La prensa en el Tercer Reich

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Después de la designación de Adolf Hitler como Canciller del Tercer Reich, el 30 de enero de 1933, el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores comenzó inmediatamente a modelar el nuevo sistema político y social en todos los sectores de la sociedad.

El sector de la prensa no quedó excepto en este plan.

Ministerio de Propaganda

Sólo un mes después de la denominación de Hitler como Canciller, éste declaró frente a su gabinete sus intenciones de instaurar un Ministerio de Propaganda. Ya el 12 de marzo de 1933 Paul von Hindenburg, presidente de Alemania, firmó el respectivo bando con el cual se crearon los marcos legales que permitieron la fundación de este nueva cartera: el Ministerio Imperial para el Esclarecimiento del Pueblo y de Propaganda (Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda) nombrando al mismo tiempo como ministro a Joseph Goebbels.

La ley que reglamentó el quehacer del Ministerio de Propaganda, promulgada el 30 de junio de 1933, indica que el ministerio debe servir:

"(...) für Zwecke der Aufklärung und Propaganda unter der Bevölkerung über Politik der Reichsregierung und des nationalen Wiederaufbaus zu dienen'". (Reichsgesetzblatt / RGBL, republicada en: Abel, Karl-Dietrich: "Presselenkung im NS-Staat", Berlín, 1968.)
"(...) para los fines de esclarecimiento y propaganda en la población sobre la política del Gobierno Imperial y para la reconstrucción nacional".

La meta de esta ley era la de que el Ministerio de Propaganda como un instrumento de poder y de guía cultural, tanto en Alemania misma como para las actividades culturales y de prensa destinadas al exterior.

Hitler, en un discurso sostenido el 24 de marzo de 1933 ante el parlamento alemán, habló de "la necesidad de realizar una limpieza" en la vida intelectual del país. Todos los medios impresos pertenecientes a la oposición -primeramente el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y el Partido Comunista Alemán (KPD)- fueron confiscados inmediatamente después en un par de semanas. Y no únicamente los medios, sino que también los bienes inmuebles y los terrenos de los editores, sus cuentas bancarias, sus imprentas, vehículos, etc. Al SPD se le confiscaron 120 casas editoriales y/o imprentas y al KPD unas 20.

Los medios impresos del SPD y del KPD y sus bienes pasaron a ser controlados por el NSDAP, así lograron por primera vez levantar una prensa a nivel nacional. Para su financiación, los bancos alemanes le otorgaron créditos en condiciones favorables y otorgaron al mismo tiempo órdenes comerciales a las imprentas, de esta manera la prensa oficial pudo obtener sólidas bases de funcionamiento.

El edicto de Hitler del 3 de abril de 1933 puso las condiciones bajo las cuales esta prensa podía ejercer sus labores: para poder publicar medios impresos, para crear otros a los ya existentes, darles un nombre, o para designar a un nuevo director y/o jefe de redacción es necesario obtener un certificado de confiabilidad política; y este certificado sólo lo podía extender el Ministerio de Propaganda.

En la ley del 30 de junio de 1933, el Ministerio de Propaganda recibió, además, funciones que hasta ese momento ejercían otros ministerios. Del Ministerio de Asuntos Exteriores obtuvo los gabinetes destinados a dar a conocer en el exterior la cultura -principalmente arte, exposiciones y cinematografía- y la vida deportiva. El Ministerio del Interior le delegó los dependencias destinadas a la prensa, radio, arte, música, teatro, cinematografía y otros sectores dedicados a la formación, especialmente aquellos dedicados al esclarecimiento general de la población.

Para cumplir con sus tareas, el Ministerio de Propaganda fue dividido en nueve departamentos: gabinete Jurídico y de Administración, Propaganda, Radio, Prensa, Cinematografía, Teatro, Arte, Literatura y Exterior. Con el fin de lograr una mayor efectividad en sus funciones, el Ministerio de Propaganda creó y mantuvo representaciones ministeriales en 40 localidades y regiones de Alemania; éstas a su vez -como un ente de gobierno- estaban subordinadas directamente bajo la máxima autoridad regional respectiva (Gauleiter).

Esta regionalización no significó que el NSDAP hubiera hecho una excepción en la construcción, tanto personal como administrativa, de las estructuras del Ministerio de Propaganda, por el contrario, ésta se llevó a cabo en el sentido piramidal. Mientras que al 1 de abril de 1939 contaba el Ministerio de Propaganda ya con 956 funcionarios, empleados y trabajadores, éste tuvo ya sólo un año más tarde 1.356, y a finales de 1940, 1.902 funcionarios, empleados y obreros.[1]

El marco legal

La ley de prensa del 4 de octubre de 1933 estaba compuesta por 47 artículos, ella entró con fuerza de ley el 12 de diciembre de 1933. Con esta ley el NSDAP reglamentó la vida profesional y el comportamiento de los periodistas y personal de la prensa en general. Así, los artículos 5 al 11 determinaban quiénes podían ejercer la profesión: un periodista debía tener la nacionalidad alemana y ser de descendencia aria. El artículo 14 determinaba sobre qué asuntos y materias un redactor no podía escribir. Los artículos 22 al 35 describían las obligaciones y deberes de los periodistas y gente de prensa con respecto a la Unión Imperial de la Prensa Alemana (Reichsverband der Deutschen Presse), es decir, la unión patronal de los editores de periódicos y revistas alemanes; los artículos 36 al 46 determinaban las sanciones y penalidades por infracciones a la ley cometidas por periodistas.

