Esaú

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Véanse también: Edom y Amalek
Jacob ofrece a Esaú un plato de lentejas a cambio de su primogenitura.

Esaú (en hebreo עֵשָׂו o עשיו `esáv, que significa 'velludo' o 'el sabio enviado' y de apodo Edom, אֱדוֹם, ʼĔḏôm, "El Rojo") es un personaje de la Biblia hebrea o Tanaj, antepasado legendario de los edomitas o idumeos, enemigos de los israelitas.

Esaú era el hijo mayor del patriarca Isaac y de Rebeca y hermano mellizo de Jacob, llamado Israel, antepasado legendario de los israelitas.

Esaú e Ismael (hijos primogénitos de sus respectivos padres) son vistos por el judaísmo como las dos raíces espirituales o los dos progenitores de las "Naciones del Mundo", identificados con el Mundo occidental y el Mundo musulmán, respectivamente, y que, según las profecías judías, se autodestruirán durante la Guerra de Gog y Magog dejando el mundo en control absoluto de Israel. En la Cábala, Ismael es "el desecho de Abraham" (Jesed), Esaú es "el desecho de Isaac" (Gevurah), y Edom es "el desecho de Israel" (Tiferet).[1][2]

Junto a Amalek, forma parte del fundamento religioso y mítico respecto a la enemistad y la "guerra santa" de los judíos contra los no judíos y es visto como la fuente espiritual del antisemitismo.

Relato

Nacimiento

La Biblia narra que Rebeca no podía tener hijos, entonces Isaac oró a Yahveh por su esposa, y este permitió que quedase encinta de mellizos. Los hijos se combatían dentro de ella, y fue a consultar a Yahvé quien le dijo: «Dos pueblos hay en tu vientre, dos naciones que se dividirán. La una oprimirá a la otra; Y el mayor servirá al menor.» (Gen 25:23).

El primero en salir estaba cubierto por todos lados de pelo de color rojizo, como una piel; por lo que lo nombraron Esaú ('velludo') (Gen 25:25). Después salió su hermano, cuya mano agarraba el talón de Esaú, significando que quería nacer antes que Esaú; y se llamó Jacob (Gen 25:26). Isaac tenía sesenta años cuando los engendró.

Derechos de primogenitura

Esaú y Jacob

Un día, Esaú regresó del campo hambriento y agotado de cazar, y le pidió a su hermano Jacob que le diera de comer del guiso rojo que éste había preparado. (La Torah dice "Plato Bermejo", o sea 'rojo', es un juego con su apodo, hebreo: אדום `Edom, que significa 'rojo', Gen 25:31). Jacob, informado del contenido del oráculo revelado a Rebeca, fue pronto en tomar ventaja del hambre de su hermano, por lo que le ofrece a Esaú un plato de lentejas a cambio de sus derechos de primogenitura (en hebreo: בְּכֹרָה bəḵōrāh, el derecho a ser reconocido como hijo primogénito con autoridad sobre la familia), y Esaú está de acuerdo. Así, Jacob adquiere la primogenitura de Esaú, la cual implicaba el sacerdocio, el patriarcado y la doble porción de la herencia. Este es el origen de la frase "vender la primogenitura por un plato de lentejas".

El engaño de Jacob

En Génesis 27:1-40, Jacob usa el engaño, motivado por su madre Rebeca, para reclamar la bendición de Isaac, su padre ciego, y la cual debía darse al primogénito, Esaú.

