Ángel María Zuloaga

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Ángel María Zuloaga Argumedo (21 de mayo de 1885, Mendoza, Argentina – 29 de agosto de 1975, Buenos Aires, Argentina) fue un aviador militar y escritor argentino, que alcanzó el rango de Brigadier General de la Fuerza Aérea Argentina.

Biografía

Trayectoria militar

Zuloaga asistió al Colegio Militar de la Nación, de donde egresó como Subteniente de Artillería en 1907. Cumplió servicio en diversos destinos, hasta que en 1914 se aprobó su pedido para recibir instrucción en la Escuela Militar de Aviación. Al año siguiente fue autorizado a volar aviones y globos aerostáticos.

Junto con el aviador civil Eduardo Bradley realizó dos proezas en un globo aerostático: logró ascender 6.920 metros y completó un viaje de 900 kilómetros que le costó 11 horas para unir a la ciudad argentina de Buenos Aires con la brasileña de São Leopoldo. Sin embargo su siguiente viaje le dio fama nacional e internacional, ya que, en el mismo globo aerostático y con el mismo copiloto, el 24 de junio de 1916 logró cruzar la Cordillera de los Andes partiendo desde Santiago de Chile y llegando hasta Uspallata. Como era invierno tuvo que soportar temperaturas de 33° C bajo cero. Por esa travesía le otorgaron el título de Aviador Militar.

El gobierno argentino lo nombró Agregado Militar de su delegación diplomática en Francia, motivo por el cual tuvo la oportunidad de instruirse sobre guerra aérea y ser reconocido por las autoridades de ese país como Aviador Militar. Quiso retornar a su patria en 1919 realizando un vuelo transatlántico, pero no fue autorizado para ello.

Se desempeñó como instructor en la Escuela de Aviación Militar, hasta que en 1926 asumió su segunda misión diplomática, instalándose en los Estados Unidos de América para obrar como Agregado Militar en la Embajada de Argentina. Allí permaneció durante un año.

Zuloaga apoyó a la Revolución de 1930 que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, pero no participó de la organización ni de las maniobras golpistas debido a que para la época se encontraba en una misión de adquisición de material bélico fuera del país. Al regresar poco después fue designado al frente de la Dirección General de Aeronáutica del Ejército Argentino, con la tarea de ampliar su estructura para posibilitar la creación de la Fuerza Aérea Argentina como arma militar autónoma. En la Fábrica Militar de Aviones, que había sido fundada en 1927, se comenzó entonces a fabricar aviones nacionales (Zuloaga piloteó el AE-T1 en 1933 en un vuelo que unió Buenos Aires con Río de Janeiro para demostrarle al mundo el poderío aéreo de su país). Al dejar el cargo en 1936 se había creado sólo una de las bases áreas que había proyectado, mientras que el resto, por cuestiones presupuestarias, se materializarían en los años siguientes.

En 1937 viajó a Europa con la misión de estudiar a la industria aeronáutica local y sus vinculaciones con la aviación militar. En esa oportunidad visitó Alemania donde quedó muy impresionado con la Luftwaffe.

A fines de 1940 fue ascendido a General de Brigada y fue nombrado Comandante de la Aviación Militar. En septiembre de 1941 se unió a la conspiración del General Benjamín Menéndez para derrocar al presidente Ramón S. Castillo, pero el plan fue descubierto y Zuloaga terminó arrestado. Despojado de su cargo, pasó a desempeñarse en la Dirección General de Personal del Ejército, una posición burocrática.

Dado que sus conocimientos sobre aviación militar eran amplios y valiosos, el Ministro de Guerra, Pedro Pablo Ramírez, lo convocó como su asesor en temas aeronáuticos. Allí se encontraba cuando se produjeron los sucesos del 4 de junio de 1943 que expulsaron del poder a Castillo. Zuloaga terminó sumándose a los sublevados luego de entrevistarse con Arturo Rawson, y por ello apoyó al naciente régimen de carácter nacionalista. A fines de 1944 fue ascendido a Brigadier y el 4 de enero de 1945 fue uno de los hombres que presidió el acto de fundación de la Fuerza Aérea Argentina.

En la disputa de la época entre Luis Perlinger y Juan Perón, Zuloaga se inclinó por apoyar al primero. Por ello en marzo de 1945 participó del encuentro entre veintidós generales y el presidente Edelmiro Farrell para pedirle que acabara con las aspiraciones políticas de Perón, cosa que finalmente no sucedió. Poco después Zuloaga pasó a retiro.

Vida posterior

Ya fuera del servicio activo, Zuloaga se dedicó a escribir un libro sobre la historia de la aviación en su país. Por su distanciamiento del peronismo fue invitado por varios militares nacionalistas a complotar contra el presidente Perón, pero finalmente no tuvo un papel activo en ninguna de las revoluciones fallidas. Por el contrario, en varias ocasiones colaboró con el Ministerio de Aeronáutica que había creado el gobierno en 1949.

En 1956 fue reincorporado al servicio activo para recibir su último ascenso a Brigadier General, el máximo rango en el escalafón de la FAA. Al año siguiente el gobierno lo nombró como parte de la Comisión Nacional Pro Monumento al General Artigas.

En los últimos años de su vida participó de la fundación de la Asociación Aeronáutica Argentina y del Instituto Argentino de Historia Aeronáutica Jorge Newbery.

Bibliografía

  • Proyecto de travesía aérea del Atlántico sur. Buenos Aires: Coni, 1921.
  • Manual práctico de volación: destinado a los pilotos civiles. Buenos Aires : Ferrari, 1923.
  • Arte y ciencia de volar. Buenos Aires: Talleres Gráficos Argentinos L. J. Rosso, 1932.
  • La guerra aérea: contribución al estudio de la aeronáutica militar. Buenos Aires: López, 1938.
  • Curso elemental de aeronáutica. Buenos Aires: Joaquín Torres, 1940.
  • La victoria de las alas. Historia de la Aviación Argentina. Buenos Aires: El Ateneo, 1948.
  • Tres episodios de la aviación argentina. Buenos Aires: Autoedición, 1954.
  • Saavedra: primer presidente argentino. Buenos Aires: Secretaría de Informaciones del Estado, 1964.

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