La ley definía también quién podía ejercer la función de jefe de redacción y de director del medio. Estos debían ser nombrados por el editor del medio y debían ejercer en el Estado una función pública. Al mismo tiempo los redactores fueron considerados como una especie de funcionarios públicos con una función de instrucción pública. La ley prohibía a los editores de las revistas y periódicos determinar el contenido de sus medios de acuerdo a sus políticas editoriales y posiciones ideológicas; esta labor la realizaba el redactor en jefe y director, persona que a su vez recibía las indicaciones a través de los diferentes canales que el Ministerio de Propaganda creó para esos fines.

La Tercera Disposición de Amann se encuentra en los archivos históricos no bajo esa denominación sino como "Anordnung des Präsidenten der Reichspressekammer zur Wahrung der Unabhängigkeit des Zeitschriftenverlagswesens vom 30. März 1936" (Disposición del Presidente de la Cámara Imperial de Prensa para Salvaguardar la Independencia del Ente Editorial de Revistas del 30 del marzo de 1936). Entre los aspectos más relevantes de las reglas de comportamiento de la prensa dispuestas por Max Amann en marzo de 1936 sobresalen:

  • la obligatoriedad de los editores de revistas alemanas de exponer ante las autoridades del Estado sus relaciones económicas, la suma de su capital social en la editorial y el porcentaje de participación de estos en la editorial respectiva,
  • la obligación de los editores y de sus esposas de mostrar un certificado de descendencia aria. Este certificado incluía a todos los antepasados nacidos a partir de 1800,
  • en caso de recibir subvenciones de terceros debían indicarlos y señalar la cantidad,
  • el artículo II prohibía a las siguientes personas jurídicas ejercer la función de editor: **corporaciones de derecho público
    • sociedades anónimas
    • sociedades comanditas
    • sociedades limitadas
    • cooperativas
    • fundaciones
    • industrias y bancos,
  • a personas o grupos de personas que pertenecieran a las iglesias y a otras organizaciones gremiales le estaba prohibido editar periódicos y revistas,
  • en el caso que personas privadas desearan editar una revista y/o periódico, debían contar con una autorización especial del Presidente de la Cámara Imperial de la Prensa.

El artículo 3, inciso 3ro. de la Tercera Disposición de Amann del 30 de marzo de 1936 eximía al NSDAP de todas esas reglas.

La Cámara de Cultura

Con la publicación de dos leyes el gobierno logró cimentar y fortalecer su dominio total en el ente de la cultura (y prensa): una creó corporaciones gremiales, obligando a todas las personas que laboraban en el área cultural (y de la prensa) a ser miembro de la respectiva nueva organización gremial. La otra ley - publicada el 4 de octubre de 1933 - reguló el quehacer de los directores de medios de prensa y del personal de estos mismo.

La "Ley Cámara Imperial de Cultura" (Reichskulturkammergesetz), del 22 de septiembre de 1933, invistió al Ministro de Propaganda con la facultad para crear corporaciones de derecho público con el fin de representar los intereses gremiales de los trabajadores de la cultura. Las principales organizaciones gremiales creadas fueron la Cámara Imperial de Escritores (Reichsschrifttumkammer), la Cámara Imperial de Radio (Reichsrundfunkkammer), la Cámara Imperial de Teatro (Reichstheaterkammer), la Cámara Imperial de Música (Reichsmusikkammer), la Cámara Imperial de Artes Plásticas (Reichskammer für Bildende Kunst), la Cámara Imperial de Cinematografía (Reichsfilmkammer) y la Campara Imperial de Prensa (Reichspressekammer).

El conjunto de las cámaras estaban organizadas bajo una asociación común: la Cámara Imperial de la Cultura (Reichskulturkammer). El Presidente de la Cámara Imperial de la Cultura era por ley el propio Ministro de Propaganda, es decir, Joseph Goebbels; el Presidente de la Cámara Imperial de la Cultura, tenía, entre otras, la función de nombrar a los presidentes de cada Cámara.

La Ley de la Cámara Imperial de la Cultura invistió a cada Presidente de cada Cámara con el poder absoluto sobre la corporación cultural respectiva, así, por ejemplo, él podía autorizar o no el ingreso de un miembro (un diario, revista, radio, teatro, etc.) en la Cámara, determinar las condiciones en que este miembro debía operar y/o ejercer sus labores, ordenar el cierre de una empresa del sector o bien la creación de una nueva sociedad (artículos 4, 25 y 26). El artículo 10 de la Ley de la Cámara Imperial de la Cultura otorgaba al Presidente de cada corporación el poder de autorizar o no a una persona para que ésta ejerciera la profesión respectiva.

Cámara Imperial de la Prensa

Como presidente de la Cámara Imperial de la Prensa (Reichspressekammer) fue nombrado Max Amann. La Cámara de la Prensa estaba compuesta por las dos más importantes organizaciones alemanas de la prensa Verein Deutscher Zeitungsverleger (Unión Alemana de Editores de Periódicos) y el Reichsverband der Deutschen Presse (Asociación Imperial de la Prensa Alemana) así como de otras once asociaciones específicas en el sector de la prensa (agencias de prensa, empleados de las editoriales, asociación de distribuidores de revistas, etc.)[2]

En los primeros años del gobierno nacionalsocialista, la prensa de corte liberal, conservadora y religiosa fue tolerada en un determinado marco dispuesto por la Cámara de Prensa. En lo referente a la prensa religiosa, que hasta 1935 fue de un gran volumen, fue obligada a crear por la Primera Disposición de Amann de noviembre de 1933 un propio departamento al interior de la Cámara de Prensa: la Hauptfachschaft der kirchlich-konfessionellen Presse (Departamento Central de la Prensa de Iglesia y Confesional). Este Departamento a su vez estuvo compuesto por dos subdepartamentos: a) Reichsverband der Evangelischen Presse (Asociación Imperial de la Prensa Evangélica), y, b) Fachschaft der katholisch-kirchlichen Presse (Sección de la Prensa Católica). Las otras confesiones, principalmente la de creencia judía - hasta 1938 -, solamente estaban autorizadas a publicar un número restringido de publicaciones, las que además, obtuvieron ya a partir de 1933 una mínima cuota de papel.

