Caso Habel

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El caso Habel resulta desconocido para el gran público como en cambio lo son los muy sonados de Eichmann (Ver: Caso Eichmann) y Priebke (Ver: Caso Priebke), dos nazis rastreados en la Argentina en etapas diferentes de la constitución de la justicia sionista de nuestro país. Este caso tuvo inicialmente los mismos condimentos que el de Priebke: la investigación de un periodista que lo descubrió, la intervención del infausto Dr. Bianchi, la denuncia esta vez del INADI para expulsarlo del país, pero la diferencia ha sido que, gracias principalmente a la intervención de un amigo nuestro, del cual no daremos el nombre de acuerdo a su pedido, todo pudo quedar en la nada y la justicia sionista se quedó sin una nueva victoria de los derechos humanos y de la democracia.

Pero vayamos al relato puntual que nos hiciera el aludido amigo quien nos visitara días pasados y nos relatara todo lo que le tocó vivir.

Relato puntual

"Fue en 1998 cuando, tal como lo solía hacer habitualmente, visité la localidad de El Bolsón donde en ese entonces solía ir al menos una vez al año. En la misma he conocido a personas sumamente interesantes como el caso de Gueydan de Roussel, hoy fallecido, exiliado francés que dirigiera durante el gobierno de Pétain (Ver: Régimen de Vichy) el Instituto de Investigaciones Judeo Masónicas y quien fuera el encargado de allanar la Banca Rothschild en París, a un ruso integrante del ejército de Vlasov (Ver: Ejército Ruso de Liberación) de nombre Korchenevsky, quien tuvo el mérito de haber hecho editar en un periódico de Río Gallegos el texto completo del Plan Andinia, y finalmente a un alemán, de nombre Habel, que se desempeñara como capitán en las SS y que estuviera en la invasión de Rusia.

A este último lo solía visitar en tanto me ilustraba contándome acontecimientos de aquella contienda que ignoraba. Pero ese año aludido, en coincidencia con mi visita, en una edición dominical, pude leer en la primera plana de un periódico que se editaba en Neuquén y que hoy afortunadamente ha dejado de existir, llamado 'La Mañana del Sur', propiedad en ese entonces del mismo dueño de 'Ámbito Financiero', un largo reportaje que se le hacía al amigo Habel en donde éste narraba principalmente hechos acontecidos durante su estadía en la Argentina. En diferentes partes del reportaje se manifestaban cosas como la siguiente. Que debido a los desórdenes acontecidos en la inmediata posguerra había ingresado al país con un apellido que no era el suyo a fines de la década del 40' trabajando luego como albañil. Que en una tarea que le tocó hacer en la quinta presidencial de Olivos lo conoció a Perón con quien platicó en alemán y que éste le prometió devolverle su verdadera identidad, cosa que sucedió al poco tiempo. Que más tarde trabajó en la Mercedes Benz en donde lo conoció a Eichmann quien le había dicho que era mentira que hubiesen muerto seis millones de judíos durante la era nazi. (Ver: Holocausto)

Es de imaginar la gran conmoción que causó tal reportaje de lo cual se siguió hablando ampliamente por el aludido medio, así como en las distintas emisoras locales, hasta que el Concejo Deliberante de la localidad emitió un comunicado a través de su presidente, un izquierdista de la línea de lo que ese entonces era el ARI, informando que elevaría un pedido para declararlo a Habel como ciudadano no grato. Ante el rumbo que iban tomando los acontecimientos me dirigí al domicilio del aludido para imponerme de la situación. Allí pude constatar que el mismo se encontraba totalmente aislado y sin apoyo de ningún tipo ni siquiera de personas allegadas, especialmente un abogado pariente del antes aludido Gueydan de Roussel, quien por oportunismo resolvió ni siquiera recibirlo en su despacho para brindarle algún asesoramiento. Nosotros decidimos ayudarlo.

De acuerdo a lo que nos manifestó, él nunca había concedido un reportaje al aludido periodista, sino que simplemente lo había recibido en su casa para contarle de cosas relativas a la Segunda Gran Guerra, tema que lo apasionaba sobre manera. Que si bien era cierta la anécdota de Eichmann, lo que el periodista no dijo en su 'reportaje' fue que él lo conoció con su nombre ficticio y que luego por los medios se enteró de quién se trataba. Le aconsejé entonces que se mantuviera por unos días en su casa, que no recibiera a ningún periodista y que la pusiera a su mujer como contacto con los distintos medios. Me hice cargo entonces de redactarle un comunicado el que fuera distribuido entre la prensa y hecho conocer momentos antes de que se llegara a la votación en el Concejo Deliberante.

