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Juan Diego Castro
Juan Diego Castro es un abogado y escritor costarricense.
Graduado en Derecho y Criminología de la Universidad de Costa Rica, ha sido presidente del Colegio de Abogados, Ministro de Seguridad pública de mayo de 1994 a julio de 1996 y Ministro de Justicia y Gracia de 1996 a 1997. Desde sus cargos ha luchado contra la corrupción y el desorden en la administración pública costarricense y en su sistema judicial y penal. Enemigo de la alcahuetería y la mano blanda contra los delincuentes y experto en seguridad.
Logró ganar un juicio por difamación contra el periódico sionista La Nación (el cual frecuentemente publica editoriales a favor de Israel y en contra de la causa palestina) obligando a sus directivos al pago de una indemnización por calumnias.
Sumario
Lucha por la seguridad ciudadana
Defensor de los derechos de las víctimas frente a los criminales violentos que son consentidos por autoridades judiciales permisivas, pasivas y casi cómplices, Juan Diego Castro ha abogado por una reforma integral del sistema judicial que permita defender a la ciudadanía y devolver la seguridad a los costarricenses.
Opositor a la campaña política de Laura Chinchilla, actual presidenta. Sobre la politiquería corrupta que impera en Costa Rica y que se manifestó más que nunca en el vergonzoso circo del 1 de mayo del 2011 en la Asamblea Legislativa donde la fracción oficialista del Partido Liberación Nacional y la coalición opositora de fuerzas aliadas de extrema izquierda y derecha neoliberal conocida como Alianza por Costa Rica protagonizaron un zafarrancho ante los cuerpos diplomáticos y otras autoridades internacionales, Castro dijo:
Mientras el pueblo costarricense observaba el remolino – en el centro del plenario- propiciado por los diputados, con sus elegantes trajes de media etiqueta y sus ideales de medio alcance, los grandes problemas del país siguen sin importarles a ningún partido político. Imperan las componendas oscuras y los mezquinos objetivos de los grupillos que representan. Los pactos secretos, las deslealtades y la tropical erótica del poder son los síntomas de la putrefacción que nos carcome.
La tragicomedia protagonizada por la Asamblea Legislativa el primero de mayo del dos mil once quedó grabada en la historia costarricense como una enorme caricatura de la tremenda incapacidad de los partidos políticos actuales para controlar el timón de la república, que hace aguas desde hace años, mientras en la cabina de la capitana solo importan las encuestas y las fotos con sonrisas acartonadas.
La hermenéutica jurídica que imperó en el último carnaval de Cuesta de Moras, resultó absurda y ridícula. Y la aritmética diputadil es propia del bajo nivel de la enseñanza de las matemáticas en nuestro país. Si el quórum del plenario lo conforman 38 diputados y la presidenta contó 26 votos únicamente, una chiquita de segundo grado sabe restar: si a 38 le quito 26… Me quedan 12. Ergo, calculadora incluida, no había quórum.
La magna sesión se derrumbó, los embajadores percibieron el desastre e informaron a sus gobiernos… Carcajeándose. El orden constitucional fue quebrado por la torpeza y la pedantería y en la noche los irresponsables celebraron un festín en el Castillo Azul, locación prestada por Tico Lindo en 1995 para filmar la película “No somos ángeles”, donde fue entregada la banda dorada al rey momo del 2011.
La situación de hoy día se caracteriza por: un gobierno que no gobierna, una asamblea legislativa que no legisla y una Corte Suprema de Justicia que no hace justicia pronta y cumplida. La tercera república se derrumba vertiginosamente y los políticos no sienten los escombros en sus conciencias.
Mayo 2011: 5 años de la señora Chinchilla en Zapote y su imagen se mantiene en las encuestas. Un expresidente condenado. La Sala Tercera después de tanto tiempo resolverá el 11 próximo el caso Caja-Fishel. Mientras tanto los hampones hacen lo que les da la gana. La educación pública está colapsada. Las carreteras son un desastre y la conciencia nacional se evapora. El pueblo observa.[2]También es creyente en Dios:
En otras preguntas, ¿es cierto que usted será ministro de Seguridad si gana Óscar Arias?
-(Risas) Primero, no creo que don Óscar me lo preste; segundo, no creo que yo acepte porque si lo ofrece es para castigarme; y, tercero, creo que Rogelio Ramos será ministro de Seguridad hasta que se muera. Estoy seguro de que se reformará la constitución para declarar a Rogelio Ramos vitalicio.
-¿Volvería a la función pública?
-Cuanto mejor está uno se repite la frase de esta agua no beberé, pero yo le pido a Dios todos los días cuando me baño, restregarme la piel como el alma. Le pido a Dios algo muy sencillo, inteligencia para no meter la pata, ni joder a nadie, pero también estar alerta para que nadie me haga daño. Yo le pido a Dios que no me mande a la función pública y si me manda que me dé permiso para hacer las cosas que hay que hacer en este país para arreglar el desastre en que vivimos. No cobro, pero que me dejen hacer lo que hay que hacer.