Los editores de periódicos y revistas

La primera medida de los controlares del NSDAP de la prensa fue prohibir la creación de nuevos medios impresos. La prohibición se basó en el inciso 1ro. de la disposición del Presidente de la Cámara Imperial de la Prensa publicada el 13 de diciembre de 1933, cuya vigencia - después de una prolongación - fue fijada hasta el 31 de marzo de 1935. Esta disposición autorizaba la creación de nuevas publicaciones sólo en el caso que ellas fortalecieran las metas políticas del gobierno. Esta disposición obligó a los editores alemanes de diarios y revistas a reorganizarse, a partir de ese momento (fines de 1935) pasó a llamarse Reichsverband der Deutschen Zeitungsverleger (Asociación Imperial Alemana de Editores de Periódicos).

La Asociación Imperial Alemana de Editores de Periódicos fue, al interior de la Cámara de la Prensa, aquella organización que tuvo el mayor peso político y económico. Entre sus funciones al servicio del Estado sobresalieron dos: a) velar que sus asociados tuviesen las condiciones personales y materiales para transportar en la prensa las metas del Estado, b) velar por los principios nacionalsocialistas al interior de los órganos de prensa mismo.

La prensa escrita Nacionalsocialista

Mientras que el Völkischer Beobachter (El Observador Popular) se convirtió en los años 1920 como el periódico u órgano oficial de prensa más importante del NSDAP, se consolidó paralelamente la Franz Eher-Nachfolger GmbH como la casa editorial central del nacionalsocialismo, cuyo Director fue Max Amann desde sus inicios. A partir de esa base, Amann controló ya en 1933 la totalidad de la prensa nacionalsocialista.

Una vez en el poder del Estado, y con la ayuda de la Ley de la Cámara Imperial de la Cultura así como de las primeras disposiciones despachadas como Presidente de la Cámara de la Prensa, Amann comenzó a levantar el imperio de prensa nacionalsocialista. Entre otras disposiciones fijó las condiciones de principios para poder ejercer la labor de editor, determinó bajo que condiciones se podía confiscar casas editoriales, quién podía adquirirlas, etc. De esa manera, la casa editorial central NS Franz Eher-Nachfolger GmbH pasó a controlar, mediante una docena de filiales, 1.473 casas editoriales, 352 periódicos diarios, dio ocupación a 35.000 personas, bajo éstas a 600 editores y a 3.000 redactores; la Franz Eher-Nachfolger GmbH logró facturaciones anuales, en sus mejores años, mayores a los de la firma química IG Farben.

El consorcio de prensa NS publicó libros, revistas, "Illustrierte" (Ver: Berliner Illustrirte Zeitung e Illustrierter Beobachter) y periódicos diarios. Sólo la tirada de sus periódicos diarios -que no se vendieron únicamente en Alemania, sino que además en toda Europa- alcanzó más de 20 millones de ejemplares. En relación a la totalidad del control sobre periódicos, el consorcio de prensa NS pasó de un mercado medial de 2,5 por cien en el año 1933 al 82,5 en el año 1944.[3]

Estructuras informativas

El sistema de radio en el Tercer Reich fue controlada tanto en sus contenidos como económicamente por el Estado. En cuanto a la prensa escrita, el NSDAP dominó directamente más del 82 %. Para ejercer un control más efectivo, sin embargo, el NSDAP creó una serie de mecanismos para subordinar a la prensa y estableció pautas de contenidos generales que cada medio tenía que seguir, independientemente si éste estaba controlado directamente por el NSDAP o no. Estos mecanismos y pautas fueron sistematizadas en una serie de estructuras ministeriales y/o semi oficiales. Cada medio debía seguir estas pautas de comportamiento, adaptándolas a las características técnicas del medio respectivo.

Bajo las estructuras oficiales y semi oficiales creadas por el NSDAP y/o por el Ministerio de Propaganda se pueden nombrar los despachos de informaciones, las conferencias de prensa, las informaciones de confianza, -y especial para el ente de las revistas- el servicio de informaciones para las revistas.

Los medios impresos, de radio y de cine así como otras expresiones culturales recibieron constantemente reglas y normas de comportamiento de redacción y/o de cultura, cuyo seguimiento y cumplimiento era obligatorio.

Los despachos de informaciones como instituciones semi estatales y/o estatales tuvieron un doble papel. Por una parte ellos ejercieron una actividad semejante a las actuales agencias noticiosas, con la diferencia, que sus materiales debían ser autorizadas día a día por el Gabinete de Prensa del Ministerio de Propaganda antes de ser dados a conocer a la opinión pública. Los diarios y revistas de Alemania debieron abastecerse, en primera línea, con materiales periodísticos por un despacho de informaciones llamado Deutsches Nachrichtenbüro (Oficina Alemana de Noticias). Paralelamente operaron una serie de despachos de informaciones, siendo los más importantes Transocean, Europapress, Dienst aus Deutschland (Servicio de Alemania), Eildienst (Servicio Urgente), Reischach Dienst (Servicio Reischach), Mattern Korrespondenz (Correspondencia Mattern) y Nationalsozialistische Korrespondenz (Correspondencia Nacionalsocialista).

