Nacionalismo joven en Japón

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Ahora tú puedes entender a Japón: estamos yendo hacia un cambio

—Yoshinori Kobayashi, creador de la historieta Senso-ron

Presentación

En Japón tras la derrota en la segunda guerra se dio un fenómeno de demonización ideológica y moral similar al vivido por Alemania. Ambos países pasaron a ser, en distinta escala y cada uno con sus diferencias, símbolos de todo lo peor de la condición humana: maldad, corrupción, crímenes, fanatismo ciego, etc. Esa imagen, instalada por las potencias triunfadoras a través de sus varios órganos de propaganda, llegó a dominar de tal modo la opinión pública que los propios habitantes de dichos países terminaron por hacer suya esa versión descalificadora y denigrante de su propia historia.

El mundo vio hasta el hartazgo en las películas de Hollywood a los soldados nazis asesinando sin motivo a hombres, mujeres y niños, y a los japoneses violando mujeres y torturando a los soldados enemigos. Y en los medios escritos la misma imagen fue transmitida a través de un discurso que se supone racional y objetivo.

Pero hubo quienes pusieron en duda esa imagen, y se decidieron a investigarla y eventualmente a corregirla cada vez que se pudiera demostrar su falsedad. Eso es lo que se suele llamar "revisionismo histórico". Ese revisionismo fue desarrollado en general por intelectuales -historiadores, periodistas, políticos- y se basa en documentos e investigaciones de campo.

Sin embargo, hay otro tipo de revisionismo, no académico, que más que corregir la distorsión aludida en base a pruebas documentales y razonamientos, busca expresar los sentimientos y necesidades espirituales de los pueblos -japonés, alemán, rumano, italiano, etc.- tan menoscabados en su dignidad y autoestima a consecuencia de la propaganda de posguerra.

Una forma reciente de ese revisionismo expresivo y no académico en la cultura popular joven del Japón, es la historieta gráfica (manga, como se llama al género en Japón) titulada Senso-ron. En lo que sigue comentaremos brevemente el trasfondo social de su aparición y las característica de la publicación.

Trasfondo sociológico del fenómeno

Moda "nazi" entre los jóvenes.

Sintéticamente puede decirse que en Japón la primera generación joven de posguerra, a pesar de las enormes dificultades que debió afrontar, estaba fuertemente motivada por la necesidad de reconstruir el país. La generación siguiente, menos sufrida y más materialista, estaba motivada por el notable éxito económico alcanzado por el país y la expectativa de un desarrollo aún mayor. Pero la generación posterior, la actual, que coincide con la acelerada globalización del mundo, padece de una suerte de crisis de identidad.

Los jóvenes japoneses de hoy, de entre 18 y 38 años aproximadamente, ya no tienen el pathos transformador de sus abuelos, ni el acentuado materialismo de sus padres, y en cambio comienzan a preguntarse qué significa ser japonés en un mundo en el que las identidades nacionales están cada día más desdibujadas por efecto de la globalización cultural.

Dentro de este contexto de crisis identitaria ha surgido una subcultura "revisionista" y "neo-nacionalista" que no participa en política sino que se expresa de otros modos. Desde la adopción de símbolos que evocan el Nacionalsocialismo alemán (que aunque sea extranjero representa el anti-sistema), hasta la creación de historietas de fantasía en las cuales se manifiesta la valentía y el honor de los japoneses frente a diversos enemigos tanto humanos como sobrenaturales. Así los jóvenes reivindican a su manera su propio derecho a interpretar la historia, y algunos de ellos vuelven a asumir la esencia nacional del Japón (nippon kokutai) después de muchas décadas de mea culpa y vergüenza por el pasado experimentadas por sus padres y abuelos.

