Sinagoga de Satanás
Hace referencia a un grupo no identificado "que dicen ser judíos y no lo son" (Apocalipsis 3:9).
La interpretación de esta expresión varía entre los exegetas cristianos, pero en general se entiende como una referencia simbólica a comunidades judías que rechazaban la fe en Jesucristo como el Mesías, pero también se ha interpretado de manera más amplia como una referencia a cualquier grupo o individuo que se oponen al mensaje de Jesucristo y persiguen a los seguidores del cristianismo.
Los cristianos consideraron a los fariseos como "falsos judíos" por rechazar al Mesías judío y perseguir a los primeros cristianos, quienes se veían a sí mismos como los "verdaderos judíos", es decir, descendientes del linaje de Abraham y seguidores de la ley de Moisés que habían reconocido a Jesús de Nazaret como el Mesías prometido.
Actualmente el término es usado por sectores católicos para denotar a las fuerzas anticristianas del presente, especialmente la judeomasonería.
Sumario
Referencias bíblicas
Intepretaciones
Tensión entre judíos
La interpretación más común entre los estudiosos es que el autor del Apocalipsis está escribiendo en un contexto de tensión entre judíos cristianos y ciertas comunidades judías de Asia Menor, como Esmirna y Filadelfia. El autor veía al cristianismo como continuación legítima del judaísmo, no como una religión distinta.
En este sentido, el término "sinagoga de Satanás" no se refiere literalmente a todas las sinagogas ni a todos los judíos, sino a aquellos grupos específicos que se oponían activamente a la nueva secta en esas ciudades.
Se acusa a esos grupos de "decirse judíos y no serlo", lo que significa que el autor los considera falsos en su fidelidad a Dios, porque rechazan al Mesías. El verdadero judaísmo ya no es el que sigue la Ley mosaica (Torá), sino el que reconoce a Jesús como el Mesías.
Por lo tanto, para la interpretación cristiana actual, los "verdaderos judíos" son los cristianos, es decir, la Iglesia es el "verdadero Israel". Los demás, aunque conserven la Ley y las costumbres, son considerados espiritualmente fuera del pacto.
Alineado a esto, Pablo de Tarso, en Romanos 2:28-29, enseña que no es judío quien lo es exteriormente sino interiormente, es decir que ser judío, para él, en su autodesignado papel de "Apóstol de los Gentiles", no depende de una cuestión étnica, racial ni ritual sino solamente espiritual, por lo que cualquiera puede ser parte del linaje abrahámico y gozar de lo prometido por Cristo a sus seguidores: para ello no debe más que vivir de acuerdo a lo que propone el Evangelio.
Si bien en la época en que Pablo de Tarso declaró eso, existían otras interpretaciones entre el vínculo de los judíos y los cristianos, pero la paulina terminó siendo la más popular y aceptada por el cristianismo primitivo. De allí que los "falsos" judíos de los que habla el Libro de las Revelaciones probablemente sean los judíos que no reconocían al Nazareno como su Mesías o los cristianos que observaban estrictamente la ley mosaica (a esos cristianos se los llamaba "judaizantes" en la época en que el libro profético fue escrito).
Herejes del judaísmo
Los versículos del Apocalipsis sobre la Sinagoga de Satanás literalmente hacen referencia a que existen "falsos judíos", que son blasfemos y mentirosos, y se les acusa de no seguir el verdadero judaísmo, es decir, de no seguir la Ley judía: "los que se dicen ser judíos y no lo son", mientras que quienes emiten las palabras son los "verdaderos judíos". El texto acusa literalmente a los aludidos de usurpar la identidad judía,
Esta puede ser la extensión de una condena expuesta en Juan, 8:44, cuando Jesús de Nazaret califica a los fariseos como hijos del Diablo y mentirosos.