Por la otra parte las oficinas de informaciones debían coleccionar informaciones destinadas a las esferas superiores del partido NSDAP así como a empleados fiscales de mando superior y medio. Todos los despachos de informaciones estuvieron controlados -tanto en contenidos como económica y personalmente- por el despacho del Vocero de Prensa del Gobierno del Tercer Reich.

Las Conferencias de Prensa del Gobierno fueron establecidas regularmente durante la República de Weimar como una institución independiente organizada por la prensa, la cual elegía por votación a su Presidente. Inmediatamente después de asumir el poder, el NSDAP institucionalizó esta instancia de diálogo entre la prensa y el gobierno, la que se caracterizó por su carácter obligatorio de asistir a las conferencias y por el imperativo de reproducir las conferencias de prensa. Después de 6 meses de asumir el poder -el 1 de julio de 1933-, el NSDAP eliminó la independencia de las Conferencias de Prensa del Gobierno, pasándolas a integrarlas como una instancia del Ministerio de Propaganda, adjuntas al Gabinete de Prensa, designado como su Presidente al Director del Departamento IV del Gabinete de Prensa (el Departamento IV pasó a llamarse después "Deutsche Presse" (Prensa Alemana), en el sentido de prensa para el interior de Alemania).

A partir de ese momento, las conferencias de prensa del gobierno fueron obligatorias para todos los periodistas acreditados en Berlín. Aquí se recibían las indicaciones para la prensa elaboradas por los distintos gabinetes del Ministerio de Propaganda. Las indicaciones para la prensa se entregaban en forma de comunicados orales y de notas escritas.

En el curso del tiempo, y, en la regla, las conferencias de prensa estaban compuestas de dos partes. Por un lado éstas consistían en la lectura de las llamadas reglas de expresión (Sprachregelungen), y, por el otro, en los "Lemas del Día del Vocero de Prensa del Gobierno del Tercer Reich" (Tagesparolen des Reichspressechefs), éste último procedimiento se introdujo por primera vez en 1940.

Los "Lemas del Día del Vocero de Prensa del Gobierno del Tercer Reich" eran determinados diariamente en una sesión ministerial a la cual asistían todos los Directores de Gabinetes así como los subsecretarios del Ministerio de Propaganda, los responsables de propaganda del NSDAP y los miembros del Oberkommando der Wehrmacht (Comando Superior de las Fuerzas Armadas, es decir, miembros de la Generalidad de las Fuerzas Armadas de la Alemania del Tercer Reich) y los directores de los despachos de informaciones. Durante estas reuniones se seleccionaban los principales eventos políticos, económicos y militares, tanto nacionales como internacionales, que la prensa debía destacar en el día; los Lemas del Día del Vocero de Prensa del Gobierno del Tercer Reich fueron las pautas más importantes para la prensa de aquella era: ellos debieron seguirse sin excepción alguna.

Las Conferencias de Prensa del Gobierno del Tercer Reich estaban separadas estrictamente en base a la procedencia de los periodistas: a los representantes de la prensa alemana le estaba prohibido asistir a las conferencias para los periodistas acreditados como prensa extranjera y viceversa. Al mismo tiempo se introdujeron conferencias de prensa para cada grupo medial específico, es decir, para los periodistas radiales, de revistas, de actualidad cinematográfica, etc.

En la norma, las conferencias de prensa del gobierno, tanto para la prensa alemana como extranjera, estaban supervisionadas por Otto Dietrich, Subsecretario del Ministerio de Propaganda y Vocero del Gobierno. Joseph Goebbels centró su interés en el área del arte, literatura y ciencia. Paralelamente a Dietrich, las conferencias de prensa estaban también supervisionadas por el Presidente de la Cámara de la Prensa, Max Amann. En cuanto a las conferencias de prensa para las revistas, el responsable directo fue Alfred Rosenberg, Director Ministerial de la Oficina para la Vigilancia de la Educación Ideológica (Amt zur Überwachung der weltanschaulichen Erziehung).

Otro instrumento de influencia directa en la prensa en la era del nacionalsocialismo alemán fueron las llamadas informaciones de confianzas (Vertrauliche Informationen). Estas informaciones de confianza eran preparadas por funcionarios del subdepartamento de "Deutsche Presse" (Prensa Alemana) del Ministerio de Propaganda y fueron consideradas como una fuente de información extra por el Ministerio ya que los jerarcas alemanes en el área cultural y de prensa no le dieron a ellas un carácter de guía y obligatorio; éstas no fueron ni controladas ni influenciadas por Dietrich o Amann.

No obstante, la prensa las consideró como guías obligatorias; especialmente la prensa de provincia que no tenía corresponsales en Berlín, principales receptores de las informaciones de confianza. Éstas se distribuían diariamente en todo el Reich vía telex y a través de las secciones de propaganda del NSDAP así como por los Gauleiters (máximas autoridades regionales)[4]

Los servicios informativos para las revistas

Los servicios informativos para las revistas estaban orientados a los jefes de redacción y directores de las revistas de todo tipo. Estos servicios informativos fueron creados por la sección Zeitschriftenpresse (Prensa para la Revistas) del Ministerio de Propaganda. Los servicios informativos para las revistas, tenían, al igual que el resto de las informaciones producidas por el Ministerio de Propaganda, un carácter obligatorio: cada revista debió subscribirse a estos servicios.

