Amalek

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Véanse también: Edom y Esaú

Amalek o Amalec, según la Biblia y la Tanaj, era hijo de Elifaz, hijo de Esaú (antepasado de los edomitas) y Timna, concubina de Elifaz (Gen. 36:12). Timna era horea y hermana de Lotán. Amalec no fue aceptado entre sus hermanos, por lo que vivió alejado de sus familiares. En el desierto, Amalec formó su propio pueblo: los amalecitas que atacaron a los israelitas según Éxodo 17:8. Amalek se describe como el "jefe de Amalek" entre los "jefes de los hijos de Esaú", de lo que se supone que gobernó un clan o territorio que lleva su nombre. La palabra 'Amalek' también se refiere a sus descendientes los amalecitas y a su territorio.

No existe registro arqueológico de este pueblo y su mención sólo aparece en la Tanaj, según la cual los amalecitas fueron una tribu de nómadas que vivían en la zona sur de Canaán, entre el monte Seir y la frontera con Egipto. Los amalecitas no se enumeran en la tabla de naciones en Génesis 10, ya que no se originaron hasta después de la época de Esaú.

En el judaísmo, los amalecitas fueron la primera nación en atacar a los israelitas después del Éxodo de Egipto y son vistos como el enemigo arquetípico de los judíos[1] considerado no sólo una nación física, sino una energía espiritual negativa, una fuerza de la oscuridad y un símbolo del mal, a tal punto que para los judíos su exterminio se convirtió en estatuto de corte divino (mitzvá) "Borrar su descendencia de la Tierra".

Así como el término Erev Rav está reservado para el enemigo interno de Israel, Amalek es el enemigo externo.

Aunque los judíos consideran que la nación "histórica" de Amalec desapareció hace mucho tiempo, creen que siguen existiendo en cada enemigo, por lo que afirman que "Yahvé tendrá guerra con Amalec de generación en generación" (Éxodo 17:16).

Amalek es la designación mítica-religiosa que utiliza el judaísmo contra todos aquellos que le critiquen o se opongan a sus objetivos criminales bajo el pretexto de exterminar lo que ellos consideran como "el mal". Comprender los conceptos sobre Esaú y Amalek es crucial para comprender el enfoque completo del "antisemitismo".

Fuentes

Genealogía

Elifaz, hijo de Esaú (hermano del patriarca Jacob y enemigo jurado), y su concubina Timna tuvieron un hijo llamado Amalec (Génesis 36:12). Como descendiente de Esaú, se considera que "absorbió el odio de Esaú hacia los descendientes de Jacob".[1] Su descendencia se convirtió en la nación de Amalek, y vivieron al sur de la Tierra de Israel, en lo que hoy se conoce como el desierto del Néguev (Números 13:29).

El ataque de Amalek

Según el libro del Éxodo, después de que los israelitas cruzaron el Mar Rojo, acamparon en Refidim, un lugar árido en el desierto del Sinaí. El pueblo tenía sed y Yahvé le dijo a Moisés que fuera al monte Horeb donde golpearía una roca con su vara para que saliera agua y pudiera beber el pueblo (Éxodo 17:1-7).

Mientras que Moisés y los líderes iban al Monte Horeb a sacar el agua de la roca, el resto del pueblo se quedó en Refidim, esperando noticias. Finalmente cuando llegaron a darles las buenas nuevas de la fuente de agua en la roca de Horeb, todos se dispusieron a ir. Fue en ese momento en que recibieron un feroz ataque sorpresa: "Y vino Amalec y peleó con Israel en Refidim". (Éxodo 17:8). Según la Biblia, los amalecitas no tenían razón para atacar a Israel, ya que no estaban pasando por su territorio, en el Neguev (Num. 13:29).