Rebeca escucha que Isaac habla con su hijo Esaú pidiéndole que le traiga carne de caza y le prepare un guisado para que coma y le pueda dar su bendición antes de morir (Génesis 27:5-7). Cuando Esaú va al campo a buscar la carne, Rebeca entonces instruye a Jacob en un elaborado engaño a través del cual Jacob finge ser Esaú, para robarle a Esaú la bendición de Isaac y su herencia. Rebeca ordena a Jacob que vaya al ganado y traiga dos cabritos para cocinarlos y que le lleve la comida a Isaac para que le dé su bendición (Génesis 27:9-10). Como Esaú era velludo y Jacob lampiño, le dijo a su madre que temía que su padre lo descubriera y en lugar de darle su bendición, lo maldijera (Génesis 27:11-13). Entonces Rebeca cubrió las manos de Jacob y su cuello con la piel de los dos cabritos para que cuando su padre ciego fuera a tocarlo, su piel lampiña no lo delatara como un impostor de su hermano peludo (Génesis 27:15-16). Jacob fue con su padre Isaac y le entregó el guisado diciéndole que era Esaú, Isaac escuchó que la voz era de Jacob pero cuando lo palpó para comprobar quién era sintió "las manos de Esaú", entonces después de haber comido Isaac, Jacob recibió con éxito su bendición (Génesis 27:18-27). Como resultado, Jacob se convierte en el patriarca de la familia después y heredero de los bienes de la muerte de Isaac (Génesis 27:37).

Cuando Esaú regresa de cazar para entregarle la comida a su padre, se entera del robo de su hermano, y le ruega amargamente a su padre que lo bendiga a él también. Isaac responde a la súplica de su hijo mayor diciendo que solo tenía una bendición para dar y que no podía revertir la bendición sagrada. Esaú se pone furioso y jura matar a Jacob (Génesis 27:41). Una vez más, Rebeca interviene para salvar a su hijo menor de ser asesinado por su hermano gemelo mayor, Esaú.

Por lo tanto, a instancias de Rebeca, Jacob huye a una tierra lejana para trabajar para su tío Labán (Génesis 28: 5). Jacob no recibe inmediatamente la herencia de su padre después de la personificación destinada a quitársela a Esaú. Habiendo huido para salvar su vida, Jacob ha dejado la riqueza de los rebaños, la tierra y las tiendas de Isaac en manos de Esaú. Jacob se ve obligado a dormir en el campo abierto y luego a trabajar por un salario como sirviente en la casa de Labán. Jacob, que había engañado y estafado a su hermano, es a su vez engañado y estafado por su tío. Jacob pide casarse con la hija de Labán, Raquel, a quien conoció junto al pozo, y Labán acepta, si Jacob le da siete años de servicio. Jacob lo hace, pero después de la boda descubre que debajo del velo no está Raquel sino Lea, la hija mayor de Labán. Él acepta trabajar otros siete años y Jacob y Raquel finalmente se casan. Sin embargo, a pesar de Labán, Jacob eventualmente se vuelve tan rico como para incitar la envidia de Labán y los hijos de Labán.

Génesis 32–33 habla de la reconciliación final de Jacob y Esaú. Jacob envía múltiples oleadas de regalos a Esaú a medida que se acercan, esperando que Esaú le perdone la vida. Esaú rechaza los regalos, ya que ahora es muy rico y no los necesita. Jacob nunca se disculpa con Esaú por sus acciones; Sin embargo, Jacob se inclina ante Esaú e insiste en que reciba los regalos. Esaú muestra perdón a pesar de este amargo conflicto. (Después de esto, Dios confirma su cambio de nombre de Jacob como "Israel").

Familia

Génesis 26: 34–35 describe el matrimonio de Esaú a la edad de cuarenta años con dos mujeres cananeas: Judit, hija de Beeri el hitita, y Basemat, hija de Elón el hitita. Este arreglo entristeció a sus padres. Al ver que su hermano fue bendecido y que su padre rechazó la unión de Esaú con los cananeos, Esaú fue a la casa de su tío Ismael y se casó con su prima, Mahalat, hija de Ismael y hermana de Nebajot. La familia de Esaú es revisada nuevamente en Génesis 36, este pasaje nombra a dos esposas cananeas; Ada, hija de Elón el hitita, y Aholibama, hija de Aná, hija de Zibeón el heveo, y una tercera: Bashemat, hija de Ismael, hermana de Nebajot. Algunos eruditos comparan las tres esposas mencionadas en Génesis 26 y 28 con las de Génesis 36. Echando suerte con los ismaelitas, pudo expulsar a los horeos del monte Seir para asentarse en esa región. Según algunos puntos de vista, Esaú es considerado el progenitor no solo de los edomitas, sino también de los kenizitas y amalecitas.