El comunicado decía aproximadamente lo siguiente: "Rechazo haber dado el reportaje aludido en el periódico 'La Mañana del Sur'. Simplemente he recibido en mi casa a una persona que me fuera presentada por quien habitualmente me vende los diarios del día y que resultó ser periodista, el que me manifestó estar interesado en conocer acontecimientos de la Segunda Guerra de la que participé como lo habría hecho cualquier ciudadano argentino en tanto en la Constitución se convoca a defender a la propia patria. Que es verdad que lo conocí a Eichmann en tanto dio la casualidad que trabajaba en mi misma empresa. Pero cuando lo hice no sabía de quien se trataba ni él tampoco me lo manifestó. Que nunca hablamos de cifra alguna de judíos muertos. Que ante la información que me ha llegado de que el Concejo Deliberante de la localidad de El Bolsón quiere declararme ciudadano no grato, independientemente del dolor que pueda causarme el hecho de que ello suceda en un lugar en donde tengo muchos amigos, debo informar que no vivo en el mismo y ni tampoco en la provincia de Río Negro, sino en Las Golondrinas, Chubut, por lo que no soy ciudadano de tal localidad. Por último quiero denunciar la profunda decadencia moral que estamos viviendo pues junto a un periodista que para progresar en su carrera está dispuesto a mentir fraguando un reportaje que nunca existió, nos hallamos con políticos inescrupulosos que, con tal de hacerse notorios y distraer a la gente de sus habituales fracasos, están intentando inventarme desde cosas que no hice hasta domicilios que no poseo".

Es de imaginar la conmoción que causó tal declaración que fuera propalada por los medios de prensa. La reunión del Concejo Deliberante, que ya contaba con mayoría para emitir la condena a su persona, tuvo un vuelco significativo. La minoría del partido provincial que no había señalado su voto manifestó que votaría en contra y una concejal peronista que había señalado que iba a hacerlo a favor emitió un comunicado por radio diciendo que cambiaba su voto pues había podido corroborar que el aludido no era un asesino tal como se le había dicho. Ese mismo día se difundieron los discursos de los concejales y fue patético realmente escucharlo al presidente del organismo haciendo una conmovida alocución en donde decía que no quería más panes de jabón humano. Pero el resultado le salió desfavorable.

Las cosas marchaban bien hasta que en ese momento nos enteramos de dos hechos novedosos. Que el Inadi había denunciado a Habel pidiendo su expulsión del país y que para 'defenderlo' se había presentado espontáneamente el abogado Bianchi, quien hiciera lo mismo con Piebke con tanto 'éxito'. El aludido le dio consejos totalmente diferentes de los nuestros. Le dijo que no tenía que preocuparse por que lo declararan ciudadano no grato pues lo principal se iba a dirimir en la 'justicia' en donde tenía todas las de ganar. Que no rechazara presentarse ante la prensa tal como yo le había dicho pues de esta manera iba a mejorar su imagen. Era indudable que lo que se quería con tal maniobra era sensibilizar a la comunidad a fin de darle trascendencia al hecho y de este modo motivar a la justicia en sus futuros dictámenes.

Habel lamentablemente le hizo caso a Bianchi y se presentó a una especie de debate realizado en la parroquia del pueblo del que participaran los organismos de derechos humanos y el aludido presidente del Concejo Deliberante. La reunión estaba hecha con la finalidad de humillarlo y mantener al mismo tiempo el tema en el tapete para darle así combustible a la 'justicia'. Se contó para ello con la colaboración del párroco local, un franciscano tercermundista que emitió unas declaraciones deleznables sobre el tema. Luego de tal resultado, a todas luces desfavorable para el aludido, logramos convencerlo una vez más de que se quedara en su casa y alegara enfermedad para no acudir a una nueva reunión en la que se le iba a solicitar arrepentimiento por los crímenes cometidos. Se redactó un nuevo comunicado denunciando la maniobra. Al mismo tiempo el movimiento hippie de El Bolsón organizó una manifestación de repudio a Habel a la que no concurrió prácticamente nadie y a la que hizo frente el aludido Korchenevky solo disolviéndola a los gritos.

Fue en ese entonces que regresé a Buenos Aires cuando ya las aguas se habían serenado. Durante el viaje pude leer un nuevo número de La Mañana del Sur en el que explicaba la estrategia del Inadi para solicitar la expulsión de Habel. Se decía que, si bien no se le podían demostrar delitos, sí podía hacérselo con la contravención de haber ingresado con nombre falso y que la prescripción sólo corría para los delitos y no para esta última. Lo cual era una clara demostración de que estaban desesperados por el fracaso que se veían venir.

La última parte estuvo dedicada a una entrevista personal que tuviera con Bianchi al que le llevé algo que no recuerdo en nombre de Habel. Allí tuve aproximadamente la siguiente conversación. Él insistía en decirme que no había que preocuparse por ser declarado ciudadano no grato pues a él lo habían declarado así en 30 localidades (aunque no me dijo cuáles). Claro que le hice notar que ello no había sido en el barrio en donde vivía. Se le escapó decirme que había comentado con amigos de la B'nai B'rith respecto del tema, los que se habían escandalizado por que lo conociera a Eichmann. Le comenté entonces que los serenara pues cuando lo conoció no sabía de quien se trataba. Me pareció verlo entonces más tranquilo.

Afortunadamente todo terminó en la nada aunque Habel al poco tiempo murió, en gran medida afectado por la gran presión que tuvo que padecer en los últimos días de su vida. Quiero, como homenaje póstumo a su persona, dar los nombres del periodista que lo denunciara y del político que quiso echarlo de donde vivía. Se llaman Bassi y Prytula; afortunadamente no los conoce nadie."

Éste es el relato que ha hecho nuestro amigo sobre el tema y que hemos querido contar tal como él nos lo ha comentado.

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