La sección Zeitschriftenpresse del Ministerio de Propaganda creó dos boletines para las revistas:

a) Zeitschriften-Informationen (Informaciones para las Revistas), y,

b) Zeitschriften- und Wochendienst (Servicio de Revistas y Servicios Semanales)

Las Informaciones para las Revistas se publicaban semanalmente y eran producidos por las 13 Oficinas de Propaganda del Ministerio de Propaganda que éste había creado en el Reich. Tenían un carácter estatal y en él se resumían aquellas Tagesparolen (Lemas del Día del Vocero de Prensa del Gobierno del Tercer Reich) que era relevantes para las revistas.

Los Servicios de Revistas y Servicios Semanales fueron creados en 1938 y ellos eran vendidos a las revistas como cualquier otro servicio de prensa producido por el Ministerio de Propaganda. Ellos resumían las principales Tagesparolen del área cultural. La diferencia con los primeros consistió en que estos últimos, además de las Tagesparolen, contenían una cantidad variable de contribuciones con temas culturales; los redactores de las revistas estaban obligados a profundizarlos.

Joseph Goebbels

(Artículo principal: Joseph Goebbels)

Bajo la gran cantidad de personalidades nacionalsocialistas que construyeron, levantaron y controlaron el sistema de prensa (y cultura) en la Alemania de Hitler, los principales fueron el Dr. Joseph Goebbels, el Dr. Otto Dietrich, Max Amann y el Dr. Rolf Rienhardt.

Sin duda alguna Goebbels -Ministro Imperial para el Esclarecimiento del Pueblo y de Propaganda (Reichsminister für Volksaufklärung und Propaganda)- fue las personalidad más conocida que operó en el sector de la prensa, de la propaganda así como de la cultura en la Alemania nacionalsocialista.

Goebbels - Doctor en Filosofía (Dr. Phil.) - entró en contacto con el partido NSDAP ya en 1924. Cuando abandona la Universidad, no encuentra empleo. Él se ocupó, primero, como escritor, después, intentó trabajar como director de teatro. En este tiempo escribió en Heidelberg la novela Michael. Abandonó el sur de Alemania y se transladó a Colonia, donde fue contratado como empleado bancario por una filial del banco Dresdner Bank.

Ya como académico desempleado visitaba en el sur de Alemania, a inicios de los años 20, las asambleas del NSDAP. En esa época el NSDAP era pequeño y con poca influencia en la sociedad alemana; debido a esa circunstancia Goebbels conoció personalmente a todos los jerarcas nacionalsocialistas de la primera hora. En septiembre de 1924 Goebbels se hizo cargo de la redacción del periódico semanal del NSDAP Die Völkische Freiheit (La Libertad del Pueblo). Un año más tarde, él fue nombrado jefe del distrito nacionalsocialista regional Rheinland-Nord (una región que está ubicada en la actual República Federal de Alemania en el Estado Federado de Renania del Norte-Westfalia). En octubre de 1925 asumió la dirección de la revista Nationalsozialistische Briefe (Cartas Nacionalsocialista); ésta se publicaba dos veces al mes.

Al inicio de su carrera política en el NSDAP, a Goebbels se le consideró ideológicamente como simpatizante del grupo encabezado por Karl Kaufmann y Gregor Strasser, ala izquierda del NSDAP, tendencia que tuvo fuertes diferencias con las posiciones nacionalistas de Hitler. Goebbels, sin embargo, cambió de posturas cuando Hitler lo designó -en noviembre de 1926- jefe berlinés del NSDAP.

Su nominación como jefe del NSDAP en Berlín causó, por una parte, un crecimiento extraordinario del NSDAP en la ciudad, entre otras, porque él organizó las tareas de propaganda y agitación; pero, por otro lado, debido a sus escritos, provocó la prohibición del NSDAP en Berlín (mayo de 1927). Sin embargo, esto no impidió a Goebbels crear un nuevo medio de comunicación del NSDAP dos meses después de la prohibición del NSDAP. Fundó la revista semanal Der Angriff (El Ataque). Goebbels fue elegido como diputado en el Reichstag (Parlamento Imperial) en las elecciones de 1928. Dos años después, Hitler lo denominó como jefe nacional de propaganda del NSDAP.

Paralelamente al cargo de responsable nacional de propaganda del NSDAP, Goebbels fue el jefe de propaganda de las secciones del partido encargadas de la radio, de discursos, cinematografía, cultura y agitación. En sus inicios él caracterizó con su personalidad la sección del NSDAP Amtspresse, aquella sección del NSDAP encargada de sostener y mantener contactos con la prensa alemana y extranjera.

Conjuntamente con su nombramiento como Ministro de Propaganda (1933), Goebbels asumió, también como tal, la presidencia de la Cámara Imperial de la Cultura. A partir de 1939 Goebbels comenzó a escribir con relativa regularidad editoriales, primeramente en el Völkischer Beobachter (El Observador Popular), y, después, permanentemente, en una revista semanal del NSDAP - creada en 1941 - llamada Das Reich (EL Imperio).

