La Casa Parda

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(Capítulo perteneciente al artículo "Alemania Despierta: desarrollo, lucha y victoria del NSDAP")

El movimiento crece

El Movimiento se ha hecho grande. Demanda una fuerte conducción, un lugar donde puedan reunirse las diferentes organizaciones y servicios que tienen a su cargo las variadas funciones del Partido.

Las fichas que los miembros requieren el espacio suficiente que impida la congestión del trabajo, la SA debe disponer de un sitio conveniente; la sección jurídica, la prensa, la administración de las cajas, en fin, los conductores del Movimiento precisan oficinas para poder atender la correspondencia diaria, cada vez más voluminosa. La SS necesita se ralojada; igual acaece con las divisiones de propaganda y de organización y con todas las restantes estructuras que hacen a las necesidades de un partido de millones. Porque un partido de millones será el Movimiento dentro de pocos años y para este caso deben tomarse las providencias.

La Casa Parda

Es por ello que el Führer resuelve adquirir en Múnich una casa para el Partido. La encuentra en la Brienner Strasse, frente a la Nunciatura, en una de las más hermosas calles de la capital bávara: un otrora austero palacio, que puede ser transformado sin mucha erogación en la casa de trabajo y administración del Partido.

No es sobrecargado ni suntuoso, es sencillo y sólido. Y la clara sobriedad, armoniosamente articulada, de la construcción se pone de relieve con mayor nitidez después de la renovación y transformación.

La firme convicción del Führer es que por ninguna circunstancia deben destruirse las instalaciones artísticamente valiosas, los techos, escaleras, etc. Y es el genial arquitecto muniquense, profesor Troost, quien resuelve este problema de una manera excepcional.

El propio Führer, quien antaño en Viena quiso ser arquitecto, estudia minuciosamente los planos de construcción. Ahora peude ejercer esa profesión. Numerosos detalles son proyectados por él. Su interés se extiende tanto a la elección del mobiliario y al formato de los artefactos de iluminación como a la coordinación de las barandas de las escaleras y su ojo artísticamente educado observa que en todas partes pueden obtenerse efectos bellos y sobrios.

De ese modo, la Casa Parda, como pronto ha de llamarse el hogar del Partido, se transforma en una construcción artísticamente significativa, que servirá de orientación para la arquitectura de los años venideros.

Sencilla, pero sólida y genuina, tal como el Partido y su Führer, así queda convertida la casa dentro de la cual éstos trabajan.

Barandas de oro

¡Los desatinos que aparecen en la prensa de izquierda! Las barandas de las escaleras están realizadas en oro puro, los tapices son auténticos persas de cientos de miles de marcos y el despacho del Führer ha sido decorado en forma realmente oriental, que devoró millones. Existen ascensores ocultos entre las paredes, armarios y escondites secretos, sótanos de armas y otras fantasías por el estilo.

La prensa roja pensaba seguramente en la insensata fastuosidad de sus compañeros en las cajas de seguro por enfermedad, convertidas en palacetes y en la magnificiencia de sus residencias amuebladas con con dinero robado y no podía imaginarse otras casas que no rebosarán de oro. Es de suponerse la hilaridad que le causó a Hitler y a todo el partido cuando se enteraron de las sumas que aquel había gastado en la construcción, a fin de satisfacer su necesidad oriental de boato.

Idéntica hilaridad les provocaba a los extraños que visitaban la Casa esperando encontrarse con las barandas de oro de las escaleras y que, en cambio, descubrían que éstas estaban dotadas de un simple pasamano de hierro con un ornamento de forma de svástica.

Por cierto que a los que se resistían a creer en lo que veían se les explicaba que el oro había sido cubierto con hierro para mantener el secreto...

División interna

Tres pisos en alto se yergue el edificio sobre una elevada planta baja. Unos escalones conducen a la entrada, flanqueada por elevadas astas con el emblema del Movimiento.

En la recepción, en un sitio de honor, se hallan emplazadas las banderas del Movimiento. La roja luminosidad que emana de ellas saluda festivamente al visitante. Delante, el busto de Bismarck.

¡Cuántas veces los pabellones, entre ellos la Bandera de la Sangre del 9 de noviembre, debieron ser puestos a salvo ante el inminente asalto de la policía a la Casa Parda! En esos casos, leales SA los trasladaban del hall de banderas a lugares seguros, logrando que jamás la policía pudiera conquistar un solo emblema de honor del Movimiento.

En el primer piso saluda, bello y grave, el busto de bronce de Dietrich Eckart, el desaparecido pionero y amigo de Adolf Hitler.

En el centro -desde donde se va a la sala de consejeros- están colocadas, a ambos lados, placas de bronce. Al pie de ellas se halla una gran corona de laurel bañada de oro: son las placas que señalan a la posteridad los nombres de los caídos el 9 de noviembre.

Antes de entrar a su despacho, en el primer piso, siempre el Führer se detiene un instante ante estas placas...

En el sótano se halla el pequeño y modesto casino. ¡En cuántas ocasiones la Casa Parda en pleno se reunió allí juntamente con la SA, la Hitlerjugend (Juventud Hitleriana) y miembros del Partido para escuchar los altoparlantes que, una vez más, anunciaban los resultados de las elecciones, las victorias electorales! ¡Cuántas veces el Führer se ha sentado en ese sitio, rodeado de sus leales, presentando atención a las experiencias personales de los camaradas SA, de los Hitlerjungen (Muchachos de Hitler) y Hitler Mödeln (Muchachas de Hitler)!

¡Y cómo brillaban los ojos! Los de los hombres y muchachos al contemplar al amado Führer! ¡Los ojos de éste por haber ganado a tales hombres y a semejante juventud para su obra!

En la planta baja están ubicados el fichero, la oficina del ujier y la de administración financiera, en la que el tesorero Schwarz custodia celosamente los fondos y las imaginarias bolsas de dinero.

En el primer piso, como indicamos, está situada la oficina del Führer, la de su ayudante y posterior lugarteniente Hess, la del ayudante Brückner, los cuartos de la SA y de la organización política así como las oficinas pertenecientes a la Cancillería del Führer.

La división de propaganda y las secciones jurídica y de prensa ocupan el segundo piso, en el que también la SA posee otro sector. Posteriormente se trasladó a una casa propia lindera con la Casa Parda; la sección de prensa se trasladó más tarde al tercer piso.

El archivo y los diversos departamentos técnicos se encuentran en el piso superior. De esta manera, el Movimiento fue dotado de un centro visible.

Esta casa simultáneamente fuerte y sencilla, simboliza el podería del Movimiento. Con esta casa muestra a todos los enemigos, pero también al pueblo alemán, su ascensión y su fortaleza, ante las cuales los primeros se estremecen.

Brienner Strasse 45

El correo muniquense pronto se ha acostumbrado a entregar sin problemas cartas que únicamente tienen esta dirección: "Braunes Haus" (Casa Parda).

Brienner Strasse 45 se llama oficialmente esta casa. Este número 45 de la Brienner Strasse es el centro secreto, y pronto ha de ser público, de Alemania. Millones tienen sus ojos puestos en esta casa.

Si en el Obersalzberg los grandes y audaces pensamientos del Führer adquieren forma y planeamiento, en la Casa Parda se tornan acción y realidad.

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