Adolf Hitler: imágenes de la vida del Führer

De Metapedia
Saltar a: navegación, buscar

El texto de este artículo fue extractado de la primera versión en español del libro Adolf Hitler: bilder aus dem Leben des Führers (Adolf Hitler: imágenes de la vida del Führer). Fue una producción de "Liding S.A." para su sello: "Ediciones Lado", Colección Fuentes Históricas, 1ra. Serie: Nacionalsocialismo"

Fue impreso en la República Argentina en octubre de 1978 y la traducción del alemán para el español fue realizada por Eugenio Sturm. Como el libro es muy extenso para editarlo en un sólo artículo, solamente incluiremos en éste, el texto de la despedida del NSDAP a Julius Schreck por parte de Rudolf Hess; las palabras de agradecimiento de Hermann Goering y al prefacio de Joseph Goebbels. El resto lo dividiremos por capítulos para facilitar su lectura.

Despedida del NSDAP a Julius Schreck

(por Rudolf Hess)

El Movimiento Nacionalsocialista se despide hoy de Julius Schreck. Se despide de uno de sus más antiguos y leales. Se despiede de uno de sus mejores y más irreemplazables. Se despide de uno de sus más modesos, que no quiso nada de sí, que todo lo dio por Alemania y el Führer.

Allí donde se trataba de combatir por Alemania, él estaba en el frente, así en el extgerior durante la Guerra Mundial, así en la Patria.

Infinitos eran su veneración y su amor por el Führer; incansable su preocupación por el Führer; circunspecto su cuidado para la protección del Führer.

Su ser irradiaba extrema confianza. Su presencia infundía entre sus camaradas del Partido, en la difícil époc de lucha, el sentimiento de estar cobijados.

Firme y seguro en su juicio sobre las personas; no disimulado en el afecto así como en la antipatía. Un rudo y bizarro militar con un cálido corazón. Temido por los adversarios, amado por todos los que lo contaban entre los suyos y venerado como amigo paternal por sus subordinados

Tuvo la fortuna de gozar de la más alta confianza de su Führer.

El Movimiento baja sus banderas para el último saludo a Julius Schreck. Le jura con ello que su modo de ser y su espíritu serán un ejemplo para los jóvenes y los venideros, para que sirva al Movimiento hasta épocas lejanas, para bien de nuestra gran Alemania Nacionalsocialista."

Agradecimiento

(por Hermann Goering)

"Nuestra gratitud, mi Führer, no la podemos expresar con palabras. Tampoco podemos documentar con palabras nuestra lealtad y afecto por Usted. Todo lo que existe en cuanto a gratitud, amor y ardiente confianza hacia Usted, mi Führer, hoy le ha salido al encuentro en el resplandor de cientos de miles de ojos. Todo un pueblo, toda una Nación se siente hoy fuerte y feliz porque en Usted a este pueblo le ha surgido no sólo un Führer, sino también el Salvador."

Prefacio

(por el Dr. Joseph Goebbels)

Acerca del concepto de propaganda existe en el mundo, y todavía hoy en Alemania, un sinnúmero de malentendidos que, como se hallan tan arraigados y fundados por lo general en prejuicios, sólo difícilmente pueden ser aclarados. Y, sin embargo, en este sentido precisamente el pueblo alemán después de la guerra ha recibido una enseñanza como no puede ser concebida mejor ni más impresionante. En tan breve lapso, visto históricamente, la propaganda se mostró en Alemania como un poder político de primerísimo orden; en la actualidad ya no se requiere prueba alguna de que la Alemania imperial fue derribada por la arremetida de la propaganda marxista, y que el régimen marxista-democrático únicamente pudo ser eliminado no sólo porque la idea nacionalsocialista le opuso un nuevo orden superior sino también porque la propaganda nacionalsocialista fue más eficaz.