El nuevo concepto de prensa nacionalsocialista

El nuevo concepto de prensa nacionalsocialista fue elaborado por el Ministerio de Propaganda. El NSDAP consideró a la prensa como:

  • un instrumento más para la realización de las metas políticas del Partido y del Estado,
  • como un instrumento de educación del Estado: el NSDAP conceptuó a la prensa como un servidor del Estado,

Werner Stephan desde 1929 en el Gabinete de Prensa del Gobierno Imperial y a partir de 1935 consejero personal de Otto Dietrich redujo el concepto, en 1938, a la siguiente fórmula: "La tarea de los periódicos consiste en informar y esclarecer al pueblo sobre hechos y tendencias, de apoyar la actuación del Movimiento y del Estado nacionalsocialista y de otorgar impulsos al pensamiento político del pueblo. Por estas razones no le corresponde a la prensa, por principio, ejercer críticas a las medidas del Partido y del Estado, a las organizaciones del Partido y a los funcionarios de gobierno."[5]

Bajo los nuevos aspectos de esa nueva política medial que aquí también interesa remarcar, sobresale la posición que el NSDAP tuvo frente a la libertad de prensa. Goebbels indicó, en un discurso sostenido frente a los periodistas en junio de 1937 en Berlín:

"Meinungsfreiheit ist ein Luxus, den sich gegenwärtig nur ein Volk wie das englische leisten kann. In Deutschland ist erst in einigen Jahrzehnten diese Frage zu prüfen.".[6]
"La libertad de opinión es un lujo, que en la actualidad se lo puede permitir únicamente un pueblo como el inglés. En Alemania es un problema a considerar sólo en unos decenios más."

Otto Dietrich consideró a los periodistas como soldados que debían fortalecer la moral, conciencia y el espíritu de los alemanes, apoyar incondicionalmente a Hitler; Dietrich consideró que cada día, los periodistas -especialmente los editorialistas- debían escribir comentarios para fortalecer el frente interior de los alemanes, es decir, la moral de los alemanes.

En cuanto al rol específico de las revistas populares y de tirada masiva, Dietrich remarcó en 1943 que:

"Keine der deutschen Zeitschriften ist um ihrer selbst Willen da. Sie hat ihre Berechtigung gerade jetzt nur als Dienerin der Volksgemeinschaft und als Erziehungsmittel des Staates. Es kann daher auch keine Zeitschrift sich herauslösen aus der antijüdischen Front."[7]
"Ninguna de las revistas alemanas existe por voluntad propia. La revista tiene ahora, más que nunca en este momento, su derecho de existencia sólo como una servidora de la sociedad y como und medio de instrucción del Estado. Por consiguiente, ninguna revista puede tampoco separarse del frente antijudío."

El ente regulador de la prensa

En el marco de la nueva organización de la prensa y de la propaganda el ente regulador de la prensa fue controlado en tres niveles:

  • al interior del partido,
  • al interior del Estado, y,
  • dentro de la profesión misma.

El control al interior del partido, del estado y de las organizaciones gremiales recayó en un reducido número de jerarcas nacionalsocialistas ya que ellos representaban al mismo tiempo a las máximas autoridades en el sector y en sus respectivos campos de actividades en el Estado y en las corporaciones profesionales.

Al nivel del NSDAP, la responsabilidad directa del ente de la prensa escrita la tenían Max Amann, Rolf Rienhardt y Otto Dietrich, personas que a su vez detentaban los máximos cargos en la Cámara de la Cultura, en la Asociación de Editores de Periódicos y Revistas Alemanas y en el Ministerio de Propaganda. Es decir, ellos estaban investidos, paralelamente, con las funciones de editores, productores y control de los medios impresos.

Por ejemplo, la casa central editorial del NSDAP -Franz Eher-Nachfolger GmbH-, dirigida personalmente por Amann, no sólo fue la cuna oficial del órgano del NSDAP, el Völkischer Beobachter sino que al mismo tiempo, la casa editorial de revistas y semanarios más grande en la era del Tercer Reich. Ya en 1937 Amann adquirió la editorial Ullstein-Verlag y a partir de ese momento la editorial pasó a llamarse Deutscher Verlag.

Hasta 1937 Ullstein-Verlag era la casa editorial que publicaba las revistas de contenidos generales de mayor tirada en Alemania, bajo ellas, la Berliner Illustrirte Zeitung, una de las publicaciones semanales más vendida en Alemania. La compra del Ullstein-Verlag y su incorporación a la Franz Eher-Nachfolger GmbH permitió a Amann controlar -como empresario y editor- a una editorial que publicaba revistas de tirada masiva, determinar sus contenidos, sus diseños y decidir la tirada de las revistas del Ullstein-Verlag, pero al mismo tiempo, a través de su cargo como Presidente de la Cámara de la Prensa y -a través de Rolf Rienhardt como Presidente de la Asociación de Periódicos y Revistas Alemanes- dominar el ente de los medios impresos, que ya, de por sí, pertenecía en un 82% al NSDAP.

Otto Dietrich ejerció mayor influencia en los contenidos de las revista, en la medida que en él -como vocero del gobierno- recaía la responsabilidad de los despachos informativos, entre otros, de la NSK (Nationalsozialistische Korrespondenz / Correspondencia Nacionalsocialista), agencia de noticias a la cual todos los medios impresos estaban obligados de subscribir. Como Subsecretario del Ministerio de Propaganda, él tuvo la responsabilidad directa sobre las tres secciones que coordinaban y regulaban el quehacer de la prensa escrita (Prensa para el Interior de Alemania, Prensa para el Exterior y Prensa para Revistas). Max Stampe, Director del Departamento de Prensa para Revistas en el Ministerio de Propaganda, debía coordinar sus labores con Dietrich, su jefe directo.

La fusión de actividades partidarias, estatales y gremiales en una sola persona así como la construcción del poder en forma piramidal permitió al NSDAP un control directo y absoluto sobre los medios impresos.