Esaú tuvo cinco hijos:

  • Con Adah: Eliphaz
  • Con Aholibama: Jeús, Jaalam, Coré
  • Con Bashemath: Reuel

Muerte

La muerte de Esaú no se menciona en la Torá sino en el Talmud. Según este, Esaú fue decapitado por Hushim, hijo de Dan, hijo de Jacob, porque Esaú obstruyó el entierro de Jacob en la cueva de Macpela. Al final, Jacob fue enterrado en la cueva junto con la cabeza de Esaú.

Cazador bárbaro

Los autores bíblicos retrataron al patriarca de los vecinos edomitas como un cazador bárbaro seminómada arquetípico, en contraste con el sedentario agricultor y más "refinado" y "civilizado", Jacob. Probablemente describía las características de la cultura edomita a las cuales demonizaron.

También lo representaron como peludo, en representación de un aspecto animal o bestial, en tanto que cumple un rol como "animal de sacrificio" (ver: Yom Kipur).

Su cabello es de color rojo, que según Isaías 1:18 es el color del pecado, y probablemente era una característica genética de ese pueblo propia de los nórdidos rojos.

El prejuicio medieval contra los pelirrojos pudo haber derivado de esta figura bíblica. El historiador antiguo Flavio Josefo traduciría mal la Torá para describir la figura más positiva del rey David como de "cabello dorado", en contraste con la figura negativa de Esaú, aunque la Torá hebrea original implica que tanto el rey David como Esaú tenían "cabello rojo fuego".

Odio a Esaú y aniquilación de sus descendientes

Los israelitas inventaron una perversa mitología que preestablece que el odio proviene de Esaú (Edom) contra Jacob (Israel) porque quiere reclamar sus derechos de primogenitura y porque no acepta su subordinación y su lugar como sirviente de Jacob al rebelarse contra este "designio divino" (Gen 25:23). Con ello, el judaísmo justifica su propio odio hacia todo aquello que sea etiquetado por éste mediante la figura ficticia de "Esaú/Edom".

El mayor tema del judaísmo respecto al resto del mundo y el origen de toda su psicopatía supremacista, es que "Esaú odia a Jacob" (עשיו שונא ליעקב, Esav soné li'Ya'akov), lo que, para los judíos, es "una ley natural"[3] que les sirve como la explicación teológica para el antisemitismo y la justificación para cometer toda clase de crímenes contra los gentiles. Para el judaísmo, la oposición histórica de los gentiles (Esaú) contra los judíos (Jacob) se debe a que aquellos no quieren aceptar su servidumbre "predestinada" por Dios. Actualmente, las personas de ascendencia europea son objetivo de este libelo de antisemitismo innato.

El rol de Esaú, por tanto, es ser el agente persecutorio necesario para que el sistema dialéctico de la judería funcione, alegando que se trata de un odio eterno e inherente a él y sin más remedio que la total erradicación de sus descendientes, mientras que la de Israel poseerá toda la Tierra, lo cual es mencionado constantemente en diversos textos judíos:

Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse; será destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser.
—Jeremías, 49:10

El texto de Malaquías dice que Yahvé ama a Jacob y que aborrece a Esaú y que destruirá continuamente todo lo que reconstruyan sus descendientes.

¿No era Esaú hermano de Jacob? Sin embargo, amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú. Dejé sus montañas devastadas y entregué su heredad a los chacales del desierto. Edom dice: «Aunque nos han hecho pedazos, reconstruiremos las ruinas». Pero el Señor de los Ejércitos dice: «Ustedes podrán reconstruir, pero yo derribaré. Serán llamados territorio malvado, pueblo que estará siempre bajo la ira del Señor. Ustedes lo verán con sus propios ojos y dirán: “¡Se ha engrandecido el Señor aun más allá de las fronteras de Israel!”.
—Malaquías 1:1-5

Libro de Abdías

Artículo principal: Día de Yahvé

El libro más corto del Antiguo Testamento, compuesto con 21 versículos en un único capítulo, trata en su totalidad sobre el "Día de Yahvé", la ejecución de la venganza del dios judío contra Esaú/Edom, de cuya raza "no quedarán restos".

