Arte degenerado

Véase también: Antiarte

Joseph Goebbels en la exposición Entartete Kunst

En el III Reich se usó el término arte degenerado (en alemán, Entartete Kunst) para describir a una parte del arte moderno, a la que se buscaba prohibir en favor del arte heroico. Estas expresiones se consideraban ajenas a la esencia y espíritu alemanes. Aquellos identificados como "artistas degenerados" eran sujetos a sanciones. Esto incluía ser despedido de posiciones de profesor, así como una prohibición de exhibir o vender su "arte".

Fue aplicado a este tipo de expresiones dentro de todas las ramas del arte incluyendo la música, la pintura, la escultura, el cine, la literatura y la arquitectura. Un ejemplo es el movimiento artístico Bauhaus, particularmente influyente en la arquitectura moderna.

Un término relacionado que fue aplicado a ciertas formas de música moderna fue el de "música degenerada", que dio nombre también a una exposición de 1938. El término se aplicó tanto a la música "elitista", como la música atonal, e incluso al jazz.

Historia

Con el título de "Arte Degenerado" se nombró a una exhibición montada por los alemanes en la Haus der Deutschen Kunst en Múnich en 1937, que consistía en obras de arte moderno caóticamente colocadas y acompañadas por etiquetas de texto ridiculizándolas. Dicha exhibición inflamó la opinión pública en contra del arte moderno, la exposición viajó luego a muchas otras ciudades en Alemania y Austria. Fue un éxito total.

Mientras los estilos relacionados con el arte moderno eran prohibidos, el Tercer Reich promovía pinturas y esculturas que estaban más cerca de lo tradicional y que exaltaban los valores de sangre y tierra, de pureza racial, militarismo y obediencia. El término no sólo se limita a la pintura y escultura, sino también a la música, pues de manera similar, la música se esperaba que fuese tonal y libre de la africanización musical, o de la influencia del jazz; se censuraban las películas y obras en las que sonara. El arte heroico simbolizó el arte puro y verdadero, la liberación de la deformación y la corrupción, mientras que los modelos modernos se desviaban de la norma prescrita de la belleza clásica. Los artistas racialmente superiores produjeron el arte verdadero, y los artistas modernos de una calidad racial inferior produjeron los trabajos que se degeneraban.

Ernst Fischer, el conocido marxista austríaco y crítico de arte, llegaría a afirmar:

"En una sociedad decadente, el arte, si es veraz, debe también reflejar la decadencia. Y, a menos que quiera quebrantar la fe con su función social, el arte debe mostrar el mundo como algo en continuo cambio. Y ayudar a cambiarlo."

Pero esta descripción está muy alejada de la realidad. Sobra decir que a los trabajadores soviéticos nunca se les consultó sobre la doctrina oficial del arte. Este arte no era realista ni socialista; no reflejaba la realidad cotidiana de la Unión Soviética, era sólo una utopía descafeinada de los sueños y engaños de la burocracia estalinista. El suicidio de Maikavosky en 1930 es un claro ejemplo, su suicido ponía un epitafio en la tumba del arte revolucionario.

El término sigue utilizándose en la actualidad para definir además a muchos movimientos artísticos y literarios surgidos después de la caída del III Reich (como el arte conceptual).

Artistas degenerados

Entre los artistas considerados degenerados estaban:

Pintura degenerada

Lo que están viendo son los productos enfermos de la locura, la impertinencia y la falta de talento. Necesitaría varios trenes de carga para limpiar nuestras galerías de esta basura.

—Adolf Ziegler, Cámara de Cultura del Tercer Reich, Münich 1937)