En Deuteronomio, Moisés señala que Amalec atacó a Israel por la retaguardia, es decir, a los más débiles. Cuando el pueblo se enteró del agua en Horeb, todos salieron corriendo en esa dirección. En esa carrera, los más débiles quedaron atrás, y fue a ellos a quienes atacaron los amalecitas (Deu. 25:17-18). Cuando la noticia del ataque llegó a oídos de Moisés, éste ordenó a su discípulo Josué a contraatacar llevando una tropa de soldados de élite a la batalla al día siguiente. El propio Moisés ascendió a una montaña cercana para orar por la victoria:

Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal, pelea con Amalec: mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando con Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
—Éxodo 17:9-11.

Aunque los israelitas no tenían experiencia en la guerra como la tenían los amalecitas, Yahvé les dio la victoria de forma milagrosa: "Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada." (Éxodo 17:13). Aunque los israelitas triunfaron en esa batalla, la guerra contra los amalecitas no acabó allí. Los amalecitas volverían a atacar a Israel en el futuro (Éxodo 17:16).

Después de la batalla, Yahvé ordenó a Moisés que registrara la historia del traicionero ataque de Amalek para la posteridad y que ordenara al futuro sucesor de Moisés, Josué, que también recordara el ataque. Yahvé prometió borrar completamente la memoria de Amalek de la tierra y librar una guerra eterna con Amalek en cada generación hasta que sea aniquilado:

Entonces Yahvé le dijo a Moisés: "Pon esto por escrito en un rollo, para que se recuerde, y que lo oiga bien Josué: Yo borraré por completo todo rastro de Amalec bajo el cielo"... "Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación".
—Éxodo 17:14-16

Cuarenta años después, mientras los israelitas se disponían a entrar en la Tierra de Israel, Moisés les recordó la orden de combatir a Amalec (Deuteronomio 25:17-19).

Exterminio de Amalek como orden divina

De las 613 mitzvot (mandamientos) seguidas por los judíos ortodoxos, tres se refieren a Amalek, los cuales ordenan:

  1. Recordar lo que los amalecitas hicieron con los israelitas (Deuteronomio 25:17). Esta mitzvá ordena a los israelitas recordar perpetuamente el ataque traicionero de Amalec contra los israelitas cuando salían de Egipto.
  2. No olvidar lo que los amalecitas hicieron con los israelitas (זכור אל תשכח; zechor al tishkach; 'recuerda, no olvides') (Deuteronomio 25:19). Esta mitzvá complementa la primera, insistiendo en que los israelitas no deben olvidar el ataque de Amalec. Es una exhortación a mantener viva la memoria de este evento.
  3. Borrar su memoria y descendencia de la Tierra sin piedad (תמחה את זכר עמלק; timcheh et zecher Amalek) (Deuteronomio 25:19). Esta mitzvá ordena a los israelitas a exterminar a la nación de Amalec. En la práctica, esto significa que Israel debe atacar y eliminar a todos los que son considerados "amalecitas" cuando tuvieran la oportunidad.

Cada año, durante el Shabat antes de Purim, se realiza la lectura del Parashat Zajor (פרשת זכור), el fragmento de la Torá que se encuentra en el libro de Deuteronomio (Devarim), capítulo 25, versículos 17-19.[1][2]

Recuerda lo que te hicieron los amalecitas después de que saliste de Egipto: cuando estabas cansado y fatigado, salieron a tu encuentro y atacaron por la espalda a todos los rezagados. ¡No tuvieron temor de Dios! Por eso, cuando Yahvé tu Dios te dé la victoria sobre todas las naciones enemigas que rodean la tierra que él te da como herencia, borrarás para siempre el recuerdo de los descendientes de Amalec. ¡No lo olvides!
—Deuteronomio 25:17-19.

Como lo enumera Maimónides, las tres mitzvot establecen:

  1. 598 Deut. 25:17 – Recuerda lo que Amalec les hizo a los israelitas.
  2. 599 Deut. 25:19 – Exterminar a los descendientes de Amalec.
  3. 600 Deut. 25:19 – No olvidar las atrocidades y la emboscada de Amalec en nuestro viaje desde Egipto en el desierto.