Porque cercano está el día de Yahvé sobre todas las naciones (goyim): como tú hiciste se hará contigo: tu galardón volverá sobre tu cabeza. (Ab 1:15).
Mas en el monte de Sión habrá supervivientes, que será un lugar santo, y el pueblo de Jacob, poseerá sus posesiones. (Ab 1:17).
El pueblo de Jacob será fuego, el de José será llama, mientras la gente de Esaú será la paja; la quemarán y la devorarán y no quedarán restos de la raza de Esaú, porque Yahvé lo ha dicho. (Ab 1:18).

Talmud

En Pesachim 5a.14 y 5a.15 se habla de "erradicar a los descendientes de Esaú":

En recompensa por las tres veces que se dice la palabra rishon con respecto a las Fiestas observadas por el pueblo judío, ellos tenían derecho a tres asuntos también conocidos como rishon: Erradicar a los descendientes de Esaú, la construcción del Templo y el nombre del Mesías.
—Pesachim 5a.14[4]
La tanna proporciona las fuentes de su declaración. Para erradicar a los descendientes de Esaú, como está escrito: “Y salió 'el primero' [harishon] rojo, todo como un manto peludo; y lo llamaron Esaú ”(Génesis 25:25).
—Pesachim 5a.15[5]

Zohar

El libro del Zohar dice que mientras Esaú "perderá todo y no tendrá porción, herencia ni recuerdo en el mundo", Jacob (Israel) "heredará este mundo y el Mundo Venidero, es decir, el cielo superior y la tierra":

Rabí Yosi, hijo de Rabí Shimon, hijo de Lakunia, le preguntó a Rabí Elazar, ¿su padre ha explicado por qué las bendiciones con las que Isaac bendijo a Jacob no prevalecieron, mientras que las bendiciones que Isaac otorgó a Esaú sí lo hicieron? Él respondió que todas estas bendiciones prevalecieron, junto con otras bendiciones que el Santo, bendito sea, le dio a Jacob. Pero al principio, Jacob recibió solo arriba. Y Esaú recibió abajo. Después de que el Rey Mesías se levante, Jacob recibirá arriba y abajo, y Esaú lo perderá todo. No tendrá porción, herencia ni recuerdo en el mundo. Este es el significado del versículo, "Y la casa de Jacob será fuego, y la casa de José llama, y ​​la casa de Esaú como rastrojo" (Abdías 1:8), porque Esaú lo perderá todo, y Jacob heredará ambos mundos, este mundo (עולם הזה) y el Mundo Venidero (עולם הבא), es decir, el cielo superior y la tierra. No hace falta decir que incluso antes del advenimiento del Mesías, Jacob recibe bendiciones del cielo y la tierra inferiores, es decir, cuando existía el Templo, en Shabatot y festivos y también a través de las oraciones. Pero debido a que no son constantes, no se considera recibir. Pero en el futuro será permanente.
—Zohar, 1:143b:7-8.[6]

Otros textos

En un comentario de la Torá, aproximadamente en el año 1611, el rabino Isaiah HaLevi Horovitz escribió que la función del pueblo judío es destruir a los descendientes de Esaú:

Si bien se acuerda que es la función del pueblo judío de destruir a los descendientes de Esaú, y el lino que llevan los camellos, y las chispas que se originan en la herrería de Jacob o en la herrería de José (para usar las metáforas del Midrash) son los medios para lograr esto, hay un cuestión de tiempo involucrado.
—Shenei Luchot HaBerit, Torah Shebikhtav, Vayeshev, Miketz, Vayigash, Torah Ohr.16[7]

