo, es el resultado inexorable de las leyes de la naturaleza autoimpuesta.
  • Pananimismo: para el jainismo el universo es una totalidad viviente; todo ser posee un alma, más o menos compleja, diáfana o pesada. Desde la tierra o el viento, a los insectos o los mamíferos, todos los seres reflejan el universo y son dignos de respeto. Una concepción del mundo muy próxima al Panteísmo.

En coherencia con lo anterior, los jainas practican la no violencia, el ayuno y la mortificación del propio cuerpo. A través de estas actividades esperan destruir el karma y evitar posteriores reencarnaciones.

El jainismo presenta una perspectiva igualitaria de todos los seres. Se oponen al materialismo y al especismo sin importar las diferencias en las forma física: humanos, animales y organismos vivientes microscópicos. Según sus creencias, los humanos serían los únicos poseedores de los seis sentidos: vista, oído, gusto, olfato, tacto y pensamiento; por lo tanto de los humanos se espera que actúen con responsabilidad hacia toda la vida siendo compasivos, sin egoísmo, sin miedo, racionales y misericordiosos.

La comunidad jaina distingue entre monjes y seglares. Los monjes se someten a una disciplina ascética superior a la de los laicos, aunque no ejercen el monopolio de la religión. Viven en un yina-sadman (monasterio jaina). Un yina-rishí (asceta jaina) toma cuatro votos:

  • La no violencia
  • La sinceridad
  • La rectitud
  • La renuncia a las cosas y a las personas.

Referencias

Artículos relacionados

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