Crímenes de guerra británicos en Malvinas

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Diversos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos han sido acreditados contra tropas argentinas, cometidos por tropas británicas en Malvinas. Según el informe de la comisión militar argentina, soldados paracaidistas británicos fusilaron a siete soldados conscriptos (capturados) en Monte Longdon y a tres prisioneros de guerra argentinos en Pradera del Ganso.

​El 1 de junio de 1982, una sección de soldados del Regimiento de Infantería 12 fue obligada a realizar tareas peligrosas bajo amenaza de pasar la noche a la intemperie, y durante una explosión murieron tres de sus compañeros.[1]

Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos

En 1993, el presidente Carlos Saúl Menem ordenó al Ministro de Defensa investigar las denuncias sobre fusilamientos de soldados argentinos en las Malvinas. Se formó la Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos. Julia Solanas Pacheco, integrante de la comisión que investigó posibles asesinatos de soldados argentinos, declaró que se cometieron “graves violaciones”, por parte de las tropas británicas; entre ellas "el asesinato de soldados heridos".[2]En esta carga final se registraron, según la denuncia efectuada por los veteranos de guerra argentinos, que fue confirmada en 1994 por la Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos, siete casos de fusilamientos de prisioneros de guerra y soldados argentinos heridos capturados en la Batalla de Monte Longdon:

  • La muerte del soldado conscripto Ramón Quintana, causado por una ráfaga de ametralladora, cuando el soldado argentino estaba capturado y herido;
  • La muerte del soldado conscripto Donato Gramisci, causado por un bayonetazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado y herido;
  • La muerte del soldado conscripto Aldo Ferreyra, causado por un balazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado;
  • La muerte del soldado conscripto Enrique Mosconi, causado por un balazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado;
  • La muerte del soldado conscripto Alberto Petrucelli, causado por un balazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado;
  • La muerte del soldado conscripto Rodolfo González, causado por un tiro de pistola, a pesar que el soldado conscripto estaba capturado y herido.

Otro soldado paracaidista que nombran los historiadores británicos Adrian Weale y Christian Jennings en su libro Green-Eyed Boys (HarperCollins, 1996) es Kevin Connery que, supuestamente por piedad, ejecuta a tres soldados conscriptos argentinos heridos que yacían a sus pies, que agonizaban y pedían ayuda luego del contraataque realizado por el pelotón de fusileros reforzado a órdenes del Teniente 1º Raúl Fernando Castañeda del Regimiento 7.

También existe el caso del Teniente Robert Lawrence del 2º Batallón de Guardias Escoceses que mató a sangre fría en la Batalla de Monte Tumbledown a un soldado argentino herido a bayonetazos. El incidente seria confirmado en la película para la televisión británica Tumbledown hecha en 1988 y protagonizada por el actor Colin Firth. Según el Mayor Bob Leitch fueron en realidad dos los soldados conscriptos argentinos bayoneteados sin piedad al final de los combates en Tumbledown:

Bajo este alero bajo, una Argie muerto con un abrigo gris estaba atascado horizontalmente en una profunda grieta en las rocas. Le habían disparado por la espalda, o tal vez lo habían clavado con una bayoneta y luego le dispararon para liberar la bayoneta. Dos de los prisioneros argentinos consiguieron cuerdas y lo sacaron amarrando la cabeza y el tobillo. Entonces apareció otro tipo debajo, que había recibido un disparo. Parece que el primer hombre después de que le dispararon a su compañero, lo había empujado a la hendidura de la roca. Luego, cuando las guardias escoceses aparecieron corriendo por sus posiciones, él se tumbó por encima para protegerlo, y alguien lo mató, dejando que el primer hombre muriera más tarde ... Pensé cómo podrían hacer esto, bastardos: matar a un tipo indefenso mientras protege a su compañero. [3]

La Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos cita unos diez casos de crímenes de guerra confirmados,[4] pero es factible que hayan sido mucho más, según aseguró Víctor P. Catá, vicepresidente en 1996 de la Casa del Veterano de Guerra.[5]

El diario británico «The Independent» también señaló como responsable de crímenes de guerra contra soldados argentinos en la Batalla de Goose Green a un piloto de helicóptero británico[6], quien rehusó evacuar a un malherido joven soldado conscripto, Horacio Giraudo del Regimiento 25,[7]quien poco tiempo después falleció por falta de atención médica.

El otro caso que salió a la luz en 1993 es el del soldado paracaidista David Parr muerto en la Batalla de Wireless Ridge y Cortley Ridge quien aunque demostró coraje en la Batalla de Goose Green fue privado de reconocimiento militar por sus colegas debido a la grosera colección de orejas que había arrancado a los muertos del Regimiento 12 en Goose Green Parks.[8]

En 2009, el entonces Teniente 1º Alfredo Hugo García, jefe de la Compañía C del Regimiento 7 en Wireless Ridge, reveló que él sobrevivió milagrosamente un disparo en la cabeza a quemarropa en un intento de ejecución por parte de los paracaidistas británicos en los combates finales.[9]

Recuperación e identificación de los muertos argentinos

También en contravención de la Convención de Ginebra, los vengativos paracaidistas británicos negaron a los muertos argentinos un entierro apropiado, a pesar de que todos los oficiales y suboficiales tenían chapas de identificación metálicas y todos los conscriptos tenían tarjetas plásticas de identificación (Documento Nacional de Identidad o DNI), fotos de familiares, sus nombres garabateados en su equipo militar y cartas en sus bolsillos (envueltos en plástico) para ayudar a identificarlos. El Coronel del Ejército Británico Geoffrey Cardozo, que finalmente pudo identificar y dar a los caídos de los Regimientos 7, 12 y 25 (que enfrentaron a los paracaidistas) una sepultura con honores militares 35 años después, ha admitido que las pertenencias personales de los soldados conscriptos y muy a menudo las chapas metálicas de sus superiores ayudaron a identificar a la gran mayoría de los 121 soldados, suboficiales y oficiales argentinos que anteriormente se informaban ser "Soldado Argentino Solo Conocido por Dios".[10]

Referencias

  1. Cuatro chaqueños excombatientes en Malvinas pedirán a Cristina una denuncia por crímenes de guerra
  2. (“La Prensa” , 7 de febrero de 1994, Pág. 4)
  3. The Scars of War, Hugh McManners, p. 347, HarperCollins, 1993
  4. Argentina afirma que posee pruebas de los crímenes de guerra británicos en las Malvinas, El Mundo, 10/08/1994
  5. Reclamo argentino por los crímenes en Malvinas
  6. War heroes or murderers?
  7. Malvinas: Relatos de Soldados, Martín Antonio Balza, p. 31, Círculo Militar, 1986
  8. Some guys collected Argentinian ears, but most regarded this as going over the top. Having collected trophies in the night, one person had been slightly injured a Goose Green. The boys regarded this injury as a warning to him, and started to avoid him because he didn't change his behaviour. He was subsequently killed. The Scars of War, Hugh McManners, p. 350, HarperCollins, 1993
  9. Héroes que arriesgaron la vida para proteger la insignia patria
  10. British Army officer who never forgot fallen Argentinian soldiers

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Enlaces externos