El judaísmo tradicional enseña que todos los judíos tienen el deber sagrado de exterminar a los "amalecitas", es decir, los pueblos que son consideradas enemigos de los judíos. Éstos deben librar un genocidio contra aquellos dondequiera que habiten, ordenando incluso el asesinato sin piedad tanto de hombres y mujeres, como de niños, bebés y animales:

Ve ahora, y ataca a Amalec, y destruye por completo todo lo que tiene, y no te apiades de él; antes bien, da muerte tanto a hombres como a mujeres, a niños como a bebés, a bueyes como a ovejas, a camellos como a asnos.
—1 Samuel 15:3

La mitzvá de destruir a Amalek implica que no puede quedar ningún rastro de la existencia de Amalek. Según explica Rashi (1040-1105), "Nada podría servir como recordatorio del nombre de Amalec, ni siquiera un animal del que se pudiera decir: "Este animal pertenecía a Amalek":

Del hombre a la mujer, del niño al lactante, del buey a la oveja, de modo que el nombre de Amalec no sea mencionado ni siquiera con referencia a un animal al decir "Este animal pertenecía a Amalec".

Guerra de Saúl

El profeta Samuel le ordenó al primer rey judío, Saúl, que finalmente acabara con Amalec (1 Samuel 15:3). Saúl salió victorioso contra los amalecitas, pero perdonó a los mejores de sus rebaños y al rey amalecita, Agag. Cuando Samuel se enteró de la desobediencia de Saúl, Saúl perdió su derecho a la realeza. Luego Samuel mató al propio Agag. Sin embargo, antes de ser asesinado, Agag engendró un hijo que mantendría vivo el linaje de Amalec. Unos 500 años después, uno de los descendientes de este niño fue Amán el Agagueo, del Libro de Ester y del Purim.

Requisito para la redención de Israel en la Era mesiánica

Según el Zohar, la redención final (גְאוּלָה, geulá) de los israelitas/judíos en el Mundo Venidero depende de la destrucción total de Amalek y su descendencia[3], y en otras fuentes, debe ser aniquilado antes de construir el Tercer Templo.[4][5]

El primero de las naciones

En el oráculo de Balaam, Amalec fue llamado el "primero de las naciones" (es decir, de los gentiles o goym):

Al ver a Amalec, continuó su profecía, y dijo: Amalek fue la primera de las naciones, ¡pero su destino es la destrucción eterna!
—Números 24:20

El comentarista tradicional Rashi afirma que Amalek "vino antes que todos ellos para hacer la guerra contra Israel". El historiador romano-judío del siglo I Flavio Josefo se refiere a Amalek como un 'bastardo' (νόθος) en un sentido despectivo.

Hamán

Durante la fiesta del Purim, el Libro de Esther se lee en la conmemoración de la "salvación del pueblo judío" y la derrota de Hamán (considerado un amalecita), quien lidera un complot para matar a los judíos en defensa de su pueblo. Sobre la base de Éxodo 17:14, donde Yahveh prometió "borrar el nombre" de Amalec, es costumbre que la audiencia haga ruido y grite cada vez que se menciona "Amán", para profanar su nombre. La narración también incluye el supuesto asesinato de 75.000 de los enemigos del pueblo judío.

Identificaciones con enemigos contemporáneos

La Torá señala la creencia supersticiosa y conspiranoica de que Israel luchará contra los amalecitas de generación en generación:

Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Yahvé, Yahvé tendrá guerra con Amalec de generación en generación.
—Éxodo 17:16

Por ello, los rabinos en tiempos posbíblicos han asociado o identificado a pueblos, grupos o países no gratos para los judíos contemporáneos con Amalek o los amalecitas, sin importar si existen o no bases genealógicas o históricas para ello, y creen que la "violencia preventiva" es moralmente aceptable contra tales enemigos. Entre ellos se incluyen alemanes, palestinos, armenios, árabes e iraníes. Esto aumenta el riesgo de violencia y guerra contra tales grupos y países.