También en la propaganda es preciso ser diestro. Es inútil destinar a ella, según la necesidad momentánea, a algunas cabezas ingeniosas. Como todo gran arte requiere hombres especialmente dotados que, a menudo, fundan una escuela y con ellos también hacen escuela. Debe, asimismo, terminarse con el muy difundido error de que es algo deshonroso o despreciable. Con respecto a ella, como a todas las cosas sólo es importante para qué se la emplea y qué es lo que introduce en el mundo de las imágenes. En tal sentido, no tiene nada que ver con la publicidad. Lo más apropiado es que deje expresarse a las cosas y a los seres humanos por sí mismos, cuidando de que, si poseen valor, sean representados y explicados en su plena dimensión.

Porque las cosas buenas y los grandes hombres hablan por sí mismos. La característica fundamental de una propaganda exitosa consite en no omitir nada, pero tampoco adicionar nada que no pertenezca a la naturaleza del objeto tratado. Los signos característicos de hechos o personalidades han de ser destacados de entre los accesorios desconcertantes, en forma clara, enérgica y sin artificios, tan sencillamente que puedan ser conocidos y comprendidos por laancha masa de los que han de ser entusiasmados por ellos y ganados por ellos.

El Nacionalsocialismo y sus representantes principales han aportado para este arte no sólo un don natural, sino que en constante labor, en incansable y estrechísimo contacto con el pueblo, lo han aprendido y aplicado con sucesivo y cada vez mayor perfeccionamiento. El propio Führer fue en esto su gran maestro. Es poco sabido que durante mucho tiempo, en los comienzos del Partido, no ocupó otro cargo que el de Jefe de Propaganda, y que con el genial dominio y manejo de este cargo imprimió al Partido su sello espiritual, organizativo y político.

Como desde el fondo de su naturaleza y de su carácter supo hablar a su pueblo -cuyo hijo siempre fue y continuará siendo-, y realizar sus acciones interpretando su corazón, por eso desde temprano todo el amor y la inmensa reserva de confianza de sus adeptos, y más tarde de todo el pueblo alemán, se han concentrado en su persona. Pese a todo, las grandes masas sólo lo han visto a la distancia como político y hombre de Estado. Su figura puramente humana a menudo ha permanecido oculta.

En la actualidad lo conoce el globo terráqueo como creador de la doctrina nacionalsocialista y el arquitecto del Estado Nacionalsocialista, como pionero de un Nuevo Orden europeo y señalador del camino hacia la paz y el bienestar de los pueblos. Pero detrás de este conocimiento, incontables millones de individuos de todo el mundo intuyen, aunque en general confusamente, la imagen arrebatadora y fascinante del hombre Adolf Hitler. La gran sencillez y la sencilla grandeza que irradia su persona actúan no solamente sobre todo alemán, sino también sobre todo extranjero de instintos seguros, de manera decisiva y convincente. Con certeza, en el presente puede ser considerado en el mundo entero como el hombre que está más profunda y clramente arraigado en el sentir y el pensar de nuestro tiempo moderno, por lo cual, además, posee, más que ningún otro, la facultad de otorgar a este tiempo una nueva conformación.

Para comprenderlo plenamente en esta faceta hay que conocerlo no sólo como político y estadista, sino como ser humano. Y para ello este libro ha de señalar un camino. Es un testimonio de su personalidad recopilado con amor y veneración por sus colaboradores más inmediatos y sus camaradas de lucha más antiguos. Ellos toman aquí la palabra y transmiten al público una imagen de este gran hombre, como hasta ahora aún no existía. Todos ellos conocen al Führer desde hace muchos años del modo más profundo y han tenido así la oportunidad de admirarlo de nuevo cada día. Esto es lo que constituye el verdadero valor de este libro.

En él aparece el Führer como ser humano en su relación directa con todas las cuestiones que llenan nuestra época. El pueblo alemán hará gustosamente uso de esta posibilidad de ver al Führer de cerca y con ello de aproximarse también personalmente a él.

Que sea, pues, feliz y exitoso el encuentro de este libro con el pueblo alemán !

Capítulos

Artículos relacionados

Videos