Tocarios

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Fresco de Qizil (cuenca del Tarim) datados en el Siglo VI. Representan a individuos tocarios de facciones europeas y ojos, cabello y piel claros, probablemente los "caballeros de espadas largas" de los que hablan las crónicas chinas. El tercer individuo está ejecutando un mudra o gesto sagrado budista. La pintura está acompañada de caracteres sánscritos y tocarios.

Los tocarios fueron un pueblo indoeuropeo que habitaron más al Este en la Antigüedad, poblando la cuenca del Tarim en lo que hoy es la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, en el oeste de la actual China. Su peculiar cultura se extendió desde cerca el s. XIX AEC hasta finales del primer milenio de nuestra era. Su lengua se conoce como tocario. Introdujeron en China los caballos, el estribo y la metalurgia del hierro. Construyeron ciudades en la Ruta de la Seda y asimismo podrían tener relación con las pirámides de China central. Además de su lengua, los cabellos rubios y pelirrojos de las momias de Tarim son evidencia de su origen indoeuropeo. Los análisis genéticos realizados a estas momias han arrojado linajes paternos R1a, asociados a eslavos e indo-iranios.

Existe cierta confusión en la historiografía tradicional en torno al término "tocario", que parece haberse usado para designar a dos pueblos diferentes. Los tocarios propiamente dichos que hablaban una lengua "centum" y asentados en la cuenca del Tarim parecen ser identificables con el pueblo denominado wusun en las fuentes chinas. Por otra parte el término "tocario" fue usado por los árabes para referirse a un pueblo iranio que fundó el Imperio kushán en el norte de India, y que podría ser identificable con el pueblo denominado en las fuentes chinas como yuezhi (yüeh-chi).

Momias del Tarim

Las fibras téxtiles de esta mujer, similares al tweed céltico, probaban un origen indoeuropeo, igual que su estatura, su puente nasal alto y su pelo rubio y ondulado, aun recogido en coletas.

Las momias del Tarim son cuerpos humanos momificados descubiertos a partir de los años ochenta en la cuenca del río Tarim (Xinjiang) y que tienen antigüedades de entre 4000 y 2200 años. Su momificación natural se debió a la sequedad del Turquestán Oriental. Su hallazgo evidenció que ya entre el IV milenio AEC. y principios del II milenio AEC. existía en ese extenso territorio una población con un aspecto y fisionomía totalmente europea, muchos de cuyos individuos eran de cabellos rubios o pelirrojos y de ojos claros y su cultura material, directamente relacionada con la Edad de Bronce europea, yacimientos como Hallstatt y el posterior mundo celta. De hecho, Tarim es, como Hallstatt, una zona que abunda en sal, cosa que era propicia para los pueblos típicamente ganaderos. La existencia de población con estas características se conocía desde hacía mucho tiempo merced a que era citada por fuentes chinas, que la situaban en la cuenca del Tarim y en la Zungaria.

Los análisis de los productos textiles correspondientes a las momias del Tarim muestran ciertas similitudes con las civilizaciones europeas de la Edad de Hierro europea (por ejemplo, con La Tène) datadas hacia el 800 AEC., incluyen tales textiles el tejido cruzado de sarga, llamado en inglés twill y el tartán.

Las momias femeninas llevan un tipo de falda muy similar a las que se encuentran preservadas en yacimientos de la Edad de Bronce Nórdica. Dado que muchas de estas momias vestían el tipo de tela llamado tartán, algunos han supuesto que se trataba de poblaciones celtas.

El hombre de Cherchen, con rasgos europoides tiene una antigüedad de 3000 años y fue descubierto en 1978.

Lo más probable es que se trate de poblaciones con orígenes paleoeuropeos: en el cuarto milenio AEC existían al norte del mar Negro tales poblaciones paleoeuropeas a las cuales algunos investigadores vinculan directamente con la llamada cultura de los kurganes (o cultura Kurgan) o con la ya referida cultura Afanasievo. En el segundo milenio AEC. se levantó en las cercanías del lago Lop Nor la necrópolis llamada Qäwrghul, correspondiente al antiguo reino tocario de Kroraina, en tal necrópolis se encuentran individuos con características somáticas paleoeuropeas. Estas poblaciones paleoeuropeas se difundieron en el tercer milenio AEC. hasta la cuenca alta del Yenisei en el sur de Siberia.

Los chinos han conservado en relación al pueblo tocario valiosos testimonios en sus escritos antiguos, pero no se encuentran en tales escritos indicaciones claras respecto al llamado idioma tocario. Por otra parte la historia china comienza a ser tal a partir de Sima Qian de modo que antes de tal historiador así como la historia escrita china no existe como tal, menos aún puede existir desde las fuentes chinas una historia de los tocarios. En todo caso las crónicas chinas distinguen cinco parcialidades yuezhi: las de los Xiemí, Guishuang, Shangmi, Xidum y los Dümì. De las cinco parcialidades, la de los Guishuang sería la más renombrada.