¿Por qué ser tan cruel con él? ¿Deshacerse de él por completo? ¿Hombres, mujeres y niños? Algunas personas nos acusan de ser los que creen en el genocidio. Eso es lo que esto está pidiendo, ¿verdad? Ser tan cruel, sádico...
Somos crueles con Amalek porque necesitamos serlo. Porque eso es exactamente lo que nos harían si tuvieran la oportunidad. ... Si no se lo hacemos a él, nos lo hará a nosotros. Entonces, ¿eso es ser cruel con él o es en defensa propia? La Torá nos dice que tienes que hacerlo porque él te lo hará...
Esta es la concentración del mal. El mayor mal. El archienemigo del judío. ¿Qué diferencia hay si es un bebé o si es un adulto? Es lo mismo, este bebé eventualmente será un adulto. Y este bebé eventualmente intentará hacerte daño. Hazlo con él antes de que él te lo haga. Y será mejor que lo hagas porque él es tu enemigo...
—Rabino Elyahu Kin[6]

Armenios

Véase también: Genocidio armenio


En algunas fuentes, Armenia también se identifica a veces como "Amalek", y los judíos a menudo se refieren a los armenios como "amalecitas". Este es el término bizantino para los armenios. Fue adoptado por los judíos de la crónica Josippon (Sefer Yossipon, siglo X, cap. 64). Según el Josippon, Amalek fue conquistada por nobles benjaminitas bajo el mando de Saúl, y se supone que los benjaminitas fueron los fundadores de la judería armenia en la época de los jueces (Jueces 19-21). Los kurdos sectarios reivindican los orígenes benjamitas. La idea de que Jazaria era originalmente Amalec ayudó a apoyar la suposición de que los judíos jázaros descendían de Simeón" (I Crónicas 4:42–43).[7]

En 1839, el misionero británico Joseph Wolff encontró "notable que los armenios, quienes son detestados por los judíos como supuestos descendientes de los amalecitas, son la única iglesia cristiana que se ha interesado por la protección y conversión de los judíos". Los misioneros escoceses Bonar y McCheyne sugirieron que "el odio peculiar que los judíos tienen hacia los armenios puede surgir de una acusación que se les hace a menudo, a saber, que Amán era armenio y que los armenios son los amalecitas de la Biblia" por convertirse en los primeros en adoptar el cristianismo en el año 301. A finales del siglo XIX, Joseph Judah Chorny informó haber oído de los judíos de Georgia, su tradición ancestral de que los armenios eran descendientes de los amalecitas, y otro viajero judío informó de una práctica extraña en el este de Galicia, por la cual los armenios que hicieran negocios con los judíos locales llorarían la muerte de Amán cada Purim y encenderían velas en su memoria.

Cuando a fines del siglo XV, R. Abdías de Bertinoro, un nativo de Umbría que emigró a Jerusalén, describió las sectas [cristianas] de la ciudad en una carta a su padre, enumeró "los latinos, griegos, jacobitas, amalequitas, abisinios". Los armenios todavía tienen su propio barrio en la Ciudad Vieja de Jerusalén hasta el día de hoy.

El libro Santas mujeres de Bizancio: Diez vidas de santos de Alice-Mary Talbot, habla sobre el emperador bizantino León V el armenio, que gobernó desde el 813 hasta el 820 cuando fue asesinado por uno de sus principales generales, Miguel el Amoriano. Al describir al emperador León, el libro afirma: "Se le llama amalecita, que significa árabe, debido a su aparente aprobación de la prohibición islámica de la representación de imágenes sagradas".[8]

Christopher Jon Bjerknes en su libro, The Jewish Genocide of Armenian Christians, afirma que el genocidio armenio fue llevado a cabo por criptojudíos siguiendo la creencia de que los armenios son descendientes de Amalek.[9]

Alemanes


Los judíos ven a los alemanes como descendientes de Amalek que merecen ser exterminados.

