Zweites Buch

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Portada del libro.

Hitlers Zweites Buch (Segundo Libro de Hitler) o más conocido como Zweites Buch (Segundo libro) es un libro dictado por Adolf Hitler en donde profundiza mucho de los temas mencionados en Mein Kampf (Mi Lucha), en particular su teoría sobre el Lebensraum o espacio vital que debía ocupar Alemania.

Esta obra fue dictada por Hitler en la primavera y el verano de 1928 a Max Amann, el entonces jefe de la editorial Eher, empresa ligada al NSDAP y encargada de la publicacion de Mein Kampf en 1925 y 1926, y del material propagandistico del partido. No se publicó durante el Tercer Reich y fue guardada en una caja fuerte de la Central de Publicaciones del NSDAP, con orden rigurosa de que no se publicara ni mostrara a nadie.

Después de su confiscación por el ejército de los Estados Unidos en 1945, el manuscrito fue guardado en la II División de Documentos de la Guerra Mundial de los Archivos Nacionales de los Estados Unidos. En el verano de 1958 fue identificado como obra incuestionable de Hitler, pese a ello, extrañamente nunca se menciona en las biografías del Führer.

El Institut fur Zeitgeschichte publicaría por primera vez el documento en 1961. El prólogo original llevaba por título "Vorwort", pero Hitler nunca mencionó como se habría de llamar la obra completa, por lo que en su publicación de 1961 se le llamó simplemente "Segundo Libro de Hitler" (Hitlers Zweites Buch). En Norteamérica se publicó como Hitler's Secret Book ("El libro secreto de Hitler") y en paises de habla hispana se suele publicar bajo el nombre "Raza y destino".

Descripción

Aparte de la sanción oficial de las autoridades estadounidenses y de los eruditos que han estudiado el problema, la autenticidad del libro se desprende de consideraciones históricas y psicológicas que no permiten albergar la más mínima sospecha de que pueda tratarse de una invención de personas, entidades o estados que tuvieran interés en atribuir a Hitler las opiniones que en el libro se defienden.

La lectura más somera demuestra que se trata de una obra escrita al dictado, concebida, por tanto, por su autor, al correr de los días, sin preocupaciones literarias, exclusivamente como instrumento más bien de tipo oratorio para convencer y atraer a parte de los círculos nacionalistas y burgueses que en Alemania de 1928 veían con prevención la actitud de Hitler y del movimiento nacionalsocialista con respecto a la cuestión del Tirol del sur en particular y a la política exterior alemana en general. En su dictado, Hitler no se preocupa de la belleza del estilo, de las repeticiones de palabras o de conceptos, de la exactitud concreta de datos que, por lo general, cuando son de índole numérica, deja en blanco, con idea de rellenar, tal vez, esos huecos en una ocasión posterior. De aquí el tono apasionado de la argumentación, como si ésta se llevara a cabo desde lo alto de una tribuna; de aquí también la violencia de algunos pasajes y la oscuridad o concisión de otros que quizás habría aclarado o ampliado en una redacción posterior.

Ningún enemigo de Hitler podría escribir esta obra en la que existen pasajes y argumentos de una gran fuerza persuasiva, de altura poco corriente y de sensatez incontrovertible. Y tampoco ningún enemigo podría haber tenido una habilidad tan extraordinaria para exponer las ideas fundamentales del creador del Tercer Reich llevándolas hasta extremos casi delirantes por su mismo afán de proselitismo y por su absoluta confianza en la grandeza de su destino personal y del destino histórico de su nación.

Hitler se vio impulsado a escribir este libro para defenderse de los ataques generales que le lanzaban todos los partidos, salvo el suyo, por las ideas que ya había esbozado en Mi lucha, de la necesidad que tenía Alemania de aliarse en primer lugar con Italia y en segundo lugar, de ser posible, con Inglaterra, en contra de la Unión Soviética, Francia y los aliados franceses. Esta posición no resultaba popular en Alemania porque, al advenimiento de Mussolini, la minoría alemana residente en el Tirol del sur se vio sometida a malos tratos por parte del gobierno italiano y surgió, tanto en Austria como en Alemania, una corriente de irredentismo que, en cierto modo, se ve repetida en nuestros días.

Pero Hitler no se limitó, ni muchísimo menos, a tratar este problema, sino que arrancó de los fundamentos mismos del credo nacionalsocialista y expuso con una franqueza desconcertante los propósitos del movimiento en política exterior, sus opiniones en cuanto a la raza y a los países hostiles que rodeaban a Alemania y su enemistad furibunda contra el judaísmo. Debió ser precisamente esta misma franqueza la que le aconsejara, una vez terminado el libro, no darlo a conocer al público en general, ya que en 1928 Hitler debía de albergar grandes esperanzas de hacerse con el poder y era una imprudencia extender todas sus cartas sobre la mesa de forma que la opinión pública internacional pudiera conocer al detalle la política que iba a desarrollar en lo sucesivo y que mantuvo, en efecto, férreamente hasta su muerte, sin apartarse en lo esencial de los postulados que esbozó en Mi lucha y que acuñó, de manera mucho más clara y directa, en esta obra.

Esto no significa que todo lo que Hitler previó o se propuso en este libro llegara a realizarlo cuando fue jefe del Tercer Reich. Muchas de sus anticipaciones resultaron fallidas. Pero, con todos sus defectos, la obra tiene un valor innegable para el historiador o investigador de aquella época fatídica.

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