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Emmanuel Chabauty
Biografía
Chabauty se formó como sacerdote en seminarios de Poitiers y París, ordenándose el 9 de marzo de 1851. Se destacó entre sus compañeros debido a su brillante inteligencia y su fuerte celo apostólico. Monseñor Antoine-Charles Cousseau, a la sazón Obispo de Angulema, lo incardinó en su diócesis y lo designó su secretario personal. Gracias a ello trabajó como canónigo de la Catedral de San Pedro y como profesor de historia eclesiástica en el seminario local. Sin embargo una grave enfermedad lo obligó a dejar sus cargos y retornar al hogar paterno para ser cuidado por su familia. A partir de entonces quedó casi ciego.
A mediados de 1856 fue nombrado cura de la Parroquia de San Andrés, en la localidad de Mirebeau. Encontrando una comunidad que había sido casi abandonada por su antecesor, trabajó arduamente por la reconquista espiritual de la gente. En varias oportunidades le ofrecieron puestos en la curia diocesana, pero terminó por rechazarlos a todos para poder dedicar mayor tiempo al estudio. Permaneció en Mirebeau hasta 1881, fecha en la que renunció para convertirse en capellán doméstico de la familia Arnault.
Entre 1883 y 1884 fue colaborador de la publicación L'Anti-Sémitique, una de los primeras revistas francesas dedicada casi íntegramente a discutir la Cuestión Judía.
Algunos de sus escritos en los que hablaba de la necesidad de adoptar un sistema de renovación eclesiástica fueron censurados por la Curia Romana en 1894, lo que generó una enérgica protesta por parte del presbítero, que acusó a quienes querían silenciarlo de ser masones infiltrados en la Iglesia Católica. A causa de ello terminó sus últimos años exiliado en España, donde finalmente moriría.
Obra
Los primeros libros que Chabauty dio a imprenta sintetizan sus años de estudio acerca de las profecías cristianas que -en concordancia con lo vertido en el Libro de las Revelaciones- anuncian el fin de los tiempos. Allí manifiesta un especial interés por la obra de Nostradamus, haciendo la distinción entre lo que es una profecía sagrada que forma parte del acervo de la tradición y una profecía mundana que es recibida con escepticismo en el mundo moderno.
En 1880, usando el seudónimo de C. C. de Saint-André, publicó su libro quizás más famoso: Francs-maçons et Juifs: Sixième Âge de l'Église d'après l'Apocalypse. La tesis central de ese texto es que desde el asesinato de Cristo hasta la Parusía hay -según ha sido develado por los profetas- siete eras por las que la humanidad está obligada a pasar: según Chabauty, la Revolución Francesa habría dado inicio a la penúltima de esas eras antes del retorno del Rey de Reyes. Los masones, por lo tanto, estarían operando como los agentes del Anticristo en la Tierra. Ahora bien, lo interesante es que el sacerdote demuestra que todos los movimientos liberales y socialistas del siglo XIX tienen una raíz masónica, y que la masonería, a su vez, fue originada por templarios que adoptaron ideas gnósticas y maniqueas. Quienes habrían alentado a esos caballeros cristianos a profesar la herejía habrían sido los judíos, cuyo Sanedrín -que está al servicio de Satanás- constituye lo que se conoce como la Alta Masonería.
El libro también describe la organización y los reglamentos de la judeomasonería, denuncia sus estrategias empleadas para pervertir y degenerar a los hombres, y explica la obscuridad de su simbolismo. En el último capítulo señala que la Iglesia Católica, por ser una institución eterna, permanecerá como custodia de la verdad, enviando mensajes de salvación ante un mundo corrompido por los enemigos de Dios, y afirma que los justos y misericordiosos serán recompensados cuando Cristo regrese al mundo.
A esa voluminosa obra le siguió Les juifs, nos maîtres!, un texto con menor contenido teológico que el anterior en el que analiza dos documentos del siglo XV en el que un grupo de judíos de Arlés dialoga con otros judíos de Constantinopla acerca de cómo actuar ante los cristianos que quieren expulsarlos. La investigación devela que los judíos llevan siglos organizándose para fingir ser inofensivos al mismo tiempo en que despliegan una estrategia de conquista mundial por vía de la colonización mental (la confirmación de ello estaría en las páginas del Talmud).
Chabauty también critica al movimiento sionista, ya que advierte que la creación de un Estado judío no traerá paz al mundo sino más guerra, caos y destrucción.
En sus últimos escritos el sacerdote erudito sostuvo que la Iglesia de la Redención necesitaba ser complementada con la Iglesia de la Regeneración, lo que suponía iniciar un proceso de reformas en la estructura eclesiástica para garantizar que los elementos infiltrados no pudieran lograr su cometido de sustituir a la Iglesia de Cristo por la Sinagoga de Satanás ante la mirada pasiva del mundo. El tono escatológico de esos textos hizo que fuese acusado de promover el ocultismo, lo que derivó en una sanción por parte de sus superiores.
Bibliografía
- Lettre sur les prophéties modernes et concordance de toutes les prédictions. Poitiers: Oudin, 1871.
- Les prophéties modernes vengées, ou Défense de la concordance de toutes les prophéties. Poitiers: Oudin, 1874.
- Francs-maçons et Juifs: Sixième Âge de l'Église d'après l'Apocalypse. París: Société Générale de Librairie Catholique, 1880.
- Les juifs, nos maîtres! París: Palmé, 1882.
- Etudes scripturales, patristiques, théologiques et philosophiques (tres tomos). Poitiers: Oudin, 1890-1893.
- Résumé du Système de la Rénovation. Poitiers: Oudin, 1894.
- Le Système de la Rénovation n'a pas été condamné en lui-même par l'Église. Poitiers: Oudin, 1897.
- Paradiso Terrestri. Arenys del Mar: Rossell, 1914.
