Opción de Sansón

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La Opción de Sansón (hebreo: ברירת שמשון, b'rerat shimshon) es el nombre que algunos analistas y autores militares le han dado a la estrategia israelí de disuasión de represalias masivas con armas nucleares en contra de las naciones cuyos ataques militares amenacen su existencia, y posiblemente contra otros objetivos.[1]

Bajo el escenario de que Israel se encuentre próxima a ser derrotada por una o más naciones durante un conflicto, sus submarinos (según se informa 5 submarinos clase Dolphin hechos en Alemania) utilizarían sus misiles nucleares, no limitándose a tomar represalias contra los atacantes específicos, sino incluso derribar "los pilares del mundo" (aludiendo al relato bíblico de Sansón), por ejemplo las capitales de Europa, Rusia y Estados Unidos (pilar del Oeste), bajo la justificación de haber habilitado o tolerado un antisemitismo que condujera a tal escenario al cual percibirían como la tentativa de un "segundo Holocausto". La venganza indiscriminada podría extenderse incluso a varios sitios del islam (pilar del Este).

A diferencia de los planes de contingencia de otras potencias (como la doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada o MAD que causaría la aniquilación completa tanto del atacante como del defensor), el abandono de la proporcionalidad es la esencia de la Opción de Sansón en todas sus variantes, la cual sería posible incluso en caso de que Israel sea derrotada ya que sus submarinos nucleares clase Dolphin cruzando el Mar Rojo, el Océano Índico y el Golfo Pérsico a profundidades indetectables, pueden llevar la represalia de magnitud genocida prácticamente a cualquier parte del mundo.

El nombre es una referencia al juez bíblico israelita Sansón, quien según el relato, derribó los pilares de un templo filisteo, derribando el techo y matándose a sí mismo y a miles de filisteos que lo habían capturado, gritando "¡Déjenme morir con los filisteos!" (Jueces 16:30).

Ambigüedad nuclear

Israel no es un país miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear y rehúsa confirmar o negar oficialmente la posesión de arsenal nuclear, o de haber desarrollado armas nucleares o incluso tener un programa de armas nucleares. Aunque Israel afirma que el Centro de Investigación Nuclear del Néguev cerca de Dimona es un «reactor para investigaciones», ningún informe científico basado en el trabajo realizado allí ha sido publicado. Amplia información sobre el programa en Dimona fue también revelado por el técnico Mordejái Vanunu en 1986. Analistas de imágenes pueden identificar búnkers de armas, lanzadores de misiles móviles y lugares de lanzamiento en fotos de satélites. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica se cree que posee armas nucleares. Se sospecha que Israel ha probado una arma nuclear junto con Sudáfrica en 1979, pero esto nunca ha sido confirmado. Según el Natural Resources Defense Council y la Federación de científicos estadounidenses, Israel posee alrededor de 75 a 200 armas.[2] Israel rehúsa admitir que posee armamento nuclear o incluso rehúsa describir de qué modo las usaría, una política gubernamental de ambigüedad nuclear, también conocida como «opacidad nuclear». Esto ha hecho difícil para cualquier persona ajena al gobierno israelí el poder definir la verdadera política nuclear del país, y a la vez permite que Israel influya sobre las percepciones, acciones y estrategias de la comunidad internacional.[3] Sin embargo, a lo largo de los años, algunos líderes israelíes han reconocido públicamente la capacidad nuclear de su país: Ephraim Katzir en 1974, Moshe Dayan en 1981, Shimon Peres en 1998 y Ehud Olmert en 2006.

Durante sus audiencias de confirmación de 2006 ante el Senado de los Estados Unidos sobre su nombramiento como Secretario de Defensa de George W. Bush, Robert Gates admitió que Israel tenía armas nucleares, y dos años después, en 2008, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter declaró el número de armas nucleares en posesión de Israel que era de "150 o más".

En su libro de 2008 La cultura de la guerra, Martin van Creveld, profesor de historia militar en la Universidad Hebrea de Israel, escribió que dado que Gates admitió que Israel tenía armas nucleares, cualquier conversación sobre las armas nucleares de Israel en Israel puede llevar a "arresto, juicio, y prisión." Por eso los comentaristas israelíes hablan con eufemismos como "armas del fin del mundo" y la "Opción Sansón".