En un comentario de la Torá, el rabino italiano Ovadiah ben Jacob Sforno (s. XVI) escribió:

La palabra significa que permanecerá en el talón y en la cola. Esto se basa en el modo futuro de la palabra יעקב. Nuestros sabios (citados por Rashi) dicen que el tema en nuestro verso es Di-s Quien nombró al hermano de Esaú, Yaakov, la razón de la formulación inusual es que después de la destrucción del Reino de Edom y otras naciones, sucesoras de Esaú, solo Yaakov y su descendencia permanecerá. Nuestros sabios basan todo esto en Jeremías 46,28 אעשה כלה בכל הגויים...ואותך לא אעשה כלה, "Acabaré con todas las naciones… pero no contigo".[8]

Una canción tradicional de Hanukah llamada Maoz Tzur y cantada después de encender la menorá se refiere a Edom/Esaú como "el enemigo blasfemo" o "el enemigo que ladra" y como "la nación perversa":

Oh poderosa fortaleza de mi salvación, alabarte es un deleite. Restaura mi Casa de Oración y traeremos una ofrenda de acción de gracias. Cuando prepares la matanza para el enemigo blasfemo, entonces completaré con un himno la dedicación del Altar (...) Desnuda tu santo brazo y apresura el Fin para la salvación. Toma la venganza de la sangre de tus siervos de la nación malvada. Porque el triunfo se demora demasiado para nosotros, y los días de maldad no tienen fin, Repele al Rojo en la sombra más profunda y establece para nosotros los siete pastores.[9]

Jewish American History Foundation

En un artículo de la Jewish-American History Foundation, Warden Cresson escribe:

Dios ha declarado que ha "engrandecido su Palabra sobre todo su nombre". (Sal. 138:2.) Entonces, cuán cuidadosos debemos ser para prestar atención diligente a su Palabra Escrita.
Por lo tanto, es de suma importancia que nos familiaricemos con la genealogía de los gentiles, que son Esaú o Edom, porque Dios ha declarado "que todos los del monte (o casa) de Esaú serán cortados en matanza" (ver Abdías. 9 v.) y que "no quedará ninguno de la casa de Esaú, porque el Señor lo ha dicho" (v. 18).
Dios confirma esto y dice "Amalec fue el primero de las naciones, (Amalec era hijo de Elifaz, y nieto de Edom o Esaú, ver Gén. 36:9 y 12), pero su fin postrero será que perezca para siempre". (Núm. 24:20), y esto se corresponde con Abdías y todos los demás Profetas.
Si estas palabras de Dios son ciertas, no podemos ni debemos escatimar esfuerzos, por grandes que sean, para determinar quién es Esaú o Edom. (V. Génesis 27:30 y 36).
—Warder Cresson (Michael Boaz Israel ben Abraham)[10]

Identificación con Occidente

Según el judaísmo, "Edom" no es sólo el nombre del pueblo semita de los edomitas o idumeos, sino que se identifica como el progenitor de la civilización occidental.[11]

Tanto los nombres Esaú y Edom, son usados como nombres simbólicos para designar a todas las naciones enemigas que han perseguido a los judíos o se han opuesto a su tribu, ya que según esta creencia, serían descendientes directos de Esaú. Así, por ejemplo, en las fuentes rabínicas la palabra "Edom" es un nombre en clave para Roma[12][13][14]. Asimismo, por su identificación con Roma que luego fue cristianizada, el nombre se extiende a sus herederos culturales como lo son los pueblos europeos cristianizados[15], y por lo tanto, a toda Europa y Occidente[16][17], especialmente a los alemanes[18][19] y los Estados Unidos, pero en general a todo el mundo no judío occidental (la raza blanca o aria).

Por otro lado, los árabes y musulmanes son representados bajo la figura de Ismael, primogénito de Abraham y que son considerados como la "escoba de Israel que barrerá al cristianismo".