Se debió esperar que se produjeran las expediciones arqueológicas de inicios del siglo XX para saber a ciencia cierta que el tocario era un idioma indoeuropeo. Las expediciones dirigidas por el inglés Aurel Stein, los alemanes Albert Grünwedel y Albert von Le Coq, el francés Paul Pelliot, junto a otras japonesas y rusas permitieron el descubrimiento de numerosas ruinas y grutas que han dado gran información respecto a los tocarios, en especial los de la época budista.

Esvástica hallada en el casco del hombre de Cherchen.

Las fuentes chinas antiguas mencionan la existencia de los quanrong (quan: ‘perro’, rong: ‘bárbaro del oeste’) en el país de las Arenas Móviles (el desierto de Takla Makan), estos quanrong eran pastores y poseían características guerreras (combatían a caballo usando el arco y la flecha). El rey Mu de la dinastía Zhou que reinó de 1001 a 967 AEC. (según la cronología tradicional china) les atacó en su propio territorio y aprisionó a cinco de sus reyes, lo que demuestra que para esa época los quanrong (luego yuezhí) no formaban un estado único.

Existen varias razones para suponer que los quanrong eran en efecto los tocarios, o sus ancestros directos. Por ejemplo tanto para los llamados quanrong como para los tocarios (y esto está comprobado fehacientemente entre los tocarios kuchianos) el color blanco poseía una simbología mística asociada a la deidad solar, también entre los quanrong y los tocarios se señala la existencia de festines en los cuales una sola joven servía de beber y comer a varios hombres. Según Georges Dumézil tales festines serían rituales místicos ligados a la cuestión de la inmortalidad o la búsqueda de una eterna juventud.

Por consiguiente se puede admitir que los tocarios se hallaban en la Cuenca del Tarim al menos desde el siglo X AEC., deducción compatible con la de los orígenes paleoeuropeos de este pueblo.

Sin embargo los habitantes de la Cuenca del Tarim en el primer milenio AEC. ya no son de tipo exclusivamente paleoeuropeo, durante un largo período se habría producido una fuerte mixogénesis; los tocarios del período búdico eran nacidos de tal fusión.

Territorio

El desierto de Taklamakán (que significa en uigur algo así como "si entras no podrás salir"), llamado también por los autóctonos "Mar de la Muerte", ocupa buena parte del Turquestán Chino. Se encuentra entre las cordilleras del Tien Shan y el Kunlun Shan, donde nacen una serie de afluentes que desembocan en el Tarim.

El núcleo histórico de la civilización tocaria fue el actual Sinkiang, más exactamente esta civilización prosperó en la cuenca del Tarim. El territorio en cuestión era estepario ya hace cuatro mil años, desarrollándose importantes ciudades en los oasis, el elenco de las más importantes actualmente conocidas es de este a oeste el siguiente: Hami, Turfán (o Turpán), Karachahr, Kucha, Aksui y Kashgar (téngase en cuenta que casi todos estos topónimos son muy posteriores al poblamiento tocario). Todas las ciudades reseñadas resultaron capitales de reinos tocarios otras ciudades y otros reinos —aún más ignotos— han existido en el sur de la Cuenca del Tarim pero han desaparecido ante el avance de las arenas. Esta civilización no poseía un estado unificado tocario debido principalmente a las grandes distancias existentes entre los oasis.

La Ruta de la seda recorría la Cuenca del Tarim hasta el antiguo límite occidental chino en las Puertas de Lulán, los oasis en los cuales vivían los tocarios eran jalones o etapas obligadas de tal ruta, de modo que los pueblos tocarios, al tiempo que cultivaban sus tierras fértiles, se vieron beneficiados con el comercio que por ella se desarrollaba. No sólo mercancías discurrían de un extremo al otro de Eurasia por tal ruta sino —quizá lo más importante—información en forma de rasgos culturales (por ejemplo: artes, religiones, formas de escrituras etc.).

Hacia el verano del año 629 EC. el célebre monje budista chino Xuanzang se dirigió a la India atravesando territorios tocarios, respecto a uno de los principales reinos de este pueblo, el reino de Kucha, refiere: «El suelo es favorable al sorgo rojo, y al trigo, produce además la raíz llamada gengtao (probablemente el ginseng), vides, granadas, gran cantidad de peras, duraznos y almendras. Se encuentran minas de oro, cobre, hierro, plomo y estaño».

Al sur de Karachahr o Karashahr se hallaban importantes minas de plata usadas para la acuñación de monedas. Poco tiempo después del año 400 EC., otro viajero chino, Zhimeng, relata que en «la ciudad de Kucha existen altas torres y palacios de varios pisos decorados con oro y plata». Los chinos quedaron embelesados por el magnífico palacio real de tal ciudad en donde las salas estaban ricamente exornadas con oro, jade y langgan. El langgan sería una variedad roja de jade que las poblaciones de la Cuenca del Tarim vendían a China. De tales magnificencias sólo restan algunos escritos y ruinas.

El tocarólogo Douglas Q. Adams ha estimado que hacia el siglo VIII EC. sólo el reino de Kucha (y sus vasallos) tenía una superficie de aproximadamente 140.000 km² y una población de 450.000 habitantes (aproximadamente la misma cantidad que en la Inglaterra de entonces). En los textos chinos la ciudad capital de tal reino era llamada Yiluolu y a tal ciudad le estimaban una circunferencia de casi 10 km.

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