Plan Kaufman

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Artículo destacado
Portada de la edición de 1941 del libro "¡Alemania debe perecer!", por Theodore N. Kaufman. El texto en la parte superior dice "El libro que Hitler teme".

El denominado Plan Kaufman es un panfleto anti alemán impreso entre 1940 y 1941 bajo el título "¡Alemania debe perecer!". El mismo consiste en una serie de recomendaciones a seguir tras una hipotética victoria Aliada en la Segunda Guerra Mundial. Aboga por la esterilización forzada de casi toda la población alemana, su utilización como mano de obra esclava, el reparto del territorio alemán entre sus países vecinos y una serie de medidas para asegurar el genocidio o exterminio de los alemanes y su desaparición como nación. Fue escrito por el periodista y consejero del gobierno estadounidense, el judío Theodore N. Kaufman, cuando Estados Unidos aún era una nación neutral, y más de un año antes de que Alemania diera inicio a la llamada Solución Final.

Contenido

Al panfleto publicado originalmente, le siguió un libro de 96 páginas, impreso en marzo de 1941. El mismo contenía la siguiente nota, a modo de introducción.

"El presente volumen contiene los lineamientos de un plan para la extinción de la nación alemana y la total erradicación de la faz de la tierra de todo su pueblo. También se incluye un mapa ilustrando una propuesta para el desmembramiento y reparto de sus tierras."[1][2]

La desaparición de los alemanes se lograría por medio de la esterilización forzada de la población civil y su uso como mano de obra esclava.

Mapa en el que Kaufman proponía la desaparición de Alemania
"...ciertamente la esterilización del pueblo alemán no puede ser considerada sino como una gran medida sanitaria promovida por la humanidad para inmunizarse contra el virus del Germanismo. La población de Alemania, excluyendo los territorios conquistados y anexados, es de aproximadamente 70 millones, de los cuales aproximadamente la mitad son hombres y la mitad mujeres. Para lograr el propósito de la extinción de los alemanes solo sería necesario esterilizar a 48 millones - una cifra que excluye a varones de mas de 60 años y mujeres de mas de 45, por su limitada capacidad procreativa."[3]
¡Alemania debe perecer!, Cap. 7: Muerte a Alemania

Si bien estas propuestas fueron escritas mucho antes del Holocausto, el autor del plan ya consideraba en aquel entonces que debido a que la esterilización se realizaría de forma indolora, esto sería un tratamiento mucho mas humano del que los alemanes merecen.

"Para empezar, ningún dolor físico será impuesto sobre la población alemana a través de su aplicación, un tratamiento decididamente más humano que el que ellos habrían merecido. De hecho, no es inconcebible que después de la caída de Alemania, los largamente sufridos pueblos de Europa demanden una venganza por lejos menos humana que la mera esterilización"[3]
¡Alemania debe perecer!, Cap. 7: Muerte a Alemania

Parte del libro se centra en una descripción de las características negativas que el autor considera que poseen los alemanes, las cuales justificarían el genocidio. Para ello, en el capítulo 2, Kaufman cita al libro "El gran enigma", que se refiere a los alemanes como un "execrable pueblo" capaz de "poco mas que odiar y mentir".

Repercusiones y análisis

Propaganda alemana contra el Plan Kaufman, en la que aparece el mapa propuesto para el reparto del territorio alemán, junto a los retratos de Winston Churchill, Franklin Delano Roosevelt, Joseph Stalin y el del autor del plan en la parte superior. Al centro aparece un afiche que titula "El verdadero programa de 8 puntos, de los enemigos de Alemania".

Lejos de ser acusado por apología de genocidio, Kaufman fue elogiado por prestigiosos medios de prensa.

"¡Una sensacional idea!".[1]
Time Magazine
"Una provocativa teoría, interesantemente presentada."[1]
"Un plan para la paz permanente entre naciones civilizadas."[1]
"Presenta con franqueza el temible trasfondo del espíritu nazi."[1]
Philadelphia Record

En Alemania, el ministro de propaganda Joseph Goebbels denunció públicamente las amenazas de Kaufman y pidió al pueblo alemán que continuara firme en la lucha. De hecho, el plan fue utilizado rápidamente por la propaganda alemana en su beneficio. Lo cual ha servido siempre de escusa para los historiadores exterminacionistas y propagandistas del Holocausto, con el objeto de ignorar o prestar muy poca atención al contenido, y sobre todo al apoyo que tuvo el plan entre las potencias Aliadas. Con ello se intenta pasar por alto la paradoja de que mientras la historia oficial presenta un vacío documental en cuanto a una supuesta orden o plan de exterminio, el único plan de exterminio que verdaderamente se conserva es el escrito por un consejero judío para el genocidio del pueblo alemán.

Desarrollo

Siguiendo las recomendaciones de Kaufman, en la Conferencia de Yalta se dispuso la utilización de varios millones de alemanes para su uso como mano de obra esclava al finalizar la guerra, ya que de acuerdo con el juez judío Samuel Rosenman, el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, declaró que los alemanes merecían ser castigados de esa manera[4]. Muchos de ellos trabajaron hasta la muerte en campos de trabajo del Reino Unido y en la Unión Soviética. Las pésimas condiciones y los abusos que sufrieron cobraron muchas vidas y fueron constatados por la Cruz Roja[5].

"Tenemos que ser duros con los alemanes y me refiero a su pueblo, no solo a los nazis. Hay que castrarlos o tratarles de manera que no puedan reproducirse y seguir el que camino que siguieron en el pasado."[6][7]
Franklin Delano Roosevelt, 19 de agosto de 1944
"Existen menos de 70 millones de hunos malvados. A algunos se podrá curar, a los demás hay que exterminarlos."[8]
Winston Churchill, abril de 1941

Incluso se llegó a idear un dispositivo para la esterilización en masa[4], pero los planes fueron abandonados tras el fallecimiento de Roosevelt y la firme oposición de altos mandos del ejército estadounidense, como fuera el caso del general George S. Patton.

Variantes

Posteriormente aparecieron otras propuestas menos radicales para el desmantelamiento de Alemania, como por ejemplo el Plan Morgenthau, escrito por el influyente consejero y secretario del tesoro, el judío Henry Morgenthau Jr.. El mismo tenía como una de sus prioridades la destrucción de la industria alemana y la transformación del país en un territorio agrícola, que no representaría una amenaza para los intereses estadounidenses.

Por su parte el profesor Ernest Hooton de la Universidad de Harvard, publicó un artículo el 4 de enero de 1943 en el New York Daily. Su propuesta era mestizar a la población alemana, promoviendo las parejas entre mujeres alemanas y extranjeros. De acuerdo su plan, entre 10 y 12 millones de hombres serían llevados fuera del país para ser utilizados como esclavos bajo la vigilancia de los Aliados. Dicho plan se estimaba que llevaría unos 20 años. En ese período se estimularía el establecimiento de extranjeros, en especial de hombres, en territorio alemán[9]. Mientras todos estos planes se aplicaron a medias, en lo que respecta a la división y reparto de las tierras alemanas se optó por la Línea Oder-Neisse que definió los límites del país durante la pos guerra.

Referencias

Artículos relacionados

Enlaces externos