Satán-Samael-Azazel

Artículos principales: Satán, Samael, Azazel y Yom Kipur

Varias fuentes, como Yalkut Shimoni I, 110 y Sotah 10b, describen a Samael (סַמָּאֵל, 'Veneno de Dios'), como el patrón y ángel guardián de Esaú/Edom y lo relacionan con Roma, y al ángel que luchó con Jacob.[20][21]

Satán [también conocido como el ángel de la muerte (מלאך המוות, Mal'aj Ha-mavet); el propio Esaú se describe a sí mismo como encabezado para la muerte, Ed.] es considerado el guardián protector de Esaú. Yaakov estaba empeñado en vencer esta fuerza (también conocida como el veneno que resulta en la muerte) para que esta fuerza no nos abrumara a nosotros, sus descendientes.
—Kedushat Levi, Genesis, Toldot, 9.[22]
Satán no es otro que el representante espiritual de Esaú en las regiones celestiales. La preocupación de Satán en este mundo es oponerse siempre al pueblo judío con muestras de odio.
—Rabbeinu Bahya, Bereshit, 26.19.1.[23]

En un comentario sobre la Torá (incorporando el significado literal junto con interpretaciones alegóricas, midrashicas y cabalísticas), escrito por el rabino Bahya ben Asher (1255-1340), en España, se vincula directamente a Esaú con Satán, Samael y Azazel:

Todas las contiendas, guerras, etc., en el mundo tienen su origen en ese dominio donde Satan-Se'ir, el otro nombre de Esaú y los rasgos de carácter negativos que simboliza, reinan de forma suprema. Esta es la fuerza que da la bienvenida a este chivo expiatorio cargado de pecado. Todas las cabras, tanto machos como hembras, son parte de su dominio. El "pariente" más cercano de este Satán-Samael-Azazel es Esaú y la nación que desciende de él. Esaú ya llevaba el nombre de שעיר, un hombre peludo, como la antítesis de Yaakov el hombre "lampiño". La tierra en la que se estableció recibió su nombre, y cuando los paganos solían ofrecer sacrificios a los שעירים, los machos cabríos, que representaban la fuerza física bruta y la obstinación, esta era su forma de rendir homenaje a los ideales representados por Esaú.
—Rabbeinu Bachya, Vayikra, 16.7.7[24]

Asimismo, esto significa que Esaú ('velludo') es un animal de sacrificio (un chivo expiatorio), lo que implica que todos los gentiles son animales de sacrificio para ser ofrecidos a Satán-Samael-Azazel para la expiación de los pecados de los judíos.

Jesús, reencarnación de Esaú

Véase también: Mesías ben Yossef

Según las enseñanzas de Isaac Luria, llamado "el Arizal", "reveladas a él por el mismo Eliyahu HaNavi" ("el profeta Elías"), Yeshua no era otro que la reencarnación (גלגול, gilgul) de Esav, el hermano de Yaaqob Abinu.[25][26]

El rabino Moses ben Jacob Cordovero (1522-1570), llamado "el Ramak", enseña que las letras que deletrean 'Yeshua' (ישוע) son también las mismas letras que deletrean 'Esav' (עשיו), porque Jesús de Nazaret era el gilgul de Esaú, el “enemigo arquetípico...” de Jacob.[27]

Alrededor de 1485, Isaac Abarbanel, Ministro de Finanzas de Portugal, escribió lo siguiente:

Los verdaderos sabios aceptaban como tradición que el alma de Esaú renació como el alma del fundador del cristianismo... y por eso se llama Yeshua, que es un anagrama [en hebreo] de Esaú, y por eso todos los que siguen su religión y su fe y lo adoran, deben ser llamados propiamente hijos de Esaú-Edom, ya que Jesús es Esaú y Esaú es Edom. Esta religión comenzó en Roma y sus raíces están allí. Los césares romanos y los reyes de la cristiandad fueron los primeros grandes gobernantes que la aceptaron, y por tanto todos los cristianos que creen en la religión de Jesús son sin duda, en cuanto a su andar, gente de Edom y descendencia espiritual de Esaú.