La CIA estimaba ya en 1976 que Israel poseía de 10 a 20 cabezas nucleares. En 2002 se estimaba que ese número se había incrementado entre 75 y 200 cabezas termonucleares, cada una de ellas en el rango de múltiples megatones.[4] Kenneth S. Brower, del Jane's Intelligence Review, ha estimado que el número es mayor, inclusive hasta 400. Estas cabezas pueden ser lanzadas desde tierra, mar o aire.[5] Esto le da a Israel una opción de segundo ataque incluso si la mayor parte del país es destruido.[6]

En 1991, el periodista de investigación estadounidense y escritor político ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, escribió el libro Samson Option: Israel's Nuclear Arsenal & American Foreign Policy. En el prefacio del libro escribe: "Este es un libro sobre cómo Israel se convirtió en una potencia nuclear en secreto. También cuenta cómo ese secreto fue compartido, sancionado y, en ocasiones, intencionalmente ignorado por los altos funcionarios políticos y militares de Estados Unidos desde los años de Eisenhower."

Doctrina de disuasión

El general Moshé Dayán que fue ministro de defensa de Israel entre 1953 y 1958, dijo que su país debe ser "como un perro rabioso".

Supuestamente, el concepto original de la Opción de Sansón fue solo de disuasión. Según el periodista estadounidense Seymour Hersh y el historiador israelí Avner Cohen, los líderes israelíes David Ben-Gurión, Shimon Peres, Levi Eshkol y Moshé Dayán acuñaron el término a mediados de la década de 1960, basados en la figura mítica de Sansón, de quien se dice empujó los pilares de un templo filisteo hasta derrumbarlos, destruyendo así el techo del mismo, y provocando su propia muerte y la de miles de filisteos que habían ido a verlo ser humillado. También lo contrastaron con el sitio a Masada, donde 936 judíos rodeados por miles de legionarios romanos prefirieron suicidarse en masa antes que ser derrotados y hechos esclavos por los romanos.

Aunque las armas nucleares siempre han sido vistas como la mejor garantía de la seguridad israelí, ya en la década de 1960 el país evitó organizar sus fuerzas militares alrededor de su arsenal nuclear, prefiriendo en su lugar conseguir primero la absoluta superioridad convencional, para dejar el uso de armas nucleares.[7]

Seymour Hersh escribe que «la sorprendente victoria del partido Likud de Menachem Begin en las elecciones de mayo de 1977... llevaron al poder a un gobierno que estaba aún más comprometido que los Laboristas a la Opción Sansón y a la necesidad de un arsenal nuclear israelí».

Louis René Beres, un profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Purdue, quien fue el director del Proyecto Daniel, un grupo encargado de asesorar al primer ministro Ariel Sharón, afirma que la efectividad de la disuasión de la Opción Sansón sería incrementada dando un fin a la política de ambigüedad nuclear de Israel.[8] En un artículo del año 2004, el recomienda usar la Opción Sansón para «apoyar ataques preventivos» contra instalaciones enemigas nucleares y no-nucleares, porque «sin esas armas nucleares, Israel, teniendo que confiar su seguridad sólo a armamentos no-nucleares, puede que no sea capaz de detener retaliaciones enemigas luego del ataque preventivo israelí».[9]

En 2003, Martin van Creveld, un profesor de historia militar en la Universidad Hebrea de Jerusalén, pensó que la Intifada de Al-Aqsa amenazaba la existencia de Israel.[10] Van Creveld fue citado en el libro The Gun and the Olive Branch de David Hirst, diciendo:

Yo considero que ya no hay esperanza. La mayoría de las capitales europeas son objetivo para nuestra fuerza aérea. Tenemos la capacidad de acabar con el mundo entero. Y les puedo asegurar que eso ocurrirá, antes que Israel sea derrotada.

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Además, citaba al general Moshé Dayán: «Israel debe ser como un perro rabioso, muy peligroso para ser molestado».

También discutió públicamente lo que ha estado advirtiendo durante años en círculos académicos militares cerrados en Israel y Estados Unidos. Afirma que Israel no tiene otra opción que transferir a los palestinos a Europa y, si Europa se niega, entonces Europa pasaría a ser parte del conflicto y bombardearán sus capitales con armas nucleares.[11]

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Referencias