Algunas de esas expresiones, especialmente los disfraces, podrían resultar muy poco serias a un nacionalista de la vieja generación. Sin embargo la prensa liberal, e incluso la propia Embajada de los EE.UU. en Japón, ha demostrado cierta preocupación por este fenómeno. Y por cierto llama la atención que el establishment liberal se siente alarmado porque una joven viste una ropa que evoca al nazismo, pero no le importa si un adolescente tiene en la pared de su habitación un póster con la cara del asesino, ateo y marxista llamado "Che" Guevara...

Una de las expresiones más populares de esta nueva subcultura, y tal vez la más interesante en términos de contenido, es la serie de historietas bélicas titulada Senso-ron.

Senso-ron

Tapa de Senso-ron nro. 1

La palabra japonesa compuesta "Senso-ron" (戦争論) significa literalmente: tratado o discurso sobre la guerra. Se trata de una novela gráfica en capítulos, que transcurre en un ambiente de guerra y tiene por héroes a los japoneses. La trama es a medias fantástica a medias histórica, pero abunda en episodios que reflejan un punto de vista nacionalista sobre las pasadas guerras de su país.

Uno de los signos más claros de oposición al establishment cultural de post guerra en Senso-ron es que los soldados japoneses "kamikaze" son presentados como verdaderos héroes que mueren por una causa mayor y más elevada que su propia individualidad: la defensa de la dignidad e independencia de la nación. Así, en la representación del país transmitida por la historieta se toma distancia tanto de la imagen demonizadora de la primera posguerra (el kamikaze como un fanático que muere inútilmente por una causa injusta) como de los valores consumistas e individualistas que el establishment difunde hoy entre los jóvenes. El kamikaze de Senso-ron no es ni un fanático criminal de guerra ni un frívolo consumista preocupado únicamente por tener el último modelo de smart-phone. Es alguien que encarna un elevado ideal: el sacrificio del individuo por un principio superior.

En lo que respecta al revisionismo histórico propiamente dicho, se destaca el modo en que la historieta presenta la famosa batalla de Nanking. Tras la derrota de Japón en la segunda guerra esa la batalla fue bautizada "masacre de Nanking" por la propaganda anti japonesa, tanto liberal como de izquierda. Dicha propaganda instaló la idea de que los japoneses raptaron, violaron, torturaron y mataron a miles de chinos indefensos. Pero Senso-ron presenta una versión distinta, alineada con ciertos autores revisionistas del ámbito académico japonés, según la cual los japoneses lucharon siempre dentro de las leyes internacionales y las normas éticas y humanitarias de la guerra. Por supuesto en el enfrentamiento -como en toda batalla armada- hubo violencia, heridos y muertos. Lo que niega el revisionismo de Senso-ron, como el académico, no es el carácter trágico del episodio sino la demonización instalada luego para menoscabar la dignidad del Japón, y garantizar así un mejor control ideológico del país por parte de las potencias triunfantes.

Dicho sea de paso, en ese tema, como en muchos otros, el comunismo y el liberalismo democrático liderado por el eje anglo-sionista siguieron la misma agenda y demostraron ser aliados a pesar de la farsa de su enemistad y oposición.

En definitiva, la historieta le ofrece a los jóvenes una perspectiva distinta, y mucho más honorable, acerca del papel de Japón en la guerra. Y en ese contexto despliega toda una serie de valores morales que contrastan con el consumismo y el materialismo de la sociedad de post guerra, como son el auto sacrificio, el honor, la valentía, el compañerismo y la disciplina. A la vez la manga se permite jugar con la fantasía y con todo el abanico de emociones humanas propias de una novela popular: aventura, amor, sorpresa, humor, etc.

Puede decirse que Senso-ron representa la emergencia de un nacionalismo que no hace política partidaria sino representacional. Su lucha se da en el plano de las representaciones (ideas, imágenes y relatos) con que la cultura joven construye su propia identidad. Fenómenos similares se encuentran también en Europa, por ejemplo en las letras de la cantante suiza Saga, quien reivindica el honor de los soldados alemanes que lucharon en las grandes guerras mundiales. Y se podrían encontrar otros casos análogos en otras partes.

Fuentes

Expresiones análogas en Europa

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