Recuperemos la Paz

Recuperemos la Paz es un movimiento cívico costarricense a favor de la seguridad ciudadana. Su lucha, emprendida por valientes costarricenses, muchos de ellos familiares de víctimas de la violencia cuyos seres queridos, como hijos y hermanos, habían sido asesinados por malvivientes, en algunos casos el asesinato se acompañó de otros delitos violentos como secuestro, tortura, asalto y violación.

Emblema de Recuperemos la Paz.

La premisa del movimiento Recuperemos la Paz es en devolver las calles a los ciudadanos honestos costarricenses, combatir la ya excesiva delincuencia y violencia que se ha vuelto intolerable en Costa Rica y restaurar la paz y la seguridad en el país.

Uno de sus líderes ha sido el brillante abogado Juan Diego Castro.

Antecedentes

Diferentes situaciones políticas llevaron al nivel de extrema inseguridad y violencia que padece actualmente Costa Rica, entre ellos puede contarse una política migratoria permisiva y de puertas abiertas que permitió el ingreso masivo de muchos inmigrantes, la mayoría provenientes de países violentos acostumbrados a la guerra y la delincuencia, con mafias y pandillas organizadas extremadamente peligrosas como los carteles de narcotráfico de México y Colombia o las maras de Centroamérica, que ingresaron tranquilamente al país a la vista y paciencia de las “autoridades” ticas. Resultado de esta situación extrema ha sido la pandemia de violencia paquidérmica que padece el país.

Adicionalmente las autoridades costarricenses han aplicado tradicionalmente una política de “mano suave” y alcahueta hacia los delincuentes, especialmente los menores de edad. El sistema penal costarricense es muy permisivo lo cual sumado a la escasez de recursos que sufren los oficiales de policía genera un abuso de parte de los delincuentes contra la ciudadanía. Los jueces son en muchos casos pasivos y distintos criminales que están en proceso de juicio y contra quienes se solicita prisión preventiva burlan las autoridades y son liberados debido a tecnicismos.

Además muchos de los crímenes más violentos de Costa Rica han sido perpetrados por delincuentes reincidentes contra quienes no se tomaron las precauciones del caso de previo.

Para empeorar aún más la situación la politiquería corrupta típica de Costa Rica ha hecho que los izquierdistas, progres y la derecha cobarde mantengan una postura de verdaderos alcahuetas al servicio de los delincuentes y los extranjeros violentos y no al servicio del pueblo costarricense, sus electores y votantes, a quienes les deben verdadera lealtad.

Las medidas impulsadas por los políticos “progres” para controlar el acceso de los ciudadanos costarricenses a las armas son suicidas. Como nos explica en la página del grupo Nuevo Orden Social de Costa Rica:

Según datos de algunos medios relevantes, a partir de una prohibición de armas de fuego que se impuso por un Partido Laborista en Gran Bretaña en 1997, el índice de robos aumentó en un 45% y los asesinatos en un 54% como secuela a la escasez de medios legales para tener un arma de juego, y una estresante burocracia, por parte de las correspondientes entidades. Para el año 2000, Inglaterra ostentaba con el índice más alto de criminalidad, en el mundo desarrollado, el doble de los Estados Unidos. En el 2002 el servicio de inteligencia Británico se lamentaba de que a pesar de que Inglaterra, tiene una de las más estrictas leyes de regulación de armas, es fácil conseguirlas en el mercado negro. Como contraste a lo mencionado, en países como Suiza, donde no solo hay un porcentaje altísimo de población civil armada, sino que el mismo estado entrega a cada ciudadano un fusil de asalto SIG–90 al terminar el servicio militar, es uno de los países con más bajo índice de criminalidad en el mundo, seguido por países como Noruega, Dinamarca, Grecia, Australia, Alemania, que igualmente tienen un porcentaje alto de población armada.

Naturalmente la tenencia de armas debe regularse para que quede en manos solo de ciudadanos costarricenses respetuosos de la ley.

Posturas

La visión nacionalista de muchos de los que apoyan la iniciativa de Recuperemos la Paz puede resumirse en ciertas posturas de sentido común respecto a las políticas del Estado costarricense:

• Aplicación de la mano dura hacia los delincuentes y dejar de lado la alcahuetería. La cárcel debe ser vista como un castigo donde los delincuentes teman ir, y no como un hotel de paso. Las penas deben ser mayores para que representen verdaderos castigos, la policía debe ser equipada adecuadamente para combatir con toda fuerza a las mafias y pandillas organizadas y el sistema judicial debe quedar al servicio del ciudadano y NO al servicio del delincuente como sucede actualmente.
  

  Protesta ante la Asamblea Legislativa de músicos de Recuperemos la Paz.

• Respeto por los derechos de las víctimas. Los progres hablan solo de los derechos de los delincuentes sin mencionar a las familias que han perdido seres queridos, mujeres viudas y niños huérfanos por la violencia, mujeres violadas y niños abusados o personas inocentes secuestradas y sometidas a regímenes de terror. ¿Y los derechos de las víctimas?

• Expulsión de todos los inmigrantes violentos y criminales, en situación migratoria irregular y con antecedentes delictivos. Así como una política migratoria restrictiva y cerrada que impida el ingreso de indeseables.

Campaña musical

El colectivo de música Recuperemos la Paz se forma precisamente como movimiento artístico a favor de recuperar la seguridad, la paz y la patria. Cuenta con artistas colaboradores de todos los géneros, desde el rapero Sirius hasta la banda de música Metal Sight of Emptyness

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