Sisebuto

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El Rey Sisebuto. Biblioteca Nacional.Madrid.
Organización provincial de la España Visigoda.

Sisebuto sucedió a Gundemaro, y reinó en España desde la primavera del 612 hasta febrero de 621.

Como escritor gozó de cierta fama debido a un poema sobre los eclipses (la llamada Epistula Sisebuti) y a su obra “Vida de San Desiderio”.

Sisebuto y el problema judío en España.

Con Sisebuto se consagró en España una firme política de control de los judíos. La primera norma legal sobre ello deriva de una ley, completada con una carta que fue enviada a tres obispos: Cecilio de Mentesa (Montiel), Agapius de Córdoba, y Agapius de Tucci (Martos); asimismo iba dirigida a los jueces y sacerdotes de estas tres ciudades y de otras nueve ciudades de la Bética oriental y del sur de la Provincia Cartaginense. En la ley, el rey deploraba el incumplimiento de las normas de Recaredo sobre el problema judío. Debió ser publicada casi al principio de su reinado, antes de julio de 612 (y probablemente en marzo o abril). La ley intentaba que ningún judío pudiera poseer esclavos cristianos, ni manumitidos bajo su patrocinio, e incluso promovía la idea de que ningún judío pudiera tener trabajadores a sueldo (aunque no llegó a ponerse en práctica); la ley preveía que los judíos deberían vender a cristianos y a un precio razonable a sus esclavos cristianos y sus propiedades (peculium). No podían venderlos a sus correligionarios en África o Francia y la venta debía realizarse cerca del lugar de residencia; si el esclavo no poseía propiedades el dueño debía proporcionarle alguna. El judío podía manumitir al esclavo que en tal caso se convertía en ciudadano romano, sujeto a las leyes correspondientes, pero sin posibilidad de patrocinio por parte del antiguo amo judío. Las ventas ficticias eran castigadas severamente. La ley entraba en vigor el 1 de julio de 612 y si se descubría que después de esta fecha algún judío poseía un esclavo se le confiscaría la mitad de sus propiedades y el esclavo sería liberado. En cuanto a convertir a un cristiano al judaísmo, se agravaron de nuevo las penas y, como en tiempos de Alarico II, el judío sería ejecutado y sus propiedades confiscadas; el converso al judaísmo que no quisiera volver a la fe católica, sería azotado públicamente, sufriría decalvación y sería entregado como esclavo a la corona o a alguien designado por el rey. Un judío que se casara con un católico (lo que era ilegal) y se negara a convertirse, sería desterrado de por vida, pero si se convertía al catolicismo podría conservar sus bienes incluyendo los esclavos. Finalmente el rey lanzaba una maldición sobre los futuros monarcas que no hicieran cumplir la ley. Al parecer, la ley de Sisebuto contó con la aprobación del officium palatino, pero el clero se mantuvo al margen.

Además de la ley se pusieron en práctica otras medidas por la mera orden real: los hijos de los matrimonios mixtos deberían ser bautizados como cristianos. Las conversiones forzadas se hicieron extensivas a algunos judíos hacia el 615, sin contar con la abierta aprobación de la Iglesia Católica, que no obstante admitió los hechos consumados. Las leyes provocaron una emigración judía en masa a Francia, pero parece que un núcleo importante de afectados permaneció en España donde, pasado el furor inicial, la persecución disminuyó.

Casi inmediatamente de acceder al trono debió afrontar revueltas en Asturias y probablemente en Vasconia y Cantabria, para lo que se llegó a constituir una apreciable flota.


En los años 611 y 612 algunos eclipses fueron visibles en diversas partes de España, y ello propició un renacimiento de prácticas paganas, aun bastante extendidas en el campo y mayoritarias en determinadas zonas sobre todo del norte del país. Mientras estaba en campaña en Cantabria o en Vasconia, en el 613, Sisebuto compuso un notable poema sobre los eclipses, que dirigió al obispo de Sevilla, Isidoro. El poema se titula Astronomicon y consta de cincuenta y cinco versos hexámeros latinos. El 13 de enero del 614 se reunió un Sínodo de la Provincia Tarraconense en Egara (actual Tarrasa), presidido por el metropolitano Eusebio, en el cual se confirmaron las decisiones del Sínodo de Osca (actual Huesca) del 598 sobre celibato de clérigos.

El 614 y el 615 combatió contra los bizantinos, asentados en diversas colonias al sur de España, contra los que obtuvo diversas victorias, y entre ellas una de muy importante: la recuperación de Málaga. En el Sínodo de Sevilla del 619 ya aparece en las actas el obispo de Málaga, Teodulfo. Parece ser que el gobernador bizantino Carsarius apeló al rey para que cesaran las batallas para evitar que corriera más sangre católica, y Sisebuto, muy sensible a ese tema, le atendió, pues todo indica que en una tercera campaña habría logrado expulsar definitivamente a los bizantinos de España. Carsarius liberó al obispo Cecilo de Mentesa (Montiel) al que tenía prisionero, y se ajustó la paz. Algunos autores sostienen que las tropas de Sisebuto cruzaron el Estrecho y sometieron algunas plazas bizantinas o de jefes bereberes más o menos vinculados al imperio.

En 619 se convocó un sínodo provincial de la Provincia Bética en Sevilla, en la Iglesia del Sagrado Corazón, presidido por el obispo Isidoro. Asistió al acto un funcionario con el título de Viri Illustris y el cargo de Rector rerum fiscalium, que probablemente era el delegado del comes patrimonii en la Bética, que tenía un nombre godo (Suanila). También asistió otro Vir Ilustre, al que se hace referencia como rector rerum publicarum, llamado Sisisclo, que se cree debía ser el conde local (o el dux provincial) se ocupó de algunas cuestiones disciplinarias y organizativas, de los errores en el derecho canónico del fallecido obispo de Córdoba, Agapius (fallecido en 619), y de los herejes acéfalos, que estaban dirigidos al parecer por un sirio llamado Gregorio, el cual fue convencido por Isidoro del error de sus ideas y admitido en la Iglesia Católica, tras reconocer aquel que había dos naturalezas en una sola persona, un único y mismo Jesucristo, y que la naturaleza de la divinidad no podía sufrir.

Sisebuto murió en febrero del 621, en Toledo y de muerte natural, sucediéndole su hijo Recaredo II.

Enlaces externos



Predecesor:
Gundemaro
Rey de España
612621
Sucesor:
Recaredo II