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Luciferismo
El luciferismo o luciferianismo es una doctrina esotérica y filosófica que venera las características esenciales que se le atribuyen a la figura del dios romano Lucifer, considerado como el portador de la luz del conocimiento y el intelecto. La doctrina, influenciada por el gnosticismo, rechaza al satanismo, afirmando que Lucifer y Satán no son la misma entidad. Lucifer, cuya interpretación como el Diablo provino del cristianismo, no es visto como tal, sino como un guardián, un liberador, portador del conocimiento, un ser que guía a la humanidad en la oscuridad, o incluso se le considera como el dios verdadero en oposición al Yahvé judío.
Rasgos generales
El luciferismo venera a la figura de Lucifer como una entidad que representa varias interpretaciones de "la estrella de la mañana" según la entendían las culturas antiguas como la griega y la egipcia. En este contexto, Lucifer es un símbolo de iluminación, independencia, progreso y a menudo se identifica con figuras similares de creencias antiguas, como el titán griego Prometeo.
Los luciferinos generalmente apoyan la protección del mundo natural. Tanto las artes como las ciencias son cruciales para el desarrollo humano y, por lo tanto, ambas son apreciadas. Los luciferinos piensan que los humanos deberían enfocarse en esta vida y en cómo aprovecharla al máximo todos los días. La capacidad de reconocer tanto el bien como el mal, aceptar que todas las acciones tienen consecuencias tanto positivas como negativas e influir activamente en el entorno es un factor clave.
La base de la filosofía luciferina cultiva y fomenta la individualidad, las elecciones autodeterminadas basadas en la aplicación estratégica y la búsqueda continua de mejorar la Voluntad a través de la superación de desafíos. El luciferismo se practica filosóficamente con el ciclo y proceso continuo conocido como Liberación, Iluminación y Apoteosis.
Para los luciferinos, la iluminación es el objetivo final. Los principios básicos de Lucifer destacan la verdad y la libertad de voluntad, adoran el yo interior y el potencial máximo de uno, y animan y celebran lo mismo en todos. El dogma tradicional es rechazado como base de la moralidad con el argumento de que los seres humanos no deberían necesitar deidades o miedo al castigo eterno para distinguir el bien del mal y hacer el bien. Todas las ideas deben probarse antes de ser aceptadas, e incluso entonces uno debe permanecer escéptico porque el conocimiento y la comprensión son fluidos. Independientemente de si se concibe a Lucifer como una deidad o como un mero arquetipo, es una representación del conocimiento y la exploración definitivos, así como el salvador de la humanidad y un campeón para el crecimiento personal continuo.
Los luciferinos teístas creen en Lucifer como una deidad real. Sin embargo, Lucifer no es adorado como el Dios judeocristiano, sino reverenciado y seguido como maestro y amigo. Los luciferinos teístas son seguidores del Camino de la Mano Izquierda y pueden adherirse a diferentes dogmas presentados por organizaciones como la Iglesia Neo-Luciferiana u otras congregaciones que están fuertemente enfocadas en la magia ceremonial, el ocultismo y las interpretaciones literales de historias y figuras espirituales.