-Usted habla mucho, pero… ¿Le gusta robar cámara?
-Si yo comentara lo juicios, los casos que tenemos en este bufete, no tendríamos tiempo. Trabajamos hasta los sábados. Pienso que el espacio que los medios nos dan es muy importante, pues despejamos muchísimos casos de interés público, pero no son todos los medios. Existen medios donde Juan Diego Castro no sale. Me tienen absolutamente congelado, por ejemplo Repretel. Me hizo mucha gracia que vino un periodista chileno para hacer un trabajo de la embajada de Chile, pues llevamos ese caso, y para mi sorpresa me cuentan mis hijos que salgo en Repretel. Parece que les prestaron las imágenes. Yo no me dejo tomar fotos de La Nación en los juicios orales y públicos. Yo les digo que salgan los fotógrafos de La Nación y Al Día y eso causa hilaridad entre el público. ¡Les tengo pavor a las cámaras de La Nación! Esas le pueden causar hasta un cáncer de piel.[3]Castro en muchas ocasiones se ha manifestado contra la corrupción política y la desvergüenza.
Además Castro ha tenido siempre una postura ética muy fuerte como abogado. Su bufete JURISIS mantiene un estricto código ético profesional:
Labor política y pública
Según la página web oficial de JURISIS Castro ha llevado a cabo una lucha tesonera contra la corrupción.
Fue Ministro de Justicia y Gracia, de 1996 a 1997, encargándose directamente de reorganizar el Registro Nacional, enfrentar la corrupción e imponer sistemas de control y prevención de los fraudes registrales. Desde entonces el despacho ministerial funciona en esa institución.
Al concluir su cargo como ministro, fue injuriado por el diario La Nación, atribuyéndole falsamente hechos que no cometió, por lo que los acusó criminalmente, logrando que condenaran al director y a dos periodistas al pago de las multas respectivas y al periódico a cubrir una importante indemnización por daños y perjuicios a su favor, así como a publicar la sentencia en las diez primeras páginas de ese medio, fallo cumplido el 22 de octubre de 1999. Publicó dos libros sobre este caso: “La Nación condenada ¿Por qué?” (1998)” y “Los embusteros de la mala fe. Siete años de antiperiodismo furibundo” (2001).
Fue Presidente del Colegio de Abogados de Costa Rica, entre el 2000 y el 2002, electo por la mayor cantidad de votos obtenidos hasta entonces por quienes se habían postulado para ese cargo. Encabezó la lucha contra la corrupción universitaria, señaló a los que graduaban licenciados en Derecho en año y medio, impulsó el proyecto de ley de examen de incorporación a los colegios profesionales, reorganizó la fiscalía, fortaleció las áreas académica y de incorporaciones, impidió el desperdicio de los recursos, impulsó la construcción del edificio académico e propició la reforma del derecho contravencional costarricense.Castro también ha recomendado muchas veces la lectura del Diario Extra, periódico cuya línea tradicional ha sido históricamente contraria a la invasión masiva de extranjeros al país:
Usted ha visto a un juez penal leer DIARIO EXTRA, un fiscal, un abogado penalista, un catedrático, en fin, muchas personas. Le puedo decir que todos la leen. Yo en lo personal no veo La Nación, ni loco, pero la gente que está en este trabajo tiene que leer la EXTRA. Es el único periódico que publica los asuntos policiales y judiciales con franqueza y a veces con crudeza y de vez en cuando se le va la mano, como fue el tortón de la muchacha que perdió la cabeza, en primera plana, pero bueno, yo nunca he visto a La Nación pidiendo perdón por las cosas que publica. Jamás, solo una vez que agarré del pescuezo a Eduardo Ulibarri con su grupo de poco serios encabezados por Gianina Segnini, que me publicó todos los cargos de la policía antidrogas. Ella es la experta en “periodismo supositivo”. Creo que EXTRA marca muchas cosas, muestra el Hit Parade de Penalistas.
Yo siempre he tenido el apoyo del Grupo Extra, el de su director William Gómez y de todos sus periodistas porque me han dado la oportunidad de decir lo que yo pienso, entonces este libro se convierte en una serie de denuncias, críticas y opiniones en donde hemos querido también decir algunas cosas buenas de mucha gente. Además, lo usamos para resaltar a algunos de nuestros artistas como Olga Dorado, Adrián Gómez y Fernando Carballo que nos prestaron sus obras para adornar estos libros. Este es un esfuerzo que hace nuestro bufete (Jurisis) por eso se llama Jurisis editorial, porque queremos que el lugar no sea solo para llevar pleitos, que en muchos de los cuales no cobramos honorarios, como fue el caso del terrible crimen de Kattia Vanesa. Yo creo que los abogados tenemos un compromiso con la sociedad.Artículos relacionados
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Mensaje a Laura Chinchilla
http://www.youtube.com/watch?v=3syw9fIcsOs