Como reencarnación de Esaú, el papel de Mesías ben Yosef, era el de desempeñar las funciones de Satán, es decir, acusador, tentador, persecutor y castigador de los judíos. Acusó a los judíos (Mateo 23) y los tentó a la idolatría, ya que se proclamaba "Hijo de Dios" (Marcos 14:61-62), para luego establecer su Iglesia a través de la cual se apodera del "reino espiritual de Edom" (Roma) y hacer que los judíos "perseguidos" se disgreguen por el mundo para luego reunirse en Israel.

Los cabalistas creen que Jesucristo, como reencarnación de Esaú (cuyo ángel guardián es Samael o la Serpiente del Génesis), es el portador de la maldición yimaj shemó contra Edom (los gentiles del Occidente judeocristiano) y en Jeremías 4:7 es identificado como el "destructor de los gentiles".

La religión del "otro lado"

Véase también: Sinagoga de Satanás
Escultura de Pericle Fazzini, La Resurrezione (1977), en el Aula Pablo VI en la Ciudad del Vaticano. Representa a Jesús levantándose de un cráter producido por una explosión nuclear en el Jardín de Getsemaní, mientras rostros similares a calaveras parecen asomarse desde la base de la escultura.

La dicotomía de Esaú-Jacob ofrece importantes claves en el entendimiento de que el cristianismo fue creado para conquistar teológicamente a Roma/Edom.

El ángel guardián de Esaú, Samael, se identifica tanto con la serpiente del Génesis que sedujo a Eva como con Satán. Este vínculo con Esaú muestra que los judíos creen que el culto apropiado para los llamados "descendientes de Esaú" es el de Satán ("Adversario") o Samael ("Veneno de Dios") el Ángel de la Muerte (מלאך המוות, Malaj Ha-mavet) y la Destrucción.

Satán, como funcionario de la corte celestial, imponía el castigo divino a los judíos, siendo el acusador y prosecutor de ellos ante Yahvé. Cuando Satán-Azazel acepta el chivo expiatorio que cada año le ofrecía el sumo sacerdote del templo en el Yom Kipur, Satán ya no acusaba a los judíos y en su lugar acusaba a los gentiles por todos los pecados de los judíos de todo el año. Yahvé creía en las falsas acusaciones de Satán contra los gentiles, porque éste es su ángel guardián y aparentemente no tenía razón de mentir. Así, los gentiles se convirtieron en animales de sacrificio para Satán y chivos expiatorios, por lo que son condenados al Infierno mientras que los judíos obtendrían redención a través de las persecuciones que los gentiles infligirían contra ellos durante 2000 años (Era de Piscis) por medio del cristianismo.

El autor Christopher Jon Bjerknes explica que los judíos no tenían un mecanismo por el que Satán actuara en la vida real para acusarlos primero y que luego les proveyera la expiación, por lo que los maestros de la dialéctica tuvieron que confeccionar ese mecanismo a través de una religión que sirviera de antítesis del judaísmo y desempeñara el papel acusador y persecutor de Satán, acaso referida en el Apocalipsis de Juan como la "Sinagoga de Satanás".

El Imperio romano era una nación enemiga de los israelitas y vista como sucesora espiritual de Edom y, por lo tanto, una encarnación del mal, de forma que "Edom" o Roma, debía tener una religión adecuada a su naturaleza "maligna". Si el culto judío adoraba a Dios y venía del "Lado de la Santidad" o Sitra D'Kedushah (también llamado "lado derecho"), el culto de Edom emanaba del "Otro lado" o Sitrá Ajrá (también llamado "lado izquierdo") de la cábala y debía adorar a su opuesto: Satán o Samael, la Serpiente. Así fue que el fariseo Saulo de Tarso introdujo esta antítesis en la odiada Roma, donde progresó hasta convertirse en la religión oficial del imperio. Los judíos crearon al cristianismo como un culto a Samael, y a través de éste conquistaron teológicamente Roma, haciendo incluso que los gentiles cristianizados destruyeran a sus propias deidades protectoras según la regla rabínica[28][29], establecieron la enseñanza de la Torá, la creencia en Yahvé como único dios del Universo y establecieron un Anti-Templo de Jerusalén.