Cantidad de ejemplares

Durante el Tercer Reich las revistas de programas de radio editadas por las sociedades radiales alcanzaron tiradas masivas y representaban excelentes fuentes extras de ingreso para sus editores; por ejemplo, la revista editada en Berlín, con una población de varios millones de habitantes, Berlin hört und sieht (Berlín escucha y ve) tenía una tirada en 1938 de 1.175.000 ejemplares semanales[8]

En otras regiones, donde la concentración de la población era menor a la Capital alemana, como en Colonia, la revista de programas de radio Werag, conjuntamente con su suplemento Westfunk, tuvo ventas semanales en 1933 de 154.600 ejemplares; cada ejemplar costaba 1.260 Reichsmark.[9]

La función política de la revistas

La función política de las revista durante el régimen nacionalsocialista alemán fue vista como un medio de conducción y guía política, es decir, la utilización de las revistas para transportar la ideología nacionalsocialista en la población, para fortalecer la moral, el espíritu y la conciencia germana.

Otto Dietrich enfatizó, una vez más, en enero de 1940, en un artículo destinado a los editores de revistas, la función política de las revistas en la nueva Alemania como sigue:

"Mit jeder Ausgabe, mit jedem Artikel, tragen die deutschen Zeitschriften den deutschen Geist, die deutsche Auffassung über politische, kulturelle und fachliche Fragen hinaus in die Welt (...) Die hieraus resultierende ständige intensive und gezielte Einwirkungsmöglichkeit auf den Leser hat die deutsche Zeitschrift zu einem Führungsmittel werden lassen, das neben der Tagespresse zur Verbreitung und Vertiefung nationasozialistischen Gedankenguts und zur psychologisch abgewogenen Wirkung auf weite Kreise unentbehrlich ist."[10]
"En cada ejemplar, en cada artículo, las revistas alemanas portan el espíritu alemán, ellas portan hacia fuera la interpretación alemana de los problemas políticos, culturales y técnicos (...) La posibilidad de influencia permanente, intensiva y precisa que resulta de aquí sobre los lectores, ha convertido a la revista alemana en un medio de conducción, ella es imprescindible -conjuntamente con la prensa diaria- para la divulgación y ahondamiento del pensamiento nacionalsocialista y para el logro de un efecto psicológico en amplios círculos."

Para ganar mayor influencia, los responsables del sector de las revistas intentaron sistematizar en una ciencia el ente de las revistas. Primero, para presentar a sus adversarios argumentos metódicos y científicos y, segundo, para lograr una homogeneidad en la argumentación política, y así, introducir pautas equivalentes de comportamiento en la función política de las revistas y -bajo el aspecto técnico- para crear una clara diferenciación con otros medios impresos utilizados por el NSDAP. En esa etapa se escribieron una serie de obras científicas en las cuales se explicó el fin político y social de las revistas.

Entre los autores científicos sobresalieron, por ejemplo, Ernst Herbert Lehmann, Max Stampe y Alfred Hoffmann. Bajo ellos Lehmann tuvo una gran productividad; éste científico escribió una serie de libros y manuales sobre el ente de las revistas, sobresaliendo el libro Die Deutsche Zeitschrift im politischen Kampf (La Revista Alemana en la Lucha Política), libro que durante una conferencia de prensa del gobierno, sostenida el 6 de octubre de 1938, fue presentado a la prensa, con la obligación de adquirirlo en el comercio y de aplicar, a partir de esa fecha, las indicaciones, instrucciones, teorías y métodos allí expuesto en la elaboración de las revistas.[11]

Lehmann, en su libro Die Deutsche Zeitschrift im politischen Kampf parte a priori del principio básico que la prensa en general siempre ha jugado un papel determinante en los acontecimientos políticos, inclusive antes del gobierno nacionalsocialista, independientemente de su tirada y de la cantidad de receptores a la que llega así como de su permanencia en el mercado medial: todas ellas (periódicos y revistas) tuvieron un ascendiente en la sociedad, permitiendo influir a la opinión pública. Debido a ese peculiaridad de la prensa, utilizar a las revistas en la lucha política como un instrumento de influencia es legítimo. En esta lucha, la revista, sin embargo tiene claramente ventajas frente a la prensa escrita del día, entre otras por:

  • a diferencia de los periódicos diarios, que se dirigen a un público amplio e indefinido, la revista tiene un grupo receptor que es específico y de intereses muy definidos,
  • esta característica de la revista permite unir al lector con la revista muy estrechamente,
  • por ley las revistas están obligadas sólo a tratar temas específicos y de intereses especiales,
  • de la revista surge una fuerza comunitaria en la medida que ella -en el cumplimiento de la ley- debe ocuparse de intereses especiales con la finalidad de otorgar al pueblo un bienestar general,
  • las revistas comprenden a los seres humanos individual y personalmente, y,
  • citando en una traducción libre a Lehmann: "Ni el periódico diario ni -por ejemplo- la pancarta tienen tanta variedad de procedimientos para trabajar y para influenciar profunda y precisamente como las revistas."[12]

Los puntos centrales del planteamiento de Lehmann en cuanto al poder de las revistas son dos: por una parte, la existencia de una cantidad inmensurable de títulos, los cuales cada uno tratan específicamente temas individuales; y, por la otra, el tratamiento de esos puntos específicos y especializados bajo la óptica ideológica del nacionalsocialismo, permite con ello una divulgación y ahondamiento preciso de la visión NS.

