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Círculo de Estudios Indoeuropeos
El Círculo de Estudios Indoeuropeos fue una organización nacionalsocialista española fundada el 20 de abril de 1997. El CEI estuvo dirigido por Ramón Bau, ex secretario general del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade), y director de la revista Bajo la Tiranía, antes llamada Mundo NS. CEI se reestructura en 2004 tras la marcha de Don Ramón Bau a tenor del proceso sufrido en su contra y es Oscar Panadero García el encargado de reorganizarlo. Poco tiempo después se decide en asamblea la disolución de la asociación por haber sido puesto en duda su estatus de legalidad, premisa de obligado cumplimiento para la fundamentación de los pilares del Círculo de Estudios Indoeuropeos.
Sumario
Sus fines
Los fines del Círculo de Estudios Indoeuropeos eran los siguientes:
1) El estudio de los orígenes, cultura e identidad del conjunto antropológico conocido como "indoeuropeo" y su influencia en la historia mundial.
2) La especial profundización en el conocimiento de la cultura europea como manifestación del mundo indoeuropeo al que pertenece.
3) La recuperación y divulgación de las tradiciones populares europeas.
4) El conocimiento del espacio geográfico y medioambiental de nuestro continente.
5) El uso y promoción del latín como idioma intereuropeo común.
6) La realización de actividades educativas y lúdicas: formación física y espiritual, cultivo de las artes, juegos tradicionales, viajes, convivencias, excursiones y acampadas.
7) La búsqueda de propuestas y proyectos filosóficos, sociales y metapolíticos para un mejor y mayor acercamiento de los pueblos europeos con vistas a una unidad superior de los mismos.
Su lema y emblema
El lema del Círculo de Estudios Indoeuropeos era "Hereditas Ambitusque", palabras latinas cuyas iniciales H y A, unidas mitad a mitad, componían su emblema identificativo o logotipo y que significan "herencia y ámbito", es decir, consanguinidad y territorio, aludiendo a los principios básicos que pretendían servir: la conservación de nuestra herencia cultural y única indoeuropea y el cuidado del ámbito histórico de esa herencia, que es Europa.
Quienes eran y qué querían
El C.E.I. se identificaba como Nacional-Socialista, cuya denominación "nacional" es adjetivo y "socialista" es sustantivo; lo fundamental en su definición era el socialismo, es decir, la prevalencia y preeminencia de los intereses de la comunidad sobre cualquiera otros individuales o de clase. Y calificaban su socialismo como "nacional" para dotarlo de un contenido patriótico y único, que lo diferenciaba del falso socialismo marxista o socialdemócrata que es, por definición, internacionalista y apátrida.
También eran identitarios, porque defendían el derecho de todos los pueblos a conservar sus señas diferenciales de su personalidad histórica, esto es, tradiciones y costumbres, lengua y país de arraigo, símbolos y banderas.
Y eran racialistas porque creían en la pluralidad y diferencialismo de la especie humana y defendían esta variedad como una riqueza y un derecho, desde los indios de Chiapas, a los tibetanos o los zulúes, pasando natural y prioritariamente por los pueblos de Europa y de su estirpe.
Querían vivir su propia vida, y exigían su derecho a pensar y disentir, libres de los vampiros sionistas de la finanza y sus lacayos los tiburones capitalistas de las multinacionales.
Querían acabar con el saqueo y expolio de las riquezas de la tierra, a la que veneraban como la madre común.
Querían una revolución de cuerpos y almas que retornara al justo orden de la naturaleza eterna.
Eran nacionalsocialistas, porque ellos creían que el Nacionalsocialismo era natural y aseguraban que todas las personas libres, trabajadoras y decentes de este planeta eran tácitamente nacionalsocialistas, aunque ellas no lo supieran y aunque no lo creyeran.
Las tres ideas básicas del C.E.I.
1.- La supervivencia, engrandecimiento y liberación de Europa como fin último de toda doctrina y de toda acción. Europa es una unidad geográfica, pero ante todo y sobre todo consanguínea y cultural, diferenciada del resto del mundo. Su esfuerzo se dirigía, pues, a forjar entre todos los pueblos de nuestra estirpe y muy principalmente en el continente europeo, la conciencia de esa unidad, que debía tomar forma política, militar y económica frente a las agresiones de los Estados Unidos, estado lacayo de Israel y gendarme del imperialismo sionista.
2.- La formación de un gran movimiento popular y comunitario que luche por la socialización de los medios de producción, por la liberación de la servidumbre ante la usura de la plutocracia financiera y por la elevación del trabajo a principio básico del rango social, a través de un gobierno que encarne auténticamente la Voluntad de la Comunidad popular, controle directa y efectívamente los mecanismos de la Administración y pueda pedir cuentas a sus políticos.
3.- La difusión y consolidación de los conceptos "socialismo, federalismo y república" entre todos los pueblos de España, la cual no es un concepto metafísico, sino geográfico e histórico, una gran familia de naciones hermanas y por lo tanto parecidas pero no idénticas que, dentro del mutuo respeto a las instituciones, lenguas, emblemas y tradiciones de cada cual, buscan una fórmula de convivencia y un proyecto de futuro.
Su propuesta era lo que ellos llamaban la "restitución de las Españas" (o lo que otros llaman la "refundación de España"), en forma de una República Federal de carácter nacionalsocialista, dentro del marco de una Confederación europea, llamada Imperio.
El órgano de expresión del C.E.I.
El Círculo de Estudios Indoeuropeos definía a su órgano de expresión como "Una revista periódica, limpia y valiente, con línea y estilo ético y estético, que dice los demás callan, que forma e informa, que señala sin miedo a los depredadores de la tierra, culpables del caos, la injusticia, la explotación y el crimen, mostrando soluciones claras, contundentes y revolucionarias".
"Una publicación con sentido común al servicio del trabajador honesto, del hombre de la calle, del ciudadano de a pie y de los jóvenes con inquietudes". La revista del C.E.I. se llamaba "La Voz del Pueblo", emulando al famoso periódico del Nacional Socialismo histórico llamado "Völkischer Beobachter" ("El Observador Popular").