La Ley judía establecía que los judíos debían unirse y ayudarse unos a otros, evitar tener pobres entre ellos, perdonar y olvidar préstamos después de siete años y no practicar la usura entre ellos, pero Jesús ve que sus congéneres no están siguiendo la Ley judía como debían, olvidando la "divinidad" y la "santidad" de sus mandamientos y la unidad étnica y racial que les proporcionaba, por lo que resuelve a expulsar a los mercaderes, a los cambistas y usureros del Templo (Mateo, 21:12-13; Marcos, 11:15-18; Lucas, 19:45; Juan 2:13-25)
Como Contra-Iglesia
Algunos grupos cristianos (incluyendo católicos) interpretan la expresión 'Sinagoga de Satanás' como la Contra-Iglesia, es decir como una entidad creada por practicantes de la religión judía talmúdica con el propósito de atacar sistemáticamente al cristianismo. La negativa de éstos de aceptar a Cristo como su Mesías, su Señor y su Salvador, habría derivado, según los cristianos, en la corrupción de sus creencias y la interpretación arbitraria de las Sagradas Escrituras, dando forma a una religión carnal que adoptó las características de una secta dirigida por el espíritu demoníaco. Debido al hecho de que la Cábala contiene exhortaciones explícitas a realizar sacrificios para satisfacer a Satanás, muchos cristianos creen que, efectivamente, los miembros de las fuerzas que los combaten de manera abierta o encubierta le rinden culto al Diablo, aunque otros entienden que la capitanía satánica es sólo alguna suerte de alegoría.
Especialmente para los católicos, las sectas heréticas de la Edad Media y las organizaciones secretas de carácter anticristianas de la Edad Moderna como la judeomasonería, habrían sido instrumentos auxiliares de la Sinagoga de Satanás, creadas para judaizar a la civilización cristiana y alejarla de Dios, siendo actualmente los organismos y las instituciones que buscan imponer un Nuevo Orden Mundial los responsables de esa tarea. Pío IX, en la encíclica Etsi multa luctuosa de 1873, certifica esta interpretación.
Bajo esta perspectiva, el sionismo encarnaría una blasfemia que mezcla asuntos políticos terrenales con cuestiones teológicas de índole metafísica, intentando acelerar el retorno del Mesías pero sólo contribuyendo al ascenso del Anticristo.
Iglesia de Edom
Investigaciones más profundas sobre la escatología judeocristiana sugiere que los cristianos interpretan este versículo de manera invertida y que en realidad la Sinagoga de Satanás se refiere, no al judaísmo fariseo-rabínico-talmúdico, o a la anti-iglesia, sino a la "Religión del Sitrá Ajrá": la Iglesia de Esaú/Edom, Roma, es decir, la propia Iglesia cristiana.
Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir a todo el mundo, para probar a los que moran en la tierra.
He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.Esta interpretación puede sostenerse en base a los siguientes hechos:
- El texto parece como si estuviera escrito por un judío molesto por aquellos gentiles que creen que son los "nuevos judíos", y creen tener derecho a la promesa de Abraham sin tener su sangre.
- El Apocalipsis trata sobre la destrucción de Roma/Edom. También dice que las naciones serán azotadas y los cristianos decapitados (Ap. 20:4).
- Esaú/Edom es la antítesis de Jacob/Israel, por lo que según el judaísmo, Roma es el heredero espiritual de Edom[1][2], y por lo tanto, Edom es el cristianismo.
- El ángel guardián de Esaú/Edom es Satán/Samael, el Ángel de la Muerte (מלאך המוות, Mal'aj Ha-mavet).[3][4]
- Según el judaísmo y la cábala, los judíos vienen del lado de la santidad (Sitrá D'Kedushá) mientras que los gentiles vienen del lado de la impureza (Sitrá Ajrá), por lo que el culto apropiado para los gentiles es el de Satán-Samael.
- El judaísmo considera a Jesús de Nazaret como la reencarnación de Esaú[5][6][7], cuyo papel era el de desempeñar las funciones de Satán (שָׂטָן, 'Adversario'), es decir, acusador, tentador, persecutor y castigador de los judíos, cumpliendo el rol de corregir, probar o castigar al pueblo de Israel cuando se desvía.