Bien, ahora llegamos a la pregunta. Entonces, ¿quién es él? [Amalek] ¿Quién es él hoy? Los rabinos nos dicen que habrá una nación en el mundo, justo antes de que venga el Mesías, que podremos saber por su carácter y comportamiento quién es él. Y la respuesta es muy clara: Alemania. Los comentarios hablan de cómo la concentración de Amalec es mayoritariamente en ese país. ¿Viene como una sorpresa? No, puedes ver lo que hicieron y lo que son capaces de hacer. Pero hay Amalec por todo el mundo. Amalek está en todas partes.
—Rabino Elyahu Kin[10]

Iniciativas históricas de exterminar a los alemanes quedaron expresadas en planificaciones genocidas como el Plan Kaufman (que proponía la esterilización forzada de casi toda la población alemana), el Plan Morgenthau e incluso en las actividades del grupo terrorista judío Nakam.

...ciertamente la esterilización del pueblo alemán no puede ser considerada sino como una gran medida sanitaria promovida por la humanidad para inmunizarse contra el virus del Germanismo. La población de Alemania, excluyendo los territorios conquistados y anexados, es de aproximadamente 70 millones, de los cuales aproximadamente la mitad son hombres y la mitad mujeres. Para lograr el propósito de la extinción de los alemanes solo sería necesario esterilizar a 48 millones - una cifra que excluye a varones de mas de 60 años y mujeres de mas de 45, por su limitada capacidad procreativa-.[11]
—Theodore N. Kaufman, periodista judío, autor del Plan que lleva su nombre

Siguiendo esta creencia, Gregor Gysi, político judío comunista de Alemania (líder del tercer mayor partido de Alemania, SED), ha calificado a todos los alemanes nativos como "nazis", declarando que el declive de su población es algo bueno, defendiendo así el genocidio de los alemanes:

Tenemos que hacer frente a los nazis. Ya de por sí, lo ocurrido entre 1933 y 1945 nos obliga a tratar bien a los refugiados... Y por cierto, al año mueren más alemanes de los que nacen, esto ocurre afortunadamente porque los nazis no son especialmente buenos teniendo descendencia y por eso dependen de inmigrantes de países extranjeros.

Árabes y palestinos

Véase también: Genocidio palestino


Genealógicamente, los árabes no están relacionados con los amalecitas, sin embargo, muchos israelíes asocian a los árabes con este pueblo mítico y también los acusan de exhibir un "comportamiento" que es "típico" de los amalecitas. Yasser Arafat fue llamado "el Amalek y Hitler de nuestra generación" por 200 rabinos. Muchos en el movimiento Gush Emunim ven a los árabes como los "amalecitas de hoy". Una línea de razonamiento se basa en la creencia de que los palestinos son amalecitas, porque amalek es cualquier nación que impide que los judíos se establezcan en la Tierra de Israel.

En 1994, Baruch Goldstein, un judío ortodoxo, mató a 29 musulmanes justo antes de la festividad de Purim, lo que se ha sugerido que está relacionado con ver a los palestinos como Amalek. Algunos judíos ortodoxos y colonos judíos han elogiado a Goldstein y su tumba incluso se convirtió en un lugar de veneración antes de que fuera desmantelada por el ejército israelí tras la aprobación de la legislación israelí que prohibía los monumentos a los terroristas.

Durante la Guerra de Gaza de 2014, una importante ieshivá identificó a los palestinos como descendientes de los antiguos amalecitas y filisteos.

En un discurso del 29 de octubre de 2023, en el contexto del conflicto israelí-palestino de ese año, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, utilizó el texto de 1 Samuel 15:3 para equiparar a los palestinos como amalecitas y justificar el exterminio del pueblo palestino y convocar una guerra santa de aniquilación en la bombardeada franja de Gaza:

Ustedes deben recordar lo que los amalecitas les hicieron, según nuestra sagrada Biblia. Nosotros lo recordamos y estamos luchando. Ahora vayan y hiéranlos y destruyan absolutamente todo lo que tengan y no los perdonen, pero mátenlos, tanto a hombres como a mujeres, infantes y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y burros
—Benjamin Netanyahu[12][13]

Nacionalistas blancos

El judío Yehuda Hakohen dice que si Edom es Occidente, entonces Amalek es el componente nacionalista más militante de Occidente, es decir, el nacionalismo blanco:

El Amalec original era nieto de Esav. Nuestros sabios identifican a Esav como el progenitor de la civilización occidental (no necesariamente biológicamente, pero ciertamente en términos de valores y comportamiento). Por lo tanto, Amalek debería ser visto como el componente nacionalista más militante de Occidente: esencialmente el nacionalismo blanco. Amalek generalmente ve a Israel como la mayor amenaza a su civilización (((genocidio blanco))) y nosotros, los judíos, a su vez, consideramos a Amalek como el peor de nuestros enemigos. Nos hemos enfrentado varias veces en nuestra larga historia. El Holocausto alemán fue la última vez que intentaron destruirnos. Pero Purim celebra un conflicto en el que tomamos la delantera y triunfamos contra ellos.
—Yehuda HaKohen.[14]

Cualquier antisemita o que no sirva a Yahvé

El rabino Dovid Vigler afirma básicamente que Amalek es el término que puede ser aplicado a cualquiera que se considere que "obstinadamente se rehúsa a ser inspirado para servir a Yahvé", es decir, a quien oponga una resistencia obstinada al "plan divino" (dominio mundial y esclavitud de las naciones) y por ello debe ser destruído:

Amalek no representa una locación geográfica, ni siquiera una etnicidad. Amalek representa una testarudez psicológica incapaz de ser inspirada... Tiene los rasgos de la imprudencia y la insolencia que solo pueden ser rectificados al ser destruídos. Cada odiador de judíos que no se arrepienta es un amalequita y esa es la gente que debe ser destruida. El Mashíaj tiene un estado de consciencia donde incluso las naciones del mundo se levantan para reparar el mundo bajo el dominio de Dios Todopoderoso, lo cual significa que no sólo los judíos, sino también los gentiles reconocerán la autoridad de Dios y serán inspirados para servirle. Pero aquellos que obstinadamente se rehúsan a ser inspirados son Amalek... Dios ha establecido los equipos en esta guerra, los equipos entre el bien y el mal; entre el amor y el odio; entre aquellos que están del lado de Dios y del pueblo judío y aquellos que están contra Dios y el pueblo judío. Ellos son los que serán vencidos con la venida del Mashíaj.
—Dovid Vigler[15]

Edom

Artículo principal: Edom


Aunque los judíos suelen hablar de Amalek y de Edom como entidades diferentes, en las interpretaciones rabínicas son prácticamente equivalentes ya que Amalek es nieto de Esaú, y los descendientes de Esaú incluyen a Amalek y los amalecitas, así como a Hamán (quien según el Libro de Esther intentó exterminar a los israelitas), y por tanto, los persas.

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 Who Were Amalek and the Amalekites? Chabad.org
  2. Parashat Zajor Jabad.com
  3. Zohar 1.20.231 Sefaria.org
  4. Melachim uMilchamot - Chapter 1 Chabad.org: "Amalek's seed should be annihilated before the construction of the Temple, as II Samuel 7:1-2 states"
  5. Sanhedrin 20b.13 Sefaria.org
  6. Elyahu Kin sobre Amalek, minutos 40:00, 42:49 y 44:40.
  7. Eldad ha-Dani, ed. por A. Epstein (1891), 52; cf. Ḥisdai ibn Shaprut, Iggeret.
  8. Periódico Hatzvi, mayo de 1909. Citado en traducción al inglés en Y. Auron, Zionism and the Armenian Genocide: The Banality of Indifference, Transaction Publishers, Londres, (2002), p. 126.
  9. Christopher Jon Bjerknes, The Jewish Genocide of Armenian Christians (en inglés).
  10. Elyahu Kin sobre Amalek min. 56:40
  11. Kaufman, Theodore, Germany Must Perish!, cap. 7
  12. Convocó Netanyahu a "una guerra santa de aniquilación en Gaza" La Jornada
  13. La última barbaridad de Netanyahu: utiliza la Biblia para justificar el exterminio de palestinos La Sexta
  14. Yehuda HaKohen: Who Is Amalek?
  15. Dovid Vigler sobre Amalek

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