Así como la Serpiente sedujo a Eva a comer del fruto prohibido del árbol del conocimiento del bien y el mal, provocando su expulsión del primer Jardín del Edén, ahora, disfrazada del "Hijo de Dios", fue presentada a los gentiles y les sedujo para adorar al hijo encarnado del Ángel de la Muerte. La astuta Serpiente (Nehushtan) hizo que los gentiles comieran de su carne y bebieran de su sangre prometiéndoles la "vida eterna", pero fueron en realidad maldecidos con la muerte y el olvido (yimaj shemó) y expulsados del segundo Jardín del Edén: el Olam HaBá o "Mundo Venidero".

En sustitución del ritual del Yom Kipur Jesús (gilgul de Esaú) se entregó a sí mismo en sacrificio a Satán para la aniquilación definitiva de Edom y la redención de los judíos. De esta manera, todos los cristianos, sin saberlo, rinden culto a Samael y realizan oraciones por la victoria de Israel sobre sus enemigos, lo que implica orar por su propia destrucción sin ser siquiera conscientes de ello.

Referencias

  1. Devarim – Secret of Tisha B’Av The Times of Israel
  2. Rectifiying Edom and Ishmael
  3. Why Does Esau Hate Jacob? Chabad.org
  4. Pesachim 5a.14 Sefaria.org
  5. Pesachim 5a.15 Sefaria.org
  6. Zohar, 1:143b:7-8. Sefaria.org
  7. Shenei Luchot HaBerit, Torah Shebikhtav, Vayeshev, Miketz, Vayigash, Torah Ohr.164 Sefaria.org
  8. Sforno on Genesis 25.26 Sefaria.org
  9. Maoz Tzur Chabad.org
  10. Origin of Edom, Babylon, and Rome, or Christianity Jewish-American History Foundation
  11. Yehuda HaKohen: Who Is Amalek?
  12. Esau the Ancestor of Rome TheTorah.com
  13. Edomites.
  14. Gittin 56a.7 "Los romanos están asociados con Edom, los descendientes de Esaú." Sefaria.org
  15. Esau, Ishmael, and Christian Europe: Medieval Edom Cambridge University Press.
  16. Israel, The West & The Conflict With Edom
  17. Daily Zohar - Vaeira Day 5 "The children of Edom is the Christian West".
  18. Hebrew nations: Edom-Odin
  19. Megillah 6b.2 Sefaria.org
  20. Davidson, Gustav (1971). "Samael". A Dictionary of Angels, Including the Fallen Angels. New York City: Simon & Schuster. p. 255. ISBN 978-0029070505.
  21. Schwartz, Howard (2006). Tree of Souls: The Mythology of Judaism. Oxford, England: Oxford University Press. p. 361. ISBN 978-0-195-32713-7.
  22. Kedushat Levi, Genesis, Toldot, 9 Sefaria.org
  23. Rabbeinu Bahya, Bereshit, 26.19.1 Sefaria.org
  24. Rabbeinu Bachya, Vayikra, 16.7.7 Sefaria.org
  25. Sefer HaGilgulim of the Arizal, capítulo 67.
  26. Rabinos explican que Jesús es la reencarnación de Esaú (En inglés)
  27. Yeshu como parte del alma de Esav
  28. Shenei Luchot HaBerit, Torah Shebikhtav, Bo, Torah Ohr.10 Sefaria.org: "Según la Halajá, un judío no puede destruir totalmente la deidad de un gentil; para que sea completamente eficaz, esto debe hacerlo el mismo gentil."
  29. Mishneh Torah: Culto extranjero y costumbres de las naciones 8.9 Sefaria.org: "El gentil que anula la adoración de ídolos debe ser él mismo un idólatra. Si no es un idólatra, su anulación no tiene importancia."

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