Mongol (etnia)

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Un familia mongol idealizada en la película "El perro mongol" (2005)

Los mongoles son un grupo étnico que se originó en lo que en la actualidad es Mongolia, Rusia y la República Popular China, principalmente en lo que hoy en día es la región autónoma de Mongolia interior y las repúblicas Buriatia, Kalmukia, Tuvá y Yakutia de la Federación Rusa. En el año 2004 eran unos 8.500.000 y hablan el idioma mongol.

Aproximadamente 2,3 millones de mongoles viven en la actual Mongolia, 4 millones en Mongolia interior y otros dos millones en las provincias vecinas.

La religión tradicional de los pueblos mongoles fue el chamanismo, que aún influye en la cultura mongola y el budismo tibetano que es la religión tradicional seguida por el 93% de la población. De hecho, el término Dalái Lama, es de origen mongol.

Historia

Originariamente, los mongoles fueron una confederación de tribus que se enfrentaban a las confederaciones de los tártaros, keraitas, merkitas y naimanos. Posteriormente fueron sólo una división de lo que hoy en día llamamos la nación mongol. Gengis Kan unificó el pueblo mongol absorbiendo las otras confederaciones y el término "mongol" se empezó a utilizar para designarlos a todos. A pesar de que no eran muy numerosos (unos 200.000 en el auge de su imperio), los mongoles tuvieron gran importancia en la historia euroasiática. Bajo el liderazgo de Gengis Kan, los mongoles, crearon el segundo mayor imperio de la historia, gobernando 35 millones de km² y a más de 100 millones de personas, casi igual que el Imperio británico. En su momento de máxima extensión, el Imperio mongol se extendía desde Corea hasta Hungría e incluía Afganistán, Pakistán, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Persia, Turquía, Rusia, China y gran parte del oriente medio.

Los mongoles eran un pueblo nómada, estrechamente relacionado con las tribus túrquidas. Sin embargo, ninguna de estas civilizaciones, con la excepción del Califato de Bagdad, formaron parte de un estado central poderoso. Asia, Rusia y Oriente Medio declinaban los reinos o las ciudades estatales. Tomando la iniciativa de forma estratégica, los mongoles explotaron su poder, enlazando estas áreas en una red de comercio que servía de soporte mutuo.

La expansión militar de los mongoles no fue solo una parte de su larga tradición como saqueadores. Al contrario, la unificación de las tribus mongolas por parte de Gengis Khan hizo que se convirtiera en una posibilidad y una necesidad. Esto es debido a que en la cultura mongol de la época, la gente respetaba a los líderes políticos, pero sobre todo valoraban aquellos que demostraban sus virtudes en combate.

Los arqueros mongoles contaban con flechas silbadoras para hacer señalizaciones, flechas capaces de atravesar armaduras e incluso flechas acabadas en granadas. Una de las tácticas de Gengis Khan consistía en prender fuego a animales vivos, como elefantes y caballos, para después enviarlos a toda carrera contra las líneas enemigas. Los mongoles fueron los primeros en utilizar la pólvora como arma de guerra.

Las conquistas para ellos no comportaban la subordinación de otras culturas al estilo de vida nómada. Al contrario, las conquistas estaban ligadas a la destrucción en el caso de que se ofreciera resistencia. Si nadie se oponía, los mongoles dejaban la ciudad no sin antes exigir a sus ciudadanos que abonaran sus tributos. Como nómada, Gengis Khan no entendía los beneficios de residir en una ciudad de un modo estable.

El ejército mongol de Gengis Kan

Los mongoles eran cazadores y pastores nómadas cuya vida transcurría a caballo de sus potros esteparios. Aprendían a montar y a utilizar las armas, en especial el arco compuesto, a temprana edad. Todos los varones no discapacitados menores de 60 años debían participar en la caza y en la guerra. El ejército mongol, unidas todas las tribus, reunía a la totalidad de la población masculina adulta.

Los mongoles combatían bajo un estricto código de disciplina. El botín pertenecía a la colectividad. El abandono de un compañero en la batalla era castigado con la muerte. Esta disciplina, unida a la organización, el liderazgo y el acopio de información, hizo que las fuerzas mongoles se transformaran, de un tropel de hombres a caballo, en un verdadero ejército.

El ejército mongol estaba organizado siguiendo un sistema decimal, con unidades de 10, 100, 1.000 y 10.000 hombres. Es probable que estas cifras casi nunca se alcanzaran a causa de las bajas y el agotamiento. La unidad de 10.000 hombres era la mayor unidad combatiente, como una división moderna, capaz de mantener por sí sola una prolongada lucha. Los soldados individuales principalmente se identificaban con la unidad de 1.000 hombres de la que formaban parte, el equivalente a un regimiento moderno. Las tribus mongoles originarias formaban sus propias unidades de 1.000 hombres. Los pueblos conquistados, como los tártaros y los merkits, eran disgregados y repartidos entre otras unidades para que no pudieran suponer una amenaza organizada para la familia reinante.

Gengis Kan creó una unidad de guardia personal formada por 10.000 hombres. Esta unidad se reclutaba fuera de los límites tribales y era un gran honor ser seleccionado para entrar en ella. Al principio se usó como una forma honorable de mantenimiento de rehenes. Con el tiempo pasó a ser la guardia personal de la familia, dando origen a la clase dominante del creciente imperio.

Al principio, los soldados mongoles no recibían otra paga que el botín. El ascenso se basaba en los méritos. Al ralentizarse las conquistas, se instauró un nuevo sistema de pago. Posteriormente, se les dio a los oficiales la posibilidad de transferir sus puestos a sus herederos.

Cada soldado salía a campaña con unos 5 caballos, lo que permitía realizar cambios veloces y rápidos desplazamientos. Ningún ejército de sus características fue capaz de desplazarse con tanta rapidez como el de los mongoles hasta la aparición de los ejércitos mecanizados en el siglo XX.

Los mongoles combatían principalmente como arqueros de caballería ligera (sin armadura) y usaban el arco compuesto. Este era un arma compacta de impresionante alcance y poder de penetración. Los mongoles empleaban a chinos y a naturales del Oriente Medio como ingenieros de asalto. Las tropas de infantería, las guarniciones y la caballería pesada (con armadura), que utilizaban lanzas, provenían de los ejércitos de pueblos sometidos.

Las tácticas de los mongoles

Los ejércitos mongoles contaban con la potencia de sus disparos, su habilidad para desplazarse con rapidez y la reputación de crueldad que llegó a acompañarles. Todos sus enemigos se desplazaban con mucha mayor lentitud y cautela. Los mongoles esperaban la oportunidad de dividir a las fuerzas enemigas y arrollar a las facciones con rápidos flechazos. Después trataban de rodear y de envolver al enemigo para conseguir la superioridad numérica en ese flanco. Herían a los caballos de los enemigos, desmontando a los jinetes y volviéndolos más vulnerables.

La caballería ligera mongol no podía hacer frente a una carga de caballería pesada, por lo que simulaban darse a la fuga para provocar cargas exhaustivas de sus enemigos y volverles vulnerables. Después giraban velozmente, convirtiéndose en los cazadores. Los guerreros mongoles eran expertos en emboscadas y ataques sorpresa. Los jefes de su ejército hacían un gran uso de las patrullas de reconocimiento y de los movimientos sincronizados para coger al enemigo en desventaja.

Los mongoles hicieron un uso exhaustivo del terror. Si la población de una ciudad era masacrada tras su captura, era más probable que la próxima ciudad se rindiera sin lucha. Así lo probaron los hechos, según se iba rindiendo ciudad tras ciudad ante la llegada del ejército mongol.