- El judaísmo considera al cristianismo como idolatría, ya que los cristianos adoran a Jesucristo y a la Trinidad, además de que hace imágenes de él, lo cual va en contra el monoteísmo estricto, la unicidad de Dios y la prohibición de adoración de imágenes en el judaísmo, tal como se enuncia en los diez mandamientos (Éxodo 20 y Deuteronomio 5).
Después de la completa dominación de Judea por parte de Adriano, el Sanedrín, como mecanismo de defensa, reelaboró el mito de Edom aplicándolo a Roma. Así como los judíos habían sometido y convertido a Edom, así también Roma, el Nuevo Edom, sería finalmente sometida en el terreno espiritual través de la Torá, en medio de una guerra teopolítica en la cual, por medio de una estrategia de transposición simbólica, se tendió una trampa de oposición controlada. Una antítesis del judaísmo para el gemelo malvado de Jacob, Esaú. Esta "Iglesia de Edom" representaba la versión invertida de Israel, destinada a encarnar el papel del adversario en la "historia sagrada".
En este marco, se trataría de una denuncia profética contra lo que se presentó como la "asamblea del Mesías" y que habría terminado como la institución edomita del Sitrá Ajrá, una Iglesia que asumió la herencia del dragón de las siete cabezas (símbolo de la Roma imperial asentada sobre siete colinas) y que, en vez de custodiar la Ley y la santidad, se convirtió en su falsificación.
Sinagoga de Roma
Está interpretación está relacionada con la anterior y no es necesariamente excluyente.
El sumo sacerdote y los reyes de Judea en tiempos de Jesús eran designados y depuestos por la autoridad romana, los judíos tenían un autogobierno limitado bajo supervisión y control romano, y el mesianismo nacionalista judío del siglo I se centraba en liberar a Israel de ese dominio.
La dinastía herodiana provenía de Idumea. Los idumeos, incluyendo al abuelo de Herodes el Grande, habían sido convertidos forzosamente al judaísmo bajo el rey asmoneo Juan Hircano (siglo II a.C.). Por eso, para muchos judíos, la familia de Herodes era vista como una dinastía ilegítima con sangre edomita. Esto reforzaba la idea entre los judíos de que Herodes y sus descendientes eran títeres de Roma y “enemigos internos” de Israel.
Si Roma era identificada como la "Edom" arquetípica, y los Herodes eran edomitas en el trono de Judea, entonces el régimen religioso-político de la época podía verse como una falsificación del "verdadero pueblo de Dios", gobernado por quienes representaban, según la tradición, a su enemigo ancestral.
Así, los judíos mesiánicos y nacionalistas percibían que su tierra y su Templo estaban bajo el control de un poder extranjero que se disfrazaba de autoridad judía, lo que hacía comprensible que Jesús denunciara la corrupción interna, así como la imagen apocalíptica de Roma como la gran bestia enemiga del "pueblo de Dios".
Por eso cuando el Nuevo Testamento dice: "raza de víboras", "hijos del diablo", "hipócritas", "falsos judíos", "sinagoga de Satanás", etc., no está expresando una postura contraria al judaísmo, sino que se refiere al régimen judío colaboracionista establecido por Roma. Así, en la visión del fin de los tiempos, el dragón de siete cabezas es derrotado.
Referencias
- ↑ Esau the Ancestor of Rome TheTorah.com
- ↑ Edomites. "En las fuentes rabínicas la palabra "Edom" era un nombre en clave para Roma".
- ↑ Kedushat Levi, Genesis, Toldot, 9 Sefaria.org
- ↑ Rabbeinu Bahya, Bereshit, 26.19.1 Sefaria.org
- ↑ Sefer HaGilgulim of the Arizal, capítulo 67.
- ↑ Rabinos explican que Jesús es la reencarnación de Esaú (En inglés)
- ↑ Yeshu como parte del alma de Esav