Lehmann termina su escrito -en bases a mediciones y observaciones realizadas en el ente de las revistas alemanas antes de la toma del poder del Estado por el NSDAP-, con proposiciones de aspecto técnico, especialmente, con el diseño de las portadas de las revistas y de la utilización de fotos y gráficos. Las portadas eran -según Lehmann- las voces individuales dirigidas a cada individuo en particular, la portada debía magnetizar inmediatamente toda la atención del receptor, las portadas debía recibir la mayor atención de los diseñadores.[13]

Referencias

  1. Müller, George Wilhelm: "Das Reichministerium für Volksaufklärung und Propaganda", Berlín, 1940, p. 31 y siguientes.
  2. a) Schmidt, Fritz: "Presse in Fesseln", Berlín 1948, p. 19 y siguientes; y, b) Hale, Oron J.: "Presse in der Zwangsjacke", Düsseldorf 1965, p. 97 y siguientes)
  3. a) Las Disposiciones de Amann: "Erste Durchführungsverordnung zum Reichskulturkammergesetz vom 1. November 1933"; b) Schmidt, Fritz: "Presse in Fesseln", Berlín 1948, pp. 7-20; c) Hale, Oron J.: "Presse in der Zwangsjacke", Düsseldorf 1965, p. 25 y siguientes, y d) Reichs-Rundfunk-Gesellschaft und Union Deutsche Verlagsgesellschaft, Zweigniederlassung Berlin (Hg.): "Rundfunk Jahrbuch 1929", "Rundfunk Jahrbuch 1930", "Rundfunk Jahrbuch 1931", "Rundfunk Jahrbuch 1932" y "Rundfunk Jahrbuch 1933", Berlín)
  4. a) Abel, Karl-Dietrich: "Presselenkung im NS-Staat", Berlín 1968, y, b) Hagemann, Jürgen: "Presselenkung im Dritten Reich", Bonn 1970)
  5. Hagemann, Jürgen: "Presselenkung im Dritten Reich", Bonn 1970, p. 25)
  6. Hagemann, Jürgen: "Presselenkung im Dritten Reich", Bonn 1970, p. 17)
  7. Hagemann, Jürgen: "Presselenkung im Dritten Reich", Bonn 1970, p. 21)
  8. Schmidt, Fritz: "Presse in Fesseln", Berlín, 1948, p. 190)
  9. Bauer, Thomas: "Deutsche Programmpresse 1923 bis 1941. Enstehung, Entwicklung und Kontinuität der Rundfunkzeitschriften", Múnich, 1993, p. 126 y 127)
  10. Dietrich, Otto: "Auch die deutsche Zeitschrift ist eine Macht", en "Der Zeitschriften-Verleger", Berlín, enero de 1940, ejemplar Nº 5, p. 3.
  11. Hagemann, Jürgen: "Presselenkung im Dritten Reich", Bonn, 1970, pp. 20 y 21)
  12. Lehmann, Ernst Herbert: "Die Deutsche Zeitschrift im politischen Kampf", Leipzig, 1938, pp. 3 - 20; cita: p. 20)
  13. Schmidt, Fritz: "Presse in Fesseln", Berlin, 1948

Bibliografía

  • Arbeitsgemeinschaft von Verlegern offizieller Funkzeitschriften (Editores): "Rundfunk Jahrbuch 1933", Berlín, 1934.
  • Dietrich, Otto: "Auch die deutsche Zeitschrift ist eine Macht", in: "Der Zeitschriften-Verleger", Berlín, Jg. 42, Heft 5, enero 1940.
  • Hadamovsky,Eugen: "Dein Rundfunk. Das Rundfunkbuch für alle Volksgenossen", Franz Eher-Nachfolger Verlag GmbH, Múnich, 1934.
  • Hoffmann, Alfred: "Haben wir zuviel Zeitschriften?",in: "Der Zeitschriften-Verleger", Berlín, Jg. 42, Heft 16, April 1940.
  • Kemritz, Martin (Editor): "Rufer und Hörer. Monatshefte für den Rundfunk", unter Mitwirkung der Reichs Rundfunk Gesellschaft, Jg. 3, Januar-Dezember 1934, Max Hesses Verlag, Berlín-Schöneberg, 1934.
  • Lehmann, Ernst Herbert: "Die Deutsche Zeitschrift im politischen Kampf", Verlag Karl W. Hiersemann, Leipzig, 1938.
  • Lehmann, Ernst Herbert: "Zeitschriften im Kriege", Berlín, 1939.
  • Lehmann, Ernst Herbert: "Gestaltung der Zeitschriften", Verlag Karl W. Hiersemann, Leipzig 1938
  • Müller, George Wilhelm: "Das Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda", Berlín, 1940.
  • Reichs-Rundfunk-Gesellschaft und Union Deutsche Verlagsgesellschaft, Zweigniederlassung Berlin (Editor): "Rundfunk Jahrbuch 1929", "Rundfunk Jahrbuch 1930", "Rundfunk Jahrbuch 1931", "Rundfunk Jahrbuch 1932" y "Rundfunk Jahrbuch 1933", Berlín.
  • Reichsverband der deutschen Zeitungsverleger (Editor): "Pressehandbuch, Gesetz, Anordnungen, Erlasse, Bekanntmachungen. Zusammengestellt und erläutert nach den Bedürfnissen der Praxis", Verlag des Reichsverbandes der deutschen Zeitungsverleger, Berlín, 1938.
  • Stampe, Max: "Gestaltung der Zeitschriften", Leipzig, 1938.
  • Weinbrenner, Hans Joachim (Editor): "Handbuch des Deutschen Rundfunks 1938", Kurt Vowinckel Verlag, Heidelberg-Berlin, 1939.

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